Capitulo 4

Andrew

La reina me dio unos momentos para alistarme, estaba en un cuarto de armas eligiendo la armadura y las armas.

—¿Que tal esta?—Preguntaba Akko.

—No.

—¿Y esta?.—Volvió a preguntar

—No.

—Que aburrido.

—Que infantil.

Me acerqué a un escudo celeste y una espada ancha, de pasó me lleve unas botas y hombreras, no quiero llevar toda la armadura.

—¿Listo?—Preguntó Frank.

—Listo.

—Bien, La reina Diana quiso agregar una cosa más.—Dijo mientras caminamos a la arena.—Voy a pelear contigo.

—¿De mi equipo?.—Cuestione yo.

—Si, así podremos conocernos.—Me dijo con una sonrisa.

—Nunca paras de sonreír ¿no?.

—No.—Volvió a sonreír.

Supongo que será algo irritante, pero puedo con el.

[...]

Ya en la entrada de la arena me dirigí hacia dónde las chicas, deje mi chaqueta en la cabeza de Akko y me fui con Frank.

—Ten.—Me ofreció un arco.

—¿Y las flechas?—Le pregunte a Frank antes de tomarlo.

—Es mágico, se generan solas, solo piensa en un tipo de flecha y la tendrás en el arco.—Explicó.

—Gracias.

Entramos a la arena y las puertas se cerraron, abrieron la del área contraria, pero nada sale de ella.

Parpadee por un segundo y sentí como una ráfaga de viento pasaba por mi lado.

Al abrir los ojos ya tenía una cortada en la mejilla y la púa estaba en la pared.

—¡Viejo! ¿Estás bien?—Dijo Frank al ponerse en posición de combate.

—Si, es solo un rasguño—Dije sacando el arco, la espada la dejare para en combate cercano.

—Bien, el Dragneelt tiene púas venenosas, ten cuidado.—Dijo antes de que lanzará una flecha explosiva.

Todo estuvo en silencio hasta que se escucho un rugido, ahora tengo que decir "justo en el blanco" ¿no?.

Frank puso una posición de combate  y debo decir que le tengo pena al Dragneelt pues con esos guanteletes de metal te va a doler hasta la otra semana.

Lance otra flecha, está vez una rápida y como respuesta obtuve el mismo rugido.

—¿No va a salir?.—Pregunte, otra ráfaga de viento pasó cerca de mi pierna, Auch.

—Ya salió.—Me contestó, ¿que?—¡Atrás tuyo!.—Se volteo y le dio un golpe a el dragón, justo en el páncreas, ¿Los dragones tienen páncreas?.

Lance otra y otra, y otra (y otra, y otra, y otra...) le di en el ojo y en la cola, evitando que lance más púas.

Deje el arco en mi hombro y saque la espada, salí corriendo y salte sobre su lomo, quién diría que las botas aumentarían mi capacidad para correr y saltar.

Aterricé sobre el y le enterré la espada, Frank se acercó corriendo y lo terminamos con una patada.

—¿Eso es todo?.—Pregunte.

—Si, eso creo, nunca lo habían derrotado.—Dijo mientras se quitaba la capa y sus guantes para ya salir de la arena, yo guardé la espada y empecé a seguirlo.

—¡Cuidado!—Gritó Akko desde las gradas, me volteé para ver a que se refería pero ya unas diez púas se dirigían hacia mi, esto me va a doler.

Empuje a Frank contra el suelo.

Dos me dieron en una pierna, una se enterró en la otra, mis brazos estaban llenos de cortadas y tenía una enterrada en el hombro.

—Son de las venenosas ¿no?—Pregunte antes de desmayarme, debí saberlo, me arde todo el cuerpo.

—¿Andrew?.

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