15

Habían pasado un par de horas desde que las presentaciones en el Gran Comedor de Hogwarts habían terminado aquel día, y los alumnos habían sido mandados a sus salas comunes para que descansarán, pero había algunas personas que decidieron saltarse las órdenes del director.

Lejos de la Torre de Gryffindor, un dúo de amigas trataba de convencer a una pelirroja de que regresarán a dormir. Este grupo, también estaba conformado por una Ravenclaw, que esa noche se había quedado con ellas al escuchar el plan de su mejor amiga de ir a la Torre de astronomía cuando todos estuvieran "dormidos".

—¡Ginny!

—¡Oh que te calles!

—Pero Gin...

—¡Sss!

Luna y Hermione decidieron callarse pues entendieron que su amiga pelirroja no se iba a detener hasta llegar a su destino. Ya habían pasado 10 minutos tratando de razonar con ella y está no había querido escuchar.

Por otro lado, en el pasillo contrario al de las chicas, 2 chicos pertenecientes a Slytherin hacían lo mismo con su necio amigo.

—¡Blaise!

—¡Caiate la boca!

—Es cállate, no caiate...

—¡Yo lo digo como se me dé la gana, Nott!

—Pero Blaise...

—¡Silencio teñido!

—Soy rubio natural, idiota— refunfuño Draco enojado.

Al ver que no obtenían otra respuesta de Blaise, Draco y Theo guardaron silencio, pues su amigo no quería detenerse hasta llegar a la torre de Astronomía. Y abandonarlo no era algo que estuviera en sus planes, sabían de que era capaz el moreno si lo dejaban solo, no querían arriesgarse.

Atrás de ellos, tres chicas los seguían desde las sombras.

—Seguro quieren suicidarse— opino una pelinegra entre susurros.

—Pues con más razón hay que seguirlos— dijo Astoria preocupada.

Daphne se detuvo— ¡Nah! Seguro Blaise escucho que la chica Weasley iría a la torre... ¿Que? Yo escuche como Potter dijo que las seguirían, ¿Por qué crees que Pansy está aquí?

La mencionada se giró indignada— ¿Y por qué crees que Daphnita está aquí? Quiere rescatar a su príncipe Theito— se burló la ojiverde.

La castaña y menor del grupo, se llevó una mano hacia la boca, estaba asombrada.

—¡Pansy Parkinson!

La pelinegra se giró hacia ella confundida.

—¿Que paso, Tori?

—¡No negaste lo de Potter!

Las mejillas de la chica comenzaron a calentarse, pero sus amigas no se dieron cuenta debido a la poca luz. Pansy decidió que era mejor seguir a los chicos en lugar de decir tonterías respecto a ella y Potter.

Daphne siguió todo el camino con una sonrisa burlona pintada en el rostro, mientras que Astoria se reprendía por no apostar por ellos en el Gran Comedor.

Haciendo lo mismo que ellas, dos chicos seguían a sus amigas. Quienes cada vez estaban más cerca de la Torre y, por lo tanto, ellos tenían más probabilidades de ser descubiertos por los otros dos grupos de Slytherin.

—¿Harry, estas seguro que se fueron por acá?

—¡Por quinta vez, si Ron! Las acabo de ver cruzar el pasillo— el chico estaba frustrado, su amigo era muy insistente.

—Harry... —susurro Ron.

—¿Que necesitas está vez, Ron? —preguntó Harry armándose de paciencia.

—Recuérdame por qué estamos aquí otra vez— ante esto, el azabache se llevó una mano a la frente y suspiro.

—Estamos cuidando a las chicas...

—Ellas se pueden defender solas, y mejor que con nuestra ayuda... —su amigo de ojos verdes lo miró mal— Solo decía, pensé que querías ver a Ginny.

Harry frunció el ceño— Veo a Ginny todos los días.

—¡Ah! Entonces es por Parkinson— murmuró comprendiendo, según él, las intenciones de Harry.

