Capítulo 9: Trece años (2/2)

A penas dijo eso, el pelinegro ingreso a la habitación silbando. Tenía la camisa y los zapatos sucios con sangre.  Chuuya de inmediato sintió el familiar dolor en su pecho como si…conociera ese color rojo.

Todo pareció quedar en silencio cuando Mori hizo contacto visual con él, como un gato a punto de cazar sin piedad. Chuuya solo pudo sentarse firme desde la posición en que estaba.

- Elise-chan~ , estoy de vuelta- dijo con una voz suave. Deteniéndose de golpe al ver a ambos muchachos sentados en el suelo. - Vaya, Si no es Chuuya-kun ¿A qué debo esta visita nocturna? - pregunto serio. Noto como la niña a su lado se quedaba quieta.

- Necesito información - respondió intentando levantarse, pero siendo detenido por la niña, ella lo miro diciéndole con la mirada que no se moviera.

- ohh, supongo que vienes por cierto amigo tuyo - dijo apoyándose en la pared que estaba frente a él. Chuuya de inmediato se tensó y lo miro con rabia. Pero controlando con todas sus fuerzas el poder que quería salir. Ya había roto una promesa con Dazai, no iba a romper otra

- Si, justo por ello - le dijo con voz fría.  Mori le sonrió feliz

- Que agradable expresión, me hace pensar en lo bien que lo harías como asesino de la organización

- ¿Donde esta Dazai? - le espeto enojado

- No puedo decirlo - le dijo mirándose las uñas, Chuuya solo se encrespo más

- ¿Por qué?

- Prometí: "No hacerte daño, no acercarme a ti, y no decirte lo que paso con él" y ya sabes, si el jefe no cumple sus promesas, no sería para nada confiable - Chuuya lo miro extrañado, ¿Porque Dazai había dicho eso?

- Sin embargo, no prometí nada sobre mostrarte donde esta - le murmuro con una sonrisa escalofriante. La niña a su lado se levantó y miro intimidante a Mori, este la miro sorprendido.

- Ocurre algo, Elise-chan

- él me dio un chocolate, no puedes hacerle daño - le dijo con una sonrisa igual de escalofriante a la de Mori. - Y necesito otra caja de lápices de colores, más grande

- Pero te compre una ayer - le respondió con voz chillona

- ¡Esta ya no sirve! ¡Quiero otra! - le dijo golpeando el piso con su pie.

- Pero Elise...si esta nueva

- ¡Le regale un lápiz a Chuuya! ¡Así que necesito otra con todos los lápices!

- Esta bien, Elise-chan, no te enojes, te compraré otra de inmediato...espera ¿Regalaste?

La niña lo ignoro y se volvió a sentar a en suelo a pintar. Chuuya veía la situación extrañado, luego con cuidado guardo el lápiz azul en su bolsillo. Mori veía la situación pensativo. Luego se giró para irse.

- ¿Que esperas? ¿Quieres ver a Dazai - kun? Entonces sígueme - le dijo continuando su camino. Chuuya de inmediato se levantó para seguirlo. Despidiéndose antes de la niña que había conocido esta solo le había asentido en respuesta.

- Elise-chan te tomo cariño, Chuuya-kun - me dijo luego de unos minutos caminando. El pelirrojo iba unos pasos detrás, ante la voz del mayor simplemente guardo silencio- Me parece extraño, teniendo en cuenta que no tienes nada en especial

- ¿Especial? - dijo el niño deteniéndose a medio paso. El pelinegro se detuvo del mismo modo. Creándose un silencio tenso a lo largo del pasillo

- Si, Elise-chan solo habla con personas dotadas de algún modo, y no de forma amable, sin embargo, a ti, no solo te hablo, sino que te regalo un lápiz ¿No lo encuentras increíble? - le menciono mirándolo serio

- No logro entenderlo del todo - le respondió, bastante confuso por la forma en que se lo había explicado. Este chasqueo la lengua

- Ese es el problema, no deberías entenderlo, pero siento que me equivoco contigo…podría significar un cambio de planes para ti

Sin más continúo caminando en dirección al ascensor. Estaban en el último piso del edificio por lo que no le parecía extraño tener que ingresar al ascensor con Mori, sin embargo, no quería pasar mucho tiempo a solas con él, sobre todo, porque desde que había llegado a la habitación y lo había visto con sangre se había activado una alarma de peligro en su cuerpo.

