I N I C I O
Como todos los años las familias más conocidas del mundo mágico se reunieron en la Madriguera para la cena de Navidad, pero alejados de todos, dos chicos discutían su presente.
—Estoy cansado de esto, James— murmuró un castaño que se encontraba con la espalda apoyada en un árbol y observaba cierta casa de estructura extraña.
Su amigo lo miró confundido, pues instantes antes de esas palabras, estaban hablando de quiditch—¿De que exactamente, Fred? — preguntó cauteloso.
El primer muchacho se pasó las manos por la cara y respondió—De qué papá llore cada cumpleaños, de qué la abuela no pueda ver mucho a mi padre por que le recuerda al hijo que perdió, de que la tía Nash se culpe por la muerte de mi tío, de que Teddy no conociera a sus padres, de que tío Harry se culpe por las muertes de todos en la batalla, de que la tía Fleur no tenga a su hermana, de que Vic no festeje su cumpleaños por que le trae tristeza a la familia—expuso el castaño enojado.
—Pero no podemos hacer nada Fred, el tiempo no se puede cambiar, no hay una manera— le contesto James aflijido. El también estaba harto de tanta tristeza.
Ambos se sobresaltaron cuando escucharon una voz —De hecho, hay una manera—una chica salio de las sombras.
El azabache miró a la rubia con los ojos entrecerrados—¿Cuál, Cissy? —preguntó curioso.
La mencionada comenzó a dar vueltas alrededor de los chicos mientras les explicaba lo sucedido unos meses antes.
—En octubre, más concretamente el 20 de octubre, me encontraba en la biblioteca... — comenzó a relatar.
Pero fue interrumpida por James— ¿Y cuando no? — se burló el chico.
Obligándolo a callar con la mirada, prosiguió— Ese día, entre a la sección prohibida con tu capa, cariño— el aludido se sorprendió, pues no había notado que esta faltaba— Y en uno de los libros encontré un sobre que contenía un raro hechizo de tiempo, estuve los últimos dos meses tratando de descifrarlo, y por fin lo logre, solo necesito de una cosa para llevarlo acabo...
—¿Ah así, y que es? — pregunto curioso el chico Weasley.
—Un giratiempo — soltó como quien anuncia que el día está soleado.
Fred enojado le dijo—por si no lo recuerdas rubia, todos los malditos giratiempos fueron destruidos durante la guerra—ella ni se inmutó ante aquel arrebato de enojo.
Tomándolo por los hombros, le susurro—Oh pequeño e insignificante Freddie, el giratiempo de mi madre no fue destruido, pero ustedes me ayudarán a quitárselo a la persona que lo tiene ahora.
—¿Quién lo tiene? —preguntaron ambos chicos al unísono.
—Minerva McGonagall
Ambos comenzaron a reír.
—Quitarle un giratiempo a Minnie será como quitarle el shampoo a tu abuelo...
—Imposible —terminó Fred por James.
—Ustedes quieren cambiar el pasado, yo también. Les estoy dando una forma y la rechazan— les acuso la chica enojada.
—Lo que nos pides es imposible Cissa, Hogwarts esta cerrado por vacaciones, nos será imposible entrar— expuso el castaño.
—Yo nunca dije que estuviera en Hogwarts— mostró una pequeña sonrisa— y por lo que recuerdo, McGonagall vino a la cena de Navidad.
—Si entiendo bien, ¿Quieres que robemos un giratiempo a McGonagall; la bruja más poderosa después de Dumbledore, enfrente de nuestras familias y además, usar un raro hechizo que encontraste en un libro el cual ni siquiera has probado para ver si funciona y posiblemente nos mate para viajar al pasado ha arreglar todo e impedir que el sin nariz quite tantas vidas? —preguntó James, quien debido a la confusión, tenía el entrecejo fruncido.
—Eso es exactamente lo que haremos querido James— dijo la chica con una sonrisa triunfante.
—Tu si estas loca, Narcissa—contestó Fred dejándose caer en el pasto que tapizaba el suelo d ela propiedad.
—No, tendremos ayuda.
—¿De quién? ¿Del tío Harry? A no, aun mejor, ¿de la tía Hermione? —preguntó irónico Fred.
—Deja eso de lado antes de que me arrepienta, nos ayudarán los consentidos de todo Hogwarts— respondió Narcissa rodando los ojos.
—Si, ¿y como harás que "Rose nunca rompo las reglas Weasley" , "Albus perfecto Potter" y "Scorpius siempre hago lo correcto Malfoy" nos ayuden? — se burlaron ambos chicos
—Que poca fe nos tienen, primito— se burlo Rose Weasley que venía hacia ellos en ese momento. Con Albus y Scorpius siguiéndole el paso.
—Queremos ayudar, Fred. También son nuestra familia— se sincero Albus.
—Bien, ¿y que haremos? — un emocionado Fred se encontraba dando palmadas desde su lugar después de soltar esas palabras.
—Tu y James reunirán a todos los chicos en la sala; Albus, Scorpius y Rose distraeran a todos, yo le lanzare un confundus a McGonagall mientras Lily saca el giratiempo de su bolsa— planeo Narcissa.
Al unísono, todos confundidos preguntaron—¿Lily?
La chica apareció detrás de ellos asustandolos—Aqui
—Bien, si TODOS seguimos el plan, estaremos en 1995 en 10 minutos— aplaudió Narcissa dando por terminado su reunión pre-robo.
Uno a uno se fueron retirando para estar en su posición, pero la rubia no pudo dar un paso debido a que cierto azabache la abrazaba por la espalda.
—Dos meses para planear esto... ¿Por qué no me habías dicho nada, amor? — le pregunto en el oído.
Soltando un suspiro, contestó— Quería estar segura de que funcionaria, ya tuvimos suficientes decepciones.
—Aún no has probado el hechizo— le recordó el chico.
Ella se giro y tomó sus mejillas para robarle un beso— No arriesgaría tu vida y la de mi familia si no estuviera segura de que esto funcionará.
[...]
10 minutos después, Fred y James ya habían hecho su parte.
Rose, Scorpius y Albus estaban distrayendo a los adultos.
Narcissa estaba en posición, mientras Lily se acercaba a Minnie.
Entonces, cuando se aseguró que su pelirroja amiga estuviera lo suficientemente cerca para que todo saliera bien, la rubia lanzó el confundus y corrió a la casa, minutos después, Lily entraba con el giratiempo en la mano.
—¿Que es eso, Lily? —preguntó una castaña confundida, al ver cómo la menor de los Potter jugaba con el artefacto entre sus dedos.
—Un giratiempo, hermanita—contestó Narcissa mientras tomaba el artefacto que le ofrecía su cuñada.
—¿De dónde lo sacaron? —preguntó Teddy asombrado mientras intentaba quitárselo.
—Se lo robamos a McGonagall—le respondió Fred con orgullo.
—Deberían devolver eso, con el tiempo no se juega—manifestó molesta Victoire.
—Muy tarde, Vic—Narcissa sacó la hoja de su bolsillo y comenzó a decir el hechizo mientras hacía los movimientos necesarios.
Una orda de adolescentes y adultos jóvenes trataron de detener a la joven, pero los que la habían ayudado los detuvieron con éxito.
Y así, fue como la tercera generación terminó en 1995.
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