4. Cenizas
Erika
Después de terminar el partido, acabando 3-2 a nuestro favor, estuvimos en los columpios un rato y decidimos ir a ver mi casa. No quería ir sola, así que les pregunté si querían acompañarme y todos aceptaron.
Mi padre estaba bien, seguía en el hospital porque inhaló mucho humo. De todas formas, estaba bien. Le darían el alta en dos días. Tenían que estar seguros de que pudiera respirar correctamente.
Cuando llegamos, la casa tenía las paredes negras de la ceniza. Era seguro entrar, pero se tenía que hacer con cuidado.
-Vale, tener cuidado, por favor. No hagáis tonterías porque puede pasar cualquier cosa.-susurró Paula.
Aunque he estado muy poco con ellos, sé que Paula es la "madre" del grupo. No en el sentido malo, sino en que siempre tiene más cuidado y es más consciente de las acciones que hacen los demás. Sobre todo de Izan.
Todos entramos y a mí se me aguaron los ojos, estaba todo negro. Miraras donde miraras todo era ceniza. Claudia, al verme, me dio un apretón en la mano para demostrarme apoyo y que estaban ahí.
Subo las escaleras, la parte de arriba no está muy mal. El suelo está un poco negro, pero lo demás está medianamente bien. Entro a mi habitación, está bastante bien. No ha sufrido ningún daño.
De repente, alguien más entra en la habitación. Me giro y veo que es Matteo. Tiene una sonrisa triste en la cara. Sé lo que está pensando.
-Por lo menos mi habitación no está chamuscada.-reí amargamente.
Él se acercó y me estrujó entre sus brazos. Nos acabábamos de conocer, pero sentía un vínculo especial. Nunca lo había sentido. Era bonito.
-No tienes que hacerte la fuerte conmigo. Nos conocemos muy poco, pero sé que esto te afecta. Estamos todos para ti. Si necesitas algo nos lo puedes decir.-murmuró.
-Gracias, de verdad.-no sabía ni qué decir. Estaba muy agradecida.
-Tu habitación es bonita. Es muy tú.-exclamó Matt. Me empecé a reír y pocos segundos después él se sumó a mi risa.
-¿Muy yo? ¿Y qué es muy yo según tú?-le dije sonriendo.
-No sé, con pósters de bandas de música o de películas, mariposas, tonos marrones, libros. Cosas así.-dijo con el ceño fruncido. Estaba muy gracioso.
Se acercó a mi estantería y empezó a mirar los libros que había. Sonrió cuando vio el libro de Joana Marcus, Antes de Diciembre.
-¿Quieres ser mi Mushu?-me preguntó. Me quedé helada por unos segundos hasta que él empezó a reírse.
-¿Te lo has leído?-pregunté perpleja.
-Sí, y este y este también y este…-respondió mientras señalaba a Mujercitas, Nosotros en la Luna y Ciudades de Humo. Me sorprende que se haya leído todos esos libros.-Bueno, me he leído bastantes más. Tienes buen gusto.
-Gracias, no pensé encontrar a alguien con mis mismos gustos. No te veía tan romántico.-dije bromeando. Él me guiñó un ojo y los dos nos reímos.
Se acercó a la pared que tengo llena de pósters. Miró todos con detenimiento.
-Women, they have minds and they have souls.-leyó la frase del póster que tenía de Jo March de Mujercitas.-Siempre me gustó esa frase.-susurró. Sonreí.
-Es mi frase favorita.-murmuré mirando hacia abajo. Giró su cabeza para mirarme y me sonrió dulcemente.
-Oye, ¿y si jugamos a un juego?-cuestionó Matt.
-¿A qué juego?-
-Consiste en hacernos preguntas entre nosotros para conocernos mejor.-me sonríe inocentemente.
-Me parece buena idea, ¿empiezas tú?-le pregunto.
-Sí, ¿libro favorito?-pregunta mientras nos sentamos en mi cama.
-Antes de Diciembre. ¿Canción favorita?-curioseo.
-I hate you for this de Munn-responde.
-No sé cuál es.-digo extrañada.
-Te la enseñaré, tengo una playlist de hecho. ¿Película favorita?
-Tengo dos, una es Little Women y otra es Beautiful Boy. ¿Actor o actriz favorito?
-Tengo muchos, pero creo que Saoirse Ronan o Timothée Chalamet. ¿Tu actor o actriz favorito?
-Timothée Chalamet. Es increíble.
