|Despertar|

Dos semanas más tarde, Lizzie comenzó a mover los dedos de las manos. Sebastian fue testigo de ello pero el doctor una vez más fue pesimista diciendo que todos los pacientes en coma mostraban ese tipo de reflejos.

-Habrá que esperar a realizarle más pruebas cuando despierte, sé que es complicado pero tanto usted como el señor Stan deben estimularla a que abra los ojos por sí misma-anuncia el doctor a Linda en la sala de espera.

-Doctor. ¿Que pasa si Lizzie no despierta del coma y llega su embarazo a los nueve meses?- el doctor permanece con el semblante serio.

-Le practicaremos una cesárea, señora. Pero como su embarazo va bien y en caso de despertar antes puede que tenga un parto normal ya que gracias a la paciente el bebé está en buen estado- en eso llega Sebastian ya cambiado de ropa y Linda lo ve con cara de pocos amigos.

-Doctor... ¿Cuando le quitaran los vendajes en la cabeza a Lizzie? -pregunta el pelinegro.

-Aún hay partes no sanas del todo pero son pocas así que procederemos a hacerlo la próxima semana- el hombre asiente y piensa volver al cuarto de Lizzie pero Linda lo toma del brazo impidiendo que avance.

-¿Que pasa señora Linda?- pregunta Sebastian algo extrañado.

-Tu y yo tenemos que hablar sobre Lizzie- murmura la rubia de modo muy frío.

-Esta bien- responde y van hacia la cafetería.

...

-¿Porque te preocupas tanto por mi hija, Sebastian?. Si decías odiarla. Has estado actuando extraño estos meses, te has quedado con ella y la has cuidado. No te entiendo- murmura la madre de Lizzie mirando fijamente al pelinegro, quien decidió confesar sus razones.

-Siempre estuve enamorado de Lizzie, señora. Pero por respeto a Jonathan y a la amistad que he tenido con el desde hace tantos años decidí ocultarlo y mentir con que la odiaba y comencé a tratarla mal, a humillarla para que ella se alejara y me odiara de verdad. Cuando ocurrió lo del accidente me sentí como un verdadero idiota por lo que había hecho y peor me sentí cuando Jonathan antes de morir me había dicho que sabía ese secreto. Me hizo prometerle que cuidaría a Lizzie y a su bebé e hiciera mi vida con ella, y yo pienso cumplir con esa promesa pero antes debo enmendar mis errores con ella y lo voy a hacer señora. Sé que no le agrado por todo lo que sucedió antes pero quiero que sepa que todo lo hice por lealtad a mi amigo que esté donde esté sabe que estoy diciendo la verdad- responde Sebastian arrepentido y abatido por sus acciones en el pasado.

-Me preocupa la reacción de ella cuando sepa que el padre de su bebé ya no está- murmura triste.

-Lizzie ama a Jonathan y será un golpe muy fuerte para ella- responde preocupado- Y nosotros debemos estar ahí para contenerla- añade y la señora muy a su pesar asiente.

-Pobre de mi nieto, crecerá sin su papá- comienza a lagrimear la rubia y Sebastian toma su mano en señal de apoyo.

-Señora quiero que sepa que voy a cuidar al bebé de Jonathan como si fuera mío al igual que a Lizzie, aunque al comienzo sé que va a mandarme al diablo- Linda sonríe.

-Uno cosecha lo que siembra pero aún asi nunca es tarde para arrepentirse y pedir perdón, si le vuelves a hacer daño a mi hija con tus palabras te las verás conmigo Sebastian Stan- la sonrisa de la señora cambió a una mirada amenazante.

-Se lo prometo, señora- responde muy seguro y algo intimidado por la mujer.

Volvieron a la sala de espera y grande fue su sorpresa cuando al abrir la puerta Lizzie comenzaba a abrir los ojos lentamente. Linda y Sebastian se acercaron a ella algo sorprendidos y felices a la vez.

-Hija, despertaste, ¿me escuchas cariño?- pregunta Linda tomando su mano toda llorosa y Sebastian estaba algo estático a su lado sin borrar la sonrisa de su rostro.

-¿Donde...estoy?- logró articular la castaña y comenzó a toser y en eso Sebastian reacciona y sirve un poco de agua y la ayuda a beber del vaso.

-Estas en el hospital, tuviste un accidente corazón- en eso Lizzie aleja el vaso y empieza a mirar alrededor sin entender nada.

