J- juguete
Para él solo era una diversión mas, cumplir un capricho que se le negó cuando lo pidió, solo eso.
El "querer", "amar", o cualquier otro sentimiento no le era necesario, y no quería conocerlo, solo aspiraba a una cosa, y esa era alcanzar a su hermano mayor, o mas bien arrebasarlo, ser mas fuerte, obtener lo que él no puede, o robárselo.
Meliodas para él no era mas que un maldito y asqueroso traidor, alguien que le dio la espalda a los suyos por una estúpida e inutil mujer que tal vez en un futuro lo dejara.
Por eso al verla, a la responsable del cambio de su hermano, al abandono de este hacia ellos, la odio como no lo hacia con nadie, y la quiso para poder usarla a su antojo, aparte de que podría ver el sufrimiento de su hermano al ver lo rota que haría a la mujer que amaba y así se vengaría a su manera de su hermano, mataría dos pájaros de un tiro.
Y para empezar con su diversión, primero seria el aniquilar como insectos a aquellos a los que Meliodas eligió para pelear a su lado, a aquellos remplazos de los diez mandamientos, acabar con los siete pecados capitales, y eso lo estremecía y emocionaba de sobremanera.
.
.
.
— "¿Que pasa, eso es todo lo que tienes?" — Diana estaba arrodillada con sangre saliendo de su boca, a los pies de Estarossa, intentando detener su hemorragia del estomago con la mano presionando en el lugar.
— "Y-Yo!!!!!... t-to-davia... puedo" — le constaba respirar y el intentar hablar aun mas, escupió un poco de sangre y miro hacia arriba para ver al hombre frente a ella, este estaba con una sonrisa.
— "Diana!!!!!" — Elizabeth a unos pasos detrás, gritaba horrorizada por la vida de su amiga.
— "Así que aun puedes, ¿dices?, jajaja jajaj, que divertido, divierteme mas entonces" — con una patada la mando a volar a unos metro mas, haciéndola escupir mas sangre y haciendo salir un grito, Elizabeth grito tapándose la boca con ambas manos.
— "D-Detente... por favor!!!" — ignorando las peticiones, Estarossa camino hacia Diana.
— "Presta atención, Elizabeth, te mostrare lo hermoso que pueden ser los gritos de agonía" — acto seguido, coloco su pie izquierdo en el pecho de lastimado, dejando caer todo su peso.
— "AAAhh!!!!!" — el grito desgarrador hizo que Elizabeth se quedara paralizada, las lágrimas le bajaron por las mejillas, no podía moverse.
— "Vamos, grita mas fuerte, nadie te salvara, vamos, mas fuerte" — piso mucho mas fuerte su pecho haciendo escupir muchísima mas sangre.
— "ugnm" — en un rápido movimiento la tomo del cuello para empezar a asfixiarle.
— "que divertido" —
— "Estarossa" — ante el llamado, volteo para ver a su hermano pequeño con los brazos cruzados.
— "¿Que pasa?" — en ningún momento soltó a su presa, quien poco a poco le costaba mas el respirar, empezando a perder la conciencia.
— "No la mates, a ninguno de ellos, podrían servir de algo" — eso no le gusto pero después de pensarlo rápidamente, eso ayudaría para atraer a los demás, su mirada paro en Elizabeth quien seguía sin poder moverse y con lágrimas en las mejillas, "definitivamente, la quiero",
— "bien, bien" — soltó a Diana, quien cayo con un sonido sordo.
— "¿La llevaremos?" — Dolor, quien venia con Gloxinia pregunto.
— "si, encierrenla en los calabozos del castillo"—.
— "De acuerdo" — Dolor la agarro con uno de sus brazos y avanzo junto con los demás, Elizabeth y Estarossa fueron los únicos que quedaron, Elizabeth quien recupero su movilidad, coloco sus manos a la altura de su pecho con un poco de miedo.
— "Vendrás conmigo Elizabeth" — sin esperar respuesta rápidamente se coloco frente de ella, quien pego un gran estremecimiento, Estarossa la noqueo golpeando su cuello, y se la llevo.
Decir que los acontecimientos que pasaron después fueron divertidos serian una gran mentira, Elizabeth después de lo de Diana, presencio con sus propios ojos la caída de cada uno de sus amigos.
