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Algunas muecas se formaban en su cara conforme iba sacando las espinas de su cuerpo y ropa. Dolía, y algunas dejaban marcas o incluso, sangre. No importaba cuántas sacara, siempre parecía que habían más.

Ya era de noche, por lo que no podía ver mucho. Tenía que palpar algunos sitios de su cuerpo para saber si había algunas espinas u hojas.

-Que idiota soy. Cómo se me ocurre tirarme a un rosal. Y no hablemos del "Yo no". Con razón la gente se aleja de mi. - Hablaba para si mismo en susurros, con la cabeza agachada. No quería que algún metiche oyera sus desgracias. - Error tenía razón, no soy más que un idio--

Estaba tan perdido en sus pensamientos y concentrado un quitarse una espina enterrada en medio de su dedo pulgar que no había prestado atención a la persona que estaba frente a el.

Igual que la primera vez, cayó encima de alguien. Para evitar hacerse más daño, apoyo las manos en el suelo como un soporte. La idea que había ejecutado no fue la mejor. La espina se había introducido aún más en la yema del dedo, ocasionando que emitiera un grito fuerte y un tanto chillón.

-¡Duele! Lo siento, no quise tirarte al suelo. En estos momentos me gustaría ser una poco menos distraído. -Algunas lágrimas se asomaban en sus ojos. Con vergüenza en el rostro, levantó un poco su cabeza.

-No te preocupes. Creo que yo debería estar un poco más atento. Debería haber avisado que estaba aqui. -Ccino dejó las bolsas que llevaba en el suelo y ayudo a Ink a levantarse. Sacó un pañuelo y se lo entregó.

-¿Ccino? Encerio lo lamento mucho, no debi haberte tirado. Estaba concentrado en esta espina... Un segundo... -Toco un poco su dedo, el ardor provocó que sus ojos se cerraran -¡Ugh! Por algún motivo el mundo está en mi contra hoy. No quiero molestarte pero, ¿No tienes algunas pinzas?

-En estos momentos no. Pero hay algunas dentro. Sígueme.

La luz iluminaba fuertemente. Pero no lastimaba los ojos. El interior cuando estaba vacío era lindo, habían detalles que no había notado la primera vez. El techo y paredes eran de un tono crema; uno más oscuro que el otro. Al igual que los manteles y alfombras; estás tenían unos detalles marrón. Lo primero que pensó Ink, fue que su amigo tenía una extraña adicción al color crema, pero pese a eso, resaltaba muy bien.

Detrás del comedor, estaba la cocina, oculta tras una pared. Ink se sentó en la isla que había en el centro. Todos los electrodomésticos eran nuevos, o a lo mejor estaban bien cuidados, ya que brillaban y no tenían raspones. Esperó, hasta que Ccino volvió con unas pinzas en las manos.

-Estas las usamos para añadir algunos detalles en el café o en los postres. No son especiales para tratar heridas, pero espero que te sirvan.

-¿No te las ensuciaré? No quiero que compres otra solo por una espina.

-En primer lugar, no es solo una espina. Esa herida se puede infectar y no quieres saber lo que pasará después.

-¿Qué pasará después?

-No lo sé. Pero por esa razón no quieres saber. Y segundo, tenemos un máquina de esterilización al otro lado de la cocina. ¿La vez? Entonces se arreglará fácilmente.

-Ok. Gracias. Si tienes algún problema, no dudes en contar conmigo.

-Claro. -Acomodó la pinza en la herida -¿Estás listo?

-Si, pero. ¿Tu sabes cómo hacer esto?

-No. Pero veremos qué tal sale.

-Claro. Espera... ¡No no no, para!

-No, a la una.

-¡No! Ccino, detente.

-A las dos.

-Padre nuestro que estás en el cielo...

-A las ¡Tres!

-¡Ahhh! ¿Eh? No fue para tanto.

-Pff, debiste escuchar tu grito. Parecía al de una niña. Al parecer tengo futuro como médico.

-Quitar una espina no es tener futuro como médico -Aun seguia ofendido con Ccino por lo que había dicho hace un momento. -¡Además, no grito como una niña!

-Si. Claro. Está sangrando un poco, espera un rato.

Ink, temeroso, decidió dar una vista a su dedo. Cómo había dicho, estaba sangrando y había un pequeño agujero en medio, dónde antes estaba la espina.

Ccino había vuelto y puso una bandita estampada con gatos.

-Estas las usamos cuando nos quemamos con la hornilla o el horno.

-Bueno, ahora tengo más datos de cocina que me servirán cuando aprenda a hervir el agua. -dijo con tono irónico- Una cosa. ¿Sabes que cosa mía o de mi gusto podría darle a alguien para revelarle mi identidad?

-Eh... Creo que no entiendo muy bien, ¿Quieres que te ayude a pensar en alguna cosa que revele tu identidad?

