Capítulo 2
Día 63 del apocalipsis.
Día 66 de su despedida.
Justo en ese momento, odiaba a los vivos.
Por culpa de un pequeño grupo que apareció de improvisto en el pueblo y que cargaban con dos que fueron mordidos, una mujer y un niño.
El niño, muy a su pesar, era una carga, debido a que no podía correr por sí mismo, estaba cerca de la muerte.
La mujer aún resistía e intentaba ayudar a los otros dos que iban con ellos, los mordedores cercanos en la calle los seguían.
Desafortunadamente, se vieron acorralados por su imprudencia de intentar entrar en una de las edificaciones, en la repostería a la que solía ir a comprar unos cupcakes que eran de su gusto.
Lograron entrar, sí.
Pero en dicho lugar habían más, por lo que se convirtieron en comida para los muertos.
Los gritos eran ensordecedores, logrando llamar la atención de todo aquel que se encontrara en el pueblo.
Justo cuando ocurría ese acontecimiento, hizo uso de sus auriculares y de su celular. Tenía la batería al 80% e intentó no usarlo en esos dos meses en lo posible.
Pero lo necesitaba, no tuvo que ver la escena para saber que estaba pasando en la calle, quería intentar distraer su mente y controlar sus lágrimas.
Debido a la presencia abundante de mordedores en la calle frente a su casa y detrás de la misma, decidió quedarse ese día y partir al siguiente.
Lamentablemente, no pudo dormir decentemente esa noche por culpa de su sueño. Ahí estaba, intentando silenciar los gritos con sus canciones favoritas.
Al terminar la tercera canción, los gritos cesaron, pero los gruñidos continuaron.
Ahora no estaba segura, cuantos días tendría que esperar.
Llevaba cerca de dos meses sola, más tiempo del que creyó que sobreviviría desde que tuvo conocimiento de lo que pasaría.
Por eso mismo tenía varias reservas de comida, agua, medicinas y productos femeninos. Podría quedarse en ese lugar y sobrevivir hasta que todo se acabara pero no quería eso.
Quería verlo de nuevo.
Saber que se encontraba vivo.
Sonríe por ese pensamiento tan simple.
Debía disfrutar de los pequeños detalles, como la única foto que había logrado tomar de un Daryl distraído arreglando una motocicleta en el taller en el que trabajaba.
Esa fotografía existía desde la segunda semana en la que se conocieron oficialmente y cruzaron palabras por primera vez.
Era curioso como había observado a ese tosco hombre mientras trabajaba en el taller.
Notó como evitaba congeniar demasiado con las personas, generando más curiosidad por ese hombre.
Al recordarlo, se convence aún más de que tenía que encontrarlo.
.......
Día 64 del Apocalipsis
Día 67 de la separación
Todo fue gracias a la imagen del CDC ardiendo en llamas producto de su propia autodestrucción.
Vivió cada una de las emociones a flor de piel como si hubiese estado encerrada en el edificio con el contador acercándose peligrosamente a cero.
Todas esas emociones la azotaron un día antes. Las calles cercanas estaban infestadas y dudaba poder salir ilesa con las mochilas que pensaba llevar consigo.
Se obligó a quedarse por ese día en la seguridad de esas paredes.
Esa vista, la estaba empujando a salir sin importar lo que pasara.
Estaba demasiado emocional para arriesgar su vida.
No tomaría decisiones racionales, todas estarían influencias por sus emociones. No necesitaba eso en ese momento si quería encontrarlo.
.......
Día 65 del Apocalipsis
Día 68 de la separación
Aprovechó que aparecieron otras personas para escapar mientras ellos hacían el trabajo completo de señuelos para la mayoría de los mordedores.
Se disculpó mil y un veces por usarlos como carnada.
Quizás al ser la única loca que usaría esa oportunidad para correr hacia dirección al bosque, le permitió llegar intacta, luego de tener que matar a un par de caminantes.
En lo posible, en todo ese tiempo, evitó usar sus armas, llamaría la atención de los muertos y no estaba en condiciones de huir con sus mochilas.
Mucho menos, enfrentarlos por si sola.
Para su fortuna, el automóvil que había conseguido en Atlanta no fue asaltado por lo que pudo guardar sus mochilas. Entró a la cabaña asegurándose que no hubiera nadie, revisa por última vez algo que pudiera llevar consigo que pudiera ayudarle a Daryl, tomó algo de su ropa y encontró algunas flechas que no dudó en empacar.
