Capítulo 5.
Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, los créditos son para sus respectivos creadores.
—Las personas de hace rato... ¿usted las conoce? —indagó mientras continuó contemplando a la dama en esa tranquila noche.
—Solo al más insoportable. —Contestó ella. —Fue mi amigo hace tiempo, ahora solo es un ser rastrero que detesto, después de todo se convirtió en un criminal. —Confesó con un tono de total desprecio, así que no había duda de sus declaraciones. Una vez más no supo qué responder, regresó la mirada al frente y miró el cielo, pero no permaneció así mucho tiempo, porque decidió continuar indagando en todo lo que hoy había ocurrido.
—La propuesta de esa persona... ¿va a acceder a ella? —preguntó Gokú, pero ella ni siquiera le ofreció una mirada como respuesta, se limitó a continuar viendo las luces lejanas del pueblo por unos instantes hasta que decidió hablar nuevamente.
—¿Tú querrías traer a tu abuelo de regreso? —ella devolvió la pregunta con esa cuestión, poniéndole en la misma situación de ayudar a un horrible criminal a cambio de poder ver a esa persona una vez más, acertaba completamente si esa fue su intención, sin embargo no todos sufren una angustia sofocante por una decisión de ese tipo.
—Aunque quisiera, creo que no es lo correcto —después de esos breves momentos de silencio ofreció esa respuesta. —Mi abuelo murió protegiendo a muchas personas, al final no podría reprochar ese destino, porque morir por konoha y proteger al país era su deber y lo respetaba, quitarle eso sería egoísta de mi parte. —dio a entender la forma en que las cosas pasaban a través de sus ojos y ahora fue ella quien no evitó mirarle con algo de intriga. —El abuelo decía que los ninjas solo siguen las reglas, no importaba qué tan horribles puedan ser, las cumplirían al pie de la letra, vivía por y para el país de fuego, pero pensar en salvaguardar las vidas de las personas que quieres era suficiente para soportarlo, si vivió y murió cumpliendo eso, supongo que debo respetarlo. —declaró nuevamente con voz suave y melancólica, esa respuesta hizo abrir los ojos de la rubia mujer que no de todo no esperó esas palabras, pero más que eso un par de dudas más nacieron y quiso aclararlas inmediatamente.
—Si estás tan seguro de qué murió, ¿por qué simplemente dijiste que no regresó más? —indagó ella evitando continuar con el tema de Orochimaru y mostrándose bastante intrigada por el abuelo de este chico.
—Es de esa forma —dijo él. —sabe, puedo sentir una punzada en cada persona, el día en que él murió la sentí desaparecer lentamente, no tuve el valor de ir en ese momento, siempre esperaba a que el abuelo regresaría sano y salvo, pero no fue de esa forma. —Confesó, una declaración bastante extraña, pero no cuestionó nada, solo se limitó a escucharle. —Las personas relataron que aquel día las hojas de papel cubrieron ese pueblo, todos huyeron, pero los ninjas no retrocedieron, ese era el escuadrón de mi abuelo. —relató mientras suspiró con pesadez y extendió su vista de regreso al firmamento. —No he podido entender eso, pero dicen que esas mismas hojas les atraparon y no les permitieron escapar nunca más... —susurrando continuó y quién sabe de verdad a lo que se refería con todo esto, pero su punto de vista parecía chocar con lo que tsunade sentía en el fondo, porque a diferencia de él, ella siempre ha añorado tener a las personas que se le fueron arrebatadas de regreso.
—No conozco a su amado, ni mucho menos a su hermano, no conozco nada del mundo ninja, así que soy un ignorante, pero siempre he pensado que como todo lo que he visto, debe ser injusto, todo lo que existe es injusto —Terminó de decir y después de suspirar se puso de pie y regresando a la casa dejó a la mujer sola en esa noche fría, no parecía dejarlo en evidente, pero estaba claro que una extraña ira se apoderaba de él, una ira que se ha estado cultivando desde hace mucho.
Visitantes - Capítulo 5.
Las horas mañaneras parecieron esfumarse, no recuerda nada, el alba y todo cuanto hasta este instante se perdió, pues no recuerda nada y o único que podía hacer era mirar a la mujer que pronto se marcharía.
—Supongo que aquí termina todo, gracias por la ayuda. —Tsunade decidió hablar una última vez antes de abordar en el barco y desde que se conocieron, estas parecían ser las palabras más suaves y gentiles que pudo escuchar de ella.
Él sonrió aunque no de la manera más animada que hubiera querido, se sentía mal sin haber podido ayudar con el pesar que agobia a la persona que tenía al frente, no la volvería a ver seguramente como sucede con cada extraño que visita el pueblo y eso debía ser la causa de su poco ánimo.
