D: Desafio

Letra N°4

D

Desafío

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El evento deportivo de la secundaria Tomoeda estaba llevándose a cabo una vez más, pero para sorpresa de muchos, había una competencia donde solo tenía dos competidores anotados: 200 metros planos.

¿Por qué habían sucedido eso?

Pues, porque la corredora de la clase dos era nada más y nada menos que la actual capitana de las porristas, Sakura Kinomoto. Mientras que de la clase tres estaba inscripto Shaoran Li. Y todos en la escuela sabían que aquella pareja eran la más rápida del establecimiento.

¿Y qué deporte no dominaba aquel par? Sea cual sea el deporte en el que ambos estuvieran inscriptos era un punto a favor de sus cursos, sin dudarlo. El punto ahora era, ¿cuál de los dos ganaría?

—¡Me da pena! —declaró Sakura con las manos cubriendo su rostro— ¿Por qué tuvieron que hacernos competir entre nosotros?

—Los profesores anotaron a los más rápidos. Fue coincidencia que quedáramos compitiendo porque los otros candidatos no quisieron participar —comentó Shaoran con la mano en la nuca.

—¡La profesora Mitsuki, siempre dice que no existen las coincidencias! —protestó mirándolo.

—Yo tampoco encuentro divertida la situación —respondió Shaoran, cruzándose de brazos—. Cuando te gane, no sé cómo voy a sentirme...

—¿Das por hecho de que vas a ganar? —preguntó sorprendida, deteniendo el paso.

—¡Por supuesto! —afirmó con una enorme sonrisa.

—¡No si yo llego primero! —declaró la castaña con su mirada verdosa brillando en rivalidad.

—Oh... ¿qué ven mis ojos? —la exclamación detrás de ellos, los hizo dejar la batalla de miradas para ver a Tomoyo que estaba observándolos con nostalgia—. Esto me recuerda a la primaria... —miró hacia la derecha, moviendo su mano derecha— Kinomoto —miró a la izquierda con un movimiento de su mano izquierda— Li... ¡Éste será un evento deportivo épico! —concluyó empuñando ambas manos frente a ella.

—Tomoyo... —dijo Sakura un tanto avergonzada.

—¿Qué? —se acercó hasta ambos y se puso en medio, tomándolos de los brazos— ¿No saben cómo motivarse para competir entre ustedes? —antes de que los dos castaños pudieran decir algo, la mujer de cabellos largos continuó—. ¡Yo les tengo un desafío! —afirmó con la cabeza.

—¿Cuál? —preguntaron mientras una sonrisa siniestra se dibujaba en el rostro de la estrella del coro de la secundaria.

...

El evento deportivo había comenzado y todos los alumnos estaban bastante entretenidos mientras competían en las distintas actividades y, como era de esperarse, el tercer año se llevaba la mayoría de las competencias. Tanto la división dos como la división tres, estaban empatados para la hora de la carrera entre Sakura y Shaoran.

Ambos se miraron antes de ponerse en posición de largada. El que ganaba no solo le daba la victoria a su curso, sino que además se salvaba del desafío que Tomoyo les había dado, y que ambos aceptaron, por no saberle decir que no a la de ojos amatistas.

El que ganaba le tenía que comprarle al perdedor Shiratakis....

¡Y Comer Konjac no estaba en el menú de ninguno de los dos!

Así que, en sus marcas, listos y... ¡Largaron!

...

Shaoran entró al restaurante de comida típica japonesa donde iba a comprarle Shiratakis a su querida novia. Tenía una sonrisa de alivio en sus labios gracias a nada más ni nada menos que dos segundos. En ese momento, agradecía ser más alto con ella y tener el paso más ancho.

La carrera había sido tan pareja que tuvieron que corroborar los cronómetros de los profesores de educación física para saber quién había ganado, confirmando que Shaoran había pisado antes la línea de meta.

De esa forma, se había salvado de esa sensación asquerosamente gelatinosa del Konjac. La que no corría tanta suerte era Sakura, que venía con la mirada al piso, esperando que su novio deshiciera la apuesta y se apiadada de ella.

—¿Qué hubieras hecho en mi lugar? —le preguntó Shaoran, mientras se acomodaban en una mesa.

—Disfrutar tu cara mientras te comes los fideos —respondió sinceramente, causando que Shaoran negara con la cabeza— ¿Qué?

—¿Ves? —abrió el menú, observando lo que degustaría mientras Sakura sufría con los fideos, ¿quizás carne asada con arroz? No, eso sería muy cruel ante ella.

La voz del mesero lo sacó de sus pensamientos, y elevó la mirada para encontrarse con la filosa mirada de su cuñado.

—¿Qué te pasa monstruo? —preguntó inmediatamente, al ver el rostro de su hermana— ¿Está molestándote?

—No —Sakura sacudió sus manos rápidamente frente a ella—, solo venimos a cumplir una apuesta —dijo con algo de vergüenza.

—¿Y quién perdió? —preguntó, esperando que sea Shaoran para ponerle extra tabasco en su comida.

—Sakura —respondió Shaoran, cerrando el menú—, ella comerá el especial de Shiratakis y yo yakisoba.

—¿Shiratakis? —Touya no podía creer aquella orden.

—Sí —afirmó Sakura con la cabeza—. Tráelos con mucha salsa, por favor —le suplicó.

Touya terminó de tomar el pedido y se fue. Que su hermana fuera a consumir algo con Konjac como platillo principal, le despertaba ese lado sádico con su pequeña hermana, pero que él que la estuviera obligando sea ese mocoso del demonio, lo hacía enrabiar.

Encargó los platos y cuando estuvieron listos, los sirvió.

Sakura observó el bowl donde venían los fideos. Para su alegría, observó que su hermano se había apiadado de ella y le había ordenado una porción minúscula. Observó de reojo a Shaoran, pero él estaba pendiente de sus fideos fritos.

Tomó los palillos y pensando en aquellos niños que no tienen que comer, se comió un largo fideo gelatinoso. Lo tragó sin saborearlo.

Al cuarto fideo, un plato de ramen humeante le fue puesto en frente, quitándole el bowl con los Shiratakis.

—¿Eh? —dijo sorprendida, observando como su hermano se llevaba el plato— ¡Hermano!

—No me mires a mí, él lo ordenó —dijo, señalando con la cabeza a Shaoran, así que ésta lo miró. El mencionado no había sacado la mirada del plato que comía.

—¿Shaoran? —dijo observando aquel plato de ramen frente a ella que se veía mucho más apetitoso que esos fideos que acababa de tragar.

—Demos por terminado el desafío de hoy —la miró con una sonrisa—. Anda, come antes de que se enfrié.

Sakura suspiró aliviada, agradeciendo por la comida con una enorme sonrisa.

Touya miró a la pareja negando con la cabeza, mientras le informaba al chef que guardara ese bowl de Shiratakis para su colación. No importaba la situación, siempre terminaría comiéndose el konjac de su hermana por muy de novia que anduviera con ese mocoso.  

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Dato curioso:

Shiratakis: Son fideos japoneses translúcidos, gelatinosos tradicionales hechos con konjac.

Tanto Shaoran como Sakura, odian el konjac. 

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Próxima letra: E - Efecto.

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Aquatic~

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17 de Marzo 2020

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