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• Jungkook •
Una vez que había finalizado la primera clase del día, lo único que atine a hacer fue tirarme en mi pupitre y tratar de conciliar el sueño, algo que no era muy difícil, ya que ayer no pude descansar lo suficiente debido a que me había quedado viendo en el celular las indicaciones de como llegar a la escuela mientras intentaba memorizarlo, y que suerte que me lo acordaba un poco, porque se me olvido dejar el celular cargando. Por lo que estoy seguro de que si no me lo acordara, aún estaría rondando en las calles de Seoul.
En lo que intentaba dormir, pero no podia, ya que los gritos de ¨mis compañeros de clase , o mejor dicho, animales, era casi imposible querer conciliar el sueño. Si bien sabia que no debía llamarlos de esta manera, solamente los estaba clasificando por el nombre que deberian recibir. Parecía que estaban matando a alguien o haciendo un ritual por todo el ruido y bullicio que hacían. A diferencia de ellos, y para mi suerte, mi compañera de banco no estaba gritando; simplemente se encontraba recostada en la misma posición que yo, y perecía estar durmiendo o mejor dicho parecía muerta. Bien por ella. Por lo menos alguien de los dos podia dormir a pesar de todo lo que ocurría al rededor.
Al cabo de unos minutos, siento la presencia de alguien parado frente a mi pupitre y a los segundos comienza a hablar, por lo que me enderecé para saber quien era.
—Hola Minyoung— entonces es amiga de la chica que tengo al lado, perfecto— ¿Cómo han estado tu vacaciones? Las mías, si lo preguntas, fueron perfectas; me fui a Italia y estuve comprando muchísima ropa— su voz era muy irritable.
Cuando Minyoung escucho su nombre, se enderezó sobre su asiento y miro a quien la llamaba de manera desconcertada y parecía bastante molesta por no dejarla dormir lo que restaba del receso, o hasta que venga el profesor.
—¿Qué quieres Sunhye? No creo que vengas a saber cómo estuvieron mis vacaciones— creo que no son amigas—. Pero si te mata la curiosidad mis vacaciones fueron estupendas, me fui a Disney y lo mejor del viaje fue que no me encontré con ninguna perra—comentó
— ¿¡En serio no te encontraste con ningún perro!? Que raro, cuando fui había visto un montón— se encontraba realmente sorprendido y confundido, ¿De verdad no lo había entendido?— . Bueno no me importa realmente — de un momento a otro cambio totalmente su actitud y ya no se encontraba sonriendo—, pero ya que lo preguntas quiero cambiar tu lugar por el mío, llegue tarde y no me gusta much-
—No.
—¿¡Qué!? ¿¡Porqué no!?— ahora su voz era más chillona—Por favor Minnie...¿En que te molesta este pequeño favor? — trataba de sonar dulce— Además seguro que Jungkook se quiere sentar conmigo ¿cierto?— en ese instante me miro esperanzada a que respondiera algo a su favor.
Estaba presenciando esta pelea, o mejor dicho discusión, únicamente porque no podia dormir y además, me parecía un poco interesante, solamente faltaban las palomitas de maíz y era perfecto. Sin embargo, cuando dijo mi nombre y me metió en la discusión me quede más confundido de lo que estaba esa chica anteriormente cuando la habían llamado perra indirectamente. ¿Porque me querría sentar con ella? No la conozco. Cuando iba a responder, mi compañera de pupitre hablo primero por lo que preferí callarme.
—Primero, no me llames así nunca más, me da repelus, que asco—hizo como si tuviera escalofríos, mientras que trataba de sonar lo más pacifica posible— ; Segundo— en lo que iba diciendo las razones, los enumeraba con los dedos de su mano—, para conseguir este asiento me levante muy temprano para venir antes que todos estos monos, y eso te incluye a ti— ¿hizo todo eso por ese asiento? — . Tercero y último, deja de tratarme de manera amistosa porque las dos sabemos que yo no te agrade nunca, y tu no me agradas. Pero sabes la diferencia ¿entre tú y yo? Que yo tengo clase y tú no. Además, de que yo prefiero ser honesta y me importa una mierda lo que diga la gente, y tu eres una hipócrita de mierda que lo único que busca es mostrarse como alguien perfecto desprestigiando a los otros— la quiero como amiga en este mismo instante
En el momento que esa chica iba a protestar para luego tirarse encima de MinYoung, o viceversa y así, comenzar la tercera guerra mundial entre las dos, aparece el profesor de física. Por lo que tuvo que irse refunfuñando a lo bajo, para que comience otra clase.
•••
Por fin había terminado el primer día de clases. Bastante tedioso a decir verdad, hubo una gran pelea por un asiento, luego que vinieron como dos chicos más con el mismo propósito, y Minyoung le dio la misma respuesta que a la primera chica pero de manera más serena y calmada. Pero más allá de ello ¿¡Quién fue el estupido que hizo ese horario de mierda!? Iba a tener que contarle muchas cosas a mi madre. Realmente ya quería volver a casa, fueron muchas cosas en un solo un día, y lo único que aspiraba hacer era dormir hasta el día siguiente, solo había un problema: no sabía cómo volver y pode haberlo buscado en mi celular pero para mi sorpresa, se había descargado por completo.
No sabía que hacer, no conocía a nadie y estaba entrando en pánico porque todos se estaban yendo del aula, menos mi compañera de pupitre, quien estaba guardando con mucha lentitud sus marcadores y lapiceras de colores, que había esparcido por todo su espacio, donde al fin y al cabo, había visto que utilizó un solo color, lo cual no tenía sentido. No sabía si preguntarle, solo había cruzado pocas palabras con ella, o mejor dicho casi nada. Tal vez pensaba que era un loco pero ante situaciones desesperadas, medidas desesperadas.
—Eh... perdóname— aclaré mi garganta mientras esperaba a que me mire— ¿Me podrías ayudar con algo?— estaba rezando internamente a que diga si.
Ella me miro de arriba a abajo seguramente pensando "¿a este qué bicho le pico?" —Si.. ¿Qué es?— sonaba dudosa.
—Pues.. soy nuevo en Seoul y no se como volver a mi casa ¿Me podrías ayudar?— estaba nervioso ¿y si se retractaba?— Tengo la dirección escrita pero no conozco las calles— le extendí la hoja para que la leyera— ; lo iba a buscar en mi celular pero se quedó sin batería— agregué explicando la situación.
En cuanto leyó la nota donde decía la dirección donde vivía, sonrió muy alegre.
—Ah si, ya se donde queda. Si quieres te acompaño, no tengo nada que hacer luego y además tú casa queda cerca de unas de mis cafeterías favoritas— dijo con una sonrisa.
Que tierna.
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