De repente alguien llama a la puerta, ya no me acordaba de que había nadie más aquí y a juzgar por la cara de Matt supongo que él tampoco. Estábamos tan metidos en la conversación…
-Oye, ¿queréis dar un paseo?-nos pregunta Hugo.
-Claro, vamos.-dije mientras Matt y yo nos levantábamos de mi cama.
Todos salimos de mi casa, ya volvería después a coger la ropa de mi armario. La que había sobrevivido.
Íbamos andando cuando de repente alguien empuja a Matteo, está a punto de caerse, pero yo y Hugo le cogemos de los brazos rápidamente. Todos nos damos la vuelta y vemos a tres chicos en frente nuestra con sonrisas malignas. Frunzo el ceño. Uno de ellos me suena mucho, pero no me acuerdo de qué.
-Uy, lo siento mucho Matteito. No era mi intención tirarte, aunque veo que tus amiguitos te han salvado de hacer el ridículo.-exclama con tono agridulce. Fija su vista en mí, parece sorprendido. Creo que no me había visto hasta ahora.-Anda, si habéis hecho una nueva amiga. Hola guapa, soy Víctor. ¿Qué tal? ¿Qué haces con estos pringados?-termina de decir. Pongo mala cara. Antes de poder responder, Matteo se lanza a él y le intenta pegar.
Izan y Hugo se meten para intentar separarlos. Cuando lo logran, Matteo intenta volver a pegarle, pero yo le cojo del hombro y le acerco a mí.
-Ey, tranquilo. No le hagas caso. Te quiere molestar. No le dejes ganar.-le susurré. Pareció calmarse ya que sus hombros se relajaron.
-Oh, parece que ya has elegido a tu chico. Bueno, si cambias de opinión me avisas.-dijo mientras me guiñaba un ojo y se marchaba junto a sus otros dos amigos.
-Uff como lo odio. ¿Me dejáis matarlo? Ya no lo soporto.- grita Claudia con desesperación.
Matteo estaba enfadado. Se notaba. Tenía las manos hechas puños, los labios apretados y los ojos ligeramente entrecerrados.
-Ese chico… Me suena de haberlo visto alguna vez… Pero no sé dónde.-dije intentando recordar de dónde lo había visto.
-No sé, pero ese tío tiene media neurona.-admitió Izan. Todos reímos menos Matteo. Dios, sí que estaba enfadado. Parecía que ni siquiera prestaba atención a la conversación. Tenía la cabeza gacha.
Me acerqué a él mientras que los demás hablaban.
-Oye, ¿estás bien? Todo lo que dijo Víctor es mentira. No sois unos pringados. Y ni loca me iría con ellos.-dije suavemente. Él levantó la cabeza para mirarme y sonreír ligeramente. Deshizo los puños de sus manos.-Pero una cosa, ¿por qué te has enfadado tanto?
-Por nada…-sé que es por algo, pero lo dejo pasar, ya que hace muy poco que nos conocemos y no me tiene la suficiente confianza.
Me empezó a vibrar el bolsillo de la sudadera. Era mi móvil. Rápidamente, lo cogí y vi que era una llamada de mi madre. Le di a aceptar la llamada.
-Hola nena, ¿qué tal?-pregunta mi madre.
-Muy bien, ¿y vosotros?-dije con impaciencia por saber cómo estaban.
-Yo estoy bien y tu padre está casi recuperado. Los médicos dicen que si todo va bien, mañana le darán el alta.
-Me alegro de que estéis bien.-solté todo el aire que no sabía que retenía en mis pulmones.
-¿Y qué haces?-exclamó con curiosidad mi madre. Sonreí, todavía no les había contado que tenía amigos.
-¿Hacemos videollamada y te lo enseño?-propuse la idea de la videollamada para que vieran que estaba con chicos de mi edad. Ella asintió.
Colgué la llamada y llamé por videollamada. Ella lo cogió al instante. Los demás estaban sonriendo esperando a que girara la cámara para que mi madre los pudiera ver. Hasta Matteo sonreía.
-Acércate a papá para que él también lo vea, que seguro que le gusta.-ella asintió y se acercó a mi padre. Lo saludé con mi mano y él me sonrió.
Le di al botón para girar la cámara y enfocar a los chicos. Mis padres cuando los vieron sonrieron, a más no poder.
-Son Paula, Claudia, Hugo, Izan y Matteo.-dije mientras señalaba a cada uno. Todos saludaron.
Estuvimos hablando con mis padres un buen rato hasta que se hizo tarde y cada uno se fue a su casa.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top