Capitulo 11: Quince años

- ¿Por qué estas más herido de lo normal, Dazai? – preguntaba un peli marrón-rojizo mientras bebía un trago.

El castaño se encontraba recostado en la barra del bar jugando con un vaso de alcohol, tenía la ropa completamente mojada, no al punto de gotear agua, pero se notaba su estado de humedad, ante la pregunta se enfocó en el sujeto con una sonrisa divertida

- Es raro que Odasaku pregunte por mi estado

- ¿Es así? – el castaño asintió para continuación sentarse derecho

- Veras, hoy estaba a cargo del manejo de un contrabando, que salió mal, por lo que fue muy entretenido, ya sabes, ¡ellos les disparaban a mis subordinados y mis subordinados a ellos, parecía una batalla de videojuego!

- Entiendo – le dijo Odasaku bebiendo un trago y escuchando con atención

- El problema fue que llego la policía y detuvo el juego, en fin, en la huida choqué con una pared y caí al rio, desperté a la orilla de un puente, no encontré mejor momento para venir a juntarme contigo en el bar – le dijo con voz divertida, mientras se imaginaba el momento

- Suena doloroso

- No tanto, la verdad me sorprende no haber muerto ahogado ¿Me pregunto por qué la muerte se aleja de mí? – dijo por lo bajo

- Quizás por que la buscas con esmero – le respondió, a lo que Dazai lo miro curioso

- ¿No lo llamaríamos suerte?

- ¿Tú le llamarías suerte?

- No lo sé, podría ser, pero si ese es el caso, siento que tengo mucha suerte, y si todo lo que ha ocurrido es suerte, entonces a mi vida le gusta jugarme juegos – el peli marrón-rojizo tomo un trago de su bebida, sin decir nada, el castaño solo sonreía – Entonces ¿No me preguntaras la razón detrás de mi deseada muerte? Es la pregunta que la mayoría me hace ¿Quieres adivinar?

- Supongo que tiene que ver con tus tendencias autodestructivas – le dijo luego de pensarlo durante unos segundos

- Todos los seres humanos tenemos tendencias autodestructivas, forma parte de nuestra configuración – le respondió moviendo las manos de forma despectiva

- Sin embargo, en ti destacan mas

- ¿A que te refieres? – dijo Dazai con una sonrisita

- Siempre estas dispuesto a ir a las misiones más difíciles y peligrosas

- Porque soy él más capaz

- Eres un niño en un bar bebiendo alcohol con un sujeto que conociste de forma sospechosa

- Adolescente y tú me conociste a mi – dijo el castaño sin perder el ritmo

- ¿Qué me dices de los ligues de una noche?

- Hormonas descontroladas

- ¿Los accidentes recurrentes?

- Me gusta usar vendas

- Prefieres dormir en la calle que en tu departamento

- Me gusta estar atento a los problemas de la sociedad ¿Qué mejor que la calle? Y aclaro, no duermo en la calle, solo tomo siestas

- Dicen que siempre que puedes intentas matar al jefe

- No siempre que puedo, o no estaría aquí

- Realmente pareciera que tratas desesperadamente de olvidar algo – dijo finalmente Odasaku con un encogimiento de hombros, a lo que Dazai se tensó, el peli marrón-rojizo lo miro parpadeando - ¿Es eso?

- Puede ser… ¿Sabes? Si, tienes razón, no lo había pensado así, quiero olvidar, me gusta, lo diré la próxima vez que alguien me pregunte

Ambos bebieron un trago de su bebida, en el reloj del lugar marcaban las 23:34 Pm, y por unos minutos solo se escuchó el silencio, hasta que Dazai comenzó a reírse divertido por la situación, había pasado un tiempo de que pensaba en el hecho de que realmente estaba malgastando su vida

- ¿No me preguntaras que quiero olvidar?

- Si lo quieres olvidar ¿Por qué lo preguntaría? – El castaño sonrió ante eso 

- Tienes razón, Odasaku no ese tipo de persona – dijo por lo bajo con la mirada pensativa – Sin embargo, como bien dices no puedo olvidarlo por mucho que lo intente ¿Supones algo para mí, detective?

Odasaku lo miro con atención, desde que había conocido al castaño, hacia notado cierta conducta

- ¿Qué no te pagan lo suficiente? - Dazai parpadeo sorprendido, haciendo una O con la boca y luego se rio divertido

- Eso no lo esperaba – le dijo parando de reírse

- ¿Acerté?

