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🌷 «Quiero, quiero, quiero» 🌷

Sehun siempre ha sido un tipo tranquilo. No tiende a perder la cabeza ni a dejarse llevar más por sus impulsos que por su razonamiento. Tal vez por eso terminó estudiando Medicina —porque Sehun nunca se dejó enloquecer con sus muchos libros, trabajos y prácticas —o enamorándose de Xiao Luhan.

No es como que Luhan sea un tipo lunático, pero... Bueno, Luhan es un tipo lunático.

Es hiperactivo, descuidado y tiende a ser demasiado alocado cuando consume altas dosis de azúcar. Le gustan los colores chillones y ver por largas horas películas y programas animados. Hace berrinches que incluyen morritos, es caprichoso cuando se le cruza algo entre ceja y ceja y llora o seduce cuando sabe que está perdiendo una pelea. Sehun es todo lo contrario.

Nunca ha sido bueno tolerando el sabor dulce y Luhan suele decirle que es uno de esos "tipos raros" que disfruta de ver documentales. Suele ser calmado, demasiado organizado. Sabe lo que quiere y lucha por ello, conoce sus puntos débiles y trabaja en ellos. Bebe cantidades industriales de café para mantenerse equilibrado y hubo una época en su vida en la que incluso fumó. Pero pese a todo, Luhan sabe que no es el todo imperfecto.

Para su ángel, Sehun es perfecto precisamente porque dentro de todos sus límites y controles, también posee sus locuras, sus manías y sus más adorables berrinches. Esos que nadie que le conociera esperaría advertir pero que Luhan descubrió porque era parte de su tarea como explorador en la misión de: «robarle el corazón al amor de mi vida».

Pequeñas locuras como su gusto a volar cometas (verlo correr por el parque, sosteniendo su juguete de papel es de las visiones más hermosas que Luhan conserva en su carrete) y manías que van desde su afición a los dulces de menta (y que su marido siempre procura meter en el bolsillo de sus pantalones) hasta la forma en que abotona sus camisas (empezando por el final y yendo en orden ascendente).

¡Y sus berrinches!

De esos que comienzan en el centro comercial para las compras de Navidad y que terminan con Sehun metido en el auto, con los brazos cruzados y el ceño fruncido. Dejándole conducir de muy mala gana y recurriendo a la radio para ignorarlo sin muchos esfuerzos, Sehun no puede evitar ser el príncipe de siempre cuando llegan a su edificio. Le tiende las manos para ayudar con las compras y lo espera a que suba y baje primero del ascensor. Le sostiene la puerta hasta hacerlo pasar, pero no se queda para guardar lo comprado.

No. Sehun se recluye en su pieza, con Vivi sobre su pecho y decenas de quejas. Luhan no le sigue, guarda todo lo conseguido y no es hasta que todo está en su sitio, que se decide a andar hasta donde su niño gruñón. Cuando llega, lo primero que escucha es algo muy parecido a «Hoy tienes permiso de mirar mal a tu papi Luhan. ¿Sabes por qué? ¡Porque es malo!», que no hace más que robarle una sonrisa que se borra en cuanto el can se gira y lo observa como retándolo antes de ladrarle.

—Calmada y fuchi de aquí, ese donde estás apoyado es mi hombre y no te lo comparto —le dice Luhan y no sabe porque, pero Vivi le obedece y se aparta de su amo.

Sehun resiente la traición pero como sus ganas por llorar, ahoga todo plantando una almohada en su cara.

—¿Si sabes que no puedes ignorarme por mucho tiempo, verdad Hunnie? —le dice Luhan mientras se acerca y no se detiene, hasta subir en sus piernas y sentir a su marido comenzar a alertarse por si debe sostenerlo y evitarle caer.

Sin muchos esfuerzos, retira la almohada entre los dos y sonríe cuando advierte que Sehun ha cerrados los ojos:

—¿Realmente vas a molestarte por lo que pasó en el mall, amor?

—¡Eres horrible! —estalla Sehun, aun con los ojos cerrados.

—Bebé, era un set lego para niños. ¡Recomendado para infantes de ocho años!

—¡¿Y?! —el menor se remueve y abre los ojos al percatarse de Luhan resbalando. Lo toma por las caderas y lo acomoda en sus piernas—. Quiero, quiero, quiero el set lego de Star Wars aunque sea un juguete recomendado para niños de ocho años.

—¿Aunque Yi Fan se burle de ti por seguir armando esas cosas? —pregunta y sonríe al recibir una respuesta afirmativa—. ¿Aunque Chanyeol vaya a querer pasar aquí un semana solo por ayudarte a armar esa cosa?

—Aunque Baekhyun se moleste y no me quiera prestar nunca más a su marido. Aunque tú te pelees con él y termines echando a patadas al gigantonto, aun así quiero, quiero, quiero, ese juego. ¿Verdad que me dejarás comprarlo la próxima vez que vayamos al mall?

Y Luhan se inclina ylo besa y siente a Sehun corresponderle aunque no sepa porque. Porque Sehunluce adorable cuando hace berrinches y tiende a rabiar si su chico no leconsciente seguir coleccionando artículos de Star Wars. Porque es diciembre yhace frío y a Luhan le gusta acurrucarse contra el cálido pecho de Sehunmientras piensa que faltan tres días para Navidad y que no puede decirle a suchico que su regalo bajo el árbol es un set lego recomendado para niños de ochoaños. 

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