13
Al parecer, Altair Diggory esperaba que su hermano mayor se quedara a su lado y mostrará molestia ante el hecho de que su novia había golpeado a su sangre, pero no fue así. Ella se puso furiosa cuando observó como él chico corrió detrás de la rubia sin siquiera mirar atrás.
—Te lo merecías y lo sabes— escucho que decían a su espalda.
—Cierra la boca— gruñó en respuesta.
Seguido de eso, salió del gran comedor hecha una furia.
—¿Creen que debería ir con ella? —preguntó dudoso un chico.
—Si quieres morir, adelante, ni siquiera yo me acerco a ella cuando se enoja— le respondió uno de los encapuchados burlón.
—Par de cobardes— se quejo una voz femenina, su portadora salió a paso elegante del comedor, trataría de tranquilizar a su mejor amiga.
Ambos "cobardes" —como habían sido llamados-- comenzaron a debatir entre ellos por qué no eran cobardes y el por qué era más seguro que ellos se alejaran y se mantuvieran a salvo mientras veían la próxima presentación.
Las personas de ese tiempo ya se habían acostumbrado al drama que traía consigo la próxima generación, no alejaba su curiosidad por saber quién era la chica a la que había golpeado Margot Sullivan, pero por lo menos ya no se quedaron callados cuando la escena ocurrió, siguieron como si nada pasara.
La única que se mantenía en silencio era Nashira Black, aún veía la puerta del comedor fijamente, esperando que alguno de los participantes en el conflicto entrará, pero no ocurrió y alguien decidió presentarse, adelantándose a sus dos compañeros de viaje con giratiempo.
—Ahora va el más problemático de la tercera generación— Molly se burló, el chico la fulmino con la mirada aunque nadie se percató del gesto debido a que aún traía puesta la capucha.
El chico subió los pequeños escalones de la tarima y se situó en el centro antes de hablar.
—¡Hey! ¿Que tienen contra mi? ¿Es por que soy negro? —pregunto dramático el encapuchado, causando una oleada de risas y provocando que los que estaban esperando a sus amigos le prestarán atención.
—¡Ja! Ahí esta tu hijo Zabini— apuntó Draco mientras señalaba al chico con su dedo índice.
—Draco, es de mala educación señalar— lo reprendió su madre, ahora el que se burlaba del rubio era Blaise.
—Blake, tu no eres negro... —comento Caleb en un fingido tono irritado.
—¡Oh! Se me había olvidado, es la costumbre... —murmurando quien sabe que otra cosa, se encogió de hombros— Con ustedes Hogwarts... ¡Yo! — dicho eso, se quito la capucha dejando ver a un chico castaño de piel semi-bronceada de ojos cafés, sus tatuajes en los brazos fueron visibles debido a la camiseta de manga corta que traía.
Tenía un aire de chico rebelde.
—¡Nah! No es tu hijo— Theo le dio una palmada en el hombro a Blaise. El chico Zabini frunció el ceño en señal de molestia hacia su amigo.
El chico en la tarima, con tono indignado y agudo contestó — ¡¿Como que no soy hijo de mi papá?! ¡He vivido engañado todo este tiempo! — se arrodillo mientras veía el techo.
Blaise sonrió arrogante— ¿Ven? Si es mi hijo... Un momento, ¡Es mi hijo! ¡Ven acá! — abrió los brazos y espero hasta que el castaño corrió a abrazarlo.
Todos veían divertidos la escena, de tal palo tal astilla.
—Ahora veran que ganare la apuesta— sonrió Draco arrogante.
Padre e hijo se separaron para ver a Draco confundidos.
—¡Vamos Zabini! ¡Termina de presentarte y di que la chica Weasley es tu madre!—Blake asintió repentinamente serio y obedeciendo al rubio, subió de nuevo a la tarima.
—A petición de mi gran padrino, por que si Hogwarts, Draco Malfoy es mi padrino— Draco le agradeció a su amigo con una sonrisa maliciosa, esperando que su ahijado revelará el nombre de su madre para poder jactarse—... Mi nombre es Blake Steven Zabini, mis padres son Blaise Zabini y Ginevra Weasley.
Exclamaciones de sorpresa llenaron la estancia, y bocas formando una 'o' estaban por montón.
—Ya no juegues niño, ¿Quién es tu madre? — preguntó Dean enojado.
—Ya lo oíste idiota, mi madre es Ginny Weasley te guste o no... Y para que te duela, estoy seguro de que se dieron duro contra el muro, ¿por que crees que salí yo así de sexy? — preguntó con sorna el castaño.
La pelirroja se atraganto con su jugo mientras Blaise hacia un ridículo baile.
—¡Paguen idiotas! ¡Blinny es tan real como Blake! — grito Draco subido en el banco de Slytherin.
