8-MEW.
Domingo por la mañana, no tengo ni idea que carajo hacer para no estar pensando en Kana todo el día como un adolescente enamorado. Miro las redes sociales y veo que en el instituto se celebra el último partido de fútbol de la eliminatoria. Me decido por ir a verlo, total es mejor que quedarme en casa sin hacer nada.
En cuanto llego al estadio me siento lo más alejado posible de la multitud, no me apetece socializar, solo quiero despejar mi mente concentrándome en el juego. Pero como suele pasar a menudo lo que yo quiera es irrelevante para los demás, porque Crystal se acerca hasta mí y sin permiso se sienta a mi lado en las gradas.
-Hola Mew, ¿cómo estás?, ayer esperaba verte en mi fiesta – me dice con un puchero.
-Ya te dije que tenía una cita y que no podía asistir – le digo fríamente.
-Podrías haber llevado a tu cita, no era un problema – me suelta.
-Mi cita era con Gulf Kanawut – le espeto para que me deje en paz.
-Me cae bien Gulf, lo he invitado en alguna ocasión, pero siempre me dice que no, así que dejé de invitarlo – me cuenta.
-Pensaba que Gulf no caía bien a nadie, tampoco entiendo por qué, es una persona maravillosa – le contesto.
-Cuando éramos más niños solíamos jugar juntos, pero al llegar al instituto todo cambió, mi hermano empezó a juntarse con todos los matones y cuando Hardy llegó de intercambio se actitud cambió incluso más. Supongo que es por eso que Gulf nunca va a mis fiestas, no quiere toparse con mi hermano y los tarados de sus amigos – me resume.
-El otro día alguien le volvió a pegar, ¿tú sabes quién fue? – la interrogo.
-Yo no lo vi, pero por lo que dicen fue Hardy quien lo acorraló, no puedo entender que placer encuentra ese imbécil en perseguir a Gulf, he llegado a pensar que en realidad le gusta y no quiere admitirlo – me dice muy segura de su afirmación.
-Le dije bien claro a ese imbécil y a tu hermano que Kana era intocable, tendré que darles un recordatorio – digo más para mí que para ella.
-¿Qué vas a hacer Mew? – me dice mirándome con preocupación.
-No te preocupes por tu hermano, el que pegó a Gulf fue Hardy – le digo.
-Me preocupo por ti – me dice.
-Apenas me conoces ¿y te preocupas por mí?, sabes todo lo que ha pasado Gulf en estos años y aun así nunca has intentado ayudarlo de alguna manera, no me extraña que solo quiera huir de este lugar de mierda – le espeto, se puede meter su preocupación donde le quepa.
-Muchas veces le he dicho a mi hermano que dejara en paz a Gulf, ellos eran muy amigos en el colegio, pero no me hace caso, esperaba que Gulf se hartara y empezara a defenderse, pero no lo hace – intenta excusarse.
-Todos en este sitio son culpables a mis ojos, ven lo que le hacen día sí y día también, pero nadie hace nada, o miran hacia otro lado o se unen para burlarse de él. Te informo que eso se ha acabado, nadie va a herir a Gulf nunca más, yo me encargaré de ello. Y ahora si me disculpas voy a terminar de ver el partido – le suelto para que le quede claro que no quiero su compañía.
Ella se levanta y me deja solo mirando el partido, miro a Hardy correr con el balón en sus manos, es un buen quarterback, espero que esté disfrutando del juego porque será el último en mucho tiempo.
Espero pacientemente a que el juego termine y los jugadores se duchen para ir a celebrar la victoria. Hardy es el último en llegar a los vestuarios, las fans lo han entretenido por el camino pidiéndole autógrafos. La sonrisa de ese imbécil es arrogante, se cree el rey del mundo, me va a encantar borrarle esa sonrisa de su estúpida cara.
Hardy tarda unos veinte minutos en salir de la ducha, mira su reloj mientras camina hacia su camioneta que está estacionada en el parking trasero del instituto, supongo que tiene una cita para celebrar su victoria de hoy.
