Capítulo 2

Pocos años después.

- ¿De verdad crees eso, Mikey? ¡¿Es enserio la mierda que dices?! -

- Si, es enserio -

- No puedo creerlo. Eres un idiota -

Estaba molesta y tenía ganas de golpear a Mikey y romperle la nariz por primera vez, y lo que más me molestaba era que se veía tan calmado.

- Lo siento ____, pero no cambiaré de parecer... -

Apreté los dientes y pateé la mesa a mi lado tirando todo lo que había.

- Oye, ____ cálmate - Draken me toma por los hombros.

Respiraba agitada pero luego resoplé y gruñí un poco.

- Bien. Haz lo que quieras, Manjiro - Miré a Mikey fríamente - Pero yo renuncio, a todo. Al grupo, a la pandilla, a ti - Me quité el abrigo del uniforme de la pandilla y se lo lancé sobre la mesa - Me voy -

- Oye ____... -

Vi la expresión de Mikey, era claro que quería detenerme pero yo me di la vuelta y salí del lugar azotando la puerta. Me subí a mi moto y me fui derrapando en una curva cerrada pero al volver a pasar por donde los chicos, ellos estaban en la acera mirándome junto a los demás.

Pasé de ellos y seguí mi camino hasta mi casa.

No podía creer lo que Mikey dijo, era un egoísta y un estúpido...

Escuché el ruido de unas motos atrás de mi y cuando me giré a ver eran los de la pandilla. Rodé los ojos y aceleré pero doblando rápidamente.

Era obvio que Mickey intentaría detenerme... después de todo, él nunca deja atrás a un compañero y menos a mi que nos conocemos de toda la vida...

Después de un tiempo fui perdiendo a todos y cada uno de ellos.

Pero me molestaba cada vez más el pensar en Mikey y aquello que me había dicho. Apreté las manillas de la moto con fuerza pero luego vi una luz a mi lado y yo cuando me di cuenta mi cuerpo salió disparado y rodando por el suelo pero la moto cayó sobre mi lado derecho.

No podía moverme y sentía mucho dolor en todos lados, escuché gritos y el ruido de las motos pero luego no recuerdo nada...

***

***

Tiempo después.

Agarré mi bolso por sobre mi hombro y caminé con la otra mano en mi bolsillo. Las chicas de la secundaria me miraban y murmuraban como de costumbre ya que no les agradaba que no cubriera mis cicatrices de mi brazo y pierna derechas.

Bostecé y las ignoré olímpicamente hasta que fui al patio a ver las peleas de hoy.

Si bien me parecían una estupidez estas peleas clandestinas en la escuela, no tenía nada para hacer y quería burlarme de los que participan y de los que miran y organizan.

Por ejemplo, ese tipo... ¿Kiyo... masa? Si, eso, Kiyomasa.

Ese tipo es excelente para ser de payaso. Es un estúpido. Además de que usa el nombre de la pandilla para ser popular, que absurdo.

Bostecé viendo como golpeaban a un chico rubio de ojos azules, me era interesante y creo que estaba en mi salón...

Pero no recuerdo su nombre, nunca presté atención.

La pelea termina muy rápido con el rubio en el suelo noqueado, los demás gritan de molestia y confusión por haberse desmayado con un solo golpe.

- Que aburrido... - Murmuré levantándome y alejándome de aquel lugar.

Regresé a la clase pero me acosté en mi mesa para dormir un rato más.

Si fuera por mi, no vendría a la escuela pero mis padres y yo hicimos un trato, ellos me enviarían dinero y me dejarían vivir sola si yo al menos iba a la escuela, tienen a los maestros pagados para que les avisen si falto y si lo hago, me dejan de mandar dinero. Pero si pasa bastante tiempo sin ir a la escuela, vendrán a vivir conmigo de nuevo y obligarme a comportarme.

Son ridículos.

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