Capítulo 12


El sonido de las balas te ponían nerviosa y veías al cielo en busca de Sam, te sentiste aliviada cuando por fin lo viste. Aterrizó frente a ti, extendió su brazo con una sonrisa presumida. —Agarrate. —Te arvirtió mientras tomabas su mano y él te abrazaba antes de despegar.

El techo del edificio principal comenzó a verse. Clint estaba para sobre un pie en la orilla mientras disparaba flechas a los agentes de HYDRA. Nat, Steve y Bucky estaban haciendo su mejor esfuerzo por mantener a los enemigos amontonados en la entrada de la base, limitando el número. Wanda estaba atacando a cualquiera que se saliera del perímetro. Mientras Sam te dejaba junto a Clint, el arquero disparó una flecha con explosivos que mandó a un grupo de agentes a volar.

Se sentía extraño e incómodo atacar desde aire, pensaste. En tierra, pelear era más intenso. Tus reflejos debían de ser más rápidos, el sentimiento de alivio que te otorgaba el techo no te gustaba del todo.

Tan pronto se dieron cuenta de que ellos estaban en el techo, hombres subieron por el acceso al techo, tú te moviste para cubrir a Clint mientras él seguía disparando a tierra. Sam también vino a ayudarles a combatir el fuego.

—¡Vamos a entrar! —Steve gritó por los comunicadores. —Mantengan la salida libre. —Ordenó mientras Nat lidereaba al equipo adentro.

Los balazos y la forma de como rebotaban en el escucho de Steve se podía escuchar pero aun así tratabas de mantener la calma. Mientras nadie pidiera ayuda, todo iba bien. Pero aun así, no estar con ellos te ponía nerviosa.

—Mierda, vienen hacia acá. —Sam maldijo y tú volteaste tu cabeza para ver que estaba pasando. Un helicóptero se acercaba. Eso no podía significar nada bueno.

Los labios de Clint se apretaron mientras buscaba otra flecha explosiva. Sam y tú estaban disparando pero no hacían gran cosa al helicóptero. Clint disparó su flecha que aterrizó en el frente y que al impacto explotara. El helicóptero comenzó a girar y viste como el piloto salía ileso antes de que se estrellara y se encendiera por completo.

—Tenemos a un corredor. —Sam anunció y te giraste a ver al hombre que venía hacia ustedes. Estaba armado hasta los dientes y cubierto de negro. Estaba obviamente, usando una armadura. Tus balas parecían no penetrarla.

—¿Quién mierda es este tipo? —Clint preguntó. El hombre del casco tenía toda la cara cubierta pero un craneo estaba pintado en su pecho. Tu corazón se detuvo al ver la X sobre él. Tenía que ser él, el hombre de negro, él que intento matarlos en la cafetería y él que destruyo su auto.

Clint no podía tener un buen ángulo desde donde dispararle. El fuego oscurecía su visión y el hombre estaba muy cerca de la entrada para que ustedes vieran bien. Tomando una decisión, viste si tu arma estaba totalmente cargada y entonces hiciste lo que debías de hacer, desobeder las ordenes del Capitán.

—Sam, bájame ahora. —Le gritaste por el comunicador.

—Falcon, ni se te ocurra. —Steve gruñó a pesar de la estática.

—Tenemos un nuevo jugador. —Dijiste tajante. —Y va directo hacia ti.

—Entonces nosotros nos ocuparemos.

—Sam, vamos. —Rogaste pero él solo seguía las ordenes del capitán. Volteaste a ver a Clint que veía las flama examinándolas. Apagaste tu comunicador y pusiste tu mano en su hombro para llamar su atención, lo mirabas desafiante mientras él te miraba preocupado.

—Sabes que necesitan ayuda. —Dijiste seria. —Por favor.

Clint no parecía feliz pero disparó una flecha a los árboles junto con un cable que te permitió bajar. —No hagas que me arrepeinta de esto. —Murmuró. Lo abrazaste rápidamente para poder bajar de la misma manera. Aterrizaste y rodaste en el suelo, sacudiste tu hombro para quitarte la tierra y entraste al edificio.

—Caitlin va con ustedes. —Clint anunció al equipo y tú ignoraste los gritos enojados de Steve para seguir a tu hombre de negro.

Había cuerpos en el pasillo. Aquellos con el cuello roto se habían encontrado con Natasha. Al final del pasillo estaba el hombre misterioso. Alzaste tu arma y disparaste esperando que esa corta distancia te ayudara con tu objetivo. En cambio, viste como las balas caían sin hacer menor daño y como alzaba su brazo apareciendo un arma.

Te moviste a un lado cuando disparó manejando entrar a la puerta de un laboratorio que había estado abierta. Azotándola detrás de ti, hiciste lo mejor para empujar un gabinete y evitar el paso a cualquier otra persona.

—Mierda, Steve, está cubierto con un traje, mis balas no le hacen nada. —Avisaste. —Está muy bien equipado. Necesitan plantar esas bombas y salir de ahí.

—¿Dónde estás? —La voz de Bucky te sorprendió, él jamás hablaba por los comunicadores.

—Estoy en un laboratorio, no muy lejos de la salida. Puedo salir, no se preocupen por mi. Solo váyanse. —Dijiste pero te interrumpieron los sonidos de balasos, el gabinete se estaba moviendo. Un momento después, ya no existía un gabinete y la puerta había sido abierta.

La amenazante figura estaba en la entrada, mietras la veías con preocupación.

—Si vas a matarme, solo hazlo. —Dijiste mientras buscabas el cuchillo de tu espalda. Debía de haber espacios vulnerables en esa armadura. Alguno lo suficientemente pequeño para enterrarle tu cuchillo.

Su risa te hizo retorcerte. Sus manos alcanzaron su máscara y la quitó mientras mostraba una sonrisa escalofriante. —No te preocupes, niña. No estoy aquí por ti, solo eres la carnada.

—Rumlow. —Escuchaste a Steve maldecir por el intercomunicador. —Te ves bien.

Él no apreció tu comentario y te apresuró para empujarte contra un mesa y acorralarte por las caderas. Podías escuchar las cosas caerse y romperse detrás de ti. Moviste tu brazo y trataste de enterrarlo pero él lo evitaba. Peleaste para poner más presión en el cuchillo pero él lastimaba tu mano. Su mano libre se colocó en tu cuello, presionando tu cabeza contra la mesa de metal. La incómoda posición dejaba tus piernas al aire libre pero era imposible golpearlo con ellas.

Comenzaste a ver puntos negros mientras la presión en tu garganta aumentaba y los intentos por quitar su mano fallaban. Tu mirada pasabo por el lugar en busca de ayuda pero tu visión comenzaba a fallar. Tu corazón golpeaba fuerte tu pecho y podías escuchar correr tu sangre por tus orejas. Desorientada, pudiste haber jurado que viste un destello plata antes de desvanecerte.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top