—Yo quería darle esto... —él habló antes de que Tsunade abordase el vehículo y extendió una pequeña flor tallada en madera, era una perfecta imagen de la orquídea que nacería en el equinoccio de otoño y ella apreció el objeto con la mirada varios segundos. —Mi abuelo lo hizo. —explicó sosteniendo de él una pequeña cadena brillante.
—Es hermoso... —No pudiendo evitarlo soltó ese débil comentario y sus dedos se extendieron y tomaron el pequeño objeto.
—Sí, es muy bonito, pero nada dura, así como los pétalos de fuego —dijo él y ella le prestó atención por esa frase inesperada. —Pero es nuestra decisión preservar la belleza de las cosas. —Una sonrisa más radiante se presentó y acompañó el resto de declaraciones que de él salían, no era un chico normal en lo absoluto, no era algo que hubiese visto con anterioridad y vaya que tuvo tiempo para hacerlo. Cualquiera pensaría que la humildad y gentileza era su razón de ser, pero no era así en lo absoluto y ella lo sabía cuando se encontraba con esa oscura retina que brillaba, con esa sonrisa y calma que inesperadamente le envolvían y pensó lo mismo que el hombre, no lo volvería a ver y era una lástima, porque este sitio le ha entregado una tranquilidad que hace tiempo no vivía, ese era el recuerdo que le acompañaría por lo que le resta de vida.
—Son Gokú... que extraño nombre —Se bufó ella sonriendo y acarició la mejilla del hombre. —Eres estúpidamente amable. —musitó y casi como si fuese su regalo de agradecimiento acercó sus labios rosas y depositó un beso en la frente del chico. —Cuídate...
—¡Lady tsunade dese prisa! —llamó Shizune desde el vehículo y su Mentora le ignoró por algunos momentos, mientras buscaba decir algo más, pero ninguna palabra nació de ella y así se giró y caminó hacia el bote que le sacaría de esas pobres tierras.
—Adios Gokú-san! —Se despidió la mujer de cabellera morena y el cerdo también gruñó desde el borde del barco y así, en menos de lo que creyó les perdió de vista.
los días pasaron y todo fue tal cual como lo había venido siendo, en su mente perduraba el recuerdo de la inesperada visita que nunca en años había tenido, fue por poco tiempo, pero todo entonces pareció cambiar completamente, no podría esperarse menos de alguien que ha vivido en completa soledad, y esa mujer de pronto parecía ser lo más llamativo que ha podido ver, no simplemente limitado a su belleza, porque aunque admitía que era realmente hermosa había más de ella que le ha cautivado, pero debería olvidare de ese extraño sentimiento pronto y dejar todo como una buena experiencia, pero quien sabe si realmente el destino podría permitírselo.
Un día como cualquiera alguien llamó a su puerta, se sintió curioso por percibir dos presencias extrañas al otro lado de la madera y más aún que vinieran tan lejos en donde ningún camino llevaba a algún lado y preso de la intriga se acercó y abrió.
—¡¿Oye viejo, realmente piensas que esa mujer estaría en un lugar como este?! —cuestionó el niño utilizando ese tono que causó el fastidio del mayor.
—Ya cierra la boca mocoso y déjame hablar! —le regañó sin importar que gokú estuviese frente a ellos, no les conocía de ningún lado pero tampoco parecían ser malos.—Hola, buenos días! —Amigablemente, la persona que se paraba al otro lado del pórtico le saludó, él tenía un cabello blanco que no sabría decir si era así naturalmente o se debía a la vejez, las ropa que vestía decía que era un ninja seguramente y junto a él, un niño cuyo rostro sólo expresaba aburrimiento y sobre su frente la banda ninja de Konoha relucía.
—¿Necesita algo? —él preguntó rascando su cabellera ignorando las discusiones que se presentaban frente a sus ojos..
—Sí, verás... —habló el adulto mientras buscaba algo entre su ropa. —Estamos buscando a una persona y me preguntaba si podría ayudarnos —continuó hablando mientras seguía rebuscando. —Las personas del pueblo dicen que la vieron junto a usted hace algunos días —declaró y enseñó un afoto con un rostro bastante conocido, pues en el papel, la figura de aquella mujer apareció.
—¡Pero si es... !—Balbuceó y sin pedir permiso arrebató la foto de las manos del hombre que perplejo parpadeó varias veces ante la acción del joven.
Pasaron los momentos y el hombre batalló por recuperar la foto que se le fue quitada y ahora los tres varones sentían cierta tensión teniendo aparentemente un asunto bastante grande del cual hablar.
—¿Entonces usted forma parte de esos tres legendarios Sannin? —indagó mientras observaba con algo de angustia por la explicación del hombre.
—Efectivamente jovencito, soy conocido como el gran sabio del monte myoboku, ¡Jiraiya el grande! —proclamó animadamente mientras levantaba el rostro con aires de grandeza, sin embargo el niño junto a él no parecía concordar con esa descripción.