En el ascensor, se aseguró de colocarse lo más alejado del jefe. Ambos habían quedado frente a frente.

- Mirándote me haces pensar en que debería sentir un poco de culpa, ambos son solos niños, deberían estar haciendo cosas distintas, bueno, a ti se te permitió ser niño un tiempo, pero no podemos continuar así - le espeto de la nada, a lo que el menor lo miro interrogante - por ello terminaremos las apuestas hoy, si tu continúas o te sacamos de este juego, no me decepciones tú también, Chuuya- kun.

- ¿También? – el muchacho, solo quería terminar rápido con este incómodo ambiente.

- Mi heredero parece ser bastante terco sobre las debilidades que lo rodean, esperemos que esto le sirva como lección. Me disculpo de antemano

El pelirrojo, sintió como las puertas del ascensor se abrían, dejando saber que habían llegado al primer piso. No había dado ni un paso fuera cuando sintió que colocaban un pañuelo en la boca. Un olor desagradable entro a sus sentidos, poco a poco fue perdiendo la conciencia, sintiendo en ultimo momento como era cargado en brazos hacia un auto, luego sin más, se sintió atrapado en un sueño.

"- Chuuya, ¿Qué estás haciendo? – pregunto extrañado un castaño a su amigo, el cual se encontraba sentado en el suelo, de espaldas a él, con el cabello lleno de brillantina dorada

El pelirrojo de inmediato se dio la vuelta con una gran sonrisa, escondiendo sus manos detrás de su espalda.

- ¡Adivina!

Dazai lo miro pensativo, luego observo el suelo alrededor del muchacho, estaba completamente lleno de papeles de color amarillo, brillantinas, unas tijeras y uno que otro lápiz.

- Un pastel de chocolate– respondió con una sonrisa. El pequeño sospechaba de lo que estaba haciendo, pero prefirió no adivinarlo de inmediato

-Buuu, no, si fuera así estaría en la cocina – le dijo sin perder la sonrisa, luego, sin mucha prisa, le mostró una estrellar hecha de papel, tenía muchas tonalidades de color amarillo y brillaba por toda la brillantina que le había colocado, para haber sido hecha por un niño, estaba preciosa – Neesan me enseño a hacerlas en la mañana

- Te quedo muy bien, Chuuya – le dijo siendo sincero Dazai, el pelirrojo de inmediato le brillaron los ojos.

- ¿Verdad que sí? Me costó mucho, pero ahora puedo entregarla de regalo

- ¿Para quién es? – pregunto el castaño curioso, a lo que el pelirrojo ladeó su cabeza

- No sé para quien es- Dazai lo miro aún más confundido

- ¿No dijiste que era de regalo?

- ¡Si! pero aun no he decidido a quien regalarla, debo pensarlo un poco más, porque esta estrella es mágica – le dijo moviendo la estrella con su poder, dejándola flotar, imitando una estrella fugaz, a lo que el castaño se rio – Es en serio, ¡esta estrella te cumple un deseo! ¡El que tú quieras!