- Nop, estas equivocado, pero tienes razón, no me pagan lo suficiente para ser el heredero de la Port mafia, debería exigir un aumento, si tan solo me gustara ver la cara de Mori – exclamo con voz divertida, luego colocándose serio – Bueno, me gustara cuando la vea muerta en el suelo

- Ya veo – le respondió encogiéndose de hombro, haciendo una seña al camarero para que le sirviera otra copa, este le sirvió a el y Dazai y continuo en sus asuntos.

- ¿No ves en mi futuro algo así? Me alegrarías la noche

- No en los próximos segundos – respondió Odasaku

- Lastima, pero parece ser que tengo otra misión que hacer esta noche, quizás me de el tiempo de exigir un aumento luego de ello

- ¿Mas trabajo?

- Parece ser que se han estado robando dinero de la Port mafia, un hombre desagradable y su esposa, no podemos permitir que continúen, iré a saldar cuentas – le dijo levantándose su asiento, se detuvo unos minutos para ver a Odasaku – No vemos pronto, así podemos seguir hablando de mis tendencias autodestructivas ¿Algo mas que decir sobre ello por cierto?

- No – dijo Odasaku dejando el vaso sobre la mesa, el castaño lo miro divertido

- ¿Seguro?

- ¿Quieres que suponga algo más?

- Sii, podría ser interesante- dijo con los ojos brillosos de emoción

- Algo que provoca destrucción en un hombre – dijo Odasaku por lo bajo – Solo podría ser el amor

- ¿Te han roto el corazón, Odasaku? – Dijo el castaño luego de unos segundos, con la mirada seria por la respuesta

- No – respondió el Peli-marrón, el castaño se alejó con paso suave a la puerta, y antes de salir dijo

- No vayas a dejar que lo hagan, no hay dolor más grande que ese






















- Por favor, por favor, no me mate, por favor, no tengo nada que ver con los negocios de mi esposo

El castaño miro a la mujer, esta se había arrodillado tomándolo del abrigo negro, lloraba desesperada, sin embargo, algo en ella llamo la atención del castaño, su color de ojos, era ¿Color azul? No, no se parece a el color azul, están nublados, no es adecuado, no quería seguir viéndolo, ¿Por qué no solo se apagaban?

- Ese color está equivocado – le respondió Dazai, a lo que la mujer lloro más fuerte – no me gustan tus ojos, no quiero seguir mirándolos

- Por favor…- susurro la mujer

- Shhh, no empeores la situación, tú y yo sabemos que son lágrimas de cocodrilo – le respondió mientras disparaba. La mujer cayo como si a un muñeco le hubieran cortado las cuerdas.

El castaño, miro con el ceño fruncido la situación, no le gustaba el azul, era un color desagradable. Solo provocaba…solo provocaba, no importaba.  Dazai se sentía extraño, si le podía llamar así, en realidad, era más fácil decir, que no sentía nada y eso le provocaba extrañeza. Miro su alrededor, cuerpos por todos lados, todo completamente lleno de sangre, normalmente debería sentir algo por todas las personas que acaba de ordenar matar. Pero solo está apoyado en la pared, observando como limpiaban la escena. Recordaba en la niebla de la matanza que alguien le había pedido piedad, lo recordaba, pero también recordaba haberse reído ¿Sintió algo en ese momento? ¿Una pizca de humanidad?

- No siento nada – dijo Dazai en voz alta, pensando que eso ayudaría, pero seguía estando vacío ¿No era eso bueno?, no sentir era necesario, no se nublaba el juicio…pero no podía evitar pensar que le faltaba una pieza.

Hace algún tiempo que le estaba ocurriendo esto, cada día se volvía un ser más insensible, cada día buscaba sentir algo en el sufrimiento de los demás. No estaba logrando nada. Se miro las manos unos segundos, las vendas se habían ensuciado, se preguntaba si las de su cuello y rostro también, ¿Tendrá que ir a buscar nuevas vendas?

- Señor… se ha terminado y llevado con éxito la orden – le dijo uno de los subordinados sacándolo de sus pensamientos. Lo analizo durante unos segundos, parecía bastante joven. No tanto como él pero lo suficiente

- ¿Qué sientes? – pregunto con la voz llena de curiosidad Dazai

- ¿Disculpe? – respondió el subordinado con la voz confundida

- ¿Qué sientes al ver todo esto? – le repitió señalando su alrededor

- yo… siento ¿Orgullo?

- ¿Por qué?

- Cumplí una misión con éxito señor

- Ohhh, eso es correcto, se debe enseñar orgullo, eso sería lo correcto

- ¿Señor?...

