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Durante el descanso no pasó nada interesante, los de ese tiempo salieron a caminar mientras que los visitantes se quedaron en el Gran Comedor probando los postres que los elfos les habían hecho encantados.
-Tienen que darme la receta de este pastel, esta delicioso- murmuró Victoire, quien iba por su tercer plato.
-Cariño, no creo que debas comer tanto dulce, te pu...
Un pisoton de su esposa bastó para que Teddy guardará silencio.
-Las embarazadas son bravas- le susurro Caleb, su amigo de cabello multicolor asintió.
Una pequeña figura encapuchado llegó corriendo a ellos.
-¡Papá, mamá no me quiere dar galletas! - se quejo.
El rubio se puso a su altura- Ya sabes que no debes comer tanta azúcar, hace un rato te comiste una tarta cariño- le recordó con cariño a su descendiente.
-¡Pero ella si está comiendo! -se volvió a quejar con un puchero.
El negó viendo a su esposa comer galletas, Molly se fue corriendo cuando vio las intenciones de Caleb.
-Esta bien, te daré solo una galleta- accedió y tomando su mano se acerco al lugar donde estas estaban exibidas.
Teddy los acompañó, pues su hija estaba ahí también.
-Mira papi, tía Dom me dio esta galleta, tiene forma de hipogrifo, es muy linda, ¿verdad?
-Si princesa, es muy linda, como tu- sonrió dándole un golpe en la nariz con la punta de su dedo índice.
Dominique saludo a su cuñado antes de girarse por otra galleta, pero ya no había. Miró con ojos confusos a la chica que estaba a su lado.
-¿Que? -preguntó esta percatandose de su mirada.
-Tu no eres de comer dulces, Margot- contestó extrañada.
-Oh, bueno, se me antojo- se encogio de hombros.
No pudo decir más pues el comedor empezaba a llenarse de nuevo y tuvo que ir a ocupar su lugar.
Una vez todos estuvieron sentados, otro encapuchado subió a la tarima.
-Uy, hermano, vas a morir- se burló Caleb de George, quien estaba sentado a su lado en la mesa de Gryffindor.
-Callate, que te lanzó a mi tío, estoy seguro que el aún quiere matarte- lo amenazó el castaño.
Caleb borro su sonrisa y miró a Percy Weasley que al captarlo en su radar sonrió macabramente y le mostró un tenedor. El rubio trago saliva asustado.
-Ganas está Weasley, pero ya veremos quien necesitara de mi ayuda más tarde- le sacó la lengua indignado y miró a la persona de la plataforma.
Al retirarse la prenda que la cubría dejó al descubierto a una chica de hermosos ojos miel y una cabellera dorada llena de risos. George suspiro al verla, ella le sonrió.
-Buenas tardes, creo... Mi nombre es Isabelle Celeste McLaggen- Cormac sonrió encantado.
-Hermano, ¿con quien te casaste? Su belleza está claro que no la sacó de ti- se burló un amigo del Gryffindor.
El rubio lo miró con ojos entrecerrados.
-Mi madre, tío, es Emma Vanity- la Gryffindor escupió el agua que estaba bebiendo.
Cormac le atraía, pero no intentaba nada por que lo concideraba muy egocéntrico para su gusto. Al parecer en el futuro eso había cambiado.
El padre de la chica miró a su futura esposa, era pelinegra de ojos azules. Se extraño, el también tenía ojos azules y a pesar de ser rubio, su cabello parecia castaño. No sabía cómo era que su hija tenía los ojos de ese color.
-Tengo 22 años recién cumplidos y soy adoptada- confesó encogiendose de hombro.
El comedor se lleno de murmurós, no era común que en el mundo mágico alguien adoptará, ni siquiera estaban seguros que alguien lo hubiera hecho alguna vez. O de que hubiera un orfanato mágico.
-Después de la guerra se abrió un orfanato en el mundo mágico, pues había muchos huérfanos de guerra- comenzó a explicar- Fui abandonada ahí cuando tenía 2 meses de edad, una amiga de mamá trabajaba ahí, como sabia que no podías tener hijos te dio la opción de adoptarme- contó mirando directamente a la pelinegra.
>>Te casaste con papá un año después de adoptarme, el era el presidente del departamento encargado de hacer que el orfanato y las fundaciones que se crearon después de la guerra se mantuvieran en pie- Emma le sonrió a Cormac- Me contaste que siempre te gustó mamá, pero que esa tarde cuando la viste conmigo en sus brazos quisiste formar parte de su vida- todas las chicas suspiraron encantadas.
-Prometo que si la guerra se evita y nunca se crea ese orfanato, te buscaré por todo el mundo mágico- Isabelle le sonrió a su madre con lágrimas en los ojos.
-Y yo la ayudaré, no descansaré hasta tenerte con nosotros- prometió Cormac.
La chica bajó corriendo para abrazar a sus padres. El lugar se lleno de aplausos, Victoire lloraba conmovida al igual que Margot. Pasados unos minutos, Isabelle volvió a subir para terminar de presentarse.
-Cuando estaba en Hogwarts fui Hufflepuff- los de esa casa aplaudieron encantados- mi materia favorita era Runas antiguas, y la que menos se me daba era Transformaciones-suspiro- En serio, era un asco en eso.
Sus padres rieron. Ninguno de ellos era bueno tampoco.
-A pesar de que no acabe el colegio con malas notas, decidí seguir mis estudios en el mundo muggle, soy Psicóloga y trabajo en un orfanato, se tiene que hacer una evaluación a los posibles padres y ayudamos a los chicos que han tenido problemas en casas de acogida o en su vida- explicó con una sonrisa, a léguas se veía que su trabajo le encantaba.
George sonrió orgullo de su novia, al igual que los padres de esta.
-Tengo un maravilloso novio, me alegro mucho de que mi padre y el se llevan tan bien- mintió en lo último, pues noto la mandíbula tensa de su progenitor cuando menciono lo primero.
-¿Qui...? Ay no, ya me acorde- Cormac se llevo una mano a la cabeza- Weasley...
George miró a su suegro temeroso.
-¡Te estoy hablando Weasley! - le grito el rubio.
George se levantó de un salto, pero no se esperaba el abrazo del chico que en un futuro sería su suegro.
-No tengo problemas contigo mientras la hagas feliz- murmuró antes de despegarse del castaño- Bienvenido a la familia entonces, Weasley.
-¡Ven! ¡Todos deberían aprender de él - bufo un encapuchado.
-¿Que sentido tendría? Ya había preparado mi tenedor- murmuró Fred Weasley con una mueca- Le quitan lo divertido a la vida- murmuró acariciando un tenedor dorado.
-Lo compre especialmente para enterrarlo en adolescentes- le siguió su hermano, mostrando uno igual al del primero.
Pobre del chico que saliera con la hija de George.
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