Lo espero cerca de su coche, ni siquiera me ve venir cuando mi puño impacta directamente en su cara. Le he pegado con todas mis fuerzas y él cae a plomo sobre el asfalto. Aprovecho que está aturdido y lo llevo hasta la zona de los garajes que usan los que asisten a clases de automoción, he estado varias veces en ellos, me encanta ver cómo trabajan. Hoy no hay clases por lo que el lugar está totalmente desierto.
-¿Qué coño quieres? – me pregunta intentando ponerse de pie.
Hardy es un tipo atlético, mucha masa pero poco control. Sus ojos buscan una salida, está asustado cuando ve que lo tengo acorralado, y hace bien, ya le advertí una vez ahora solo me queda demostrarle lo que pasa cuando tocan lo que es mío.
-Me parece que no quedó claro el otro día cuando te dije que Kana era intocable, que te buscaras otra diversión, pero tú no lo quisiste entender y por eso estamos aquí – le cuento atravesándole con mi mirada más fría.
-¿Kana? – me mira como si no supiera de lo que le estoy hablando.
-Gulf Kanawut, moreno, alto y demasiado bueno para este sitio de mierda – le resumo.
-¿Qué te importa a ti Gulf?, acabas de llegar y te crees con derecho a acercarte a él como si fuese de tu propiedad – me contesta con sus dientes apretados.
-¿Es eso lo que pasa?, te gusta Gulf y no sabes hacerte notar si no es molestándolo – le miro con una sonrisa divertida en mi rostro.
-Yo no soy un jodido maricón – me dice con rabia.
-Vaya es eso, te gusta pero no eres lo suficientemente hombre para decírselo y te dedicas a hacerle la vida imposible porque lo culpas a él de tus sentimientos, patético de todo punto – le espeto.
Entonces lo veo, claro como el agua, Hardy aprieta los puños y se lanza a por mí como si fuese uno de los jugadores con los que trata normalmente. Lo esquivo sin dificultad y espero su próximo movimiento, y como suponía vuelve a cargar contra mí. Esta vez dejo que se estrelle contra mi estómago y cuando cree que me tiene atrapado le clavo el codo en las costillas sacando todo el aire de sus pulmones. Cae al suelo intentando recuperar el aire, pero no dejo que se levante y me posiciono sobre su abdomen, mis piernas bloquean sus brazos y mis manos en su cuello impidiéndole respirar.
-Voy a hablar muy claramente Hardy, vas a dejar de buscar a Gulf, y por supuesto no vas a poner tus sucias manos sobre él jamás. Porque tú no me conoces pero no soy alguien a quien quieras cabrear, eso te lo aseguro. Ahora asiente si lo has entendido – le susurro frente a su cara.
Él asiente cómo puede con las lágrimas rodando por sus mejillas que empiezan a ponerse de un rojo escarlata. Aflojo la presión sobre su garganta y me levanto de encima de su cuerpo.
-Esto es un último aviso Hardy, si tengo que volver a recordártelo te entierro vivo y nadie encontrará jamás tu cuerpo – le advierto caminando hasta mi coche para volver a casa, tengo que poner mi mano en hielo, la cara de ese imbécil está más dura de lo que pensaba.
Mientras conduzco rumbo a casa pienso en lo que me ha dicho Hardy, hace poco que Gulf ha entrado en mi vida y yo he dado por hecho de que mi lazo con él es algo más que una amistad forjada por la necesidad. Gulf estaba en apuros y yo me ofrecí a ayudarlo, a lo mejor Kana no me ve de la misma manera que yo a él. En poco tiempo mi vida gira en torno a su persona, yo que nunca me he dado el lujo de profundizar ninguna de mis relaciones he caído redondo delante de ese chico.
Si mi padre me viera se reiría de mi debilidad, de que mis sentimientos dominen mi vida hasta el punto de dar mi cara por él, de arriesgarme a una expulsión o a algo peor por protegerlo.
