Capitulo I Mi Corta Edad

Un hermoso sol hace presencia por una venta, una brisa pacífica mueve sigilosamente las cortinas blancas que se encontraban colgadas desde la repisa de la ventana, era un cuarto bastante amplio, sus paredes eran tañidas con un color rojo brillante con encajes negros y blancos en las esquinas de las paredes, a un lado de la ventana se encontraba una cama finamente ordenada, todo era de un blanco que transmitia paz, la almuhada pequeña, el cobertor, el colchon, todo era blanco en esa cama, al otro costado de la ventana se encontraba un escritorio bien organizado, con una computadora con stikers de bandas de rock, como Metallica, Iron maiden y Kiss, un par de libros de fisica y mecnaica cuantica, y uno muy gruso que daba refrencia a que eran como 500 hojas, el cual tenia por titulo "La Inteligencia Emocional", habia tambien un par de libros infantiles como "El Principito", en la otra esquina habia un pequeño ropero color azul marino, habia ropa para todo tipo de ocasion, peor toda era para una persona del sexo femenino, con no mas de 15 años, a la par de este ropero consigo a la puerta yacía un gran espejo de cuerpo completo un poco enpañado con su marco color dorado, ahi a un lado una puerta color amarillo, un amarillo fuerte y que rezonaba en toda la habitacion. Una habitación poco común, con colores exóticos y poco mezclables entre sí.

Este era el hogar de una adolescente de tan solo 15 años, una joven bella, cabello color borgoña ondulado, tan largo que llegaba hasta sus glúteos, ojos color verde lima felinos o atrigados, poco comunes, tez blanquecina y un par de pecas, labios estilo superior finos, bien hidratados maquillados con un labial de color nala, un cuello delgado, pernas esbeltas, brazos delgados y manos bonitas, delicadas y elgantes dignas de una femina, gluteos firmes dignos de horas de jercicio diarias y pechos no muy grandes, cabe recalcar que este parsona era agraciada, bella y atractiva. Su nombre era Abnus, un nombre poco frecuente como ella, esta joven era especial, no era un ser simplemente normal, su belleza era digna de una diosa como Hera, su desarrollo mental también era amplio.

Abnus era una estudiante de uno de los institutos más famosos de toda Servía, excelentes notas, educada, carismática, aunque de pocos amigos por decir ninguno.

Era una noche hermosa, luna llena, estrellas brillantes, clima frio, y el lugar estaba inundado por un aroma a granada con cerezas, poco común para esta chica, ahi se encontraba experimentando con su raton de indias.

El lugar estaba poco iluminado, era pequeño, las paredes eran blancas con solo una mesita que contaba con toda clase herramientas desde una Aguja Hipodérmica hasta un cuchillo que más parecía un hacha, guantes esterilizados, mascarrilas quirurjicas, gorros de quirofano, alchool, algunas botellas con medicamentos no definidos, gazas, algodon entre otras, a un costado de esa mesa habia una camilla con una persona de no mas de 18 años, de tez blanca, cabello negro y un poco risado, ojos color carmin, de conflexcion delgada, no muy alto de metro setenta mas o menos, atado de los tobillos, las muñecas y su cuello, y con un pañuelo evitando que salga alguna palabra en axilio de su boca, casi desnudo sino fuera por su ropa interior. Su cuerpo tenía muchos pinchazos, faltaba un pequeño trozo de carne de su abdomen, una cortada un tanto profunda que iba desde su cuello hasta su haba, ese pobre chico estaba siendo torturado antes de ir a su sueño eterno.
Frente a esta camilla con una gran sonrisa sádica que no se veía por la mascarilla que llebava puesta estaba Abnus, con un pequeño visturin en su mano derecha y con su brazo derecho en la cintura, sus ojos brillaban como diamantes al tener enfrente tal escena, ese pobre chico solo quería acercarse a la joven con intención amistosa.

Flashback-Dos semanas antes.
Abnus recorría tranquilamente en alguna de las calles de toda Servía, tranquila con su café latte y comiendo un corassand, de pronto un chico la embistió.

