Epílogo
-No tienes que enojarte por eso...- digo mientras doy pasos apresurados y largos, intentando alcanzar al mexicano enojón que va unos metros más adelante que yo.
-¡Sí, claro, cómo no!- responde con ironía, a lo que camina aún más rápido por la fría y fúnebre calle. Dobla en la siguiente avenida y justo el semáforo para los automóviles cambia a verde. De su boca brota una maldición y yo ahogo una risa que me hace toser.
-Por favor- suplico tomándolo del brazo y volteándolo hacia mí. -No tienes que ponerte así. Eres increíblemente terco y muy llevado a tu idea. No era lo que tú estabas pensando.
-Te juro que sí te veo de nuevo con Marcos...
Poso mi índice en sus labios.
-Cállate, por favor. No sabes que boberías estás diciendo.
-¿Crees que me hace feliz que cada momento del día estés con él?
Tiene el ceño fruncido, las mejillas algo ruborizadas y sus pupilas dilatadas, escondiendo lo poco que queda de la miel que cubre su iris. Se ve tan adorable cuando se enoja.
-¿Y tú crees que es muy agradable qué te pongas celoso por todo lo que hago?
Se toma el beanie con fuerza y o estira hasta que le tapa los ojos. Siento sus brazos abrazándome bruscamente por la cintura y apegarme a él. Tengo que mirar hacia arriba para ver su expresión, ya que sólo le llego al hombro. Él me da una media sonrisa, la que yo tomo como seductora, la típica que hace para arreglar las cosas.
-No te sale- comento y le ruedo los ojos.
-A ti no te sale hacerte la difícil, cariño- dice en un susurro que se queda haciendo eco en mi oído, a lo que me estremezco bajo él. Se ríe.
-¿Qué te dije? Ya estás temblando- agrega, y cuando una mano fría me recorre la espalda, haciendo contacto directo con mi cálida piel por el sweater de lana que estoy usando, un chillido resuena gracias a mis cuerdas vocales.
Michael me calla con un beso.
Y no son de los besos normales. Puedo sentir como mi grito de sorpresa traspasa de mis labios a su cavidad bucal, a lo que él sonríe y yo abro los ojos de golpe. Su mano se mantiene en mi espalda, acariciando cada vértebra de esta. Se da cuenta que lo estoy mirando enojada, entonces abre un solo ojo, e involuntariamente su ceja izquierda se alza. Suelta una risa y los de Michael encierran mi labio inferior.
-Tú tienes eso en la cabeza que con besos yo me olvido de todo.
-Porque es la verdad, preciosa.- se encoge de hombros y entrelaza sus dedos con los dedos. -Anda al auto, discutiremos en casa.
Emito un gruñido y le saco la llave de bolsillo de sus vaqueros. Mis zapatillas rechinan para su vigésimo cumpleaños. Abro la puerta del copiloto y echo la cabeza hacia atrás contra mi asiento. A los pocos minutos, Michael se sube también, sumándose al tráfico mientras busca el camino para entrar en la carretera.
Mi mirada se queda pegada en la vaga nada, porque estoy sumergida en mis pensamientos. Ni siquiera sé si estoy pensando. Cuando Mike se detiene en el semáforo, comienzo a contar los rascacielos que hay en la manzana. Uno, dos, tres...
Cuando sus dedos acarician mi muslo, con brusquedad alejo mi pierna de su alcance.
-¿Sigues enojada? Creí que ya se te había pasado
-Bueno, ahora te das cuenta de que estabas equivocado.
Frunce el ceño y la sombra de una sonrisa se esconde en la comisura de su boca.
-Te gustaría que lo hiciera Marcos, ¿cierto?
Esa fue la gota que rebalsó mi paciencia. ¿Por qué siempre tiene que meter a mi compañero de universidad? Me quedo muda. Con las palabras dándome comezón en la lengua, pero aún así me aguanto. Por el rabillo del ojo admiro sus rasgos endurecidos, deduciendo que también se molestó por mi actitud. En mi interior, mis hombros se alzan, dándome la certeza deque me importa un bledo que esté ahora enojado conmigo porque sé que es su problema y un lío que él mismo ocasiono.
