Capitulo 14 - Sehun (Parte 1)
-¡Sehun! –me grita.
-Ya párala Talia, no estoy para escucharte –digo en voz baja pero con sentencia.
-Me escucharas estés o no estés dispuesto –estoy tirado en el sofá de la casa, con mi brazo cubro mis ojos de la poca luz que ilumina el sol aquí dentro-. ¿Puedes decirme que es esto? –pregunta.
Yo no hago ni un ápice de movimiento o intención de ver de qué trata.
-No lo sé –respondo.
Ella resopla. Le molesta esta faceta mía, esta faceta que quiero deshacer y no puedo por más que lo intente. Siempre caigo en ella. La faceta que más odio de mí.
-Sí que lo sabes. Respóndeme. ¿Qué es? –insiste.
Quito mi brazo de mis ojos y la observo. Esta parada frente al sofá, a los pies, con una mano en su cadera y con la otra levantada sosteniendo una bolsilla de cocaína.
-Oh, hermana, eso es cocaína. Como si no la conocieras –digo y vuelvo el brazo a su posición anterior.
-Sehun, ya hemos hablado de ello. Debes dejara, debes alejarte de ellos y, de esto. No te traerá nada bueno, y eso, ya lo sabes de antemano –me riñe con voz suave. Sabe que en cualquier momento de alteración de su parte me pondrá muy violento y ella, no puede con eso-. En estas últimas semanas, me he dado cuenta de algo, no, he visto lo que es más preciado para ti, por fin.
-No me vengas con mierda MinHun –espeto con fastidio.
-No es mierda, Sehun. Es la pura y maldita verdad. Si tú sigues con estas mierdas, esa persona en la que pareces haber puesto toda tu maldita atención, tu punto de girar, de respirar, de ser, de vivir, será la más dañada. Piénsalo muy bien una vez más que te quieras meter esto a tu maldito organismo y también, cuando estés en tus pedos –concluye, para luego lanzarme la bolsa de cocaína a mi pecho y salir de casa dando un gran azote.
-Mierda –maldigo.
JongDae y Baekhyun de vez en cuando se meten alguna de estas mierdas, pero no tan frecuentes como yo. De hecho, ellos no saben que aparte de correr clandestinamente en motocicleta, trabajo vendiendo estas mierdas de porquerías.
MinHun piensa lo que ve –detesto eso de ella, pero eso, a la vez me favorece-, piensa que soy adicto a estas mierdas, pero no es así, que vendo por ambición, tampoco es así. Sé que ella se preocupa por mí, pero no lo necesito. De hecho, sé que si se entera de la verdadera razón, ella puede odiarme a muerte. Mi única familia odiarme y no querer verme ni en pintura. Soy una mierda de persona, pero incluso si soy eso, quiero dar la mínima oportunidad a alguien más, de vivir. Ahora no lo entenderán, nada de lo que digo, pero más delante quizá sí y si no, una mierda que me importa.
Me levanto del viejo sillón. Me pongo el polo, para que cubra mis tatuajes –aunque poco me importa si lo hace- y marco el número jodidamente favorito para mí. El de mi muñeco, con este apelativo lo he registrado.
Mientras espero a que responda, aprovecho para encenderme un cigarrillo.
-¡Hola! –responde con tanta luminosidad que me ciega.
Tengo celos de que responda así a toda persona que le llame.
-Hola muñeco ¿Qué haces ahora? –pregunto.
-¡Sehun! Oh, y-yo... hacia un pastel con... solo hago un pastel. Solo eso –dice al fin después de tanto contraste.
Este nervioso. He llamado en un momento nada indicado.
-¿Quién está contigo? –inquiero.
De solo suponerme escuchar la respuesta que ya se, me hierve la sangre.
-¿Qué haces tú? –me responde con otra pregunta. Me esta evitando dar la respuesta.
-No juegues conmigo muñeco. No soy paciente. Solo responde lo que pregunte –sentencio.
Se extiende un abrumador silencio y eso, me pone muy, muy mal de humor.
-Jongin... pero solo hacemos pasteles –responde apresurado.