Tuvo que ver como le arrancaban sus nuevas a las adquiridas a King, tuvo que mirar como golpeaban a Gwther, escuchar los gritos de suplica de Ban, al ver junto con Elizabeth, como torturaban a Elaine, quien lloraba y gritaba, ver por primera vez como Escanor caía al suelo derrotado, y ver también por primera vez, el terror en los ojos de Merlín, Elizabeth lloro en cada una de las situaciones que tuvo que mirar, de Ban solo supo que fue entregado a el rey demonio, todas hechas por la misma persona, Estarossa.
A Estarossa no le molesto hacer todo aquello, a los demás mandamientos no les importaba, así que tuvo para divertirse, y deleitarse con las miradas de los demás, le falto a ese inmortal, pero sabia que su padre estaba de los mas divertido, entreteniéndose con ese humano.
Para Meliodas el estar encerrado, sin saber nada, ni poder hacer nada, lo frustraba, no pensaba estar en esta situación.
Ni tampoco lo fue el ver a su hermano Estarossa entrar y mirarlo a través de las rejas con una gran sonrisa en sus labios.
— "Hermano, cuanto tiempo sin verte" — a Estarossa le divertía de sobremanera verlo desesperado, y frustrado por no poder salir.
— "Estarossa" — quería preguntar muchas cosas, ¿como estaban sus amigos?, ¿que paso con el reino?, ¿que paso con Elizabeth?, todas y cada una de sus preguntas tal vez no tengan respuesta, y tampoco las obtendría, pero quería saber, saber que pasa afuera, donde no puede mirar.
— "Perdón por descuidarte estos días, pero todos tenemos algo que hacer, y si me permites decirlo, fue muy divertido para mi" — Estarossa quería echarle en cara, escupirselo, el que por lo que peleaba ya no existía, que todo por lo que seguía, se había perdido.
— "Me lo imagino" — Meliodas apretaba sus dientes con fuerza, estar esposado de manos y pies, sin nada de su poder, era algo que no le gustaba.
— "No sabes cuanto" — tampoco ayudaba el tono de victoria y satisfacción de Estarossa.
— "ah!, Meliodas, tengo mucho que contarte" — miro a su hermano.
— "Sabes, tus amigos de cierta forma son interesantes, pero pienso que tu amigo, el hada, se ve mejor sin alas, ¿no crees?" — Meliodas abrió los ojos al imaginarse lo que su hermano daba a entender con eso.
— "Yo siempre creo que la sangre es una forma de color a la que los humanos no están acostumbrados, pintar a tu amiga gigante con ese color fue algo placentero" — las manos de Meliodas temblaron.
— "Nunca me había gustado tanto los gritos, pero supongo que para escucharlos de una hada, fue interesante"—.
— "Ese tal Escanor no era tan impresionante, la primera vez fue suerte, ahora esta rogando por misericordia, jajaja, y esa Merlín, jajaja, supongo que no es tan fría, tampoco el traidor de Gowther" —.
— "Y si hubieras visto a padre, parecía un niño con su nuevo juguete, uno que nunca se romperá" — Meliodas temblaba, de impotencia, rabia, de todo.
— "Pero supongo que me lleve el premio mayor" — ante esto, Meliodas sentía que se le saldría el corazón, rezaba por que no fuera lo que pensaba, Estarossa salio un momento, para después regresar, pero no solo.
Meliodas sentía que moría, ahí frente a él, estaba Elizabeth, con un lindo vestido blanco arriba de las rodillas, y a sus ojos tan bella como siempre, estaba a punto de gritar su nombre pero ella le gano.
"Meliodas-sama"- su voz carente de cualquier sentimiento, simplemente vacía, hizo que la garganta le pesara y su estomago se retorciera.
Sus ojos se aguardaron cuando vio a Estarossa tocar a Elizabeth, besarla, su corazón se rompía en miles de pedazos.
— "Te mostrare la consecuencia de habernos traicionado, el dolor y la angustia, te mostrare, lo que puedes perder al desafiarnos" —.
Y así, fue como Meliodas enfrento la peor de las escenas, ver como su hermano hacia suya a Elizabeth, quien aunque no quisiera, respondía a todas las caricias, las lágrimas que bajaban por sus mejillas, no eran suficientes para parar las de su alma y corazón.
Y Estarossa, consiguió lo que tanto deseaba, destruir a su hermano, y por que no decirlo, disfrutándolo en el proceso.
Ahora ya no tendría ningún obstáculo para divertirse con Elizabeth, su nueva adquisición... su nuevo juguete.
Espero les guste, saludos
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top