Abecedario, un gato para dos

Mi gato se llama Rey, porque es como un burgués. Siempre anda con la cabeza alta y luciendo su espesa cola. Cuando tiene hambre, maúlla una vez y y se sienta al lado de su cacharro, esperando que le sirvan lo que le pertenece. A veces, cuando quiere que le abra la ventana para pasearse, se deja acariciar y, si le pillas de buen humor, incluso ronronea.

Sin embargo, los últimos días ha estado saliendo más de lo normal. Al principio pensé que cualquier día vendría un vecino a reclamar que su gata estaba embarazada, pero lo que pasa es que está engordando. No entiendo cómo, si apenas reclama una comida al día y se va a dar su paseo. La única solución que veía posible era que le mendigaba comida a Rosa, la vecina del 3ºB. Ayer me la crucé cuando volvía de comprar el pienso Deluxe de Rey, por lo que pregunté si le estaba dando alimento, pero ella no lo había visto desde que castró a su gata.

Hoy, he decidido seguirlo por sus aventuras. Con mucha cinta americana, he conseguido pegar mi antiguo teléfono móvil (más pequeño que el actual) a su collarín. No parece hacerle gracia, pero igualmente acaba restregándose contra mí para que lo deje salir. Reviso que la cámara esté limpia y que la videollamada que conecta con mi portátil se mantenga activa. Tras abrir la ventana de la cocina, miro la pestaña por donde espío el paseo de Rey. Apenas acaba de saltar a la escalera de servicio del edificio. Empieza a subir, lo cual me extraña, ya que Rosa había dicho claramente que no lo vio. No obstante, cuando parece haber llegado a la ventana correcta, continúa subiendo, directo al ático. Se para en seco y el móvil es sacudido, posteriormente, este acaba cayendo al escalón con un ruido metálico. Ahora solo puedo ver el cielo y el rastro de lo que sería la presumida cola de mi inteligente gato.

Decidida a desentrañar el misterio, cierro el ordenador y me dispongo a seguir yo misma sus pasos. Encuentro mi pobre Samsung abandonado en el peldaño, al menos está intacto. Supongo que Rey habrá subido hasta el último piso, porque no creo que se haya tirado desde unos diez metros para huir de mí. Según tengo entendido, el ático está en constante alquiler, pero ya no le interesa a nadie. Los últimos visitantes salieron huyendo en cuanto vieron las goteras y los cables carcomidos por las ratas. ¿Quizá mi gato pomposo se había rebajado al nivel de perseguir ratas? Y eso que me gasto unos 53€ en su pienso Deluxe cada mes...

Me sorprendo bastante cuando llego a la ventana abierta y me encuentro con un dormitorio lleno de azul. Las paredes tienen dibujadas varias aves de todo tipo, como si estuvieran volando en un cielo eterno junto a un par de nubes pálidas sin una pizca de agua que soltar. La enorme cama está en la pared izquierda, justo en el centro, con unas colchas azules y con un sol pintado. El suelo parece tapizado con un manto de nubes blancas y tonos cian. El armario empotrado que hay a un lado de la ventana es la parte superior de un rascacielos; la cómoda cercana al lecho, la copa de un árbol con frutos rojos; y unos estantes con libros, la cometa multicolor de algún niño.

La ventana es más grande que las inferiores, casi un balcón, por lo que puedo pasar con facilidad. Ya dentro, noto que no hay ninguna lámpara o fuente de luz. Se está haciendo tarde, dentro de un rato no quedará sol que me alumbre la bajada, tengo que encontrar a Rey cuanto antes. Intento con todas mis fuerzas ignorar el allanamiento de morada que estoy cometiendo y llego al pasillo, lleno de pompones de papel y prácticamente igual que el dormitorio. El piso entero parece un mundo nuevo, es precioso.

