Se escuchó un grito y un grito mientras uno de los pasajeros del autobús estaba grabando. Un hombre calvo sangraba contra una ventana severamente agrietada por el impacto, gotas de sangre manchaban el vidrio mientras el principal permanecía inconsciente.

-"¡Alguien llame a una ambulancia!" Una mujer gritó.
-"¡Estamos en un atasco de tráfico! ¡¿Cómo vamos a salir?!" Preguntó un hombre.
-"¿Hay un médico aquí?" Preguntó otra mujer.

Laura sacó gasas, alcohol y el kit de costura de su madre de su mochila. Terminó sus estudios en la escuela de medicina y estaba a punto de comenzar su puesto de interno como paramédica, aunque tenía bajos ingresos, solo podía permitirse ir por autobús para ir al hospital que le fue asignado para el plan de estudios de su escuela.

Mojó sus manos en alcohol para limpiar el área afectada, luego envolvió la cabeza del hombre con la gasa. Ella apoyó la cabeza en su regazo. Seguía sangrando, tuvo que sacar el kit de costura de su madre y tuvo que desinfectar la aguja con alcohol.

Laura tuvo que revisar su herida, había una herida abierta que iba desde el borde de la ceja hasta el pómulo, ella tuvo que coser la herida abierta. Hundió la aguja en la piel e hizo un pequeño agujero para sacar la aguja y empezar a coser el tejido para sellar la herida. Cuando terminó de coser la herida abierta, los autos empezaron a moverse uno por uno. Escuchó un suspiro de alivio, pero no le importaron los murmullos y comentarios de los pasajeros.

Todo lo que le importaba era el hombre que está tratando de salvar en este momento. Todavía necesitaba una ambulancia.