Dia 4: Perfiles (Spring has come)



Qué es el amor sino una porción de odio expresado de forma amorfa, qué es sino la muerte inminente de tu razón y el renacimiento de un pensamiento primitivo, qué es sino la partida de tu humanidad y la llegada de un ser totalmente egocéntrico y megalómano en potencia.

Ella bien sabía que algún día él partiría llevándose algo más que un suspiro, sabía que el día de su partida él la dejaría sin orgullo y sin corazón, la dejaría vacía, hueca y con el espacio suficiente para inundarla de odio y resentimiento.

El recuerdo de ese día la agobia con la llegada de flashes llenos de imágenes de esa noche, el mirador impregnado de belleza dejaba un crepúsculo en el horizonte, un sol muriendo en soledad allá en la lejanía del eterno universo mientras su último suspiro de vida era evocado en tonos ambar que bañaban el cielo de resplandor, ese era el último suspiro del sol antes de su inminente muerte y la resurrección de la luna.

Si, es que sus últimas palabras fueron como la partida del sol, su último adiós fue como la llegada de la luna, su despedida era la agonía del cambio, la deprimente soledad de ver el crepúsculo caer y no poder hacer nada.

La expansión de su corazón terminó en una implosión fulminante, sus latidos arritmicos dejaron de resonar como eco por su tórax y con la primer estrella en el cielo, todo se detuvo.

Parecía que sus ojos no lograban enfocar la belleza del panorama, no podía luchar más con el sentimiento de abandono, alzó un pie, el primer paso definitivo, y giró, abandonó el lugar y no vio hacia atrás, el amanecer reemplazaría al crepúsculo en unas pocas horas más y entonces olvidaría todo.

Se ahogaria en sus penas mientras la luna la mira de soslayo y siente pena por ella, se ahogaria en sus miedos y se dejaría abrazar por sus peores demonios, todo por una noche, para ver la luna caer y mirar los rayos de luz renacer como un fénix.

Ya no recordaría el aroma a verano en su camisa, ni la calidez de sus abrazos como arena de mar, no pensaría en la sensación de sentir sus besos primaverales sobre sus labios, ya no reconocería el tono rosa carmin en su boca como la mas bella flor de la estación. Olvidaría sus ojos color otoño y su enmarañado cabello como las ojas que caían de los arboles, y sobre todo, ya no pensaría en como el invierno repentinamente invadió su semblante, dejándolo gélido y sin vida.

Ahora ella viviria para sí misma y seguiría el rumbo de las cosas, luego de un frío y marchito invierno llegaría la primavera otra vez y se dejaría caer por el chico que sonreía hacia ella mientras esperaba el autobús que la llevaría lejos de aquel desgastado recuerdo.

Ahora volvería a comenzar porque el invierno se había ido y la primavera había vuelto, ahora todo parecía volver a florecer.

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