11 ❦︎ solo tú
No hacía falta decirlo, Memo no pudo dormir en toda la noche. Tantas cosas, era todo un martirio para la mente con el que él no podía cargar, no podía concentrarse en una sola cosa, todo se mezcló y lo estaba destruyendo.
Pasó toda la noche viendo la mancha en el techo de su cuarto.
En cambio Lucy, ella se fue a dormir tranquila después de escuchar el nuevo cassette que Memo le había regalado. Algo tan simple como la música la hacía tan feliz, pero ella sentía que no era solo eso, sino el detalle. Eran canciones que Memo le dedicaba y eso era en verdad algo tan bonito.
Durante todas las clases, pudo notar algo raro con Memo. Ahora sí no hablaba para nada, bueno, de por sí que él no hablaba casi, pero ya lo empezaba a hacer, solo que sí estaba diferente. Lo notaba como disociado de todo, no prestaba atención a nada.
Y cuando fue la hora de almorzar, ella estaba dispuesta a averiguar que era.
También estaba dispuesta a algo más, algo que había planeado toda la noche.
─Órale, una para cada uno. ─dijo alex mientras que tenoch les daba una torta para almorzar.
─Todavía falta más. ─les pasó un jugo. ─Si va a hacer nuestro último día, hay que cerrarlo en grande. ─le pasó también a Lucy. ─Lucía tú no eres del equipo pero pues nos caes chido, ten.
─Gracias Tenoch. ─le sonrió.
─Va a ser raro no? ─dijo dani. ─Ya no hacer todo esto.
─Su último pago. ─tenoch les dio un sobrecito con dinero.
Después se puso a decir su discurso de despedida, lo cual se le hacía ridículo a todos ya que iban en el mismo salón y se seguirían viendo por todo el año y el siguiente.
─¿Oigan puedo decir algo? ─Memo se levantó de su silla.
─Vas, pero es un público difícil.
─Bueno la verdad es que quería decirles que me da mucho gusto que mis papás me metieran a esta escuela... porque los pude conocer a ustedes y me metieron al negocio. Y pues... gracias a todos. ─tomó su jugo. ─Salud.
Terminaron de almorzar y ya tenían que irse al salón, solo que les quedaba un rato antes de entrar así que podían hacer algo antes.
─Marifer, Lucy. ─les habló Dani. ─¿me acompañan al baño?
─¿Para?
─Cosas de mujeres. ─las jaló a ambas de la mano.
Marifer y Daniela se pusieron a hablar del negocio de tareas, incluso Dani le pidió a Lucy entrar, pero como ella no tenía especialidad en ninguna materia, mejor se negó, además sentía que era mucha responsabilidad y eso no le gustaba para nada.
✨𓏲*ੈ🚬‧₊˚🎧
Las clases ya habían terminado, Lucy casi no habló mucho con Memo porque al parecer él andaba planeando algo con Tenoch, así que prefirió no interferir.
Pero quería hablarlo, porque hasta donde ella pudo notar, él de nuevo se portaba distante y un poco raro, como apagado. Solo que cuando terminaron las clases ella no lo vio, supuso que salió rápido con Tenoch, así que mejor esperaría.
Y cuando ya estaba esperando el pesero afuera de la escuela, Memo apenas iba saliendo, seguro para esperar a que Pascual pasara por él.
─¡Memo! ─lucy le habló. no esperó su reacción, que memo casi se lanzara sobre ella y le diera un abrazo, aferrándose al cuerpo de lucy sin molestarse en soltarla. ─Me asfixias. ─se rió un poco. ─¿Estás bien? ─puso sus dos manos al rededor de su cara.
─Sí... perfecto.
─Te ves... no sé... has estado un poquito raro hoy.
─No es cierto, estoy bien.
─¿Sabes que me puedes contar todo, verdad?
Había mucha gente ahí, mucho ruido, pero él detuvo en el tiempo de su mente, todo su al rededor dejó de existir en ese momento, no había nadie más que él y Lucía. Y si podía confiar en alguien, definitivamente era la chica que él amaba, pero tristemente Memo siempre ha sido así, reservado, prefiriendo guardarse para él mismo sus problemas porque creía que molestaría a los demás.
─Todo está bien Lucy.
─Bueno... te voy a creer.
─¿Quieres ir a caminar un rato?
─¿No va a venir Pascual por ti?
─Le dije que hoy llevaría solo.
─¿Y eso?
─No sé... tal vez porque sabía que hoy iba a querer estar contigo saliendo de clases.
─Que lindo. ─le sonrió. ─¿Y a dónde quieres ir?
─La verdad no tengo idea, solo vayamos.
Como siempre, salir a caminar era un rato único, porque en ningún momento había silencio. Lucy era la que hablaba demasiado, y Memo el que amaba escuchar todo lo que decía.
Se pasaron a quedar al primer parque que encontraron, solo que se apartaron un poco, donde ya no había niños jugando y gritando, donde ya no se escuchaban los motores de los carros. Todo tranquilo solo para escucharse entre ellos. Y como ya no había bancas ahí, se sentaron en el césped.
─Tenoch quiere que robemos el examen imposible. ─le dijo Memo.
─No manches ¿para?
─Pues para contestarlo y vender las respuestas.
─Uy aguas eh, se pueden meter en pedos.
─No creo... la maestra no sospecha de mí.
─¿Seguro? Yo diría que sí.
─Ojalá y no... dice Tenoch que nos lo van a pagar muy bien.
─¿Pero no habían quedado en que ya iban a dejar el negocio ese?
