I
Extendí suavemente la mano izquierda sobre el borde de la mesa, estaba agotada, mi cabeza daba vueltas y no había podido concentrarme en todo el día.
El dolor había sido insoportable desde que desperté de esa asquerosa pesadilla, la misma que tenía desde hace dos años.
Suspire en cuanto pude recobrar por completo la cordura y más aún cuando Kate me abrazo por el cuello.
Le mire por encima de mi hombro y le sonreí.
- ¿Dime que no estarás todo lo que resta del receso aquí? Se supone que es hora de tomar un descanso, no de estar sufriendo.
Quizá tenía razón, es decir,el día estaba increíble.
El jardín que estaba en medio de la cafetería y el estacionamiento de la escuela era amado por todos, nos facilitaba llegar a todos lados sin caminar demasiado.
-Lo sé, pero estaba pensando en los exámenes finales.
Mentí con facilidad.
Kate hizo la cabeza a un lado y con una sonrisa lastimosa masajeo mi hombro, reprimí un suspiro.
-Dime que es lo que paso. ¿Quien te apago la sonrisa, Aina?
Sus ojos verdes me miraron intensamente y ya no pude contener el aire en la garganta.
Suspire lentamente y mire hacia el suelo antes de volver a ella , tratando de relajarme.
-Todo está en orden. Solo que estoy cansada.
Ella asintió en respuesta lo cual me había tomado desprevenida, lo normal sería que comenzara a armar su propia hipótesis pero ni siquiera se quejó. Daba gracias que la hora de la salida estuviera cerca, era mi parte favorita.
Había llegado a clases esta mañana por obligación y no por gusto, así que la salida era buena para mí. Teníamos la fortuna de que el receso se cambiara para la hora de salida. Así que todos íbamos a casa llenos de comida y no había la necesidad que mi padre me obligara a comer.
-Sabes, deberíamos de salir, debes distraerte
Kate hablo mientras caminábamos al estacionamiento.
-Yo sé que tu padre está un poco asustado por lo que paso. Y que no quiere que te expongas, pero quiero que te diviertas. - gimió en suplica, recomponiendose al instante- Pero tampoco quiero convencerte porque sé que si él se entera, podría ponerte seguridad las veinticuatro horas.
Arrugó la nariz y suspiro rendida ante sus propias palabras.
Lo había olvidado.
No pensé que James lo dijera enserio.
Mordí mi mejilla, sabía que ella le tenía miedo a mi padre, como la mayoría de la escuela ,así que nunca se había atrevido a pedirle permiso.
Sonreí para mis adentros al recordar lo que dijo.
"Quiero que te diviertas''
Si ella supiera que me escapo todos los días a partir de las ocho y no regreso hasta las doce.
Supongo que se le caería la boca al suelo, por lo que me limite a recordarlo, si ella comienza a mirarme por mi boba sonrisa no pararía hasta averiguar qué es lo que estaba pasando y no quería que lo supiera.
Mis pasos por sorpresa, fueron lo suficientemente rápidos para llevarle a Kate un poco de ventaja, miraba mi teléfono con atención, mientras ella comenzaba a enviarme un archivo para la tarea de este lunes. No sé qué tanto pude haberme adelantado por que la voz de Kata se penetro con el entorpecedor sonido de un claxon, suspire de golpe y mire al frente.
Mi cabeza se enfrió en cuanto vi el auto de mi padre a centímetros de mi cuerpo.
Puse mis manos en defensa y me quede paralizada tratando de recobrar la cordura cuando la puerta del coche se abrió lentamente.
-Señorita Romanov.
Una voz gruesa llamó mi atención y mi corazón se quedó estancado en mi pecho, como si hubiera recibido una puñalada en el estómago.
Él era demasiado guapo para estar aquí.
Sus labios eran tan carnosos, tan bien definidos tanto superior como inferior. Su piel de un tono canela pálido irresistible que dejaba resaltarse.
Su cabello negro que llegaba hasta el término del cuello. Y sus ojos, joder sus ojos eran tan preciosos y con unas pestañas de magnitud imposible.
