🌷 I 🌷

🌷 «Intruso» 🌷

El ajetreado movimiento que precede al sonar de la campana que anuncia el final del día, se siente estupendo para Luhan. Ha sido un mes largo para el castaño, no hace tanto que se casó y entre sus deberes como marido y sus responsabilidades con el trabajo, encontrar un equilibrio entre ambas facetas no ha sido precisamente un proceso sencillo.

Por las mañanas, Luhan se adueña de la cocina para preparar el desayuno porque sabe que la rutina de Sehun lo obliga a estar temprano en el hospital. Si tiene suerte, puede empacar un par de bocadillos para su marido, pero si no la tiene, entonces debe conformarse con robarle cuantos besos sean necesarios para sobrevivir sin él un día entero.

A la hora del almuerzo, Sehun suele visitarle en el jardín de niños y lo invita a comer. Paga un lindo restaurante o permanece con él degustando la comida que haya empacado para ellos antes de despedirse en la estación de autobús y dejarlo partir. Solito, Luhan vuelve a casa y busca que hacer. Limpieza, trabajo o una nueva receta para mejorar sus habilidades dentro de la cocina.

Ser marido de Sehun es relativamente fácil, pero incluso si lo es, a Luhan le aterra pensar que lo sea precisamente porque algo está haciendo mal. Mientras tanto, su marido goza mimándolo y repitiéndole al oído que está algo loco porque su matrimonio como su noviazgo y todo entre los dos, ha y seguirá por mucho tiempo, siendo perfecto.

—¿Esperando a alguien, profesor?

Volviéndose para mirar al hombre que ha tomado asiento a su lado, en una de las bancas de madera del patio escolar, Luhan no puede evitar sentirse algo sorprendido porque (de nuevo) el padre de Soo Bin está ahí. Hace ya varios días que Hoseok apareció por el jardín para recoger a su hijo y aunque ha sido breve la mayoría de las veces, de alguna forma se las ha ingeniado para colarse y charlar con Luhan.

Si fuera paranoico, diría que el padre de su alumno está buscando coquetear con él. ¡Pero venga! Luhan es a todas luces un hombre enamorado, no puede haber en el planeta alguien tan ciego como para no notarlo.

—Ajá —sonríe—. ¿Y Soo Bin?

—Se ha ido hace rato. Su padre vino por él y se lo llevó. Me ha llamado hace un minuto para decirme que lo llevaría a comer —Hoseok responde y Luhan no puede evitar que un poquito de curiosidad le pinche hasta preguntar:

—¿Peleados?

—Divorciados —sonríe el hombre de vuelta—. Duramos casados seis años, pero cuando Bin cumplió dos decidimos que era hora de dejar de fingir. Él tiene a alguien ahora y yo espero encontrarle también pronto.

—Uh, lo siento. Debe ser algo duro... Divorciarse, quiero decir —la misma palabra le forma un nudo en el estómago que no se siente capaz de soportar.

Si algún día debiera divorciarse y decirle adiós al amor de su vida, Luhan espera que no tengan niños a quiénes compartir. Mucho mejor, anhela que nunca llegue el día en que Sehun olvide quererle y que cuando sus hijos lleguen, la única riña sea por ver quién les cambia los pañales.

—Lo fue en su momento. Ahora, Jungkook es un buen hombre y quiere mucho a V. Trata bien a Bin y eso es un plus —Hoseok continúa y sin quererlo, su mano termina apoyándose contra la de Lu que se sobresalta y se aparta en el mismo instante en que Sehun aparece en el jardín.

Viste traje negro, camisa blanca. Lleva el cabello desordenado y ha fruncido notoriamente el ceño. Si Luhan esperaba que pasara a Hoseok por alto, es claro que eso no ha pasado. Para Sehun, encontrar a su marido acompañado a medio patio por un hombre que ha usurpado su lugar junto a él, no hace más que confirmar lo que en días pasados había pensado: Hoseok es un intruso en su banca y en su vida. Pero no pretende que lo sea también en su matrimonio.

—¿Listo para irnos, ángel? —Sehun le pregunta, estrechándolo entre sus brazos apenas tenerlo de frente y besando sus labios con ahínco porque quiere que Hoseok confirme que él no es sólo un buen amigo.

—Tardaste —susurra Luhan sin querer.

—Hay tránsito en la avenida, lamento haberte dejado esperando. Pero ya estoy acá, ¿quieres comida italiana? —con una sonrisa y un asentimiento, Luhan se vuelve para disculparse y decir:

—Sr. Jung, mi marido. Sehun, el papá de Soo Bin.

No hay saludos o sonrisas fingidas. Simplemente, ambos hombres comprenden cada uno su lugar y mientras le escucha despedirse y echar a andar junto el hombre de traje, Hoseok no puede evitar que una sonrisa atraviese sus labios. Una vez más, ha perdido la oportunidad para acercarse a Luhan y preguntar si acaso puede hablarle del nuevo profesor de la clase B. Jimin, si no está mal. 

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