-¿Usted es...mi...mamá?- la mujer asiente comenzando a llorar y Lizzie comenzó a mirarlos a ambos con miedo y a Sebastian con una rabia inexplicable.

-Vete de aquí, no se quien eres pero no quiero verte- le levanta la voz al pelinegro muy furiosa.

-Lizzie por favor calmate, no te voy a hacer daño, nunca te haría daño además debes calmarte porque no le hace bien al bebé- respomde el pelinegro y en eso Lizzie mira su vientre abultado con miedo y sorpresa.

-¿Hija de verdad no nos recuerdas?- la castaña niega con la cabeza.

-Estoy embarazada...- murmura mirando a la nada en eso comienza a sentir un horrible dolor en la cabeza.

-¡Que no te he dicho que te fueras, vete, no quiero que estés cerca de mi, no se porque me enoja el sólo mirarte!- los gritos de ella al pelinegro le producían dolor. Todo a su alrededor le producía dolor y su cabeza le pesaba bastante del dolor.

-Iré a... avisar que despertó- Sebastian murmura algo conmocionado para después salir del cuarto rápidamente.

-No recuerdo absolutamente nada, me duele mucho la cabeza y ese hombre hace que me enoje y es la primera vez que lo veo- la mujer comienza a lagrimear- no sé quien soy y eso me da mucho miedo- solloza y la mujer la abraza.

-Tranquila tesoro, tranquila- en eso Lizzie rompe a llorar.

-¿Quién es ese hombre, mamá?- pregunta entre sollozos refiriéndose a Sebastian.

-Ese hombre te cuidó mientras estabas en coma, hija- responde llorosa.

-El es el padre de... ¿el bebé que estoy esperando?- pregunta con cautela, temiendo por una respuesta afirmativa.

-No hija. El padre del bebé...- Lizzie tenía demasiadas dudas sobre su pasado. Dejó de oírla. Trataba de recordar algo sobre su pasado pero su mente estaba totalmente en blanco.

Lo único que podía recordar era la forma cruel en la que trató al pelinegro. Ella no lo conocía y la actitud hostil hacia él surgía de forma involuntaria.

En eso llega el doctor y una enfermera con Sebastian detrás de ellos.

-¿Cómo estás Lizzie?- pregunta el doctor llegando con una enfermera y en eso ella se limpia las lágrimas y evita hacer contacto visual con el pelinegro detrás de él, le temía bastante y quería alejarse lo más lejos que pudiera.

Sebastian sentía su corazón doler, pues la mujer que amaba no lo recordaba y le tenia tanto temor como si el tenerlo cerca fuera peligroso, cuando lo único que el deseaba era amarla y protegerla de todo mal junto a su bebé.

-Muy confundida. ¿Qué pasó con el padre de mi bebé?- pregunta llorando mirando a su madre.

-¿No recuerdas nada?- ella negó.

-Mi mamá me acaba de decir que me llamo Lizzie, solo eso. Mi mente está en blanco, me siento muy confundida y eso me da mucho miedo- responde entre sollozos.

-Lizzie tranquila, nadie va a hacerte ningún mal, ellos dos- dijo señalando a Sebastian y a Linda- te cuidaron durante todo este tiempo, nunca te lastimarían... Y el padre de tu bebé, lo lamento mucho pero falleció hace dos meses, a causa del accidente, estuviste en coma en ese mismo lapso de tiempo- explica él médico.

Lizzie no respondió, solo mantuvo su mirada perdida, sollozando, tratando de recordar algo, pero era inútil. El padre de su bebé había muerto y no sabía quién era, no lo podía recordar tampoco a él.

-¿Te duele algo, Lizzie?- pregunta la enfermera que le cambiaba el suero y le aplicaba un sedante para calmarla.

-Me duele mucho la cabeza, y los vendajes me dan un poco de comezón- respondió de manera poco audible.

-Bien, tendré que someterte a varios estudios para determinar cuan grave es tu amnesia, por ahora, solo quiero que estés tranquila y que las preguntas que generes en tu mente, serán respondidas, ahora trata de respirar y tranquilizarte por el bebé que llevas en tu vientre.- Lizzie comenzó a acariciar su vientre abultado.

-¿Tienes hambre, cariño?- ella asiente levemente y con la mirada triste. Necesitaba respuestas a todas las preguntas que se formaban en su cabeza y las  únicas personas que podían contestarlas eran su mamá y el hombre de cabello negro al cual no recordaba haber visto antes y que le daba bastante miedo.

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