- Si ese es el caso, ¿Por qué no pides el deseo tu? No tienes que regalar siempre las cosas

- hummm ¿Pido yo el deseo? – Pregunto extrañado el pelirrojo, la verdad pensaba regalarla al castaño, pero si él le decía que pidiera el deseo, dejo caer la estrella entre sus manos y le sonrió a Dazai – En ese caso, deseo que tengas mas amigos con los que hablar- El castaño poco a poco perdió la sonrisa y lo miro con seriedad

- Eso no va a suceder, ya te tengo a ti como amigo, nadie más me aceptaría ¿Por qué pides eso? – le espeto de inmediato, el pelirrojo jugo con la estrella entre sus manos

- Cuando estoy en la escuela, converso con muchos niños, pero Dazai está solo

- Repito, te tengo a ti

- ¡Pero solo cuando vuelvo en las tardes! ¡El resto del día estas solo! – le respondió con una mirada triste. El castaño no quito la mirada seria de su rostro

- Ese tiempo es suficiente para mí, Chuuya

- Para mi no, quiero que tengas con quien hablar cuando yo no este, así no estaré preocupado de que te sientas solo

- No soy un perro, Chuuya – le respondió sonriendo ante esa respuesta, a lo que el pelirrojo lo fulmino con la mirada – No me mires así, además, eres mi amigo, mientras lo seas, ¿Para que necesito más amistades? Además, que se cumpliera tu deseo significaría que ya no estas a mi lado – respondió en broma, pero Chuuya lo miro serio

- Entonces, ¿Dices que debo irme para que hagas más amigos? Pero…Eso no va a ocurrir – respondió el Pelirrojo desanimado

- ¡No pongas esa cara! Ven, vamos a comer postre – le dijo sonriendo el castaño, mientras le indicaba que lo siguiera. El pelirrojo de inmediato sonrió y, dejando caer la estrella al suelo, corrió detrás para alcanzarlo."

Chuuya despertó de golpe, desorientado por el recuerdo que había tenido. Con cuidado se sentó en el ¿Suelo? Observó que estaba en una especie de bodega con un olor desagradable, como a sangre, en sí, el lugar tenia una que otra mancha de color rojo

- Ya despertaste, querido Chuuya-kun

El pelirrojo de inmediato dirigió la mirada hacia la voz, Mori lo observaba con dos subordinados a su lado, los cuales estaban quietos mirándolo sin expresión, Mori por otro lado estaba sonriendo, pero como siempre, eso no indicaba nada bueno. El pelirrojo mantuvo su mirada en él, sin bajarla en ningún sentido, él no era débil, y que el sujeto lo pensara solo era por su propia estupidez.

- ¿Dónde estoy?

- ¿No querías ver a Dazai? – le espeto Mori sin más, a lo que Chuuya solo levanto una ceja, indicando con ese gesto que no veía donde, el pelinegro le hizo un gesto despectivo con la mano – cálmate, no…estaba en las condiciones adecuadas para verte, así que lo traerán en unos momentos, puede que no puedan hablar, pero tu solo querías verlo ¿Verdad?

- ¿Por qué no podríamos hablar?

Ante eso, se abrió una puerta trasera, se escucho como dejaban caer un cuerpo con fuerza al suelo. Chuuya se giró ante el ruido, abriendo lo ojos con sorpresa, levantándose con las piernas temblando. Sin más corrió hacia la persona demasiado conocida en el suelo.

- Da…Dazai – susurro con voz rota, arrodillándose a su lado. El joven estaba inconsciente para el mundo, solo demostraba que estaba vivo por el suave movimiento que hacia su pecho al respirar. Chuuya sintió como una lágrima resbalaba por su rostro al ver el estado de su cuerpo, estaba completamente cubierto de vendas, Chuuya estaba acostumbrado a verlo con una que otra venda, pero no tantas como las que lo cubrían. Cada brazo, parte de su abdomen…y las del cuello, esas filtraban sangre a través de ellas, como si una gran herida hubiera sido tapada con rapidez. Chuuya estiro las manos para tocarlo, pero deteniéndose a medio camino por miedo a lastimarlo aún más- ¿Que… que le hicieron? – susurro, conformando con acariciar suavemente el cabello castaño, que parecía opacado, casi negro.