-¡Hola Abnus! Que sorpresa encontrarte aqui,¿como has estado?.
Pregunto muy entusiasmado.
-Bien Angelo, no esperaba verte, ¿dime que necesitas de mi?
Interrogó con un poco de molestia, pues cuando alguien se dignaba en hablarle era por interés como ayuda para tareas o explicaciones de clases, etc.
-No nada, simplemente quería saludarte, que dices te invito a cenar, un restaurante con comida deliciosa se encuentra tan solo doblando la esquina, ¿que dices?
Su forma de mover las manos decía que estaba nervioso, pues este había tratado de acercarse a la joven desde que la conoció hace tres meses, pues lo cautivó no solo con su belleza sino también intelectualmente.
-Emmm, no lo se Angelo, no soy buena comunicandome con otras personas.
Observó al joven que ya se encontraba con ojos tristes y mirada baja.
-Esta bien, vamos, te acompañare, solo que tu pagas he!

El chico le sonrió con ternura y asintió, ambos caminaban uno al lado de otro sin decir nada, por parte de Abnus ella se sentía incómoda y una curiosidad por el chico que no sabe que es, no es su fisico, ni su manera de demostrar sus sentimientos a flote había algo mas, no, no hablo de enamoramiento, es otra cosa, en cuanto a Angelo, el solo rebosaba de felicidad por fin podría acercarse a esa persona que desde hace tiempo lo tenía en desvelo por las noches y desubicado.

Luego de esa velada Angelo acompañó a Abnus a su casa, ambos se veían felices, prometiendose el uno al otro volver a repetirlo y pasar juntos el receso de mañana en el instituto.

Esa misma noche Abnus se sentía curiosa, ansiosa y ya tenía un plan para tener al chico bajo su mandato, era la primera vez que lo haría estaba nerviosa, pero quería que fuera perfecto, compro todos las herramientas y utensilios necesarios, a pesar de que solo era una joven contaba con mucho dinero, ya que tenia la herencia de sus padres y lo que ganaba en un trabajo como tutora privada para niños con problemas en el desarrollo de lectura, preparó el sótano de su casa, esa habitación sería especial por muchos años, ella tenía un tipo de afición por los cuerpo cortados finamente, adoraba escuchar el dolor de las personas y degustaba el sufrimiento como un dulce relleno de chocolate, diras pero como una joven tiene esa mentalidad, bueno esque Abnus desde pequeña era diferente adoraba todo lo referente al dolor y oscuridad, sus películas favoritas eran como Haunted Hospital, le fascinaban los forenses, los psicólogos y los médicos, pero más que una afición ella quiera pasar a otro nivel, ejercer dolor por sí misma en otra personas, y bueno Angelo llego justo a tiempo.

Esa semana fue todo un vaivén de emociones para Abnus ya tenia un plan, el lugar, las herramientas y a su conejillo de indias, solo quedaba esperar el momento justo.

Angelo se veía feliz pues había logrado acercarse de gran manera a Abnus, todo una semana compartiendo entre risas, y charlas triviales, él se sentía realizado, la siguiente semana trataría de conocer más sobre ahora como él decía su "amiga". Esa segunda semana todo iba de maravilla, Angelo invitó a cenar a Abnus al restaurante anterior, lo cual ella accedió gustosamente.

Era viernes por la noche, ella portaba un un traje compuesto por un pantalon negro y una camisa de cuello verde como sus ojos, con estampados platados en las mangas tres cuators y el cuello, en su cabello una coleta alta, con dos mechones sueltos a cada costado de su rostro, un par de aretes no muy ponposos color negro en forma de perla, una botas con cintas con un tacon de unos 8 centimetros la hacia ver un poc mas alta aunque ella no era tan pequeña, media metro sesenta y dos. Se veía fabulosa, ya se lo que piensas que hace una chica de su edad a altas horas de la noche con un chico y vestida asi, bueno para el pueblo de serbia era habitual ver chicos desde los 14 años a esas hora de las noches en discotecas o parques.

Por su parte Angelo vestía unos pantalones negros de vestir, una camisa de cuello solo que la llevaba por fuera, con las mangas enrrollada toscame te y su cabello rizado con un brillo peculiar.

Ambos felices entraron al dichoso restaurante, comieron y bebieron acompañados de risa, alguna carcajada y chistes de parte del joven, luego caminaron por un rato antes de llegar a la residencia de la chica, por mas o menos una hora más charlaron sobre cosas sin sentido, pero Abnus solo pensaba en tener al chico en ese cuarto lúgubre. De pronto ya se encontraban en la entrada de la casa de la chica, ella lo invitó a pasar, el gustoso aceptó.

