Actos involuntarios
La atmósfera es cálida, apasionada, desenfrenada, exaltada, incontrolable y... calurosa. Muy calurosa. Siento que todo mi cuerpo me quema, que mis labios están extremadamente hinchados y duelen, pero el deseo es más poderoso y no puedo dejar de presionarlos contra los de Mike. El beso es estimulante y muy provocador. Sensual, diría yo.
Lentamente,las cosas se van saliendo de control. Ya soy ignorante de la noción del tiempo, mi cuerpo me pica, quiere que lo toquen. Y mis pensamientos son escuchados, pues la traviesa mano de Michael está deslizándose por debajo de mi jersey, haciendo que su tacto abrase contra mi piel. Hace pequeños circulos en el hueso de mi cadera, para luego escabullirse por mi espalda. Su mano fría se extiende por mis omóplatos, enviando escalofríos por mi espina dorsal.
Tejiendo mis dedos en los cabello de su nuca, lo apego más a mis labios. Él me responde con una sonrisa. El jersey que me envolvía, desaparecio de repente. Estoy solamente en una delgada sudadera y mi sujetador. Es algo vergonzoso, hace mucho que no estoy en esta situación con un chico.
Se despega de mis labios, mirándome a los ojos. Sus ojos están oscuros, poseídos por el deseo, la ansiedad y ¿excitación, tal vez?, sus manos se posicionan en el inicio de mi sudadera y me transmite lo que quiere hacer por como me mira. Yo asiento levemente y levanto los brazos, mientras él me quita la prenda, dejándome semi desnuda de cintura para arriba. Mi cara arde al ver su rostro perdido en mi sujetador negro, seguramente lo noto porque levanta su barbilla y deposita un suave beso en mis labios. Quedo sin aliento, los músculos de mi vientre se contraen y la emoción queda atascada en mi garganta.
-¿Por qué tú no te has sacado la camisa?- pregunto intentando sonar segura pero con una pizca de humor. Mike sonríe burlón.
Su camisa rueda por su torso, dejando al descubierto su abdomen duro y trabajado. Mis ojos se abren más de lo normal, embobada, desonrientada en aquella parte de su cuerpo que me ha puesto los pelos de punta. Él esboza nuevamente una sonrisa, pero esta vez, una satisfactoria. Se inclina en mí, y la mezcla de mi piel con la suya me quema causándome mucho placer. Nuestras piernas se entrelazan, provocan que sienta su erección clavada en mi cadera. Oh no...
Construye un camino de húmedos besos por mi mandíbula, mi mentón llegando hasta mi cuello.
Gimo, los besos así son mi punto débil. Pasa su lengua por mi clavícula y cierro los ojos con fuerza por la sensación. Cuando llega a mis pechos, me da una mirada rápida y me pierdo en el cafe de sus ojos. Cada vez que me mira así de fijo, me siento desnuda y vulnerable, como sí estuviera perforando lo más profundo de mi alma. Su dedos índice traza una línea imaginaria por el sendero de mis senos, a través del sujetador. Me quedo mirándolo expectante. Sigue hasta mi vientre, para para en mis pantalones. Juega un poco con el botón de este y me muerdo el labio inferior. Él vuelve a mi rostro, juntando nuetros labios en un beso hambriento.
Por acto involuntario, muevo mi cadera, haciendo que mi feminidad haga fricción con su entrepierna. Él jadea como respuesta, abre los ojos de golpe y se endereza en la cama.
-No vuelvas- gime tomando una profunda bocanada de aire. -No vuelvas a hacer eso.
Sonrío con malicia. Me sorprende de mi atrevimiento, yo no soy así.
-¿Qué? ¿Esto?- y presiono contra su erección en movimientos circulares.
Suelta un suspiro y echa la cabeza hacía atrás. Se muerde el labio y eso me enloquece. Levanto un poco mi cuerpo, tomo su cabeza y lo acerco hacía mí, para poder saborear sus labios otra vez. Suelta un risita y yo lo imito.
Cuando está a punto de desabrochar mi sujetador, escucho grandes y rápidos pasos por la escalera,lo que me hace separarme de golpe de Mike, tomar mi sudadera que está tirada en el piso y colocármela lo más rápido posible.
-¡Eh, Mike!- dice una voz familiar detrás de la puerta, mientras unos nudillos dan suaves golpes a la puerta. -¿Puedo pasar? Soy Louis.
-¡Espérame un minuto!- exclama Michael, intentando sonar normal.
Se viste con rapidez y se acomoda los pantalones. Intento ahogar una risa pero Michael se da cuenta. Viene hacía mí y deposita un beso en mi boca.
-Esto no ha terminado- susurra en mi oído y me guiña un ojo, se gira sobre sus talones y abre la puerta.
~•~
Capítulo de ayer...
En 2 horas les traigo el capítulo de hoy.
Las quiero y las leo
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