Era más que obvio que no era de aquí
Suspire recobrando la cordura.
- ¿Quién es usted?
Susurre al sentir su mirada atenta en su rostro apacible. Segundos después bajo la mirada al suelo en reverencia.
-No va a decirme nada ¿Quién es usted?
Suspire lentamente encontrando las palabras y el valor, que por sorpresa comenzaba a crecer.
-¿Soy tan fea para que no me mires?.
La comisura de su labio inferior se elevó lentamente a lo que parecía ser una sonrisa. Suspiro y levanto la mirada.
Y mi corazón se detuvo con un pequeño toquecito eléctrico otra vez.
-El señor Romanov me pidió que la llevara a casa, soy su guardaespaldas personal.
Volvió hablar de manera educada, cortante y precisa, volviendo apartar su mirada de la mía. Mire de reojo a Kate que lo miraba de pies a cabeza como corderito en primavera.
-Solo ve al coche, ahora voy.
Logre articular , totalmente avergonzada.
Agradecía tanto que el estacionamiento no estuviera lleno porque si las pocas miradas me intimidaban no podía ni imaginar que toda la escuela hubiera visto esta escena.
-La espero, yo llevare la mochila.
Este se inclinó hacia delante y quito mi mochila de mi hombro, extendiendo su mano derecha al frente, indicando el camino.
Como si no lo supiera.
Nunca pensé que James fuera capaz de hacer esto, ni siquiera me dio tiempo de asimilar que este momento llegaría.
Me di la vuelta un poco para sonreír a Kate con dificultad y agite la mano en forma de despedida.
Ella asintió y sonrió de oreja a oreja formando con su mano un teléfono.
Trate de guardar la compostura mientras caminaba detrás de él y rogaba mentalmente que esto pasara desapercibido para Kate el lunes, pero sabiendo cómo era mi amiga no podría evitarlo.
Había estado silencioso desde que él puso el coche en marcha, no había pronunciado ninguna palabra y ni siquiera había tenido el valor de mirarme.
Empecé a juguetear con mis dedos sin apartar la vista de mis pies, comenzaba a pensar que mi cara era el problema.
-Lamento haberla incomodado. Pero es mi trabajo y perdón por casi arrollarla.
Suspire al escuchar su profunda voz tambalear en mis oídos.
Me había tomado desprevenida. Apreté mis labios en una ligera línea y le mire en el espejo retrovisor.
-No te quiero conmigo. No sé qué paso cuando te contrataron pero no estés confiado de tu trabajo. Hare que te despidan, no te acostumbres.
El asintió en respuesta otra vez aún con su vista al frente. Por un segundo me sentí culpable por ser tan grosera, pero por otro lado sentir la presencia de alguien más a mi lado complicaría las cosas, no sería libre.
Tenía que asegurarme que el desapareciera de mi vida.
Pasaron los veinte minutos de silencio más incomodos desde nuestro encuentro.
El, del cual aún no se siquiera su apellido, solo había alzado la voz para avisar nuestra llegada a casa.
La puerta trasera de la casa se abrió lentamente para que el coche entrara, y suspire al darme cuenta que la casa tenía el mismo semblante blanco y triste.
Una casa de campo bonita pero triste.
Ahora que lo pienso desde que mi madre murió, nadie había redecorado, seguía tal y como estaba; el jardín aun le daba un poco de color.
El coche se detuvo al igual que mis pensamientos.
-Llegamos
Pronunció y escuche como saco el aire por la nariz, me miro de nuevo por el espejo retrovisor y salió del coche.
Lo seguí con la mirada hasta que abrió la puerta trasera , a lo que salí como tonta del auto y le mire de nuevo.
-No sé por qué mi papá te contrato, pero no te pierdes de nada, deberías buscarte algo más emocionante porque cuidar a una chica tan patética es aburrido.
Insistí a lo que el simplemente volvió a suspirar y me miro.
-Voy a cuidarla, usted es valiosa para su padre, y lo es ahora para mí.