-Si, exacto. ¿Alguna idea?

-No lo sé. ¿Algo que te guste? Podría ser la vainilla. Siempre vienes aquí y compras un pastel de vainilla.

-Esa...es...una excelente... ¡Idea! - Levantó los brazos en señal de alegría. -Se lo podría dar mañana.

- Seguro, te lo puedo preparar uno por la tarde. Pero en algún momento me tienes que decir quién esa persona. Y una cosa, ¿Podrias ayudarme a llevar estas bolsas hasta mi casa? Son un tanto pesadas y no quiero volver otra vez para traer las demas. Claro, si no es molestia.

-Seguro. Me ayudaste con esa bendita espina. Es mi turno de pagarte.

-Gracias.

Ambos salieron de la cafetería con bolsas en manos, aunque Ink solo podía llevarlas con una mano, tenía la fuerza suficiente como para llevar tres al mismo tiempo. La casa de Ccino no estaba tan lejos. Solo a tres calles de distancia del local. En el camino conversaban sobre sus vidas para conocerse más. En todo el tiempo de su amistad no habían hablado de más temas que sus intereses y gustos. Aprovecharon ese momento para mejorar su confianza. Aunque uno de los dos omitia algunos detalles y guardaba secretos al otro.

Ink termino de despedirce de Ccino en la puerta de su edificio, pero pudo escuchar unos gritos amortiguados por las paredes provenientes dentro del departamento.

-Ok, ahora por dónde es el camino... Demonios, ya me perdí. -Hablaba para si mismo. -Esto me tomara un largo rato.

~~ • ~~ • ~~

Prendió la luz de la entrada de su casa y se adentro a la sala de estar. Pudo ver a su hermano; un poco nervioso, guardando algo en una caja para luego cerrarla con candado.

-Hola... Zeph.

-Oh. Hola Ink

-Hermano, que es lo que guardaste hace un momento.

-Nada. Dime ¿Que es lo que hiciste hoy para volver con una venda el mano, y espinas?

-Nada. Solo me tire en un rosal. No es importante. ¿Mamá ya llegó?

-Si. Y por esa razón tenemos que curarte antes de que baje para saludar. Si es que lo hace.

-Tranquilo, enserio. No pasa nada. Solo son algunas marquitas.

-Eso no es lo que pensará ella si es que te ve. Voy por el botiquín. Espérame un momento.

Cuando confirmó que estaba solo. Fue directamente hacia la caja que su hermano tenía hace unos minutos antes. La levantó y sacudió un poco para adivinar lo que había en el interior. No era más pesado que un empaque de azúcar; pero sonaba un poco fuerte cuando tocaba la base de la caja. La dejo allí cuando escucho los pasos de Zephyr o su madre aproximarse.

-Sientate en el sillón y quítate la campera.

Ink obedeció sin reclamar. Se había quitado toda la ropa de la parte superior de su cuerpo y se sentó dando la espalda a Zephyr, que comenzaba a desinfectar las heridas.

El cuerpo de Ink tenía múltiples manchas en forma de espirales un tanto más oscuras que su color de piel. Estás eran a causa del exceso de melanina que había en algunas partes de su tórax, brazos y piernas. No eran nada perjudicial para su salud, y pese a que algunos lo molestaban por sus marcas, a él le gustaba tenerlas.

~~ • ~~ • ~~

Estaba sentado en la silla frente a su laptop. Zephyr ya había terminado de curarlo, y como suponia, su madre no bajo para verlo o saludarlo. Sospechaba que estaba cansada como la mayoría de las noches

Ya había ingresado a la cuenta de su "amigo". Este estaba en línea.

Decidió escribirle algo. Lo más probable era que tenía dudas sobre lo que habia ocurrido.

Error_Crayon8137

-Wenas \:D/

-Ya viste el contenido de la cajita?

-Si...creo que ya lo viste –w–

-Y que me dices, ya sabes quién soy?

-Ya para de hablar!!

-Yo creo que, en este caso, es escribir

-No te hagas el más listo, maldita anomalía!!

-Okok, ya me callo :3

-...

-Si, ya lo ví.

-Soy el único que piensa que esto es extraño?

-Si, eres el único uwu

-Ya cállate, cállate que me desesperas

-Isqui no me tienes paciencia

-Pero que--

-Por favor Dios, dame paciencia, que si me das fuerza, LO MATO

-Creo que eso es un tant---

-Ok, tu sigue

-A lo que iba, no sé si ese pedazo de tela está embrujado, o me mandaste algún tipo de maldición.

-Está limpio siquiera?

-Obvio que si... No me creas alguien que no limpia sus cosas

-Solo es un pedazo de la bufanda que uso siempre...

-Vez? Lo usas siempre, quien dice que la lavas

-Yo lo digo. Entonces...sigues con el juego?