—¿Que tiene que ver Parkinson en esto?

—Pues ahí está— dijo señalando la esquina contraria.

El chico Potter miró hacia dónde su amigo señaló, efectivamente, Pansy Parkinson se encontraba ahí, pero no estaba sola, Astoria y Daphne Greengrass la acompañaban. Las tres chicas miraban a todos lados como si buscarán algo y temieran encontrarlo.

Aprovechando la situación, al Gryffindor se le ocurrió algo. Con unas señas a Ron, le hizo entender que se esconderá bajo la capa junto con él y así ambos se acercaron al trió de amigas.

—¿Que buscan, princesas de hielo? —preguntó Harry burlón detrás de ellas, asustándolas.

—¡Joder, Potter! Casi... ¿Potter? ¿Dónde diablos estas? —preguntó Pansy confundida, tratando de buscar de dónde provenía la voz y asegurarse de que no lo había alucinado.

Astoria codeo a su hermana, sin verlo, su pelinegra amiga había reconocido la voz de Harry.

—Capa de invisibilidad —expuso Ron y salió de ella. Astoria le dio una sonrisa de lado, que el pelirrojo respondió.

—¿Que hacen aquí? —preguntó directa, la rubia.

—Seguimos a las chicas, ¿y ustedes?

—Seguimos a los chicos

Nada más terminaron de escuchar esas palabras, los cinco se miraron asustados, y emprendieron camino escaleras arriba. Esperaban que aún Ginny no hubiera arrojado a Blaise o Draco por la Torre.

Y como en Hogwarts el que es secreto de 2, se convierte en secreto de todos, algunos de la tercera generación, que habían seguido a sus padres, estaban parados frente a la puerta que daba a las escaleras de la torre.

—¿Crees que me hagan caso? Me gusta mi edad, no quiero nacer antes y ser un viejo amargado— dijo un castaño haciendo un puchero.

—Pues no creo que ni volviendo a nacer se te quite lo idiota... Pero bueno, nada pierden con intentarlo— se encogió de hombros una pelirroja.

—¡Eres una grosera Lunita! Pensé que era tu hermano favorito

—Eres mi único hermano idiota— la chica rodó los ojos— Y no me llames Lunita, mi nombre es...

—¡Esperen!

Ambos se giraron sobresaltados al escuchar la voz. Era su hermana menor.

—¿Que no sabes que no podemos gritar? No quiero encontrarme con esos malditos gatos del demonio— la reprendió el chico en un susurro nervioso, mientras vigilaba el suelo y agudizaba el oído para ver si escuchaba algún ruido.

—Estamos en otro tiempo, Blaikito. Aún no nacen esos gatos— una castaña salió de las sombras. Su voz se había escuchado burlona con lo dicho.

—¿Qué haces aquí? Es peligroso, deberías estar en la sala de menesteres— las hermanas del chico rodaron los ojos ante la obvia preocupación extra para la chica.

—Aunque no apoyo al exagerado de Blake, ¿porque estás aquí? Nadie te invito

Más chicos salieron de las sombras.

La pelirroja suspiro— ¡Genial! El clan Potter y el chico Malfoy vinieron, ¿Alguien más?

Los gemelos Scamander decidieron hacer acto de presencia también.

—¿Que hacen aquí? Si sus padres los ven...

James pasó el brazo por sus hombros — Tranquila Lunita, ya casi nos toca a nosotros, pronto conocerán a este dios griego.

El hizo señas con sus dedos alrededor de su cara, como si estuviera exponiendo el mejor producto del mundo.

—Por última vez, no me digas Lunita si no quieres que te diga Jaimito— atacó la chica causando una mueca de desagrado en el castaño, odiaba que lo llamaran así.

—¿Vamos a ver la que se va a armar cuando todos estén frente a frente o no? — preguntó la pelirroja Potter impaciente.

Los chicos siguieron su camino, unos incómodos con la presencia de los otros y Blake cautivado, sin apartar la mirada de su amor.

