Y - Yugular
Cuando la semana sucedió, no iba a negar que sentía la falta de los mimos de su... ¿pareja? Ya ni él sabía que eran actualmente. Tuvieron una charla tan insípida que le costó formular algo coherente, al punto que casi se lo tragaron las olas de su océano interno, ya no era mágico el mundo porque lo habían dejado. Nunca más compartiría un claro atardecer con él, ni los lentos jardines. No existía un astro que no sea espejo del pasado, cristal de soledad, cielo de agonías.
¿Podría continuar siendo feliz? Tal vez no importa. Hay tantas otras cosas en el planeta; un instante cualquiera es más insondable y diverso que el mar. La vida es corta. Y aunque las horas sin él son tan largas, una oscura maravilla lo acecha. La muerte, esa otra profundidad, esa otra flecha que nos libra del sol, de la luna y del amor.
Reconoció que a pesar de todo la dicha indeleble que le dió y le quitó debía ser borrada; lo que solía ser su "todo" ahora tenía que ser nada. Solo le restaba el goce de estar triste, esa vana costumbre que le inclinaba al Sur, a cierta puerta, a esa esquina.
Suspiró cuando se anunció otra renovada tontería ante su reciente despertar. ¿Sufriría todos sus días aquí? En cualquier momento le saldrían arrugas del estrés.
Aunque lo que le impactó gravemente fue la carrera que ordenó el azabache al cual su pelinegra quiso golpear. Se había llevado a cabo sin razón aparente, por lo cual para desquitar su pequeño enfado burlesco arremetió contra Heather, soltando una risita al pasarle de largo y observar su facción ofendida.
En medio rumbo se empezó a sentir mareado, su visión se deterioraba mientras daba vueltas sin otro lugar al cual ir. Lentamente perdía la consciencia, con la preocupada voz de su rubio aturdiendo sus tímpanos.
Todo eso solo era una farsa para que su mejor amigo lo cargara, llevándolo con rapidez al casi romper el picaporte y apoyándolo sobre la mesa mientras sentía su pecho rebotar por las manos del joven al intentar salvarlo.
Cuando la gótica hizo mención de la victoria abrió sus ojos con una mueca, agotando su nula paciencia por su razonar que le había indicado que esas vueltas serían la competencia, pero desilusionando sus esperanzas cuando fue rechazado.
Su mal humor se desvaneció cuando el anfitrión mostró un banquete que captó la atención de su obeso y la de la mayoría en general. Pero solo desvió su visibilidad, no poseía ganas de consumir algo específicamente ahora y solo quería ir directo al grano.
El desafío acerca de dormir lo abrumó en cierto modo, especialmente por el transcurso. Al pasar doce horas hasta su gordo estaba enloqueciendo, lo cual le extrañó por tal peculiar escenario no muy usual de él. Aunque le halagaba oír los coqueteos entre Trent y Gwen, más por las locuras ajenas que tenía que presenciar...
Pero no le agradaba apreciar a Courtney abatida por la conexión.
El caminar de la entrenada mujer lo agobió más junto con su indiferente tonalidad. Bastó con 780 minutos exactos más cuando experimentó su vista cristalizarse, aflojando su cabecear mientras se acurrucaba en sus propios brazos en el terreno, justo al lado de Izzy. Tapó sus párpados que ya se hallaban grávidos, hasta caer en las manos de Morfeo, a diferencia de su muchacho de peso excesivo.
Seguramente le asustaría ver al de prendas blanquecinas deambulando sonámbulo.
Levantarse y verte besando a tu antiguo novio no es lo máximo, ¿No?
Justo por ese asqueroso instante se apartó estupefacto del oído del pálido con un grito, antes de elevarse con una velocidad capaz de provocar vértigo y retrocediendo con sus pasos temblorosos.
"Noah, espera..." El castaño hizo la leve intención de platicar con él, pero Noah refutaba con lágrimas elaborando su rumbo en sus cuencas mientras se alejaba más y más con cada pisada que creaba.
"No... Aún no estoy listo." Titubeó con nervios, antes de echarse a correr al no disponer impedimento alguno ante ese acto.
Sus luces multicolores que le había pintado el de orbes azulados se apagaban drásticamente, junto con el sueño que anhelaba vivir pegado a su sombra mientras una pesadumbre continuaba afligiendo su cabeza. Sus pesares lo aislaban del planeta, derramando cada gota que alimentaba al suelo repleto de flores que alguna vez hubiera deseado brindarle.
