•take him!•
Los ojos ámbar se encontraban viendo al grupo de armados frente a ellos.
-¡Vamos!-grito comenzando a correr junto con Jem delante de él.
Los disparos comenzaron a llenar el silencio y los gritos del grupo de armados se mezclaban con las maldiciones que -de vez en cuando- los cinco jóvenes soltaban.
Tyler bajo tomando su posición a un lado del líder y comenzó a pelear tal y como su entrenamiento diario.
Ambas chicas llegaron hasta el borde del muro y lanzaron la mochila con ropa y saltaron -con ayuda de los árboles- el muro y dejaron el resto de las mochilas.
Jem corría por entre los árboles con el pequeño chico en su espalda y sus dos compañeros defendiéndolo.
Ambas chicas regresaron y una de ellas se acerco a ayudar al castaño mientras la otra corría hacia los dos chicos que se encontraban intentando desarmar al grupo enemigo.
Un golpe en la cara del de ojos ámbar logro que los enmascarados dejaran de pelear.
-¡Llevenselo!-grito alguien del lado oeste mientras volvían a golpear al de ojos ámbar.
-¡Fox!-grito Acua cuando vio que su líder caía de rodillas.
-¡Vayan se!-grito el de ojos ámbar mientras era despojado de sus espadas y otro golpe era dado en su pómulo.
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-¿Así que este es el líder de los foxes?-preguntó una grave voz con cierta burla que picaba el orgullo del chico que se encontraba esposado y con tres guardias a cada lado suyo
-¿Así que tú eres el líder de los gatitos?-preguntó el de ojos ámbar alzando sus ojos y topando se con unos ojos azules con vetas verdes.
La sonrisa burlona del chico frente a él se ensanchó un poco.
-¿Qué hacían aquí, zorrito?-pregunto el de ojos azules acunclillandose frente al de ojos ámbar, que estaba sobre sus rodillas, con curiosidad al ver solo sus ojos y un poco menos de la mitad de su cara.
-¿Por qué otra razón estaríamos en tu ciudad, gatito?-respondió con una pregunta el de ojos ámbar acercando su cara a la de ojos azules casi rozando la punta de su nariz con la ajena-. No hagas preguntas estúpidas para respuestas sencillas-susurró el ámbarino contra la cara del joven oficial.
El de ojos azules se aparto del enmascarado y camino al guardián del lado derecho.
-¿Por qué aun tiene la máscara?-pregunto casi con enojo.
-A derribado a tres de nuestros hombres que lo han intentado, señor-aclaro el guardia haciendo un ligero movimiento con su arma señalando al de ojos ámbar.
-Oye, gatito-llamó el de ojos ámbar con un tono burlón-. Te propongo algo.
-No escucho a los zorros-gruño bajando el gorro de la sudadera del chico arrodillado y vio el castaño y ondulado cabello ligeramente largo, por apenas unos centímetros.
Y antes de que el mismo líder del clan se diera cuenta se encontraba sobre su trasero y espalda baja contra el suelo y su cabeza contra un cálido -y no tan amplio- pecho, junto con la cadena de las esposas adornando su cuello de una manera nada amistosa.
-Yo no te he dado mi permiso para tocar me, lion-gruñó el ámbatino escuchando como los tres guardias quitaban los seguros a las armas y apuntaban en su dirección.
-¡Sueltalo!-gruñó uno de los guardias.
Y el líder de los zorros hizo lo pedido.
Alzando sus manos dejo que tomanaran sus brazos y abrieran sus esposas y lo tomaran con aun más rudeza de los brazos, casi sintiendo las uñas de sus custodiadores, atravesar su chaqueta sobre la sudadera.
El líder del clan del noroeste se levanto del suelo tocando ligeramente su cuello y avanzando hacia el chico de ojos ámbar para tomar firmemente su mandíbula y hacer que este lo mirara fijamente.
-Escucha me bien, zorrito- dijo mientras llevaba su mano libre a la parte trasera de la cabeza del ámbarino-. Aquí yo soy el líder, y se hace lo que yo digo-y con eso arrancó furia la máscara negra fuera del pálido rostro.
El de ojos ámbar hizo girar la parte baja de su cuerpo golpeando sus rodillas primero contra el guardia del lado derecho, después al líder y por ultimo al guardia del lado izquierdo.
Soltando se con brusquedad de los brazos de los guardias se levantó y se acerco al líder con rapidez arrebatando le su máscara de las manos y saliendo por la única puerta que la habitación tenía.
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