xxxii. ramas temporales
RUINAS,
capítulo treinta y dos: ramas temporales!
YA CON LA MÁQUINA EN LA ETAPA FINAL DE CONSTRUCCIÓN Y CONFIGURACIÓN, Irina y Roman se dirigieron hacia el laboratorio donde se encontraban varios de sus compañeros observando el nuevo prototipo del traje que usarían para viajar en el tiempo. Las dos rubias entraron a una cámara donde Bruce Banner, siendo acompañado por Nébula, se encontraban configurando un traje de color blanco, con algunos accesorios en gris y rojo, junto con el símbolo de los Vengadores en el pecho. Scott Lang era quien lucía el traje de pruebas y, a plena vista de las chicas, se lo veía muy nervioso.
—Puedo sentir su nerviosismo a kilómetros—susurró Roman ladeando la cabeza.
—¿Y qué se supone que haces cuando una persona está nerviosa?—preguntó Irina mirando a su hija.
—La tranquilizas—respondió la rubia mirando a su madre y ella señaló a Scott con la cabeza—. ¿Qué? Oh...¿quieres que yo lo tranquilice?—Irina alzó una ceja y la muchacha de cabellos rubios supo que no debía ser una pregunta si no una orden—. Sí, señora.
Irina soltó una carcajada y se acercó a ellos, Rhodes también lo hizo – pasando por detrás de la rubia. Golpeándola levemente con su codo, atrayendo la atención—Un traje para viajar en el tiempo, no está mal.
Banner asintió y tomó un pequeño tubo con líquido rojo entre sus dedos grandes, intentando de colocarlo en el compartimiento que tenía el traje. Scott lo tomó entre sus dedos, entrando en pánico ante el descuido del científico y se sacudió—¡Oye!¡Ten cuidado!
—Tengo mucho cuidado—anunció Banner.
—No, estás siendo muy estilo Hulk.
Roman soltó una carcajada.
—¡Estoy siendo cuidadoso!—se excusó el gigante verde.
Scott, con el pequeño depósito de líquido rojo en sus manos, lo sacudió frente al científico, su casco estaba contraído—Son partículas Pym—Bruce hizo una mueca alzando sus cejas—. Y como a Hank Pym lo borraron, esto es todo—miró al resto—. Son todas las que tenemos. No haremos más.
—Cálmate, Scott—murmuró Rhodes haciendo señas con sus manos.
—Perdón.
Roman miró al hombre de ojos verdes—Todo saldrá bien, Scott, tienes nuestro apoyo.
—Deja de manipular mentalmente a tu niña para tranquilizarme—declaró Lang molesto señalando a Irina.
—¡Estaba siendo sincera!—se excusó la rubia pequeña antes de cruzarse de brazos.
—Oh, mierda—masculló Scott.
Roman jadeó y miró a su madre—Acaba de decir una grosería.
Scott sonrió de lado—Bocona.
—Miedoso.
—Mentirosa.
—Tonto.
—Mocosa.
—Niñito de mami.
Irina se interpuso entre los dos, viendo que con cada palabra que decían, se acercaban más—Esto termina ahora. Ya entendimos que en esta base no se dicen insultos. ¿Cuántas partículas Pym tenemos?
—Conseguimos para un viaje de idea y vuelta para cada uno. Es todo—respondió Scott mirando a la rubia—. No hay segundas oportunidades—miró a Banner—. Más dos pruebas—se lo colocó e inmediatamente se encogió, provocando que todos en la habitación rodasen los ojos. Scott volvió a su tamaño normal en menos de dos segundos—. Una prueba.
—James y yo no iremos. ¿verdad?
—Eso está fuera de discusión—respondió Morgan mirándola fijamente—. Tú y tu hermano se quedarán en la base hasta que regresemos—miró a Banner—. Iré a decirle a Tony que Scott está listo.
—Bien—murmuró Scott con completo nerviosismo—. No estoy listo para esto.
—¿Acaso eres gallina?—bramó Roman.
Scott miró a la rubia de mala gana—Gracias por el apoyo, niña.
—Quiero participar—dijo una voz masculina detrás de ellos. Al girarse, se encontraron con la figura de Clint Barton, apoyada sobre el umbral de la puerta—. Yo lo haré.
Irina asintió mientras que Scott no podría encontrarse más de acuerdo. El hombre de ojos verdes se quitó el traje a través de su brazalete y se lo tendió a Clint, quien lo aceptó sin dudas – colocándoselo en su muñeca para que Nébula presionase un botón, desplegando todo el traje hasta recubrir todo su cuerpo, dejando la cabeza al descubierto. Nébula se colocó a su lado para reconfigurar el traje de forma diferente. Irina, lo primero que notó al girarse, era que Clint tenía el brazo izquierdo cubierto de tatuajes. La rubia dio un paso hacia él y miró su brazo izquierdo, recubierto con el traje—¿Dónde te hiciste ese tatuaje?
—En una aldea china—respondió el arquero—. Erika tenía un cuaderno de bocetos cuando tenía diez y debo admitir que ella realmente dibujaba bien.
Bruce carraspeó a su lado—Clint, te sentirás confundido por el desplazamiento temporal. No te preocupes.
—Espera—anunció Rhodes mirando al científico—. Déjame preguntarte algo—todos miraron al hombre de piel negra—. Si podemos hacer esto...eh, volver en el tiempo, ¿por qué no hallar a Thanos de bebé? Y...—hizo la mímica de sostener una soga, rodeando una cabeza con ella y haciendo presión, matando al responsable.
Irina jadeó y tapó los ojos de Roman, quien se encontraba horrorizada. La pequeña rubia sintió el cuerpo de su madre cerca y murmuró, provocando que todos la escuchen—No quiero tener pesadillas, mamá.