-No es nada, me retiro

Dazai, salió a la noche, poco a poco dejo la bodega en la que habían estado trabajando atrás. Una misión bastante simple, saldar las cuentas con el sujeto y la esposa que habían estado cometiendo crímenes a lo largo de Yokohama, cosa, que la Port mafia no podía permitir. Eso le recordaba, ¿Por qué le decían señor? ¿Tan viejo se veía? El castaño suponía que, por su forma de actuar, ¿Debería actuar más como un niño? Podía fingir actuar de ese modo, infantil, alegre, esas con las características correctas de un niño. Fingió sonreír mientras caminaba, se sentía raro. Su rostro se sentía extraño. Bueno, no pensaba decir nada al respecto, la verdad, le daba lo mismo como le llamaran.

Se detuvo unos segundos para mirar el reflejo de la ciudad en el mar. Parpadeo hacia ello, no, no, iba a amanecer, era un nuevo día. No quería que hubiera un nuevo día. Solo quería que todo se quedara oscuro, le ayudaba a no pensar.
No se había cruzado con ningún civil, pero seguro en estos momentos se veía terrorífico, un niño cubierto de vendas, lleno de sangre y vestido de negro. Seguro no una vista agradable de ver.
Observo como el auto que lo trasportaba, lo esperaba en el mismo lugar de siempre. Así que no lo pensó mucho si debía subirse o no. El conductor, aun si pensó algo sobre su apariencia, no dijo ningún comentario.

- ¿Dónde ira hoy, señor?

- ¿Donde? Es una buena pregunta – le dijo acomodándose cerca de la ventana, pensando por unos segundos – donde, donde…en el centro, ese es un buen lugar

- Como ordene señor – respondió el chofer colocándose en marcha. – Si me permite…

- ¿Qué?

- No creo que deba ir vestido de esa forma al centro- dijo nervioso sin dejar de conducir, pero intentando no conectar vistas con el muchacho, había escuchado algunos rumores escalofriantes sobre él. Sin embargo, el castaño le sonrió, pero sin ninguna emocion en sus ojos, esa era la mirada que todos estaban acostumbrados a mirar, el muchacho era conocido por ser una maquina de matar, un demonio decían.

- Si, supongo que tienes razón – le respondió el castaño sonriendo – Aunque no solicite tu opinión - El conductor se estremeció, pero se mantuvo firme, el castaño lo miro curioso - ¿Eres nuevo? – El sujeto le asintió nervioso - ¿No te dijeron que le paso al otro conductor? – le pregunto con una sonrisa, a lo que el conductor asintió lentamente – ¿Y aun así me hablas? Interesante, pero tranquilo no te hare nada, el otro conductor intento matarme por eso obtuvo lo que merecía ¿Trataras de matarme también? Quizás hasta tengas suerte, pero cuidado, que, si no te mato yo, lo hará Mori, parece ser que no le gusta que le desobedezca, aunque me vale, si tanto control quiere sobre mi vida, no le permitiré tenerlo sobre mi muerte

- No lo matare, señor – le respondió el conducto al ver que el castaño estaba teniendo un aire asesino completo

- Me agradas – le respondió el castaño acomodándose – Llévame a la sede entonces, no queremos asustar a los civiles

- De inmediato, señor

El recorrido no duro mucho, no al menos para el castaño, cuando noto que llegaban al edificio suspiro con cansancio. Se bajo del auto y miro el gran edificio, ¿Cuánto tiempo había pasado desde que había venido a la sede? Quizás 2 semanas, y gracias a eso ya conocía varias camas de distintos lugares, nunca estaba de mas saber de distintas texturas, si tan solo no tuviera que compartir cama con mujeres desagradables.

Con el cuerpo completamente tenso ingreso al edificio, la gente que pasaba por ahí le hicieron una reverencia temerosos, nadie le hablaba, nadie siquiera respiraba en su dirección. Y eso estaba bien para el castaño, es decir, siempre había sido de ese modo, pero actualmente las cosas habían empeorado, el rumor que decía que le castaño era un demonio tenia bastante en que basarse. Subió por el ascensor llegando al piso donde solo había dos departamentos, ninguno de los cuales era usado. El castaño con un dolor invisible en el pecho no ingreso a su departamento sino al que estaba al lado.
Miro a su alrededor esperando que alguien lo recibiera, pero solo el silencio le respondió. Con paso tranquilo se sentó en el sillón del departamento y sonrió tristemente