—Ya deje de mentir, usted no es nada de eso, ¡usted es un viejo pervertido! —reprochó y esa declaración hizo que el autoproclamado Jiraiya golpease fuertemente la cabeza del muchacho rubio.
—¡Te dije que te callaras Naruto, deja que yo hable! —regañó y luego tosió un par de veces ignorando el anterior comentario, sin embargo las cosas parecían estar lejos de terminar.
—¡Ya deje de estar diciendo tonterías! —exclamó Naruto. —¡me hizo caminar a este maldito lugar abandonado por Dios buscando a una persona que ni existe! —continuó alegando aún sobando su cabeza, realmente parecían que no se llevaban muy bien, pero ante esas ideas erróneas Gokú interrumpió.
—¡la señorita Tsunade si existe! —aclaró gokú poco contento por las especulaciones del niño Rubio y todo volvió a quedar en silencio por unos instantes.
—Vaya, entonces sí que pareces saber dónde está... —supuso Jiraiya entrecerrando su mirada. —¿Podrías decirnos dónde está? Necesito hablar urgentemente con ella. —explicó después, sin embargo el rostro del joven pelinegro no parecía muy de acuerdo con esa declaración, después de todo ya una persona con ese título había causado mucho mal y no solo en el pueblo, había visto los estragos que su presencia y sus propuestas causaron el la Rubia dama.
—¡No se lo diré! —Con seria voz respondió a las peticiones de Jiraiya que desconcertado levantó una ceja. —No los conozco y no sé cuáles sean sus intenciones con ella. —Aclaró inmediatamente, sin embargo el chico de la cabellera rubia se puso de pie y señaló con enojo a Gokú.
—¡¿Oye idiota, no sabes cuánto hemos viajado para encontrar a esa mujer?! —interrogó sosteniéndolo de su ropa e intentando agitarle, pero ni ello ni otra cosa logró intimidar al chico.
—No y no me importa —Respondió sin más solo causando la cólera en el niño que inmediatamente fue apartado y separado por Jiraiya.
—Ya cálmate mocoso y deja que yo hable! —nuevamente regañó y aclaró su voz para hablar una vez más. —Este es un asunto muy importante y realmente necesitamos encontrarla, hemos estado siguiendo su rastro desde hace ya varias semanas sin poder encontrarla, pedimos amablemente su cooperación. —Explicó calmadamente, pero ni ello parecía haría hablar al chico, ellos no parecían ser malas personas, pero fiarse de alguien era desconocido después de todo lo que ocurrió no era una buena idea.
—Tsunade San ha tenido muchos problemas y no puedo permitir que más personas intenten lastimarla. —Aclaró solo causando cólera en el niño y ahora incluso hasta en jiraiya por mantenerse en esa posición.
—Oye no debes actuar como si quisiéramos hacerle daño, ¿Insinúas que hay alguien más detrás de ella con esas intenciones? —indagó el Sannin después de haber escuchado esa declaración comenzó a especular lo peor.
—Pues claro, otro de esos Sannin vino a buscarla. —Confesó señalando a Jiraiya. —Destruyó parte del pueblo, por lo que me explicaron es un criminal muy buscado, aunque no recuerdo su nombre... —Continuó y tal confesión despertó la intriga del Sannin.
—¿Era orochimaru? —repentinamente dejó ese nombre a flote y los ojos de Gokú se abrieron al reconocer el nombre de tan detestable ser, Jiraiya pudo comprobarlo en esa mirada que expresó repulsión y entonces comprendió que había dado con el clavo.
—Así es, si también son criminales deberían irse. —afirmó el joven, no quería tener problemas y mucho menos enfrentarse a ninjas, sin embargo tales palabras causaron una vena de rabia en el adulto y en por supuesto que en el niño también.
—¡¿Qué dijiste estúpido?! —Reclamó Naruto ante tal suposición que insultaba a su persona.
—O-oye un momento, yo no soy un criminal! —aclaró el Sannin. —¡No me confundas con Orochimaru, yo soy más guapo y mucho más apuesto! —vociferó apuntando a Gokú con su dedo, verdaderamente tenían mucho de qué hablar.
—¿Entonces no son criminales? —preguntó Gokú mientras servía algo de té a sus nuevos visitantes.
—¡Qué bien, ya tenía hambre! —de forma animada Naruto tomó la bebida y acompañó con un gran trozo de pan, ese parecía ser el momento en que dejaría a los adultos hablar tranquilos.