Se detuvo al borde del acantilado dónde retomó su sentido de la decisión, pero en esa misma zona se agachó, sentado mientras acomodaba su tez entre sus palmas, despojando un desconsolado llanto arrancado de su garganta el cual se llevaba aguantando todos esos largos años.
"¡Noah!" Oyó a la lejanía pero hizo caso omiso, la compañía escasa era lo que su organismo necesitaba ahora... Un solo chasquido que invocara la desaparición de todos, abandonando al varón en soledad para recalcular.
"¡Viejo, ya llegué! Codymaster dijo que te fuiste por aquí y- ¡Oh dios! ¡Noah llorando, es el diablo!" Aveces detestaba el sarcasmo del más grandote debido a que no era la situación adecuada para ello. "Vaya... ¿qué pasó?"
"Es por la misma persona que te mandó aquí... Ya que él no se atreve a dar la cara." Limpió sus aguas que viajaban por sus pómulos, manchando su chaleco rojizo. Su rencor tenía fortaleza pero de otro lado... Él no quería ser así.
Él no era así, menos con la persona de la que llevaba tantos años planeando un futuro a su lado.
"Osea que es sobre... Woooooow." Alargó esa palabra común, así posicionándose a sus costados mientras se le contemplaba dubitativo. "Espera, déjame pensar... ¿por qué no lo olvidas? ¡hay más peces en el mar, cómo Emma!"
"¿Cómo olvidarlo... si él ha sido mi primer amor?" Murmuró con un líquido extenso expulsado de lo más denso de su recóndita sensibilidad cómo mecanismo de defensa ante todo comentario horrible, aumentando su escondite resguardado entre sus dedos. "Además, ella no me interesa..."
Emma solo era alguien más, pero Cody... él sin duda alguna había impregnado huellas en su corazón y su asistencia era lo mejor del cariño que con cada fecha florecía, hasta que su tallo fue cortado abruptamente y sin previo aviso, clausurando el portal a su latir vital.
No era por crueldad, pero de hecho; lo mínimo en su existencia era la aspirante a abogada. Conservaban asuntos pendientes pero siempre su apego persistirá ante cualquier estado, más porque Emma tenía atracción por las damas a diferencia de él.
Pero estaba agradecido con Owen.
No gozaba de autorización alguna a acceder a ser su consuelo pero aún así lo animó con sus chistes, erradicando la inminente melancolía en el menor y creando una carcajada risueña a partir de sus cuerdas vocales.
"Entonces... ¿ya estás mejor, viejo?" Ladeó su rostro, visualizando la sonrisa ladina del errabundo que ya estaba apunto de retirarse, y devolviéndole el gesto por su asentimiento. "¡Genial! Me gusta verte feliz, Noah." Lo arropó, sofocando su respiración una vez más aunque el de inferior estatura solo esbozaba una curvatura jocunda.
"Gracias, Owen... Te quiero." Su jovial movimiento correspondió el accionar de su pesado vínculo, así cegando el boleto a su panorama.
En la excursión de regreso al sitio fundamental, teniendo un diálogo muy extendido con su compañero, le aterró el alboroto que fabricaba Eva en las cabañas por su música, activando una alarma aleatoria en él mientras admiraba cómo Heather (una ocasión insólita) se lo entregaba.
Variadas sospechas se acomodaban en su nube, su aplomo a este punto era ilusorio y solo una sensación creciente se acumulaba en sí.
Una... Irascible.
Ahuyentar a Heather era una opción, pero no se le permitiría en solitario.
Lastima que decayó trás la eliminación de Eva. El campesino no le había afectado tanto, ¿Pero ella...?
Era una de sus colegas más cercanas.
Y ahí lo tenías; dos asociaciones sin perdurar.
Sus sentimientos encontrados eran indescriptibles, de todos modos; añoraba los besos tenues pero despampanantes ornamentados en su yugular cuando Cody todavía lo amaba.
Bueno, se viene el último cap mañana y quizá empiece a escribir otra d mis ideas. :)
No m gusta mucho este cap xd
De paso, pasen ships que les gusten para escribir una historia sobre ellos!!!! (A alguien le gusta el Sierra x Emma??? 😭)
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