Mientras tanto, en la Torre de astronomía sucedían cosas bastante... Peculiares.

Ginny había sido, aparentemente, la primera en llegar a la torre de Astronomía y estaba por mostrarle a sus amigas el por qué prácticamente las había arrastrado hasta ese lugar a altas horas de la noche, cuando la puerta se abrió nuevamente, mostrando rostros no tan gratos para ellas.

—Miren a quien tenemos aquí... Weasley, Granger y Lovegood, que... sorpresa encontrarlas aquí— sonrió socarrón Blaise.

Draco y Theo compartieron una mirada de aburrimiento, mientras que Luna y Hermione se alejaron de la pareja central que parecían haber comenzado una guerra de miradas.

Afuera, cinco chicos trataban de escuchar lo que decían sus amigos.

—¿No trajiste esas orejas que venden tus hermanos, Weasley? — preguntó Astoria.

Los otros se giraron asombrados.

—¿Que? ¡También he ido al callejón Diagon! — se excusó.

—Saca tu capa, Potter— susurro Pansy.

—Es lo que iba a hacer, Parkinson.

Como dijo, sacó su capa de invisibilidad que, sorpresivamente, los cubrió a todos.

—¿Ahora que vamos a hacer chicos? No tenemos ninguna capa, y no está Rose para que nos dé algún hechizo — murmuró Blake atrás de los padres de sus amigos, quienes afortunadamente no llegaron a escuchar nada.

—Me subestimas Zabini, te recuerdo que en nuestro tiempo nosotros tenemos la capa— dijo James con el objeto en sus manos.

Siguiendo el ejemplo de sus padres, se cubrieron y entraron a ver la escena que prácticamente consistía en lo siguiente:

En el centro de la habitación, Ginny y Blaise tenían una batalla de miradas; ninguno quería ceder.

Atrás de Ginny, Luna Y Hermione jugaban al ajedrez mágico. Atrás de Blaise, Draco y Theo dibujaban en el piso. Y al fondo de la habitación estaban los demás sentados en el piso (bajo la capa de invisibilidad) viendo todo con aburrimiento.

Ellos se sentaron esperando a que llegara lo bueno, pero sabían que eso iría para largo rato, los conocían de toda su vida, ninguno iba a dar su brazo a torcer, eran muy orgullosos.

Pasada una hora, un castaño decidió intervenir.

—¡Les di los condones para que tuvieran acción, no para que pasarán toda la noche teniendo un patético concurso de miradas! — sobresaltado todos miraron al chico, que había salido de debajo de la capa para "regañar" a sus padres.

Debido al grito, Ron salió de debajo de la capa también, delatando a sus amigos, pues con el movimiento, expuso a todos.

—¿Ron, Harry? ¿Qué hacen aquí par de ineptos? — preguntó Ginny con las manos en la cintura.

—¿Pansy, Astoria, Daphne? ¿Enserio? —preguntó Blaise divertido, mientras las señalaba.

—En mi defensa, pensé que querían saltar de la Torre— se excusó Astoria.

—¡Yo solo seguí a Daphne! — dijo rápido Pansy.

—¡Claro, échenle la culpa a la más pen...! — Draco se calló rápidamente.

—¿A la más que, Malfoy? Adelante, dilo y mañana no despiertas respirando, bueno para tus hijos, heredarán todo— amenazó la rubia con una sonrisa malévola.

Hermione veía unos pies que estaban en la habitación. Supuso que eran el resto de los acompañantes de Blake, pero solo jalo la capa para taparlo completamente. Aún no era tiempo de conocerlos, y ellos lo agradecieron en silencio.

Después de acusar a sus amigos, ambos se giraron hacia el que sería su hijo— Y tú, ¿qué haces aquí? ¿No deberías estar con él resto?

—¡Pero si vine con ellos!

—¡Serás idiota Zabini! — grito una chica, más no salió de la capa.