Su último sueño, le demostró que se alejaban de Atlanta.
No estaba segura hacia donde irían, pero debía dar el paso para volver hacia esa ciudad infernal.
Quizás durante el camino, podría enterarse de su nuevo destino.
Condujo hasta el lugar del campamento, encontrando algunos mordedores rondando por el lugar, encontró una nota y un mapa que estaba dirigida a un hombre llamado Morgan, indicándole que irían al CDC, siendo firmada por alguien llamado Rick.
Deja todo en su lugar y decide alejarse de la carretera de Atlanta, pasando la noche en el automóvil.
A mitad de la noche, se despertó sobresaltada por la imagen que sus sueños le habían mostrado. Una niña de unos doce años siendo mordida por un mordedor.
No le gustaba tener que ver las muertes de las personas y mucho menos, de niños que tendrían que aprender a sobrevivir en un mundo tan cruel.
Le costó, su mente vagaba una y otra vez en el recuerdo, finalmente, pudo volver a reconciliar un poco el sueño que había perdido.
.......
Día 66 del Apocalipsis
Día 69 de la separación
Al despertar sonríe por la fuerte conexión que se seguía manteniendo.
Ahora tenía un lugar al cual dirigirse.
El Fort Benning.
Se perdió unas dos veces ese día.
Quizás debió quedarse con el mapa que había encontrado en la antigua base del campamento.
En un nuevo camino que había tomado, sacrificó una pequeña mochila con comida por tener -todavía- un corazón noble para dárselas a una familia de tres personas.
Le rogaron que les permitiera ir con ella, pero se negó. No quería hacerse cargo de más supervivientes.
Dejó de conducir esa noche.
No obtuvo nueva información.
Solo un desafortunado sueño de un niño de unos diez o doce años recibiendo un disparo por accidente luego de admirar un ciervo.
.......
Día 67 del Apocalipsis
Día 70 de la separación
Al fin había logrado ubicarse y en el camino, tuvo la mala fortuna de ser casi asaltada.
Usando el término casi, porque por primera vez, hizo uso de uno de sus cuchillos para asesinar a dos personas.
Se había detenido para llenar el tanque del automóvil y comer algo, no había comido decentemente esos días a pesar de contar con alimentos suficientes.
Sentía que iba por el camino correcto, la calidez en su pecho había aumentado un poco a comparación de los días pasados.
Justo cuando iba a subir para continuar su camino, dos hombres aparecieron con la clara intención de robar cada una de sus pertenencias y por su puesto, aprovecharse de una mujer que intentaba sobrevivir sola.
Aunque no deseaba que la tocaran, siguió sus órdenes hasta cierto punto. Cuando le quitaron una de sus armas y uno de sus cuchillos, al creer que estaba indefensa, bajaron la guardia y mucho más por verla tan sumisa.
Nunca se esperaron que reaccionara tan rápido, sacando un cuchillo de la puerta abierta del copiloto y se lo clavara al hombre que la había manoseado en la cabeza.
El segundo hombre, retrocedió en un ligero estado de shock por su reacción, dándole unos segundos para usar el pesado cuerpo moribundo como escudo de la ráfaga de balas que no tardaron en aparecer.
Pudo evitar varias, pero no pudo sostener lo suficiente el cuerpo, siendo alcanzada por una de las balas en su hombro, era tal la adrenalina que ignoró por unos segundos el impacto, el dolor y el líquido carmesí brotando de la herida para lanzar el cuchillo en contra de su enemigo.
Logró herirlo y que soltara el arma.
Los disparos debieron advertir a los muertos cercanos, por lo que no podía quedarse mucho tiempo.
Corre para alejar el arma, toma el cuchillo que se enterró en su abdomen, lo saca sin tenerle piedad y vuelve a enterrarselo en medio de los ojos un par de veces.
Se aleja y cae sentada asimilando la acción que acababa de cometer.
Nunca creyó que cometería un asesinato tan rápido y... cometió dos homicidios en un mismo día, con casi nada de tiempo de diferencia entre cada uno.
Mira sus manos llenas de sangre, deja caer el cuchillo de su mano.
