Había pasado una semana desde que Clin y tú habían sobrevivido a ese inesperado ataque en la cafetería. El equipo había revisado el expediente que Sharon les había entregado y parecía prometedor.

La base de HYDRA apareció y parecía estar sola a pesar de ser gigante. Las lecturas de la base decían que había mucha concentración de energía enviada hacia allá. Algo importante estaba acurriendo ahí. Considerando como la tenían resguardada, la existencia de una base activa de ese tipo era preocupante. Pero Steve no estaba cómodo en intentar algo sin más información.

Sam, Scott y Clint habían estado vigilando el área. Mientras ellos no estaban, Wanda se mantenía ocupada con sus poderes. Normalmente, eras voluntaria para ayudarla, pero trabajar con ella corrías con la posibilidad de lastimarte y Steve no permitiría que eso pasara de nuevo.

El Capitán y tú habían tenido muchas discusiones por el tema. Mientras, sí, estabas tecnicamente recuperándote de un disparo, la herida no era tan grave y el dolor era soportable. Entendías que sería fácil tomarlo tranquilo así como no lanzarte de cabeza en una misión. Simplemente sería un entrenamiento tranquilo en donde no te exigieras el máximo.

Pero Steve se negaba rotundamente a cualquier clase de ejercicio que quisieras hacer, con él o con cualquiera del equipo. Había sido una pequeña victoria el día que te había dejado salir a correr con sus miradas matadoras y sus ceños fruncidos en cuando regresaste.

Habías pensado que si lograbas convencer a los demás, Steve se relajaría un poco.

Primero fue Scott, creías que él sería un blanco fácil.

—Hey, Scott. —Entraste a su cuarto mientras él vigilaba algunas cámaras de un lugar que no sabías cual era.

—Hola Caitlin, ¿qué pasa? —Dejó de hacer lo que hacía.

—Nada, solo estoy muy aburrida y me preguntaba si querías que entrenara contigo, ya sabes, un poco de condición física no estaría mal.

Scott te volteó a ver con extrañeza.

—Creí que el cap no te había dejado hacer nada.

—Bueno, si, pero estaba pensando que podrías convenverlo. Ya sabes. —Dijiste nerviosa. No creíste que se acordara de lo que Steve te había dicho.

—Lo siento Caitlin, pero si él lo dijo es por algo. —Volvió a tomar su laptop evitando tu mirada porque sabía que no podría decir que no si lo hacía y no quería terminar en malos terminos con Steve.

—Bueno, pero yo podría—Te cortó de inmediato.

—No, Caitlin, lo siento pero no quiero problemas. Pero luego podrías acompañarme a la tienda si te sirve. —Asentiste gustosa porque te gustaría salir de la casa, además eso te había hecho sentir mejor.

Tu segundo intento fue: Sam Wilson

—Wilson. —Lo saludaste.

—¿Qué hay, Atterberry? —Dijo cruzando los brazos en cuando te vio y levantó una ceja. —¿Qué ha pasado para que estés levantada tan temprano? —Lo miraste mal.

—Nada, es solo que no podía dormir así que pensé 'Sam irá a correr y luego entrar un poco, así que lo acompañare'.

—Buen intento, Atterberry, ni lo sueñes. —Se rió. —Casi caigo.

—Oh vamos, Scott también me rechazó. ¡Scott! ¿Puedes creerlo? No creí que pudiera decirle que no a alguien pero al parecer su amor platónico por Steve lo ciega.

Se rió más fuerte.

—De hecho él me dijo que mantuviera un ojo atento hacia ti. —Tomó sus cosas listo para irse.

—Maldito traidor. —Murmuraste mientras él se acercaba y te daba un beso en la frente.

—Cuídate y buena suerte para la próxima. —Dijo abrazándote un poco al ver tu ceño fruncido, él planeaba molestarte. —Bueno, sin más, me ire a correr y a entrenar. —Recalcó las palabras para molestarte más y se fue riendo.

—¡Espero llueva! —Gritaste antes de que cerrara la puerta.

—¿Todo bien? —Era Steve y Bucky en la entrada de la cocina donde estaba la puerta trasera y por donde tu amigo se acababa de ir.

—Sí. —Dijiste escapando de ahí, seguías evitando a Bucky y no querías que Steve se enterara de tus planes hasta que tuvieras un aliado.

Con Clint no te fue mejor, de hecho fue inútil.

—Clint, mi buen amigo —Dijiste entrando al ático.

—Ni lo pienses. —No te dio tiempo de entrar porque ya estabas saliendo por la misma puerta, Clint era un caso perdido.

Bucky apoyaba a Steve incondisionalmente y solo te miraba con total desacuerdo cuando intentabas acercártele a él en busca de ayuda porque al parecer se había enterado de tu plan. Jamás habías conocido a una persona que te hiciera sentir culpable con tan solo una mirada, además de tu madre.

Wanda había ido hablar con Steve, era una buena amiga, pero fue llevada al lado oscuro de Steve por su discurso de que era lo mejor para ti descansar.

No había más que decir, estabas aburrida a morir, no sin antes volverte loca. Tu humor se iba cada día más.

El domingo por la mañana todo cambió.

Estabas emocionada por las noticias que Sam aunciaría esa noche. Te pusiste nerviosa en cuanto Steve comenzó a ponerse nervioso en el teléfono con Clint del otro lado. Más cuando se alejó de todos para hablar en privado. Compartiste una mirada nerviosa con Bucky pero Steve la interrumpió porque volvió con ustedes.

—Ellos estarán aquí en una hora. —Steve anunció. —Y traeran a un—invitado.

Eso fue lo único que él dijo antes de tomar el brazo de Bucky y alejarlo del grupo con una expresión en blaco. Algo andaba mal. Quien fuera que viniera tenía a Steve al límite, y eso si que era difícil de lograr.