- Nada a que no se haya acostumbrado ya – respondió sin más Mori – Sin embargo, ese es el problema, ya maneja a la perfección cada método que aplicamos en el y sigue sin aprender y aquí entras tú, Chuuya-kun

- ¿Yo? - El pelirrojo con cuidado retiro la mano del cabello de Dazai, observando como esta salía manchada de sangre. Las observo sin ninguna emocion en particular, como si algo se fuera acumulando en su interior al ver la sangre de Dazai, que seguro era la misma que tenia Mori en su ropa. ¿Cómo podría llamar a la emocion que estaba sintiendo? ¿Ira? ¿Odio? ¿Culpa? ¿Había una emocion que juntara todas esas emociones?

- ¿No crees que el mejor método de superar una debilidad es eliminándola? Y, como habrás notado, eres la única brecha en la fortaleza de Dazai-kun, sin ti, sería el jefe perfecto para la Port mafia, así que pensaba darle una sorpresa trayéndote acá para que el pudiera matarte, después de todo me pidió que yo no te hiciera daño, pero cualquier otro puede hacerlo, incluso el. Sin embargo, como veras, lo dejamos, como decirlo, un poco incapacitado y lo note solo cuando llegamos y no despertó.

Chuuya, solo miraba a Dazai, ni siquiera se atrevía a tocarlo. Escucho como un arma era cargada, provocando que se girara a evaluar que ocurría. Mori, lo miraba con su sonrisa típica y uno de los subordinados a su lado lo apuntaba.

- Chuuya-kun, entenderás que de uno u otro modo no saldrás vivo de acá, la idea es que cuando te vea muerto, supere de una vez por todas la obsesión que tiene contigo, así que lo siento por esto, pero al menos pudiste verlo antes de morir

Se escucho como el arma se disparaba en su dirección, sin embargo, para sorpresa de los presentes, la bala quedo flotando justo antes de tocar a Chuuya. El cual, se había levantado del lado de Dazai, cualquier que lo viera podría notar que sus ojos tenían un brillo lleno de desprecio y odio que no podía ser ocultada por nada. El suelo a su alrededor comenzó a agrietarse y destruirse, el sonido de concreto partiéndose era reconocible para cualquiera. Se escucharon 3 disparos más, pero nuevamente las balas solo se quedaron flotando, con un brillo rojo a su alrededor.

- No perdonaré esto – gruño Chuuya devolviendo las balas, sin embargo, el muchacho no tenia control de su habilidad por completo, después de todos, durante años tuvo que ocultarla, ahora solo se estaba desbordando, rompiendo todo a su paso, por lo que, en vez de impactar de lleno en Mori, dos de las balas fueron directo a los subordinados, los cuales cayeron quejándose de dolor y el resto impacto con las paredes las cuales, igual estaban sufriendo el peso de la gravedad de Chuuya. Mori miraba con curiosidad todo, sin ni un poco de miedo en sus ojos, lo que solo provoco que el pelirrojo se enfadara más, hundiendo el piso de golpe.

- ¿Quieres hacerme daño? – le pregunto Mori

- Quiero matarte – gruño en respuesta Chuuya, sin fijarse que ciertas marcas aparecían y desaparecían de sus brazos, provocando que su pequeño cuerpo sintiera dolor, aunque Chuuya lo ignorara, no tenia el cuerpo adecuado para manejar tal habilidad llena de ira.

- No serias el primero, Chuuya-kun pero ¿Estás seguro de que quieres hacerlo ahora? Dazai-kun parece ser que también va a salir afectado - le dijo señalando con la cabeza al castaño. Chuuya apretando los dientes en busca de control miro hacia atrás, notando que un gran escombro se detenía a pocos centímetros de Dazai, solo manteniéndose arriba por pocos centímetros. Con gran esfuerzo, movió lejos el gran pedazo, provocando que un hilo de sangre saliera de su boca. Comenzó a temblar, el pelirrojo sentía que en cualquier momento iba a terminar destruyendo todo, pero, ¿Quién podía culparlo? Las emociones que estaba sintiendo ahora no tenían modo de ser controladas.

