Capítulo 13.

Zaniel: Hola de nuevo, cuanto tiempo, ¿no?. Quiero contar algunas cosas, pude hacer que STL vuelva a colaborar conmigo, había dejado de colaborar por un pleito que se hizo entre nosotros y ENT.

Stl: Chinga tu madre ENT.

Zaniel: XD. Lo segundo, es que la versión de STL es la que se continua, la de ENT no. Nose cada cuanto actualicemos, ya que estoy centrado en mi fic nuevo llamada Aventuras de Randoms. Sin más que decir empecemos.
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Tras haber acordado que la familia Hestia se hospedara temporalmente en la mansión de la familia Loki. Riveria se acercó a la recién pareja formada.

-Ustedes dos, adelántense primero. Ayudaremos a llevar los objetos de la familia Hestia a las puertas de la mansión-

-¿Está segura, Riveria-san?-

-Si, no te preocupes por eso. Además, no me llames de esa forma, mejor llámame suegra, fufufu-

Los labios de Riveria se curvaron en una sonrisa, mientras reía un poco.

-No puedo hacer eso, Riveria-san.

-Qué remedio, pero evitas las formalidades, ¿entendido?. Solo llámame Riveria, no aceptare un no como respuesta.

Mientras decía eso, el rostro de la alta elfa se torno serio y ligeramente molesto.

-De acuerdo, Riveria.

Al escuchar su respuesta, ella volvió a sonreír y su rostro esbozaba alegría.

-Mucho mejor. Bueno, vayan con cuidado-

Riveria se alejó de la pareja.

Después de un tiempo, la familia Loki acompañada de los demas integrantes de la familia Hestia se separaron dejando que Bell y Ais tomaran su propio camino. Aunque Hestia y Lili no querían, dentro de sus corazones sabían que no tenían oportunidad de tener una relación con Bell... Lo sabían desde un principio, pero aun así lo intentaron y fracasaron.

Esos eventos provocaron sentimientos encontrados en ellas y seguramente en las demas mujeres que estaban interesadas en el conejo, incluyendo a Haruhime.

Tal vez alejarse de Bell les ayudaría a refrescar su mente.

La pareja se fue alejando cada vez mas y más, hasta que solo estaban ellos dos. Caminando juntos tomados de la mano.

El rostro de ambos estaba completamente rojo, pero también habia una gran sonrisa entre los dos.

Miraban a lados opuestos, pero sentian que estaban el uno al lado del otro.

El sueño de Bell se habia hecho realidad... Todo el esfuerzo que puso para ese momento habia sido recompensado. Incluso cuando no era de su mismo nivel, ella habia aceptado salir oficialmente con él.

Se sentía el hombre mas afortunado del mundo.

Lo mismo era para Ais, sentía que era la mujer más afortunada del mundo.

Aquel héroe que habia estado deseando encontrar, al fin se ha cumplido. Y ahora a su lado.

No podía evitar sentir una inmensa felicidad.

Esa llama negra que la atormentaba en su corazón se habia desvanecido.

Todos ese gran peso que cargaba bajo sus hombros, se habia esfumado.

Todo gracias a él, su mera presencia era suficiente para apaciguar su inquietud.

Lo que sentía en ese momento era difícil de describir, pero si hubiera una palabra que lo definiera… Seria felicidad.

Los dos continuaron caminando hacia la Mansión Crepúsculo.

Como si nada alrededor les importara.
Aunque en realidad parecia ser así, estaban tan atrapados en su mundo que no se dieron cuenta que recibían mirada escépticas de aventureros y residentes de Orario.

Ais Wallenstein, la princesa de la espada. Una de las aventureras mas fuertes incluso entre la elite parecia ahora una doncella enamorada.

A su lado, Bell Cranel, Rabbit Foot. Un aventurero que habia dado mucho de que hablar, subiendo de nivel incluso más rápido que Ais.

Esos dos aventureros… Ahora estaban saliendo.

Tanto mujeres que estaban interesadas en Bell y hombre que estaban interesadas en Ais no pudieron evitar sentir celos.

Los murmullos no se hicieron esperar. A pesar de eso, Bell y Ais ni siquiera parecia importarles.

Siguieron su camino hasta llegar a su destino.

Los dos avanzaron pasando por alto a los guardias. Ya que ellos habían sido informados de la situación por Bete.

Aun recordaban la tristeza y el enojo que reflejaba su voz.

Sin dudas, aquel día surgieron emociones encontradas.

Su camino siguió por un tiempo más, hasta que ambos parecían retomar la consciencia de su entorno.

–¿En dónde estamos?- Pregunto Bell.

–En la mansión crepúsculo- Respondió Aiz de inmediato.

En ese instante, sus rostros habían dejado de estar colorados y volvieron a su estado normal.

–Ya veo. ¿Qué deberíamos de hacer ahora, Aiz?-

Aiz medito por unos segundos su respuesta.

–No lo se. ¿Qué hay de ti, Bell?-

–Cualquier lugar esta bien… Si estoy contigo, eso es suficiente para seguirte donde sea.

El rostro de ambos volvió a tornarse de rojo.

–Asi que cualquier lugar, eh.

–Si.

–Mmmm, entonces… Vayamos a mi habitación. Estoy cansada.

–Buena idea, vayamos ahí entonces.

Aiz guio a Bell por los extensos pasillos de la mansión, hasta que la peli dorada se detuvo. Al parecer ya habían llegado.

La semi espíritu abrió la puerta y entro primero a la habitación, luego dejo pasar a Bell.

Encendió las luces y posteriormente cerró la puerta.

El conejo observo minuciosamente alrededor de la habitación.

No habia nada interesante en ese lugar, solo una cama y una litera, con una lampara encima, un mueble estaba a un costado de la habitación. Pero no habia más allá de eso, solo era una habitación común y corriente.

Incluso así, el corazón de Bell palpitaba con fuerza.

Sin oportunidad de resistirse, fue jalado por Ais a la cama.

Ambos se sentaron al borde del colchón.

Aiz soltó la mano de Bell y se puso de pie. Antes de alejarse, ella le dijo.

–Acomódate, apagare las luces.

–Bien.

Bell hizo a un lado las mantas que estaban por encima del colchón y luego se acostó. Volviendo a acomodarlo como estaba antes y cubriéndose.

Para que Ais pudiera ver encendió la lampara que tenia a un lado. En aquel instante Ais apago la luz y volvió a acercarse a la cama.

Repitiendo el mismo proceso que Bell.

Lentamente la distancia entre ambos se fue acortando.

Estando al lado opuesto del otro, se miraron de frente.

Ais observo el cabello blanco y ojos rojos de Bell.

Y Bell observo el cabello y ojos dorados de Ais.

El ambiente predominaba en la habitación.

Pero había un montón de sentimientos que se expresaba en el rostro de cada uno.

La felicidad, el amor, el cariño.
Era un remolino de emociones que inundaba el corazón de ambos hasta el límite.

Para expresar esos sentimientos bastaron tres palabras.

–Te amo, Bell.

–Te amo, Ais.

Sus manos fueron acercándose hasta sujetar la mano del otro.

En ese momento, lentamente los parpados de ambos se fue cerrando lentamente hasta que finalmente quedaron dormidos.

Hasta aquí el capítulo.
Espero que les haya gustado.
Apoyenme dándole a la estrellita.
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Zaniel: Nada mal, quedo genial.

Stl: STL good.

Zaniel: Bueno, se podría decir que el fic, le faltan como unos 20 caps o más para ser terminado. Ahora me toca a mi escribir.

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