Cuando llegamos a nuestro departamento que arrendamos en el barrio alto con el dinero que ganamos gracias a unos cuantos trabajos, más la ayuda de nuestros padres ya que estamos muy colapsados por la universidad, Michael estaciona el auto en nuestro respectivo puesto y se da la vuelta hacia mí.
-Quiero que sepas que tome tu silencio como un sí. Sólo eso.
Me bajo del auto hecha una furia y a grandes zancadas llego al ascensor. No quiero esperarlo y no quiero subir con él. Presiono impacientemente el botón. Cuando llega, una pareja de ancianos se baja dejando el elevador vacío. Me subo y aprieto el número catorce (que es donde se encuentro nuestro piso), y justo cuando la puerta va en la mitad, la silueta de Michael entra. Maldigo para mis adentros.
Las puertas del ascensor se deslizan y salgo antes de que se abra entera. Escucho el suspiro de Mike a mis espaldas y con manos torpes busco la llave de casa. Entro y empiezo a desvestirme mientras camino desde el pasillo hasta el baño. Necesito una ducha de agua caliente ahora. Seguro el vapor me hará sentir mejor.
Un chaleco crema de lana y una blusa queda desparramadas por el piso, mis zapatillas con los cordones esparcidos encima de una silla, mis jeans sobre la cama y calcetines botados en un rincón es lo que me lleva a quedarme sólo en ropa interior, y el grifo de la ducha modula un gran sonido provocado por el agua que cae. El vapor producido por las elevadas temperaturas empañan el vidrio y sonrío cuando siento cálida cascada caer sobre mi estresado y desnudo cuerpo.
La respiración de Michael choca contra mi oreja y me sobresalto, por lo que casi me resbalo pero Mike me sostiene en su pecho.
-¿Por qué estás aquí? Quería un baño para mi sola.
Él niega con la cabeza.
-Ya deja de hacerte la enojada y relájate.
Sus labios se estampan en los míos y prácticamente me olvido del mundo. Su mano delinea la curva de mi cintura, pasando por mis resbaladizas caderas a lo que con la otra mano me acaricia la mejilla y me quita el cabello mojado de la cara. Camina con sus labios por mi cuello, empapando de besos mis clavículas, yéndose al sendero de mis pechos y pasando la lengua por mi pezón izquierdo. Michael pega mi anatomía a la helada pared, y el agua sigue cayendo entre nosotros. Pasa sus dedos por mi sexo descubierto y ahogo un gemido.
-No tienes ni idea de cuánto me enoja vete con él...- susurra en mi oído y besa el lóbulo de mi oreja. -Porque eres mía, Valu. Debes tenerlo claro, de que cada centímetro de tu cuerpo y de tu alama, pertenece a mí.
Sus confesiones revotan en mi ingle, su erección golpea mi vientre y yo trago saliva.
-Tú no te das cuenta que todos matarían por tener mi lugar, todos quieren tenerte a ti, Valu. Porque eres perfecta en todas las maneras posibles- pasa un dedo por toda mi columna vertebral, a lo que una decena de corrientes eléctricas me recorren de pies a cabeza. -Valentina Zenere es mía, y la amo un montón. Te amo, Valentina. Te amo con todo lo que soy y no...
Lentamente su miembro roza mi entrada y cierro los ojos.
-Y no...- dice entre jadeos cuando se hunde en mí. Abrumada, me entrego a él, colocando mis brazos en sus hombros, agarrándome para no caer. No siento mi cuerpo, no soy capaz de nada, ya que él altera mis sentidos. Cuando sale y vuelve a fundirnos para convertirnos en un solo. En un solo cuerpo y alma. Soy vulnerable a que el placer me posea en forma rápida y silenciosa. Una y otra vez, y de nuevo, y otra vez soy testigo de que no puedo estar completa sin él, porque sólo Michael Ronda me hace sentir de esta manera que me hace olvidarme hasta de mi nombre.
-No quiero perderte jamás, bonita, te amo- concluye. Apoyo mi cabeza en su hombro, exhausta pero con ganas de más, con el corazón latiendo a mil y desarmándome en pedazos porque las piernas me flaquean.