- Estoy de vuelta, Chuuya – dijo con la voz ronca, como no queriendo decir ese nombre porque solo provocaba que el pecho se apretara de un modo doloroso. El castaño se miro las vestimentas unos segundos e hizo una mueca – Lo siento por venir a tu departamento cubierto de sangre…solo olvide que iba a venir por aquí, no creo que te hubiera molestado, pero se cuanto odias ver la sangre en mi…

El castaño se saco el abrigo negro y lo dejo caer a su lado, de ese modo deba la apariencia de no tener tanta sangre encima. Miro a su alrededor unos segundos, no había nada cambiado, todo estaba igual que el día que el pelirrojo se fue, como si el tiempo se hubiera detenido en ese momento

- ¿Sabes? Tu nombre ya no se menciona mucho por aquí – susurro el castaño apoyando su cabeza en el respaldo del sillón – Como si en realidad no hubieras existido, pero yo se que…yo se que exististe Chuuya, más que nadie sé que estuviste aquí alguna vez… ¿Te conte que hice un amigo? Te caería bien, es un hombre interesante, nos conocimos de la forma más extraña que te puedes imaginar, supongo que así se hacen los amigos, ya sabes, igual nos conocimos de manera extraña, por cierto, Odasaku, me menciono que tengo tendencias autodestructivas ¿Qué opinas de eso?

El castaño se recostó en el sillón, y cerro los ojos, pensando unos segundos y luego sonrió triste

- A veces pienso que tú no estás muerto, la verdad, hay el 30% de posibilidades de que estas vivo en algún lugar, pero ese pensamiento solo me impide respirar, porque significaría que estas sufriendo el doble de que si te hubieran asesinado como dijo Mori, si eso fuera cierto, seguramente me odias demasiado por haberte fallado de ese modo. Yo me odio, no entendería porque tú no lo harías, prefería que estuvieras en 70% de probabilidades donde estas muerto ¿Crees que es muy cruel es pensamiento?  - susurro manteniendo sus ojos cerrados – Lo siento por haberte fallado, Chuuya, por romper la promesa que hice cuando nos conocimos, después de todo, no pude atrapar la oscuridad – murmuro recordando

Flash Black

- ¿Duele? – dijo un pequeño pelirrojo con voz temblorosa a el niño que estaba apoyado en una vieja pared con los ojos tormentosos, lo había notado desde el lugar donde dormía, nunca lo había visto, en el barrio donde él vivía los niños no eran muy comunes, había escuchado que se los llevaban rápido, cosa que no entendía muy bien.

- ¡No te daré dinero así que vete! – le exclamo con una mueca al ver al sucio niño, este se rio divertido ante eso, y negó con la cabeza

- No quielo eso– le respondió más confiado, sentándose al lado de este, el castaño estaba confundido por la actitud del niño, parecía ser amable con él, nadie era amable con él, ni siquiera el sujeto que lo había técnicamente adoptado hace un mes, por no decir raptado, parecía ser que todos solo buscan hacerle daño o tratarlo mal

- ¿Entonces?

- Estabas llorando… yo lloro cuando tengo daño – le dijo convencido el pelirrojo

- ¿Lloras cuando te haces daño? – le dijo el castaño, reformulando lo que le habían dicho, el pequeño asintió - ¿Por eso me preguntabas si me dolía?

- Sip ¿Ya no duele?

- No…no me duele – respondió el castaño con una mueca de dolor, había sido una mentira, Mori lo había llevado de observador a una misión y lo habían pasado a llevar causándole una herida en la pierna, cosa que aprecio enojar al pelinegro, por lo que lo había dejado en este barrio pobre con la promesa que lo curaría si sobrevivía a la noche en el lugar, después de todo, un futuro jefe de la mafia no podía permitirse demostrar el daño que le provocaban los demás - ¿Tu mamá y tu papá no están preocupados porque estés aquí fuera conmigo?

- No tengo eso – dijo el pelirrojo sin perder la sonrisa, el castaño lo miro atento

- Yo tampoco tengo eso – le dijo sonriendo un poco ante la cercanía que sentía con el niño que se había sentado a su lado, algo que no entendía muy bien, ya que, no solía hacer amigos fácilmente - ¿Estas solo?

- No solo, estoy contigo – Le respondió confuso el pequeño, el castaño abrió los ojos ante eso, era cierto, frunció un poco el ceño buscando las palabras con las cuales expresarse

- ¿Vives solo? – dijo por fin

- Sip, duermo po ahí – Le dijo el pelirrojo apuntando unos arbustos, el castaño asintió compresivo

- Yo igual dormía en esos lados antes – le dijo el castaño

- ¿Sí? ¿Dónde duemes ahora? – el pelirrojo parecía curioso

- ¡Una cama! Es algo muy cómodo – le decía emocionado el pequeño castaño

- ¡He escuchado de eso! ¡Me gustaría tener una! – respondió el pelirrojo con una sonrisa feliz - ¿Cómo te llamas?