Odiaba a Mori, lo odiaba con cada parte de su ser, pero no quería hacerle más daño a Dazai…no quería fallarle de nuevo a la persona que mas quería. Sin embargo, el pelirrojo ya no podía controlarse, lo cual era mas que evidente por los pedazos de escombros que estaban cayendo, parecía ser que el lugar no iba a aguantar más. Uno de los subordinados, intentando detenerlo arrebato contra él, solo para terminar incrustado en la pared del fondo, si antes había quedado herido, ahora seguro no había hueso que no hubiera quedado roto.

- No se acerquen, solo terminaran muertos – Dijo Mori sonriendo feliz por la situación. Chuuya, aun en su estado de descontrol lo miraba de tal modo que, era milagro que no hubiera caído algún escombro encima de él, solo podía agradecer al aparente poco control sobre su habilidad – Elise-chan, necesito que hagas algo por mi – Dijo al ver que las marcas de Chuuya se quedan por fin quietas, sin intenciones de desparecer, lo cual solo provocaba una sensación de peligro en Mori. La mencionada apareció como si de niebla se tratara, y al ver al peli-negro hizo un mohín.

- ¿Qué me darás a cambio? – Le respondió con una sonrisa malévola

- Podemos negociarlo después, pequeña – Le dijo con cariño, a lo que la niña subió una ceja para por fin mirar a su alrededor y notar el peligro en que estaban todos

- No te dije que no molestaras a Chuuya – le dijo la niña con un mohín y cruzando los brazos enojada.

- Yo no hice nada, ¿Quieres ayudarlo?

- Yo…si quiero- Dijo después de unos minutos de analizarlo. Mori le susurro unas cosas, el pelirrojo solo veía la situación levemente consciente y sintiendo que el dolor que había estado experimentado desde que comenzó a destruir todo desaparecía de su cuerpo, como si nunca hubiera existido. Sin embargo, la sensación de ser indestructible no duro mucho, ya que, sintió como unas manos pequeñas lo empujaban con fuerza hacia atrás. Cayo sin poder detenerse y sintió como agarraban su muñeca con suavidad, provocando que todo se detuviera. El dolor volvió con fuerza, sin embargo, el pelirrojo lo ignoro, al ver que el castaño le estaba sonriendo desde el suelo mientras sujetaba su muñeca.

- Da…Dazai – el pelirrojo lo miraba en Shock, luego sin pensarlo mucho, se dejo caer contra el castaño, abrazándolo y llorando con fuerza. Sin ninguna intención de soltarlo, el castaño le acaricio con suavidad el cabello, sin quejarse del dolor que estaba sintiendo por el fuerte abrazo de Chuuya, aun cuando no sabia si era un sueño o la realidad, se alegraba de poder sentirlo cerca suyo – Lo siento…lo siento mucho, por mi culpa tu…- le decía entre llantos el pelirrojo, sin embargo, Dazai al notar que iba desmayarse en cualquier momento por todas las heridas que tenía, opto por mantenerlo cerca suyo, deseando estirar el tiempo del sueño que estaba teniendo.

- Chuuya…espero que…no estés herido – le susurro con cariño, agarrándolo de la mano antes de volver a perder la conciencia. El pelirrojo se mantuvo apegado a él, dejando poco a poco de llorar.

- Fue un espectáculo maravilloso, Chuuya-kun – le dijo Mori, que tenia a Elise a su espalda, que solo miraba todo sin mucha emocion. El pelirrojo intento levantarse para golpearlo, pero el dolor lo mantuvo en el suelo, lo máximo que pudo hacer fue sentarse y fulminarlo con la mirada.

