Cuando hay gritos internos
la boca debe cerrarse.

¿De qué trata el arte?
¿Para qué sirve la vida?
Unas son alimento, otras entretenimiento
y otras, sin razón, sólo van desapareciendo.

¿De qué me sirve el cerebro
si solo paso sentado?
Observando en silencio mi estático presente
y deseando el «carpe diem»
que nunca seré capaz de tener.

El arte es belleza.
¡Mentira!
El arte es un desastre, una copia.
El arte es trascendente
pero muy pocos lo notan.
El arte nace de la escoria.

Él me dio la palabra
y tomé algunas notas.
El arte está allá arriba, en el cielo,
esperando
que lo alcancemos.

El arte es más importante que el dinero
porque el pensamiento vale más que eso.
Es como una copa vacía
reflejando la luz que nunca vemos.
Es la presencia de todos los colores
y la falta de estos
al mismo tiempo.

El arte es ser sin razón alguna,
pensar en cosas inoportunas
y amar cosas que no comprenderemos.

Si eso es el arte,
entonces...
¿Qué es un artista?
Es un humano, una guía,
es un cuaderno en blanco
pintado por sentimientos,
emociones y recuerdos.

Un artista es un humano.
¡Blasfemia!
Un artista es un catalizador
de la materia
y las reacciones
que en los sentidos genera.

Amenaza con dormirte
rasgando suavemente la superficie,
te intoxica lentamente y
entonces tus reacciones hacen eco y se mueven.

Eso es el arte.
Es pensamiento tangible,
errores incorregibles;
es humanidad pura
nacida de naturaleza cruda.
Te tranquiliza cuando lloras
porque te hace pensar
o te obliga a parar por completo
para recrearte en un mar,
te arroja sin contextos
hacia lo desconocido y lo abismal.