—Claro que no, somos ninjas de konoha y hemos sido enviados a buscar a Tsunade —Afirmó él tomando calmadamente la bebida. —Pero me sorprende que no supieras quién soy yo, ¿Tsunade no te comentó algo al respecto? —indagó curioso, pero el joven negó levemente con su cabeza. —En cualquiera de los casos, Ahora que sabemos que no somos los únicos que buscamos a Tsunade debemos actuar cuanto antes, si orochimaru necesita algo de ella podría proponerle cualquier cosa, no podemos arriesgarnos —informó, una noticia que concordó con lo que Gokú había visto y escuchado hace unos días.
—Entonces, ¿puedo saber para qué la buscan? —preguntó nuevamente y los visitantes se miraron entre sí antes de responder, parecía no querían comentar algo, pero estando tan cerca de su objetivo deberían hablar.
—El tercer hokage ha muerto y ella ha sido nombrada quinta hokage. —Confesó y la impresión no tardó en llegar al joven que incrédulo parpadeó un par de veces ante semejante noticia. —Necesitamos encontrarla lo antes posible, Konoha carece de un líder en estos momentos y esa ha sido la decisión del consejo de ancianos, hemos salido en su búsqueda para llevarla de regreso a la villa oculta entre las hojas. —Perplejo gokú se quedó sin palabras, no esperaba nada de esto ni tampoco algo que se asemejase, porque la persona que tuvo frente a sus ojos no podía resultar alguien con tan peso para el mundo, resultaba de alguna manera irreal.
—La hokage? —preguntó nuevamente y Jiraiya respondió positivamente.
—Es un asunto de importancia bastante grande, la noticia del deceso del tercero no tardará en llegar al resto de naciones y con Konoha vulnerable las cosas no pintarán bien... —explicó el Sannin dejando en claro cuan importante era la situación en la que se encontraban, ahora Gokú debía decidir si cooperar con la causa o rehusarse y no ayudar.
—Ella tomó un barco hacia el siguiente pueblo rio abajo. —Al fin habló, si de verdad era tan importante no podría esconderse cosas, además él no era nadie para cuestionar lo que pasaba, en un inmenso mundo él simplemente era un individuo más que tuvo la suerte de encontrarse a ella, alguien tan importante que ahora comprobó que podía haber visto más de lo que él seguramente haría, una mujer que ostenta tanto reconocimiento como para ser nombrada con ese título que solo alguien poderoso podría tener.
—Vaya, así que ese es el paradero de tsunade, nos tomará tiempo ir hasta allí... —murmuró el sabio y Naruto resopló aburridamente.
—No es necesario. Podrían tomar el mismo barco mañana, y descansar un poco, yo los llevaré hasta el puerto. —Amablemente ofreció su ayuda a los viajeros que seguramente estarían agotados, quién sabe cuánto viajaron para llegar hasta estas fronteras y pudo comprobar sus suposiciones cuando el rostro del niño expresó estar de acuerdo con esa idea.
—Bien, si es de esa forma estaría bien recorrer un poco este sitio en busca de información sobre orochimaru —Habló Jiraiya poniéndose de pie. —Agradecemos tu ayuda y tu amabilidad. —Dijo después mostrando respeto hacia el joven.
—No puede ser, ¿tenemos que caminar de regreso al pueblo? —frustrado Naruto preguntó y jiraiya suspiró pesadamente, Gokú miró a esos ninjas marcharse poco a poco y se cuestionó lo inesperado que esto había sido y suspiró levemente antes de encaminarse hacia el bosque, debía despejar su mente de todo esto que estaba pasando, pero todo fue igual que los últimos días, la percepción del tiempo era distinta, poco recordaba de lo que hacía y actuaba automáticamente, se preguntó dónde estaría Tsunade y qué estaría haciendo, se preguntó si ya le habría olvidado, porque este lugar y él no lo harían.
Nadie comprendería la causa de su angustia, ni él mismo lo entendía, solo era una persona más que cualquiera podría dejar de recordar en poco tiempo, pero para él no era así y a veces repetía inconscientemente ese nombre, miraba una y otra vez ese rostro sereno pero rudo, la recordaba bajo la lluvia amarga de esa noche, su fuerza y su carácter, tal vez porque simplemente no volvería a encontrarse con alguien igual.
Sin embargo tal vez eso no era la primera y única cosa que acontecería en ese tranquilo lugar que era su hogar, porque desde un árbol cercano un visitante les acechaba, oculto bajo las tinieblas que arrastra el anochecer y silencioso como un espectro, sus plumas apenas si reflejaban la luz de la luna y desde una de sus cuencas un ojo destellaba en sangre, pues era tan rojo que parecía brillar y sus deformadas aspas miraban directamente a su objetivo, quién sabe qué o quién miraba a través de él.
Fin del capítulo 5.
Bueno shavos perdón por tardar pero aquí está el capítulo de esta extraña historia.
Comenten y Voten si les ha gustado, no olviden dejar sus opiniones y nos estaremos viendo en el próximo episodio, Bye.
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