—Primero que nada, concuerdo con tu hija—dijo Bruce mirando a la pequeña, quien aún tenía manos tapando sus ojos—. Es completamente horrible.
—Es Thanos—se defendió James Rhodes.
—Y segundo, el tiempo no funciona así—continuó el gigante verde—. Cambiar el pasado no cambiará el futuro.
—Regresamos, conseguimos las gemas antes que Thanos—exclamó Scott desde un rincón—. Thanos no tiene las gemas. Problema resulto.
—Bingo.
—No funciona así—declaró Nébula completamente seria.
—Ustedes, idiotas, no entendieron nada—dijo Irina al poner sus manos en los oídos de su hija.
Roman la miró—Te escuché.
—Eso es lo que oí—declaró Barton mirando a Rhodes.
—Pero ¿quién te lo dijo?—inquirió Banner.
—Star Trek, Terminator, Timecop—comenzó a puntear James con sus dedos—. Escape al futuro.
—Viajeros en el Tiempo—añadió Scott.
—Un Viaje en el Tiempo.
—Un loco viaje al pasado.
—¡Un loco viaje al pasado!—coincidió el hombre de piel negra—. Las excelentes aventuras de Bill y Ted. Básicamente, todas las películas sobre viajes en el tiempo.
—Te olvidaste de Los Simpson—recalcó Roman mirando a James—. Cuando Homero rompe la tostadora y viaja en el tiempo.
—¡Esa también!
Scott se acercó—Duro de Matar—Irina lo fulminó con la mirada—. No, esa no.
—Es bien sabido—concluyó Rhodes.
—No sé por que todos lo creen—dijo Bruce mirando al hombre de piel negra—. Pero no es cierto. Piénsalo. Si viajas al pasado...el pasado se convierte en tu futuro, y tu presente anterior se convierte en pasado, el que no puede ser cambiado por tu nuevo futuro.
Nébula miró a los dos hombres que no comprendían nada—Exacto.
—¿Entonces Volver al Futuro fue simplemente una maldita mentira?—preguntó Scott y miró a Roman—. Me siento estafado.
Irina miró a Clint—¿Estás listo?
Clint simplemente asintió.
El equipo se dirigió hacia la máquina, mientras que Clint fue colocado a un lado de la gran plataforma y todos observaron desde atrás. Irina le sonrió y levantó ambos pulgares para animarlo, Natasha hizo lo mismo. Banner, quien se encontraba en los controles de la máquina siendo acompañado por Tony, Steve, Rhodes, Thor, Nébula, Rocket y James, accionó dos botones, ajustando una fecha para regresar en el tiempo. La máquina se encendió y las placas que se encontraban por arriba de ellos se movieron.
—Muy bien, Clint—declaró Bruce y tocó un botón para iniciar el viaje—. Empezamos en tres, dos...
La máscara de Clint se retrajo para cubrirle la cara y el arquero soltó un respingo. El suelo detrás de él se volvió un gran abismo de color blanco y su cuerpo desapareció. Todo el grupo se quedó en silencio, mientras que esperaban atentos a la vuelta de su compañero. Irina sintió completa confusión, asombro, miedo e incertidumbre en las mentes de todos los integrantes de la sala. El reloj seguía su curso, sin importar que faltase un miembro del equipo e Irina intentó conectarse a la mente de Clint, pero estaba muy alejado – alejado en el espacio y en el tiempo. Muchas cosas podrían salir mal en una prueba. Pero el equipo estaba dispuesto a intentarlo para perfeccionar mejor el viaje al tiempo.
Natasha permaneció inmóvil e Irina tomó su mano, reconfortando a la pelirroja de que Clint volvería sano y salvo. Bruce, al ver que el tiempo había pasado, volvió a la máquina—Ahora lo haré volver en tres...dos...uno.
Repentinamente, Irina sintió algo que viajaba a toda velocidad a través de la máquina y el grito de Clint llamando a su hija Lila. La máquina volvió a abrir ese portal, escupiendo el cuerpo de Clint, quien terminó en el suelo de la plataforma – respirando de forma agitada. Natasha e Irina fueron las primeras en salir corriendo para ayudar a su compañero. La pelirroja agarró a su amigo y tocó su mejilla—Oye, mírame.
—¿Estás bien?—preguntó Irina y miró que tenía algo en su mano—. ¿Eso es...?
—Sí—declaró él antes de sonreír—. Funcionó—miró a Tony—. Funcionó.
Irina soltó una carcajada y miró a Tony, quien alzó su mano para que la rubia chocase los cinco con ella. Natasha y Steve aplaudieron, siendo seguidos por el pequeño James, quien saltó de alegría en los hombros de su padre. Clint le tendió lo que tenía en su mano a la rubia y ella se dio cuenta de que era un cuaderno, al abrirlo, este tenía bocetos: uno era de un arquero, pintado con detalles asombrosos, otro era de una mujer con cabellos cortos – sus facciones eran idénticas a las de Natasha, y luego estaban los dos: el arquero y la espía.
—¿Qué has traído?—inquirió Natasha acercándose a la rubia.
La pelirroja miró atentamente los dibujos y reconoció aquel familiar trazo que su hija adoptiva Erika tenía. La pelirroja tomó el libro en sus manos, lentamente y miró el dibujo donde estaba el arquero y la espía, tocándolo con las yemas de sus dedos.
—Es el cuaderno de bocetos de Erika—declaró Clint.
Irina miró a Steve, de alguna manera indicándole de que el equipo debía formar un plan – y uno rápido, si querían recuperar a todos. El tiempo estaba acabándose para el equipo.
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editado ✓
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