—¡Ah! ¡Fantasmas, sálvame mi amor! — Blaise se abrazó a Ginny y esta solo rodó ojos.

Sus amigos estaban sorprendidos.

Draco, los miró con los ojos entrecerrados— Esperen un momento, ¡Habla traidor! — exigió hacia su moreno amigo.

Nervioso, se despegó de la pelirroja— ¿Hablar? ¿Traidor? ¡Draquito, que dramática te pones!

Hermione miró a Ginny que le dio una sonrisa nerviosa, la chica entendió— ¡Eres una gran mentirosa, Ginevra!

—Un momento, yo no estoy entendiendo nada — confesó Ron en voz baja, así que pidió algo— Alguien explíqueme.

—Pues que Ginny y Blaise ya mantenían una relación, por eso cuando les anunciaron que serían padres no armaron revuelo y ahora que Blaise le dijo amor ella no se sorprendió— explicó Luna tranquilamente jugando con uno de los caballos del ajedrez.

Pansy, Daphne, Harry, Ron, Astoria, Theo, Blake y los que estaban bajo la capa los miraron boquiabiertos.

—¿Es eso cierto? ¿Qué hay de Dean? —preguntó Harry frunciendo el ceño hacia la hermana menor de su mejor amigo.

—¡No me hables de ese idiota que solo anda tras MI pelirroja! ¡Ya me tiene har...! — Ginny le tapó la boca para que ya no soltara más.

—Creo que nosotros sobramos— murmuró James y junto a los demás, salieron sigilosamente.

—¡Espérenme traidores! ¡Eso lo explican luego! — lo último lo grito mirando burlón a sus padres y después salió tras sus amigos.

Aprovechando la distracción de su hijo al salir, la recién conocida pareja tomó la capa de Harry del suelo y se ocultó bajo ella.

—¿Y bi...? ¿Dónde diablos están? — preguntó Daphne, quien se había girado dispuesta a sacar todas las respuestas que buscaba.

—Creo que, si no queremos escuchar gemidos, debemos irnos— opino Draco mirando a todos subiendo y bajando las cejas.

—¡Eres asqueroso, Malfoy! — reclamo Hermione al mismo tiempo que golpeaba el pecho del platinado.

—Soy realista Granger, y no me mires así Weasley— Ron aun buscaba a su hermanita con la mirada.

—Mejor nos vamos— susurro Theo.

Este salió y tras él, las hermanas Greengrass.

—¡Me devuelves mi capa luego, Ginny! — grito Harry y salió junto a Pansy.

—¡Tiene 14 años Zabini! ¡Ni se te ocurra tocarla! — grito Ron al aire.

Cuando salió, una cabeza flotante apareció.

—Y ustedes, ¿cuándo confirmaran que el Dramione es real? —preguntó Blaise con una sonrisa pícara.

Hermione se ruborizo y Draco bajo la cabeza para esconder la sonrisa que amenazaba a sus labios con salir.

Al mismo tiempo, ambos gritaron—¡Cierra la boca, Zabini!

—¡Mira Gin, ya parecen un matrimonio! — se burló.

Ambos salieron rumbo a sus salas comunes. Abajo, en el pasillo. Sus respectivos amigos los esperaban y cada quien tomó caminos diferentes, o sin antes darles una mirada a las personas que les hacían sentir ciertas mariposas en el estómago pero que nunca lo admitirían.

Nadie abrió la boca en todo el trayecto a sus dormitorios y al llegar, cayeron rendidos en los sofás de sus salas, sin molestarse siquiera en quitarse la capa del uniforme.

—Les dará un infarto cuando sepan con quien se casaron— murmuró James mirando el cielo nocturno, habían regresado a la torre después de que todos sus padres y tíos salieron de ella.

—Oh a los abuelos— susurro el único Malfoy presente. Todos a sintieron a modo de acuerdo.

Lo que les esperaba en los días posteriores, unos verdaderos juegos del hambre. ¿De que lado estará la suerte?

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