Mi mano palpa su tatuaje, que son sólo dos palabras tatuadas para siempre en forma diminuta en el hueso de su cadera. Dos palabras que comenzaron todo.
"Abrazos gratis".
FIN
Bueno... nunca me gustaron los finales, pero sé que son necesarios para terminar una etapa y comenzar otra desde cero.
Es muy triste terminar esta historia donde conocí a personas súper geniales que me ayudaron y apoyaron en todo este tiempo.
De verdad, que hacer los agradecimientos es lo peor por lo que una escritora puede pasar... porque se siente ese pequeño temor de olvidarte de alguien importante...
A ver... empecemos...
Primero les quiero agradecer a las chicas del grupo de WhatsApp de Abrazos Gratis...
Chicas déjenme decirles que todas ustedes son las mejores por todo el amor que me dan, por todos los buenos ratos que pasamos, por todas las bromas, por todo el cariño mutuo que nos tenemos y por todo ese gran apoyo que me brindaron sin pedirme nada a cambio...
Sería genial que las mencionen, ¿no creen?
Pues, AnneHernandez325, florchuu444, belenquis, -GlassHeart, MiriamPerez939 y vaninastieben
Esas chiquitas, no tan chiquitas, son super buena onda y me ayudaron con algunos capitulo donde yo estaba sin imaginación.
Quiero aclarar que el orden en que las puse no tiene nada que ver con el aprecio que le tengo a una más que a la otra, puse ese orden de forma al azar. A todas ellas las quiero por igual.
En segundo lugar creo que tengo que agradecer a todas estas personitas que llegaron hasta acá de una manera u otra. Es super alentador el saber que hay alguien atrás de un celular, tablet, laptop o computadra que lee esta historia hecha por mí, y es aún más alentador el saber que le gusta y que hasta lograste sacarle una sonrisa.
Les quiero agradecer a todos ustedes por el apoyo que me brindaron, por todos los votos que me han regalado, por todos los comentarios escritos, por todas las vistas que le han dado a esta historia que es más suya que mía.
También les quiero agradecer a todos esos lectores(as) fantasmas, porque aunque no estén votando todo el rato o comentando, yo las siento con todas esas vistas que día a día aumentan.
Gracias. Gracias a todos ustedes por hacer que esta historia sea de su agrado, porque aunque sea adaptada, eso no le quita la emoción porque es una historia que yo adapte para todas ustedes, es una historia donde sin querer deje mi huella, y donde sin querer hice que Valentina y Michael dejaran sus huellas.
No quisiera que esto termine. Pero es algo que es parte de la vida.
Como bien dije al principio de esta nota...
Los finales son necesarios para terminar una etapa y comenzar otra desde cero.
Quizá este es el fin de Abrazos Gratis, pero no es el fin de AFt_MRonda.
Sorry, pero tienen Anet para rato...
Tal vez alguna de ustedes se estén preguntando si habrá otra historia que comenzaré pronto...
Déjenme decirles que lo pensé mucho...
Pero creo que por ahora no.
Cuando termine de escribir Love is Louder empezaré con otra.
Es una lástima que no pueda seguir con 2 historias a la vez como lo iba haciendo pero es que, me propuse mejorar mi rendimiento escolar porque estoy a sólo un año de terminar mi secundaria y empezar otra etapa nueva de mi vida que no pensé que llegaría tan rápido.
Espero de todo mi corazón que me entiendan.
Por ahora mis prioridades serán Love is Louder y mis estudios.
Pero en este párrafo déjenme historias que quieren que adapte, ya sea a Michaentina o Simbar.
Si tienen alguna duda sobre algo, nunca duden en hacérmela llegar, ya sea por medio de los comentarios o por mensaje privado.
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Se me ocurrió que podríamos hacer un Preguntas y Respuestas o Q&A de los personajes y quizás de la autora también.
Creo que sería buena idea despedir a Mike y Valu como se merecen, ¿no creen?
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Gracias (de nuevo) por llegar hasta acá conmigo.
Las quiero, leo y respondo.
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