Narcissa y Lucius negaron mirando hacia otro lado, sus amigos, los Parkinson y Greengrass, se reían del primogénito Malfoy.
Uno a uno de las que habían apostado que Ginny o Blaise estarían con otra persona, le pasaron el dinero a Draco. Sirius estaba receloso con eso, estaba seguro de que la pelirroja de Harry sería la única Weasley mujer.
—Eh... Blaise— susurro Theo mirando un punto tras su amigo.
—¿Si, Theito? —preguntó el con voz melodiosa, aun en su estado de felicidad máxima.
—¿Recuerdas que Caleb había dicho que necesitaría una cita médica con el? — pregunto abriendo un poco los ojos.
El chico se giro confundido, aún se encontraba mirando a su hijo— Si, ¿por qué?
El pelinegro solo le señaló la mesa de Gryffindor donde una bola de pelirrojos sostenía tenedores en sus manos y miraban al moreno como si fuera un círculo de tiro al blanco.
—¿Quiere la cita hoy o mañana? — preguntó Caleb con una agenda en las manos.
El color se fue del cuerpo de Blaise.
—¡Corre papá! ¡Corre! — grito Blake desde la tarima.
Blaise decidió escuchar a su hijo y corrió hacia la puerta del gran comedor.
Los Slytherin tuvieron que usar hechizos protectores pues los tenedores que debió haber recibido Blaise iban para ellos.
Uno de los artefactos se clavo en el brazo de Lucius Malfoy.
—Ya vi por que el chico decía que eran peligrosos— murmuró con por lo bajo, obvio dolor marcaba sus facciones.
Los Weasley tardaron minutos en encontrar a Blaise pues el estaba en el pasillo escondido tras una planta—que el mismo había aparecido—, era bastante notorio. La tercera generación tardo una hora en tranquilizarlos y Caleb tardo otra hora con las curaciones de Blaise y Lucius.
Para cuando terminaron ya casi todos estaban dormidos y a Dean ya se le había olvidado su enojo inicial, ni siquiera recordaba que Ginny era la madre del chico que causó gran revuelo.
—Para cerrar con broche de oro terminaré mi presentación y al que se duerma le hecho a una manada de chanekes que vino conmigo— dijo enojado, un zapato fue lanzado a su cabeza.
—Idiota, los niños no son chanekes— reclamo Victoire enojada.
—Pues si lo parecen... ¡No, el tenedor no! ¡TEDDY!
—Preséntate antes de que me arrepienta— murmuró el peliazul. Quien sostenía el tenedor que le había arrebatado a su esposa, causando que esta le diera un pisotón.
—Bueno, ya saben mi nombre y mis padres... Vic, baja ese otro tenedor. Okey, mi casa fue Gryffindor ya que mi mamá dijo que me daría 100 galeones si ganaba la apuesta sobre mi casa — contó orgulloso.
—¡Ese si es mi hijo! — sonrió Ginny. Dean no escucho, había caído rendido en la mesa, sobre un puré de papa.
Blaise se molesto por perder esa futura apuesta, pero la sonrisa de su futura esposa lo dejó deslumbrado evitando cualquier reclamo.
—Tengo 20 años y soy payaso de fiestas infantiles... Nah, mamá no me dejo, soy auror— Blaise hizo una mueca.
—¿Por qué pelirroja? ¡Los payasos son geniales!— se acerco a Theo y en un susurro pregunto— ¿Que es un payaso?
Ginny rodó los ojos y siguió escuchando a su hijo.
—No estoy casado por que soy un alma libre y porque mi corazón le pertenece a alguien que tiene novio... Un idiota por cierto— murmuró él.
La chica rodó los ojos, ni siquiera molestándose en reclamarle. Siempre era así.
—Mi patronus es un león y eso es todo de mi— dijo pero una voz lo interrumpió.
—Te falto algo— a regañadientes el hablo.
—Termine el colegio en Dumstrange, me expulsaron de Hogwarts junto con Molly y Ryu, nadie aguanta una bromita— murmuró el decepcionado.
—¿Bromita? ¡Casi matan al profesor Slughorn de un susto! — dijo escandalizada Victoire.
Dumbledore sonrió, había logrado reclutar a su viejo amigo.
Blake, Ryu y Molly hablaron al mismo tiempo— ¡No aguanta nada!
Sus padres los miraron con los ojos entrecerrados. Pero al final desistieron pues no se veían arrepentidos de sus actos, también al parecer, no habían podido hacer nada en el futuro con su conducta.
—Eso es todo... Se me olvidaba, mi grandiosa madrina es la fabulosa LUNA LOVEGOOD—la chica sonrió agradecida, y Ginny corrió a abrazarla— Mamá, papá, usen la torre de astronomía, pero protección también, no quiero nacer antes— dejo a ambos como tomates y salto hacia sus amigos.
«Suerte que los Weasley no escucharon» pensó Blaise.
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