-¿Quieres un poco de Té con galletas de jengibre?
Preguntó con entusiasmo la chica invitándolos a tomar asiento en el sofá de una pequeña sala que contaba solo con un televisor, una pequeña mesa de noche, la cocina y un desayunador.
-Claro, con gusto, solo no le pongas mucha azúcar al Té.
Está bien, vuelvo enseguida.
Lo que le incrédulo chico no esperaba, era que ese Té sería el causante de un profundo sueño

Luego de caer en los brazos de morfeo, Abnus llevó el cuerpo de Angelo a ese cuarto blanco, lo sujetó bien con unos cinturones que se encontraban en los respaldos de la camilla, se colocó los guantes, la mascarillas y el gorro, esterilizó todo el cuerpo de Angelo con alcohol, el cual ya había sido despojado de las prendas de vestir que afectan con su desempeño en el dichoso experimento. Luego de eso cogió un bisturí y corto con delicadeza y elegancia desde el cuello hasta su haba, pensó que despertara pero, no, quizás había usado demasiado Zaleplon en el Té, por lo que cortó una pequeña pieza de carne en forma de pirámide invertida del abdomen, con esto último el chico recobro la conciencia y sus ojos empezaron a sollozar por el ardor y el dolor que sentía en ambas heridas.

¡ESTA NOCHE SÍ QUE SERÍA ÚNICA PARA AMBOS, DIGNA DE JAMÁS SER OLVIDADA!

Fin del Flashback.

-Wow de verdad eres un espécimen digno de admirar aún no te has desmayado, JAJAJAJA
Angelo solo gritaba por dentro y suplicaba que alguien lo ayudara, y se preguntaba cómo una chica como ella era ese monstruo. Y como si eso fuera todo parecía que ella lo disfrutaba y con solo verlo a los ojos ella sabía lo que estaba pensando.
-Escúchame con atención mi querido Angelo...
Dijo mientras el bisturí cortaba sus goznes y el solo intentaba gritar por el dolor.
-Nadie te salvara, y no soy un monstruo, solo soy diferente, y me encanta ver como tus ojitos me piden piedad, pero no Ángelo tu moriras aqui y seras mi experimento por unas horas más, sabes siempre quise hacer esto, y ahora tu me das la oportunidad de cumplir una de mis fantasías, deberías estar contento, no querías eso, que yo fuese feliz, pues lo soy, me estoy divirtiendo con todo esto tu no Heredero del Sol?

De que habla Abnus, bueno pues ella investigo todo del chico, absolutamnete todo, y bueno es hijo de uno de los mafiosos mas grandes de Servia, Los aclamados Heredoros dle Sol o como los llamaban las peronas de estatus bajo, ellos eran concidos por su exportacion de drgoas, de ahcer tratos corrupotos con politicos, trata de persona y tortura. Así que a la vista de Abnus sólo hacía justicia, hace pasar a Angelo lo que muchos tuvieron que sufrir a manos de su padre.

Las horas transcurrieron Angelo no resiste desde hace una hora antes, su cuerpo está lleno de heridas y porciones de piel le hacían falta, además de que uno de sus ojos ya no estab en su ubicación original y se encontraba en una bandeja, y por fin Abnus destapa su boca y le pregunta su último deseo, y lo unico que el dice es:

-TE AMO AUNQUE SEAS UN DEMONIO.

Dando con eso su último aliento, Abnus quedó desconcertada pero luego de volver a la realidad resonó una gran carcajada.

-GRACIAS ANGELO POR SER EL PRIMERO A MI TAN CORTA EDAD, APRENDÍ MUCHO.

Y así culminó la grandiosa noches de Abnus, estaba rebosante de alegría, limpio todo, el cuerpo del chico quien sabe donde esta o donde lo guardo, lo que sí sabemos es que ese pequeño ojo color carmín está en un bote con un tipo de líquido reluciente como siempre.
Abnus se retiró a su tan acomplejada habitación de colores exóticos y escribió todo lo sucedido en una pequeña libreta que guardan con llave y que no solo eso, pues estaba resguardada en un lugar con trampas químicas por si alguien que no fuera ella lo intentase abrir.Lista para descansar unas horas dio un gran suspiro mezclado con melancolía y alegría.

- YA EMPIEZO A SER FELIZ A MI TAN CORTA EDAD

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