3. Tarde con amigos

Erika

Eran todos muy amables al recibirme y ayudarme. La verdad es que tenía un poco de vergüenza, pero se me quitó cuando los chicos se pusieron a hacer boberías.

Izan se puso a saltar como un mono y a dar vueltas sobre sí mismo. Claramente, casi se cae al suelo del mareo. Si no fuera por Matteo que inmediatamente se levantó del columpio a rescatarlo.

Rápidamente y aprovechando la oportunidad, Claudia corrió hacia el columpio donde antes se hallaba Matteo. Sonrió cínicamente y Matteo le sacó la lengua juguetonamente.

Era divertido estar con ellos.

Me levanté del columpio para sentarme en el frío suelo y dejar a otro sentarse y columpiarse.

Hugo rápidamente se sentó en él. Parecía que si no ibas rápido te lo robaban. Era divertido.

-Y dinos Erika, ¿qué te gusta hacer en tu tiempo libre?-inquirió Izan.

-Bueno, me gusta escuchar música, leer y hacer deporte.-formulé con una sonrisa ladina.-Creo firmemente que vivir sin leer es peligroso, obliga a conformarse con la vida. Y que ver a alguien leyendo un libro que te gusta es ver a un libro recomendándote a una persona.

-Interesante visión de la lectura.-dijo Matteo con una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Y qué deportes son tus favoritos?-interrogó Paula.

-Me encanta el fútbol, el atletismo y el voleibol. Aunque me encanta ver patinaje sobre hielo, gimnasia y natación sincronizada.-admití. Todos me miraron entusiasmados.

-Esta chica me encanta.-dijo Paula. Todos asintieron y yo sonreí.

-¿Qué queréis ser de mayores?-esta vez pregunté yo.-Yo quiero ser psicóloga.

-No lo tengo muy decidido, pero me gustaría ser director en un principio.-explicó Matteo. Me parece increíble ese oficio.

-Futbolista, sin dudarlo. Quiero ser como Ronaldo.-dijo muy seguro de sí mismo Izan. Todos reímos.

-Yo quiero ser médico, me gusta ayudar a la gente y mantenerla sana.-dijo Hugo con un brillo en sus ojos.

-Yo...-empezó Claudia, pero no terminó la frase. Todos la animamos a que siguiera.-No lo sé.-se lamentó.

-No te preocupes Claudia.-objeté yo.- Ahora lo importante es vivir sin quemarnos por dentro.-Todos se rieron menos Matteo, que pareció entender el trasfondo de aquella simple pero significativa frase. Él me miró entristecido y yo le di una sonrisa melancólica.

Y sin darnos cuenta pasaron las horas, era demasiado tarde y nos teníamos que ir cada uno a nuestra casa.

Quedamos en vernos mañana por la mañana en el parque para hablar y jugar al fútbol un rato todos juntos. Sería divertido.

•••

Al día siguiente, me desperté y fui a desayunar. Después, fui a preparar la mochila que me llevaría para estar con los chicos.

Metí una botella de agua, una barrita energética, una manzana y ropa de cambio por si acaso. Aparte de eso me llevé unos cascos, mi móvil y un altavoz por si poníamos música.

Cuando llegó la hora de irme me despedí de mi tía y de mi hermana.

Me puse los cascos y fui corriendo hasta el parque para calentar.

Cuando llegué solo estaban Matteo, Hugo e Izan. Las chicas todavía no llegaban. Izan estaba dando toques con el balón. Aunque conozco a Izan muy poco, nunca se queda quieto. Parece hiperactivo. Se llevaría bien con mi hermana.

Fui hasta ellos y los saludé. Estuvimos esperando un rato hasta que las chicas llegaron y nos pusimos a formar los equipos.

-Bien, los capitanes serán Claudia y Matteo.-dijo Hugo.

-¿Y por qué no yo? Esto es favoritismo.-exclamó Izan mostrando su descontento.

-Porque lo digo yo y punto. Deja de quejarte por una vez.-aclaró Hugo un tanto irritado. Todos reímos, menos Izan, quién estaba muy indignado.

-Vale, pues elijo a Erika.-dijo Matteo empezando a elegir.

-Yo a Izan.-siguió Claudia.

Matteo estuvo pensando un buen rato hasta que al fin eligió a Paula. Era un tres contra tres. Matteo, Paula y yo contra Claudia, Izan y Hugo. Estoy emocionada.

El equipo de Claudia eligió campo, así que sacábamos nosotros. Paula sería la portera.

Matteo sacó de medio campo. Yo la recibí y empecé a correr con una destreza impecable. Me liberé de Claudia e Izan, aunque debo de reconocer que fue un tanto difícil.

Matteo subió rápidamente y yo se la pasé. Tiró a portería y metió gol. Hugo no pudo pararla.

Paula vino corriendo hacia nosotros y los tres nos abrazamos, riéndonos.

Esto solo acababa de comenzar

Hugo sacó y se la pasó a Claudia. Después, Claudia se la pasó a Izan. Matteo y yo fuimos rápidamente hacia ellos para evitar que marcaran gol. Izan era muy rápido y hacía muchos regates, los cuales eran bastante difíciles para poder quitarle el balón. Estaban a punto de marcar cuando Izan se la pasó a Claudia para que pudiera tirarla. Paula intentó pararla, pero le fue imposible. Fue un muy buen tiro y muy difícil de parar.

Íbamos empate a uno.

Después de media hora jugando, paramos a descansar. Estábamos todos bastante cansados. Íbamos 2-1 ganando nosotros. El partido estaba muy reñido.

Matteo y yo hablábamos tranquilamente, yo estaba comiéndome mi barrita energética.

-¿Puedo hacerte una pregunta?-dijo tímidamente. Yo sonreí y asentí.-¿Por qué te mudaste aquí? Es decir, es un pueblo que no lo conoce nadie y no parece que te guste mucho estar aquí.

-Bueno, si te digo la verdad, no tengo ni idea del porqué nos mudamos aquí. Y no es que me encante estar aquí, ni siquiera tengo amigos y llevo aquí un año.-respondí tristemente.

-Oye, ahora nos tienes a nosotros.-me animó Matteo. Se giró al igual que yo y vimos a los demás haciendo el tonto y dando vueltas sobre sí mismos. Los dos sonreímos.-Puede que no seamos el grupo más normal, pero nos queremos mucho entre nosotros y estamos dispuestos a integrarte en esta pequeña familia.

-Gracias-murmuré y lo abracé con fuerza. Él tardó unos segundos en corresponder por la sorpresa, pero luego me abrazó con más fuerza.

-¡Oye, nosotros también queremos abrazos!-exclamó Claudia para después unirnos todos en un caluroso abrazo. Caluroso básicamente porque estábamos todos sudados, pero eso nos importaba poco.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top