Apreté mis labios en una ligera línea, mi corazón se apretó con fuerza en cuanto su mirada sacudió mi cabeza.
Tenía que evitar mirarlo a los ojos porque estaba segura que me perdería y no deseaba hacerlo.
Di un paso hacia atrás bajando la mirada y me di la vuelta para pasar a un lado suyo sin prestarle atención. Si lo miraba de nuevo estaba segura que el corazón se me saldría del pecho.
C U A T R O M E S E S A N T E S
-Esto está yendo demasiado lejos, Jason.
Lo seguía viendo por el rabillo del ojo mientras mi mirada se mantenía en el suelo. Él no tenía ni idea de lo que estaba diciendo.
-Ellos comenzaron
Gruñi , a lo que Logan simplemente suspiro de golpe y cruzo sus brazos bajo su pecho.
-Escucha Jason, yo no confió en él, porque el trabajo sucio no lo hacen sus empleados, nosotros somos su familia. Tú siempre debes hacerlo todo.
-Porque eres cobarde y huyes. Es por eso que yo sigo haciendo tu trabajo, bastardo. Debes tener calma, nuestra familia es una mierda así que no esperes compasión.
La puerta de la entrada se escuchó con un chirrido brusco y segundos después el "Señor" Sernei camino lentamente por el vestíbulo sin apartar su vista de nosotros hasta sentarse en uno de los sofás de la sala.
-Me da gusto que sean puntuales.
Su voz era ronca, insoportable y asquerosa, daba gracias que no fuera la primera vez que la escuchaba porque no sería fácil acostumbrarme.
-Tío, no crees que es tarde para esto, Jay acaba de matar a dos personas hoy.
Escuche a Logan "intentar" bromear, algo que no le quedaba bien.
No era gracioso.
-Escuchen con atención
Hablo, ignorando a Logan y mirando profundamente.
-Hemos esperando esto por mucho tiempo, toda la familia lo ha esperado, así que esto es la batalla final, no pueden decepcionarme.
Aclaro mi garganta, seguramente comenzara hablar de ese jodido diamante. ¿Qué de bueno tenia eso?
Logan bajo la mirada, intimidado, podía ver su rostro desencajado al escuchar a nuestro tío.
El era un maldito cobarde.
-Tienes algo en mente.
Quise saber con urgencia
-Lo tengo . Escuchen, necesito que averigüen donde está esa familia, quiero que pasen desapercibidos con ellos, que no tengan ni la menor idea que ustedes son la familia Sernei.
-¿Y crees que no nos reconocerán? -
Ingenuamente pregunto Logan.
-No lo harán, ustedes estuvieron en las sombras por mucho tiempo así que estoy seguro que no habrá errores. Y en cuanto sepan su ubicación
Desvio su mirada hacía mi y sentí que el cuerpo se me helaba.
-Entraras como uno de los guardaespaldas de la familia, lo necesitaran en cuanto ellos comiencen a recibir amenazas. La última vez solo nos deshicimos de un miembro de la familia y no fue suficiente, debemos acabarlos como ellos lo hicieron con nosotros. Tú eres el más capacitado para esto, sé que no cometerás errores.
Logan suspiro sin apartar la vista del suelo, le mire unos segundos y volví mi mirada al frente.
Aquel hombre que nos había cuidado desde que asesinaron a mi familia se había convertido en un padre, le debía todo lo que era. Su cuerpo fuerte y delgado, su mirada fría y calculadora me habían enseñado que ser débil no era una opción, debía honrarlo y ser como él.
-Tienen que vengar a su familia, a nuestra familia.
El señor Sernei gruño y apretó sus manos en un puño.
-Ellos los mataron, ese bastardo se quedó con el negocio de su padre, con el diamante y los mato. ¡Venguen a su familia, a nuestra familia!
. . .
-Debes estar loco, no puedes hacer lo que él siempre quiere , Jason.
Logan continuaba insistiendo desde la última reunión, persiguiéndome como si de un perro se tratara
La paciencia se me estaba agotando y ni siquiera había comenzado con las órdenes del señor Sernei.
