🌷«Sehun» 🌷

—¿Este es tu novio, Luhan? —pregunta Qian, con una mota de emoción tiñendo su voz y los ojos abstraídos en la fotografía que el chico ha colocado de papel tapiz en la pantalla principal de su teléfono móvil.

Es el cumpleaños 84 de su abuela materna y Luhan ha sido invitado a la reunión familiar con un boleto de avión para volar en primera clase y ningún pasaje de vuelta a su vida en Seúl. Como otras tantas veces (desde que regresaron a su país de origen) su padre debe estar esperando que elija permanecer en Pekín y aunque le gusta el sitio y extraña a sus padres, Luhan sabe mejor que nadie que después de esos tres días terminará abordando el primer vuelo con destino a Corea.

Volviéndose apenas para encontrar a su pequeña prima husmeando en su galería, Luhan le arrebata el teléfono de las manos y se hace un sitio a su lado. No es secreto para nadie en su familia que al de ojos como ciervo le van los chicos y que ha salido con uno desde hace poco más de cinco años. Tal vez, lo que sí es secreto para muchos es que Luhan le ha contado su historia a Qian y como cuál cuento de hadas, la chica lo ha tomado como su estandarte del amor.

¿Qué parte de su extraña anécdota romántica pudo haberla enamorado? El chico no está seguro, pero sospecha que la admiración no se debe exactamente a su desesperada confesión sino más bien al mismísimo Oh Sehun.

Siendo como es (todo un demente celópata, como diría su novio) Luhan no debería sorprenderse de sentir los celos bullendo en su pecho nada más de pensar que su propia prima esté poniendo los ojos sobre su perfecto novio. No obstante, Qian es una niña y una parte de él, la que lleva la racionalidad a colación cuando los celos hacen de las suyas, no puede culparla por tener buena vista.

Por supuesto, Sehun es un sueño. Físicamente hablando, el hombre tiene un par de piernas largas y una cintura ligeramente delgada, hay un bulto enorme donde debería estar su trasero y posee una espalda tan ancha que Luhan se aferra fuerte a ella cuando lo carga cuál mochila y lo lleva a cuestas a donde sea que vayan. Sus brazos, como toda proporción de su anatomía, también son perfectos; con los bíceps marcados y las venas saltadas. Sí, Sehun es líneas curvas y trazos precisos que quedan remarcados cuando uno observa su rostro.

Con su cuello largo, perfecto para regar un camino húmedo de besos, y la mandíbula afilada que cada tanto se siente raspar, porque Sehun olvida a ratos que debe afeitarse y una pequeñísima barba comienza a asomar . En todos sus años juntos, Luhan ha escuchado mucho al resto cuando afirman que su chico perfecto realmente no tiene expresión, no obstante, el de ojos como ciervo sabe que ello es mentira porque si Sehun no dijera nada con solo un fino gesto, entonces él mismo no sabría leer lo que a simple vista se puede ver.

Que si se ha molestado porque junta las cejas o que si algo le da risa porque comprime ligeramente el labio inferior. Cuando sus ojos se vuelven dos medias lunas y en sus belfos asoma una sonrisa o cuando bate las pestañas más de tres veces porque se siente confundido y no sabe que decir.

Sí. Sehun es un sueño hecho realidad porque tiene el físico que Miguel Ángel esculpió cuando buscó al David perfecto. Pero Oh Sehun tiene mucho, muchísimo más, por lo que considerarse su príncipe azul.

Para empezar, el coreano es para Luhan todo lo que está bien en el mundo. Es su sitio seguro cuando las pesadillas lo acometen a mitad de la noche y su refugio calientito en días de nieve o tormenta cuando se ven obligados a preparar té y se acurrucan en una esquina del sofá a ver programas de JTBC. Es su medicina perfecta para esos días de enfermedad y su veneno corrosivo cuando desea levantarse un domingo por la mañana y sus manos lo aferran hasta obligarlo a permanecer entre las sábanas.

Sehun es su príncipe azul desde que lo rescató de su torre en lo profundo del bosque y lo besó tan dulce y tan tierno que a Luhan se le olvidó mirar más allá de ellos dos a donde nadie entendía cómo es que se habían enamorado siendo dos individuos del mismo sexo. Es su héroe de capa roja y súper poderes (tal vez algo relacionado con el viento) desde que abre el tarro de mermelada y baña a su perro hasta en esas ocasiones en que Luhan resbala y él llega a sostenerlo o cuando olvida algo en casa y Sehun se adelanta para hacérselo llegar a tiempo.

Tal vez los celos le invaden cuando piensa que incluso su prima tiene la osadía de mirar en dirección de su novio, pero Luhan puede entender a la perfección que más de una persona se vuelva a mirarle. ¿Su consuelo? Oh Sehun tuvo oportunidades para elegir a quién amar y entre los millones de personas existentes y las docenas que se llegaron a insinuar, él decidió quedarse con Xiao Luhan.

—No. Sehun es más quemi novio —responde Luhan, deslizando el dedo por la pantalla para mostrar sufotografía más reciente junto al hombre de sus sueños—. Justo ahora... le gustadecir que es mi prometido y en unos meses, no lo callaré mientras termine deasimilar que se ha convertido en mi marido.

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Aquí comienza la fila para todas las Sehun biased 🍑