Comenzaba a entrar en pánico, el efecto de la adrenalina disminuía por lo que la herida de bala comenzaba a hacer de las suyas.
Estaba en medio de la nada.
Toca el orificio de entrada y busca el de salida, tocando su músculo omóplato.
No encontró nada.
Había quedado dentro de su cuerpo, muerde su labio inferior por el dolor que sentía.
Rogaba que la bala siguiera entera.
Mientras batallaba con sus nuevos demonios por haber asesinado a esos dos hombres, hace uso de sus conocimientos en primeros auxilios para atender la herida.
La dejaría en su lugar. No la sacaría. No estaba en una buena posición para escarbar en su hombro para retirarla.
Esperaba estar cerca del sitio que buscaba para poder ser atendida o en su defecto, hacerlo por sí misma, estando en un lugar más seguro.
Limpia y desinfecta la herida, coloca varias gasas sobre el sitio, usa esparadrapo para fijarlas. Fue un poco difícil hacerlo sola y a sí misma, sintiendo la disminución de la movilidad en su brazo derecho pero se obligó a trabajar rápido, estaba perdiendo tiempo valioso y luz del día.
Al lograr dejarla en su lugar, corta la manga de su camisa y la amarra alrededor de su hombro para hacer mayor presión.
Recupera sus cuchillos y pistola, quedándose con las armas de los difuntos.
Sube a su automóvil y se permite procesar por lo que acaba de experimentar, siendo interrumpido por el dolor de su hombro.
Toma un analgésico oral para ayudar a disminuir el dolor.
- Por un demonio- masculla frustrada, estaba cansada, adolorida y se sentía estúpida.
Estúpida por perseguir a un hombre que en definitiva no sentía lo que ella estaba sintiendo.
Estaba persiguiendo una esperanza que no quería dejar morir y le sería imposible, si aún tenía indicios de que estaba con vida.
- Debí haberme quedado en mi departamento esa madrugada- deja caer su cabeza sobre el manubrio del automóvil- No era necesario ir a la maldita ciudad que sabía que sería bombardeada...- continúa quejándose de sus acciones- Mas vale que estés con vida Daryl Dixon o nunca voy a perdonártelo.
Quizás no debía culpar al hombre por sus acciones y aceptar lo que había provocado por sus decisiones pero... En ocasiones era más cómodo culpar a un tercero para sentirnos mejor.
Lo que estaba haciendo en ese momento.
Respira profundamente en un intento de tranquilizarse. Al lograrlo, agradece la terapia de relajación y continúa su camino.
Mientras conducía tuvo que detenerse en seco por la imagen que se reproducía frente a sus ojos.
"- Rick te necesita ya- una mujer en un caballo y un bate de béisbol en la mano dijo esas palabras.
- Ow ow ow ow- escucha esa voz que reconocía muy bien, más sin embargo, no podía verle, observaba desde su perspectiva- No la conocemos, no puedes subirte ahí- otra mujer ignora sus palabras y sube al caballo.
- Rick dijo que había otros en el embotellamiento, retrocedan, a 3 kilómetros está nuestra granja, con un buzón que dice Greene- habla la jinete- ¡Vamos!- dicho esto, se aleja cabalgando"
Parpadea un par de veces, intentando orientarse.
Una granja.
Sonrío después de varios días que había detestado con su ser subsistir.
Principalmente ese día que estaba viviendo actualmente.
Por fin sentía que estaba más cerca de su objetivo.
Al caer la noche, se detiene, comprueba el estado de su herida, come el contenido de una lata de sopa, toma un poco de agua y toma un nuevo analgésico.
Agradeció por esa noche, la imagen de una hermosa flor blanca con centro amarillo.
Necesitaba algo diferente que no incluyera balas o muertes.
Esa flor fue como una relajante brisa de primavera después de mucho tiempo.
.......
Día 68 del Apocalipsis
Día 71 de la separación
Abre los ojos, al escuchar estruendos contra su ventana. Se sobresalta asustada al ver a dos mordedores golpeando el vidrio en un intento por alcanzarla.
Sintió como el alma le bajó al suelo por el susto provocado por los muertos, observa por las ventanas del automóvil, el cielo comenzaba a aclararse.
Seguía la ventana intacta al igual que ella.
Insulta a los mordedores por interrumpir su sueño.