─De hecho sí, solo nosotros dos sabemos eso... no puedes decírselo a Dani, ni a Marifier, ni a Alex.
─Tú no te preocupes.
bostezó. ─Hoy me estaba durmiendo en clases.
─¿No dormiste bien anoche?
─Mm... algo.
─Ven. ─lucy estiró sus piernas y les dio unas palmadas, indicándole a memo podía recostarse ahí. ─Que suave tu cabello. ─le despejaba los mechones que cubrían su frente.
─El tuyo también me gusta. ─él miraba desde otro ángulo el rostro de lucy, desde abajo hacia arriba, y aún así le seguía pareciendo hermosa.
─Como todo se resolvió cuando te conocí Memo... Gracias a ti me siento feliz todos los días.
─Yo también... ¿sabes una cosa Lucy?
─¿Qué?
─No sé si algún día se nos va a acabar esto, o si nos vamos a dejar de ver, no sé, pero desde que te conozco solo disfruto el momento que estoy contigo. Eres divertida Lucy, muy entretenida, nunca pensé que conocería a una niña como tú. ─era fácil decirle todas esas cosas, porque no estaba viéndola a los ojos, de no ser así, seguro estaría muriendo de los nervios de ver como sus ojos no se perdían de la vista de la chica, solo estaba disfrutando las caricias de Lucy en su rostro. ─Y contigo me doy cuenta de que basta solo de una persona para ser feliz, siempre y cuando sea la persona correcta.
─Solo para que sepas, yo me siento igual contigo... si supieras Memo cuánto te adoro. ─perdió su mirada entre lo que sea que lo rodeaba, diciendo todo lo que sentía sin pensarlo mucho. ─Que increíble sería terminar la prepa aún juntos ¿te imaginas después vivir solo nosotros dos?.. ─suspiró. ─Pero... quisiera no pensar en eso.
─¿Por qué? No suena mal.
─Prácticamente nos acabos de conocer. Y esto que te digo, creo que solo con ilusiones de chavos. No sé, tonterías. ─se rió tontamente en voz baja. ─Ni siquiera sabemos si cuando terminemos la prepa... sigamos juntos... aunque bueno, ni siquiera estamos oficialmente juntos.
Eso que acababa de decir Lucy, le dio a Memo un empujoncito para al fin pedirle que sea su novia. Ahora sí y sin pensarlo mucho. Por fin se había dado cuenta y le quedaba bien en claro, que con ella podía dejar de sentir cualquier vergüenza , porque Lucy para él era la persona por la cual valía la pena intentar todo.
Se quitó de donde estaba recostado, y se sentó frente a Lucy tomándola de las manos.
─No son tonterías Lucy. Yo también me he imaginado tantas cosas y no sé si suena raro, pero contigo me imagino tantas cosas que jamás me habían pasado por la mente porque antes de ti nunca había sentido algo así por alguien. También he imaginado en que en unos años sentimos lo mismo que ahora, que nunca vamos a dejar de ser nosotros y los sentimientos no se irán... y tienes razón, no estamos aún lo suficientemente juntos... ¿y sabes por qué?
─¿Por qué?
─Porque me he comportado como un cobarde cuando te tengo frente a mí, tu mirada me pone tan nervioso y seguro tú ni te das cuenta. Todo porque me gustas como no tienes idea... ¿quieres ser mi novia, Lucía?
Por fin, lo que no creyó escuchar nunca al fin estaba pasando. Sentía que dentro de su cuerpo estaba floreciendo vida que bailaba de felicidad al canalizar los sentimientos al corazón y liberarlos en ojos de amor que delataban lo ilusionada que estaba.
No le respondió nada, solo se lanzó sobre él para abrazarlos que hasta los dos cayeron al piso, ella sobre él y le dio un beso sin pensarlo ni un segundo.
─No sabes cómo lo estuve esperando Memo... ¡Sí! Obvio que sí quiero andar contigo.
Se volvieron a sentar como estaban, cuando él estaba recostado sobre sus piernas.
─Te adoro Memo. ─se inclinó a darle un beso. ─Yo sé que lo sabes, pero quiero que sepas que siempre voy a estar contigo y tú puedes confiar en mí y contarme todo, no importa qué tan mínimo sea. Porque así como tú me ayudaste sin siquiera saberlo, yo pienso hacer lo mismo por ti.
Tantas cosas que había en los pensamientos de Memo, todo le carcomía hasta el último rincón del cuerpo y no podía hacer de lado sus malos pensamientos... pero por ahora no quería arruinar el momento con Lucy.
─Te amo Lucy... y me alegra que sea tú la primera chica a la que le digo esto.
Memo siguió tan cómodo ahí donde estaba acostado, de tanto sentir como Lucy le acariciaba con cuidado la cara y el pelo hasta ya se estaba quedando dormido.
Ella veía que rostro tan lindo y delicado tenía Memo, adoraba los ojos azules, pero veía diferente los de él. No como el cielo, como todos describían los ojos, los de él eran distintos, difíciles de ignorar porque parecían la noche reflejada en el mar y unas cuantas estrellas decorándolos para hacer que ella se acercara, queriendo contar cada una de ellas.
Era de ese tipo de personas, para Lucy ver a Memo sin hacer nada y un rostro totalmente neutral, le tranquilizaba todo su vida.
Sacó de su mochila su caja de cigarros y prendió uno para llevarlo a su boca, Memo cuando sintió el olor, se acercó a Lucy y de nuevo se lo quitó y lo tiró, para luego darle un beso. Una gran ventaja de que él le gustaba, que sabía que podía hacer eso y a Lucy no le molestaba para nada.
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