Oigo una voz hablar, suave y dulce, no puedo evitar ir hacia ella. Llego a una pequeña habitación llena de flores azules que cuelgan de macetas agarradas a las paredes o el techo. Sin embargo, lo que se engulle toda mi atención es la preciosa chica que charla con mi gato. Es de piel pálida y ojos claros. Sus cabellos blancos conceden destellos azules bajo la luz solar. El delicado vestido que porta, hecho de finas capas de seda, le hace parecer ligera como una pluma, como si en cualquier momento se fuese a ir volando por la ventana. Las facciones son delicadas, hechas con un cincel a manos del mejor escultor griego, y me conceden una expresión de tranquilidad.

Ahora siento que realmente estoy en una nube, que el sueño me inunda. Pero no quiero dormir, lo único que anhelo es seguir viéndola. Siento dificultad para respirar, como si me estuvieran asfixiando. Entonces, sus manos agarran mi cara y acarician mi piel. Supongo que he soltado un suspiro de placer, porque mi cerebro está demasiado embotado como para saberlo a ciencia cierta. Noto como va rozándome los brazos, las manos, la espalda... Su tacto es como una brisa cálida en el más frío invierno. Mi mente se va relajando, hasta que noto mi cuerpo ligero, siendo yo la que parece salir volando.

Me despierto por culpa del molesto plumero que tiene como cola Rey. Cuando por fin soy consciente de que estoy en mi cama, tapada por una fina sábana azulada que no es mía, recuerdo a la bella chica del cielo azul y las aves. No puedo evitar decirme que estoy demasiado obsesionada con los paseos del gato, tanto como para soñar con ello. Y, en cambio, no puedo dejar de preguntarme una cosa: ¿de dónde ha salido esta tela? Diviso una tarjeta cian en uno de los bordes, pone: Propiedad de Áine. El nombre resuena en mi mente, cálido y armonioso, como si la mujer del sueño me lo acabara de susurrar.

Rey muerde mi mano y me saca de mi ensoñación. Está bastante feliz y no para de llamar mi atención. Le acaricio con cuidado la cabeza y noto que hay un papel en su collar, junto a los restos de la cinta americana. Al desdoblar la nota, observo la caligrafía limpia y llena de adornos innecesarios. Vuelvo a escuchar esa dulce voz en mi cabeza conforme leo:

"Abecedario dice que no le gusta el nombre que le pusiste,
Rey le suena muy pretencioso, prefiere el nombre que
le puse yo. Tampoco le gusta su comida, se decanta más
por los sobres de comida blanda que venden por 30€.

Por cierto, tienes una piel muy suave.

Áine, tu vecina del ático".

¡Hola, mis lindos arcoíris!

Aquí traigo un nuevo one-shot, más corto que el anterior. Igualmente, espero que os guste 🤗

Se lo dedico a E_Virginia porque su comentario en el otro one-shot me hizo el día y me animó a seguir publicando. Es un amor de persona ❤🥰

En la primera versión, el protagonista tenía nombre y género. Sin embargo, la verdad es que desde el principio me quedó muy genérico y me pareció precioso. Tras leer "Mercado de Sueños" de CarnavaldeMonstruos (completamente recomendado), he decidido restaurar la versión original y dejarlo con género inconcluso.

Suelo entretenerme más con las descripciones, pero en este caso no veía necesario describir físicamente a Rey ni al protagonista ni a Áine. No sé qué opinaréis de esto, pero bueno.

Otra cosa es que, en este caso, no hay evolución de los personajes. Quería centrarme más en lo que es la trama y menos en ellos. Me di cuenta demasiado tarde como para cambiarlo todo.

Además, no estoy acostumbrada a escribir en presente. Le he dado un par de repasos, pero aún se encontrarán verbos mal puestos. Pido disculpas, y esto sí que me da coraje, ya que valoro mucho la ortografía y gramática de las historias 😔

Por todas estas cosas, este relato no me convence del todo, pero tampoco le cambiaría nada. Os lo dejo por aquí, por si a alguien se lo está leyendo en estos momentos y le agrada.

¡Que paséis un buen día! 3/ ❤ 

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