Enciende el vehículo y verifica el tanque, podía seguir un par de kilómetros para alejarse de ellos.
Conduce hasta que logra ver un embotellamiento.
Siente su corazón acelerarse, podría haber llegado al punto que fue mencionado por la chica en el caballo.
Desciende de su transporte con precaución, con su arma asegurada en la parte trasera de su pantalón y sus cuchillos a cada lado de sus caderas.
Revisa un poco el lugar, encontrando un letrero en el parabrisas de un automóvil que mencionaba el nombre de Sophia y algunas latas de comida.
Sintió como su estómago se revolvió debido a eso.
Esperaba que no fuera la misma niña con la que había soñado dos noches atrás.
De ser así, ya no estaría viva por la mordida que recibió. Aunque, no estaba segura de saber si seguía vagando por el bosque o la pudieron encontrar a tiempo antes de que se convirtiera por completo, esperaba que pudieran haberla matado antes de eso.
Se aleja y vuelve a su automóvil.
Llena nuevamente el tanque con la gasolina, aún tenía un par de bidones de reserva que no quería desperdiciar.
Al guardar el bidón de gasolina y encerrarse de nueva cuenta, se detuvo a pensar un poco. Se sentía optimista, llena de esperanza, lo que la hacía feliz.
Revisa su herida, había sangrado pero era manejable.
Realiza la debida curación, cambia las gasas, las fija y vuelve a hacer presión con la manga de su blusa. Toma de nueva cuenta un analgésico y disfruta de la sensación del agua en su garganta.
No se toma un momento para descansar, da la vuelta y conduce tres kilómetros para seguir el camino.
Dió gracias por no perderse y de encontrar el buzón que decía Greene.
Siguió el camino y a lo lejos pudo observar una casa y también, algunas carpas un poco retiradas del edificio. Vió varias personas pero no pudo distinguirlas del todo.
Pudo notar que todos se pusieron alertas al ver el automóvil, esperaba que no estuviera entrando de forma descuidada y directa a la boca del lobo.
Esperaba que fueran personas decentes y razonables... O que por lo menos, lo fueran.
····~~~~····
En el momento que avistaron el automóvil en la propiedad de Hershel todos se pusieron alertas y avisaron a Rick quien estaba dentro de la casa junto a su hijo.
El ex sheriff sale con rapidez seguido de su esposa quien le dió aviso.
Permitieron que el automóvil se acercara y se detuviera. Los que se encontraban en el lugar se acercan mantienen su distancia por la creciente desconfianza que sentían.
Rick se acercó un par de pasos más antes de que la puerta del conductor se abriera.
Una mujer desciende del vehículo.
Su rostro se veía cansado, unas grandes ojeras adornaban la zona baja de sus ojos, se veía pálida y lo que generó mayor desconfianza en ese momento, fue la sangre seca que tenía sobre su blusa y brazo.
- ¿Quién eres?- le pregunta Rick con desconfianza.
Antes de responder, nota como la mujer observa a cada uno de los presentes, la ve suspirar decepcionada, como si no estuviera la persona que deseaba encontrar.
- ¿Puedes hablar?- pregunta nuevamente llamando su atención.
La mujer se lleva las manos al rostro, refregandolo un poco, pasa una de sus manos por su cabello, levantando un poco los cabellos que se pegaban a su frente debido al sudor.
- Un momento- la voz de Carol interrumpe los pensamientos y acciones de todos- Ese anillo, ¿No es el anillo de Daryl?
Rick al escuchar esto no duda ni un segundo en acercarse a ella y tomarla con cierta rudeza de la muñeca derecha, provocando un alarido de dolor por parte de la desconocida.
La mirada iracunda de la mujer le genera ciertos escalofríos.
- Te puedo pedir de la forma más amable que me sueltes, idiota.
No esperaba que esas fueran sus primeras palabras, pero, había logrado romper la tensión del ambiente.
Ignora sus palabras y le quita el anillo del dedo.
- ¿De dónde sacaste este anillo?- le cuestiona mientras evita que se lo arrebate de las manos.
- Es mío- responde enojada, dispuesta a corretearlo para obtenerlo de nuevo si hacia falta.
- Uno de mis compañeros hace uso de este mismo anillo- le aclara Rick con seriedad- Salió hace unas horas de la granja y justamente apareces con el mismo anillo, ¿Entiendes lo que te digo?