-Voy por ti. Espera por mí en la entrada del tu casona. Te llevar a conocer a alguien –sin esperar su respuesta cuelgo-. Hijo de puta seas Kim Jongin –golpeo mi puño con la pared de la cocina-. Mierda, detesto que estés cerca de él.
Ni si quiera he pensado cuando le he dicho que le llevare a conocer a alguien. Mierda, sí que estoy bien jodido por mi muñeco.
Tomo mi chaqueta y por ultimo las llaves de mi monstro, la motocicleta.
***
Estoy llegando a las calles majas donde vive mi muñeco. Solo puedo respirar limpio. Solo eso. Pero lo que me encanta, es que encuentro lo tenga a un metro de mí, la pureza y la inocencia cobran olor, gracias a él.
Aunque el solo salga entre la multitud de esas nubes, hay una brisa de viento fresco. Esta helado, así lo siento por cómo voy.
Sonrió de lado en cuanto veo a mi muñeco, parado fuera del portón. Un guardia le cuida y parece hacerle plática. Lleva una adorable bufanda, su boina de niño ricachón y su enorme abrigo que me lo hace ver más pequeño de lo que ya es.
Al escuchar el motor de mi moto, se gira y sus ojos perdidos esperan hallarme y como me encantaría que sus ojos chocaran con los míos y que con ellos, me sonriera. Pero no puede ser.
-¡Muñeco! –digo con entusiasmo.
Él sonríe mostrándome así sus belfos en una sonrisa acorazonada.
-¡Sehun! –dice al igual que yo.
-Joven KyungSoo ¿Estará bien? –inquiere el viejo de seguridad.
-Lo estaré Xing Fu –responde.
Bajo de la moto y de inmediato me encamino hasta él.
-¿Cómo estas bonito? –le pregunto mientas lo enredo en mis brazos.
Sé que el viejo me mira con desconfianza y como no, KyungSoo es un niño majo y yo un hombre barrio.
Mi muñeco me abraza con sus pequeños brazos la cintura. Entierra su rostro sonrojado en mi pecho y yo aprovecho para impregnarme de su fragancia dulce, inocente y pura.
-Quiero devorarte a besos. Quiero tomar tu belfos y mordisquearlos –le digo tan cerca de su oído que él se congela de inmediato-. Pero está claro que no puedo, solo puedo hacer esto por ahora –le planto un gran beso en esa mejilla regordeta antes pálida pero ahora rosada que tiene.
-Vamos muñequito mío –le digo para después jalarlo de la muñeca hasta llevarlo conmigo hacia la moto.
Por auto reflejo, volteo hacia la mansión y ahí está el hijo de puta que más odio en esto últimos días, Kim Jongin. Parado en la puerta de la mansión, no se ve peor que yo de enfadado, peor lo está.
-¿Quieres conocer a alguien? –le pregunto.
Lo ayudo a subir a la motocicleta. Le abrazo por la cintura y lo monto, después, me subo yo.
-¿Quién es?
-Es muy travieso.
-No responde mi pregunta, Sehun –hace un lindo mohín y yo quiero devorármelo.
-Pero también es muy parecido a Chen, claro, en personalidad. Puff, si supieras –rio por ver como comienza a mofarse por mi juguetería.
-¿No me dirás, cierto?
-Nop, hasta que lleguemos. Quizá no hará falta que te lo diga –sin esperárselo, me giro y le planto un beso muy rápido-. Vamos ahora nene.
Estoy a punto de revelare uno de mis muchos secretos que cargo conmigo cada día. Ahora si ¿Podría decirse que si amo a este niñato bonito y majo? Yo diría que ya me eche la soga al cuello. Él mismo podría darme muerte por este simple hecho; que me trae jodidamente enamorado. Mierda, sí que lo estoy.
****
¡Hola Donitas!
Por fin regreso después de mucho. Pero les traigo recompensa. Dos capítulos.
Aquí les dejo el primero. El otro lo subo en la noche.
Nos leemos al rato.
¡Muchas gracias por leer y esperar!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top