- Dazai Osamu, tengo cinco años ¿Y tú? – el castaño con la conversación había olvidado un poco la herida que tenía en la pierna

-  Chuuya Naka…Nakahara- dijo con un poco de dificultad y luego le enseñó la mano con la palma abierta a el castaño – Tengo estos años – Dazai se detuvo unos segundos a contar y luego le sonrió

- Cinco años, tienes mi edad – le dijo extrañamente feliz

- Cinco años – repitió pelirrojo, y luego asintió como si ya lo supiera - Si, tengo cinco años

- ¿No me tienes miedo, Chuuya? – le dijo curioso y con la mirada triste

- ¿Miedo? ¿Po qué? -le pregunto confundido

- He escuchado que dicen que soy un niño terrorífico

- No te ves telolifico – le dijo convencido – Da más miedo la oscurlidad

- A mi no me da miedo eso – objeto el castaño, el pelirrojo le tomo atención

- ¿Que da más miedo? – pregunto con el ceño fruncido, el castaño pareció pensarlo

- Morir

- ¿Qué es eso? – le espeto con el ceño aun fruncido en confusión, el castaño parpadeo y busco en su mente como explicarlo

- ¡Cuando no respiras! – dijo por fin feliz por poder ponerlo en palabras

- Yo si lespiro , tu también, eso no da miedo

- Pero imagina que dejas de respirar

- Eso no pasa – le dijo riéndose divertido

- Si, si pasa

- No, no pasa

- Si, si pasa

- No, no pasa – dijo convencido el pelirrojo a lo que el castaño frunció el ceño enfadado – No te enojes, ¡yo no dejale que no lespires! ¡Y tú puedes cuidarme de la osculidad!

- ¿Puedes hacer eso? – pregunto el castaño, el pelirrojo asintió emocionado

- Si, te dale mi lespilacion - El castaño le sonrió feliz, eso parecía ser un buen trato para el niño

- Entonces yo te protegeré de la oscuridad – le dijo aceptando las intenciones del niño

- ¿Cómo? – decía el pelirrojo emocionado

- Estaré contigo para que no te siga, así la asustare – le dijo igual de convencido que Chuuya

- ¿Estalas conmigo? 

– Si, pero tenemos que irnos de aquí, o me llevaran lejos

- ¿Po qué?

- Hay un hombre que me quiere – le dijo el castaño con el ceño fruncido intentando levantarse, pero fallando ante eso por su inútil pierna, luego le sonrió triste – No puedo moverme de aquí, Chuuya, debería alejarse antes de que vengan por mi

- Me quedare contigo, no te puedes quedar solo – le dijo sin moverse de su lado

- Te harán daño

- No daño – le dijo convencido, luego para sorpresa del castaño tomo su mano

- ¿Por qué tomas mi mano?

- Así no hacen daño, ¡pomesa! – le dijo con una bella sonrisa, el castaño lo miro feliz y apretó su mano de vuelta.

Extrañamente ya no se sentía tan angustiante estar aquí herido, porque había alguien que estaba preocupado por él

Fin flash back

El castaño abrió los ojos, notando que el recuerdo se había apoderado de él, pensar que Mori terminaría por llevarse a ambos a la sede, quizás sea algo que debía agradecer o quizás no, sonrió melancólico

- Lo siento, Chuuya, no puedo arrepentirme de haberte traído conmigo, no puedo hacer eso, no me arrepiento de ningún momento contigo, ninguno de ellos – susurro, luego se levantó del sillón, mirando por ultima vez la habitación antes de dirigirse a la suya, con la mirada nuevamente fría

Gracias por leer, no olviden votar, comentar, o dejar el visto XD
Akjkjaajk ¿Cuánto tiempo estarán separados? ¿7 años? ¿10 años? ¿40 años? ¿Se imaginan leyendo 40 capítulos de ellos separados? jakakjakj bueno, no me imagino escribiendo 40 capítulos de ellos separados, quiero acción… ¡ACCION! A veces se me olvida que soy la autora jkakajkaj

Wey no he dormido nada escribiendo, es que esta el desmadre en mi pais, asi que aprovechando que veia las noticias me puse a escribir, asi aprovecho el tiempo
(Dice la que deberia haber estudiado para la prueba del lunes, miercoles, jueves y viernes jajajakakak solo matenme)

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