La desconocida ignora su insinuación, su atención estaba completamente enfocada en recuperar el objeto.
T-Dog en un intento por alejarla de Rick, se ubica detrás de ella y con cierta rudeza, la toma del hombro derecho provocando nuevamente que grite de dolor.
No había comido adecuadamente los últimos días, había perdido sangre desde el día anterior y la poca agua que había probado fue para la toma de analgésicos.
Sumándole las pocas horas de sueño diarias, estaba deshidratada por la falta de líquidos y la pérdida de sangre, hambrienta y lo único que le importaba más que su vida, era recuperar el anillo.
La chica se queda inmóvil unos momentos.
Lo que siguió después los tomó por sorpresa a todos.
La desconocida le da un codazo en el estómago a T-Dog, alejando su agarre y sacándole el aire por el fuerte golpe. Paso seguido, se abalanzó contra Rick para obtener de vuelta el anillo.
Al intentar alejarla, el objeto cae al suelo, por lo que ambos se lanzan a intentar tomarlo.
La chica lo recupera pero no dura demasiado en su poder porque Andrea logra ubicarse detrás de ella y noquearla, dejándola inconsciente.
- Estaba bajo control Andrea- le dice el líder del grupo- No era necesario que la noquearas- recupera el anillo.
- Se abalanzó sobre tí- intenta excusarse- Deberías darme las gracias.
- Aunque no quiera aceptarlo- la voz de Lori llama la atención- No estamos seguros de donde viene y si es una amenaza.
- Tenía el anillo de Daryl- continúa Carol con cierto nerviosismo- Y por lo visto, quería recuperarlo a cualquier costa.
- ¿Qué acaso son unos inconscientes?- pregunta indignado Dale quien había tardado en aparecer con ellos, llegando en el preciso momento en que la rubia golpeaba a la desconocida- Está herida y lo único que hacen es plantearse si es una amenaza.
Se agacha para poder llegar a la mujer, con la clara intención de ayudarla.
- Es cierto- apoya T-Dog después de recomponerse del golpe- No sabemos que tipo de herida pueda ser, si fue mordida o fue Daryl quien...- es interrumpido por la voz del implicado en el problema con el anillo.
Daryl había vuelto de su expedición de búsqueda de Sophia, sin rasguños o heridas aparentes.
- ¿Qué mierdas están hablando de mí?- pregunta, todos voltearon en la dirección de la voz.
- Daryl, ¿Estás bien?- se atreve a preguntar Andrea inspeccionando con su mirada cada rincón de su cuerpo.
- A menos que quieras una flecha en la cabeza, deja de mirarme de esa forma- le amenaza molesto, aún no había notado a la persona que se encontraba inconsciente.
Lleva su mano derecha hacia la correa con la que mantenía colgada su ballesta a su espalda.
Todos por autoreflejo observan su mano.
El anillo que estaba generando discordia se encontraba en su dedo anular derecho.
- Oye Rick- le llama Dale quien ignoraba la situación al no tener conocimiento de lo que pasaba- Será mejor que dejen el interrogatorio para después, hay que hacer algo para ayudar a esta chica, su herida no es una mordida.
Los ojos azules de Rick se desvían hacia la desconocida y luego hacia Daryl quien observaba confundido la escena frente a él.
Estaba ubicado a una distancia considerable de ellos y por fortuna -que deseaba que así fuera- Dale ayudaba a esconder su rostro, esperaba que no fuera la esposa del cazador, porque, de ser así, un simple puñetazo en la cara no sería lo único que recibiría por atacarla y dejarla inconsciente.
Daryl notaba que nadie se atrevía a hablarle ni a moverse de su sitio. Dirige su mirada al suelo notando un cuerpo ahí tirado. Frunce el ceño por las palabras de Dale.
- ¿Mujer herida?- se acerca a ellos- ¿Hubo un ataque mientras no estuve?
Silencio.
- ¿Acaso los caminantes les comieron la lengua?- se burla- ¿Por que no res...?- se interrumpe al reconocer un tatuaje familiar que sobresalía del borde del pantalón de la mujer, era un pequeño atrapasueños.
Suelta la correa de su ballesta y acelera el paso, empuja a todos en el lugar sin importarle quien fuera.
Abre los ojos al reconocerla.
Era ella.
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