Ninguno de ellos tiene ni idea de lo que siento, ni siquiera sabrían que él no es mi debilidad, es mi fortaleza. Me levanto cada día esperando ser mejor persona, esforzándome porque mi lado oscuro no domine mi vida para así ofrecerle una mejor versión de mí mismo a Gulf, para hacerme más fuerte para poder darle todo lo que se merece.
Cuando le dije que no soy hombre de cosas pasajeras y que cuando me enamorara sería para siempre no bromeaba, Gulf se ha metido bajo mi piel y siento en lo más profundo que ya estoy perdido para toda la eternidad.
Tengo que pensar en cómo voy a decírselo, que haré si no me corresponde, y lo que más miedo me da de toda esta situación, que haré si él me corresponde.
Con este hilo de pensamiento llego a mi casa justo a tiempo de ver que Gulf me ha mandado un mensaje, abro el archivo que he recibido y una sonrisa se escapa de mi boca. Su abuela toca el violín con una maestría asombrosa, es la partitura que compramos ayer, parece que acertamos con el regalo. Gulf tiene mucha suerte de tener una familia amorosa, se ve muy feliz cuando apunta con la cámara a su preciosa cara y mueve sus labios dándome las gracias. No tardo nada en mandarle mil corazones en respuesta a su bonito mensaje.
Subo en el ascensor con una sonrisa boba en mi cara, puede parecer algo superfluo pero me alegra que me haya mandado ese video, con eso me demuestra que soy importante para él, por lo menos tanto como para compartir conmigo sus momentos felices.
Cuando abro la puerta del apartamento llega hasta mi nariz el aroma familiar de las galletas que hornea mi madre.
-Mamá, estoy en casa – le grito desde la puerta quitándome los zapatos en la entrada.
-En la cocina – me responde.
-¿De dónde vienes cariño? – me pregunta.
-He ido a ver un partido de fútbol en el instituto – le respondo, obviando la parte de la paliza que le he dado a cierto estúpido jugador.
-¿Con Gulf? – me interroga guiñándome un ojo.
-Gulf está en casa de su abuela, así que no – le digo con un mohín.
-Vaya, vaya, ¿desilusionado? – me dice riéndose de mí.
-Mamá no te hagas ilusiones, solo somos amigos – le contesto para que me deje en paz.
-Por ahora. ¿Cuándo le dirás que estás loco por él? – me suelta tan fresca.
-No estoy loco por él, así que... - le respondo intentando zanjar el tema.
-Claro y yo soy superwoman – me espeta.
-Mamá, ya sabes por qué no puedo acercarme a nadie, además aunque tengas razón y me guste no significa que yo le guste a él – le respondo.
-Hijo ya es hora de que dejes de buscar excusas para acercarte a alguien, no puedes estar solo toda tu vida y Gulf te gusta de verdad, eso puedo verlo. Además como sabrás si te corresponde si no le dices lo que sientes – me explica.
-No sé cómo hacerlo sin que se asuste y salga corriendo, no lo sé, tengo que pensarlo bien – le contesto.
-Algo me dice que ese chico siente lo mismo que tú, he visto cómo te mira, cuando estás cerca es como si girara a tu alrededor esperando tu siguiente movimiento, es adorable – me dice con una sonrisa.
-No lo sé mamá, lo pensaré y después hablaré con él, ahora dame una de esas galletas, tengo hambre – le respondo zanjando el tema por hoy.
Una vez en la cama pienso mucho en mi futuro, en cómo puedo iniciar una relación con Gulf y de qué manera voy a contarle mi historia. Por primera vez en mi vida siento un miedo profundo a equivocarme, a no ser lo que realmente Gulf necesita o merece.
Mi teléfono suena con la melodía que tengo para los mensajes de Kana, lo abro y un "buenas noches" se ilumina en la pantalla. Le respondo diciéndole que lo he echado de menos y que lo veré mañana. Mañana volveré a estar con él y de repente todas mis dudas abandonan mi cabeza, no tengo opción mi corazón le pertenece y no hay vuelta atrás.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top