- ¡Maldita sea, bastardo! ¿ Que quieres hacer entonces.?
Respondí con rencor ante su insistencia.
-Solo honrarlos como ellos hubieran querido, haciendo las cosas bien, no hagas cosas de las que puedas arrepentirte. No seas como ellos, ni siquiera sabemos si todo lo que él nos conto sea verdad
Murmuró, con un nudo en la garganta, tan característico de Él.
Me encontraba de pie en el primer escalón de las escaleras que daban al segundo piso, mirando atentamente a Logan con el rostro desencajado.
Él estaba completamente enfermo.
¿A caso quería recordar?
-Yo era buena persona.
Refute, cansado ya de la misma situación.
-Trataba de serlo, yo te obedecía por que eras el mayor, recuerdo cómo me golpeaban en la escuela y tú no hacías nada para defenderme ¡Bastardo!
Tragué con dificultad ,hablando entre dientes.
-Quieres me doblegue, que sea igual que un animal de entrenamiento, que deje que se burlen de nosotros de nuevo pero no voy agachar la cabeza por nadie, no seré cobarde, los golpeare tanto como lo hicieron con mi madre como lo hicieron conmigo, no te duele el dolor que ellos sintieron por nosotros.
Logan agito la cabeza y jalo de los extremos de su cabello, dando un paso atrás , antes de exhalar con dificultad.
-No uses la violencia Jay. Ya deja esta venganza que ha dejado tanta muerte a tu paso, puedes arrepentirte y será tarde, has matado a las personas que te amaron y con las cuales pudiste haber sido feliz. ¿Entiendes?
Deje el aire salir por la boca, dejando que mis nudillos volvieran a su color normal después de haber retenido la ira en mis manos.
No tenía nada que perder, he hecho daño, y también me lo han hecho a mí,me destruyeron mi vida, ¿Por qué yo tenía que ser piadoso? ¿Por qué?
. . .
Mi cabeza estaba por estallar, estaba seguro.
Ni siquiera había tenido conciencia desde que tome el primer tequila, debo estar loco.
Habían pasado dos días después de que mi tío nos había visitado, aunque no era una visita amable de esas de las que debes estar agradecido.
La cabeza me daba vueltas, y el sol era una jodida molestia.
Baje las escaleras y entre a la cocina buscando una aspirina en el gabinete de la despensa. Tome uno vaso con agua y la tome.
Suspire mirando a mí alrededor, Logan no había llegado anoche, ni siquiera me había llamado, o eso pensaba yo.
Camine alrededor de la sala hasta llegar a la barra de vinos que estaba al fondo de la escalera, saque mi teléfono del bolsillo trasero y me di cuenta que había un mensaje y un buzón de voz.
Mierda.
De Logan:
Necesito decirte algo, es importante. No hagas nada de lo que puedas arrepentirte, nuestra vida puede cambiar. Todos nuestros planes han cambiado, la verdad nos cambiara la vida.
Frunzo el ceño que casi puedo sentir que mis cejas se juntan.
Vuelvo a leer y ni siquiera soy capaz de entenderle.
Seguro quiere detenerme pero no lo va a conseguir.
Paseo mi lengua dentro de mis mejillas y miro el buzón de voz esperando la misma conversación. Pero eso no era lo que esperaba.
Escúchame, no tengo tiempo. Me han descubierto, busca en la casa un sobre color verde, ahí sabrás todo respecto a nuestra familia. No puedes hacer esto Jay, te costara caro, nada es lo que parece, hermano, te quie
El sonido del teléfono marco la línea muerta, mi corazón se detuvo cuando el profundo y siniestro disparo se escuchó antes de cortar la llamada.
El teléfono se me fue de las manos y cayó al suelo, mis pies tambalearon y suspire con fuerza sujetándome del borde sobre la barra del bar. Si el bastardo había cometido el error de ser un cobarde y dejar que lo mataran ahora tenía otra razón para destruirlos, y podría jurar que ellos mismos pedirán su muerte antes de sentir el dolor y lo disfrutaría.
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