- ¿Me matara ahora? – le espeto sin soltar la mano de Dazai

- No iba a matarte, bueno, no iba a matarte al ver que Elise te reconoció – Le respondió mirando a su alrededor

- Puedo jurar que me disparo

- Tenia una intención, si tenias una habilidad de algún modo las ibas evitar y si no era así, bueno, no necesito inútiles después de todo. Pero ahora que confirmamos que eres sin duda una pieza clave para la organización, dejare de intentarlo, tengo algo que proponerte

- No aceptare nada que tenga que ver con usted, especialmente por lo que le hizo a Dazai, realmente detesto todo de usted- gruño sin nada de fuerza, pero sin querer perder la conciencia porque dejaría de tener cerca a el castaño

- Porque aprecias a Dazai-kun, la aceptaras – le espeto de inmediato el peli-negro- Veras, yo me comprometo a soltar a Dazai-kun de aquí y continuar su entrenamiento sin mucha tortura, si tu aceptas trabajar para la Port mafia

- ¿Por qué me dice eso? - le pregunto el pelirrojo confundido

- Evalué los pro y contra de mantenerte vivo, y noté que Dazai-kun necesitara una mano derecha, eres perfecto para ese trabajo

- Dijo que yo era su debilidad

- Te fortaleceremos para que no seas una carga más, aunque no lo parezca, no soy un ser cruel, siempre miro por el bien de la organización y matarte iría en contra de eso ¿Qué opinas de lo que digo?

- Dazai… ¿Estará bien? ¿Promete dejar de torturarlo? - Susurro apretando levemente la mano del castaño

- Si, puedo prometer eso, después de todo la función de este entrenamiento era que te matara y eso ya no es necesario. Entonces ¿Aceptas?

- Yo…acepto- susurro

- Bien, Chuuya-kun, supongo que entiendes que tendrás que comenzar un entrenamiento adecuado ¿Verdad?

- Si…

- Y que no puedes hacerlo cerca de Dazai

- Lo entiendo- dijo mordiendo su labio, comprendiendo que el castaño haría todo lo posible para impedir que esto ocurriera, para protegerlo.

- Te iras a Francia, justamente Kouyou estaba pidiendo llevarte a una misión un poco más larga de lo que acostumbramos en la Port mafia, te servirá para tener experiencia y te entrenaran en la sede de allá, será interesante de poner a prueba – le dijo el Mori con la voz emocionada por cómo habían resultado las cosas.

- ¿Qué pasara con Dazai? – pregunto el pelirrojo esforzándose por mantener los ojos abiertos, el cansancio le estaba pasando la cuenta, pero necesitaba saber que su amigo estaría bien antes de irse.

- Volverán a verse, en algunos años quizás, cuando seas lo suficientemente fuerte, antes de eso no podrán tener contacto

- Él no aceptara eso

- Yo me encargo de eso, Chuuya-kun

El pelirrojo podía decir que sentía su corazón roto por lo que iba a ocurrir, entendía que no podría ver a Dazai en mucho tiempo, pero también entendía que haciendo esto evitaría mas daños hacia el castaño, era lo que menos podía hacer.  Se esforzaría para que el tiempo que no se vieran fuera corto.

Se dejo hacer hacia atrás, poniéndose de tal modo que podía ver al castaño dormido y con cuidado empezó a soltar su mano. Diciéndose a si mismo que no sería para siempre esta separación.

“Que se cumpliera tu deseo significaría que ya no estas a mi lado”

Chuuya sonrió levemente ante ese eco del sueño que había tenido, ojalá ese deseo se cumpliera, ojalá que Dazai lograra ser feliz a pesar de todo. El pelirrojo, sin más, callo dormido.

Gracias por leerrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr, no olviden votar, dejar el visto, comentar o todas las anteriores. Disculpen la demora jkakjakjakj es que el tiempo me mata, pero no dejare mis hermosas historias, mañana publicare para mi otra historia, después de todo es Viernes , mi hermoso viernes.




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