Estamos en el centro de adopción de Washington hace bastante rato, buscando un niño para formar nuestra familia. Le cumpliré el capricho a Joel de tener un varón, aunque muero por una niña.

-Él es Jace, tiene cinco años, está aquí hace tres. Le gusta comer, ¡nuestros cocineros se vuelven locos con él!

Miré a Joel, él me miró, y ambos negamos con la cabeza.

-Digamos que el dinero no nos da para tantos deliverys -reí.

-Okay, sigamos viendo.

-¿Y ella? ¿quién es? -preguntó Joel.

-Pensé que querían varones, por eso no les platiqué.

-Soy yo el que quiere un varón, pero Erick quiere una niña.

-Siempre está la opción de adoptar dos.

Adoptar dos es igual a un Joel con un Erick corriendo por toda la casa porque los hermanos se pelean y no quieren compartir las cosas, cocinar el doble y pagar más por alguien que los cuide. Apenas puedo controlar a mi esposo.

-Bueno, el silencio lo dice todo -musitó la mujer que nos está guiando-. Ella se llama Guadalupe. Tiene 8 años, ama leer, suele hablar mucho y hacer demasiadas preguntas, por eso nadie la ha querido adoptar.

-¿Podemos verla? -pregunta Joel y yo sonrío.

-Claro -la mujer entra a la sala y toma de la mano a Guadalupe-. Mira, Guada, ellos son Joel y Erick, quieren conocerte.

-¿Ustedes serán mis padres? ¡Siempre quise padres! Las madres suelen ser medio pesadas, o eso dicen mis libros. ¿Sabían que amo leer? Soy chica pero grande, les prometo que soy super mega hiper buena.

-Es perfecta -le dije a mi esposo y el asintió-. ¿Quieres ir a casa con nosotros?

-¡Sí! ¿Tienen perritos? Amo los perritos.

-No, pe...

-¡Gatitos! ¿Conejo? ¿Un loro? ¡Ya sé! Un pecesito.

-No princesa, no tenemos mascotas, pero si te vas con nosotros, podremos ir al centro de animales callejeros y llevarnos el que tu quieras, darle un hogar como el que te daremos a ti.

-¡Puedo tener mi propio perrito y llamarlo Harry Potter!

-Sí Guada, puedes.

-¿Hacemos los papeles? -me pregunta la muchacha tocándome el hombro.

-Sí, definitivamente.

-Guarda tus cosas Guada, irás con la familia Pimentel Colón.

-¿Por qué no hay un hechizo para que se guarden solas?

____

Ya salían telarañas de acá