Inherencia
Y si en el arrecife tropiezo bruscamente,
tus inquietos pasos de querube,
siempre harán levantarme del charco cotidiano.
Somos latidos inherentes con el universo.
Ésa mirada,
hacia la belleza,
va extendiéndose;
como el resplandor de las luminiscencias en las primaverales mañanas,
como el inconmensurable vendaval del otoño.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top