-Si me confirmas que no eres un maldito psicópata o acosador que busca atraparme para sus fines malevolos, si

-Cómo te podría confirmar que no soy un psicópata o acosador?

-No lo sé, mandándome una foto o audio quizás

-Claro

-Un momento...

-Estas usando la psicología inversa, no caeré tan fácil, creo.

-No te mandaré ninguna foto u audio mío, si lo hiciera se acabaría el juego

-Demonios

-Bueno, cuál es el siguiente lugar al que tengo que ir.

-Ah, si... Emmm...conoces la cafetería que está llena de gatos?

-Si, la debes conocer, te ví alli la anterior vez.

-Espera... Tu me viste otra vez?!. Que te pasa estúpido acosador

-Y eso debería ser una cosa la cual no debí haber dicho.

-Y. Hey! No soy un acosador. Fue pura casualidad.

-Siento que estás observandome por la ventana

-Que no lo soy, maldita sea

-Ha! Te hice decir una mala palabra, no eres tan inocente como parecidas.

-Quien dice que soy inocente >:V

-Ok, a lo que iba, en las mesas que están fuera del establecimiento, allí estará la siguiente pista, llega antes que otra persona se la lleve.

-Otra persona? Estas acosando a más?

-No. Que estás pensando? Puede que alguien se la lleve solo por querer llevársela

-Además no tengo la hora.

-Cierto, la anterior me olvidé dártela...perdón.

-Que patético

-Ok, está bien a las... Cuatro de la tarde?

-Déjame revisar mi horario

-Jaja, mira como me río

-Técnicamente no puedo ver

-Touche

Inmediatamente termino de escribir. Corrió a su cama para hacerse una bolita con las sábanas.

Aún se sentía inseguro por la razón que hacía eso. Pero lo gustaba. Se sentía importante.

Mientras aún seguí pensando, el sueño hizo lugar en sus ojos. Se había dormido con una sonrisa en la boca

~~ • ~~ • ~~

Un pastel recién horneado de vainilla dentro de un empaque de plástico, y una cajita al lado. Ya había acomodado todo lo que iba a ser para Error. Está vez ya tenía un lugar planeado para esconderse y ya estaba listo por si lo veía.

Le hecho una última vista a la mesa y fue directamente dentro de la cafetería. Tomo un par de binoculares de la recepción y se camufló entre todos los gatos que estaban en la esquina cerca de la cocina. Algunos caminaban encima de su cabeza y otros lamían su cara.

Estuvo una hora en esa posición con algunos gatos frotando sus colitas peludas y bien cepilladas en su nariz. Ink hacia lo posible por no estornudar y hechar al caño su plan, otra vez.

Error había llegado con una sudadera negra con capucha. Y su mascota agarrada de una correa. Ink lo había reconocido por qué tenía las manos en los bolsillos y su característico aire de inferioridad. Ahora sabía que tenía un perrito a su cuidado.

Sacó la tapa de la cajita. Está vez solo había una carta dentro.

"Por alguna razón tengo una adicción a la vainilla y las cosas basadas en esta. Te deje un pastel, si quieres puedes probarlo y unirte a mi secta de apreciación a la vainilla"

Error tomó el pastel junto con el tenedor y, cuando estaba a punto de probar un pedazo, se había escuchado un estornudo proveniente del interior de la cafetería.

Todos los gatos que habían puesto sus colitas en las fosas nasales del albino salieron disparados hacia dentro de la cocina.

Ink ya no podía aguantar las ganas y lo expulsó todo de una manera fuerte y un tanto brusca. El mismo se asusto y se fue corriendo hacia el interior de la cocina junto con los gatos. Cerro la puerta de un portazo.

Error dejo el pastel y fue hacia dentro del establecimiento. En dirección a donde todas los clientes miraban. Cuando estaba cerca de abrir la puerta, Ccino intervino su paso.

-Creo que sabes que está área es solo para los empleados.

-¿Entonces porque un cliente acaba de entrar?

-Seguramente era un cocinero.

-No tenía uniforme.

-No creo que sea importante.

-Supongo que si yo entro también no será importante.

-No lo será... ¿Que es eso? Si no me equivoco es tu mascota. Alguien se la está llevando.

-¿Blacy? -Su voz sonaba preocupada y salió caminando hacia el exterior.

Ccino entro a la cocina y le hizo señas a Ink para que saliera por la puerta que daba hacia el exterior. Asintió sonriendo y corrió hacia la calle.

Error había vuelto serio y con un enojado semblante.

-Esta amarrado a un árbol. No entiendo tu truco. Pero ahora no evitarás que entre ahí dentro.

-Claro puede entrar si tiene tantas dudas.

A su alrededor no había nadie aparte de los cocineros que lo miraban extrañados.

Fue en dirección a su pastel y volvió a su casa avergonzado.

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