Capítulo 14
El sol era aún brillante y el calor abrumador, lo suficiente para tomarse bien la idea de darse un refrescante baño en el rio, pero lo que Gokú tenía planeado era bastante diferente.
—¡No puedo más, la corriente es muy fuerte! —exclamó el Uchiha apenas pudiendo respirar por la forma en que el agua le golpeaba, pues nadar contra corriente no es algo precisamente algo fácil de hacer, y peor aún cuando a unos pocos metros, una gran cascada derramaba el líquido en una extensa caída.
—Vamos, ni siquiera han pasado 15 minutos.—Gokú le anunció mientras arrojaba un anzuelo en un sitio tranquilo. —Tienes que resistir mucho más, si no tienes la resistencia y fuerza para este pequeño entrenamiento nunca lograrás vencer a los Akatsuki.—Anunció, pero aún con ello los brazos del joven perdían poder y avanzar se tornaba imposible.
—¿Por qué tengo que hacer esto? ¿Cómo se supone que me hará más fuerte? —cuestionó arrastrado poco a poco por la fuerza del rio.
—Estás entrenando tus músculos, necesitas más control sobre tu cuerpo, un poco de estrés va a ayudarte mucho.—Explicó y observó al joven uchiha desesperarse, inevitablemente cediendo y aproximándose al borde hasta que al fin se precipitó por las alturas y se chocó contra el siguiente tramo del rio.
Momentos después el joven jadeaba en la orilla mientras sacudía su mojado cabello siendo observado por un pensativo Gokú.
—Esto es absurdo su entrenamiento es el más raro que haya visto.—Exclamó tosiendo por el agua que logró infiltrarse en sus pulmones.
—Debes entender la forma en que el agua fluye y luego intenta adaptarte a su movimiento.—Le indicó. —Si te precipitas de esa forma no conseguirás un ritmo indicado, te dejas abrumar por la presión y te agitas demasiado, eso significa que tampoco tienes un buen control sobre tu propia respiración, ahora ve allí e inténtalo de nuevo.—le indicó apuntando su dedo, y aún con dudas el chico no tuvo más opción que acatar las órdenes de su ahora maestro, pero pensar que esto sería lo más "absurdo" era un completo error.
Un par de horas más tarde, el chico tambaleaba en la copa de un gran árbol donde apenas si contaba con el espacio suficiente para pararse en un solo pie mientras sostenía un delgado palo, objeto el cual equilibraba algunas vasijas en cada uno de sus extremos.
—Recuerda que no debes usar chakra, de lo contrario el entrenamiento no tendría sentido.—advirtió mientras él comía una pequeña bola de arroz siendo visto con desánimo por el uchiha.
—Mi cuerpo está cansado y duele, sin usar chakra no podré mantener el equilibrio mucho tiempo—explicó en tanto sudaba por evitar que los objetos cayesen y él junto con ellos.
—Debes estabilizar tu cuerpo sin importar la situación.—Explicó. — de esa forma tus movimientos conseguirán un balance preciso y tu cuerpo se adaptará a muchos más movimientos sin importar qué tan complicados sean.—Continuó, pero al parecer no importaba cuanto el niño se esforzara, al final terminó resbalando y cayendo desde lo más alto.
—Estoy agotado... —Sasuke murmuró.
Aunque se empeñase en recordarlo, estaba muy seguro que incluso los ninjas de las ridículas mallas verdes no harían este tipo de entrenamientos, comenzó a cuestionarse si esto había sido una buena idea.
—Mañana nos veremos en la salida de Konoha a las 3 de la mañana.—ante esa información, un desconcertado chico le señaló en confusión.
—¿Por qué tan temprano y por qué en ese lugar? —buscó saber, porque ante las situaciones vividas el día de hoy; podría intuir que nada bueno le esperaba y al menos sus suposiciones podrían ser bastante acertadas.
—debemos continuar, esto apenas es el principio.—relató y detuvo sus pasos para ver directamente al hermano de Itachi. —Por cierto, aún no sé tu nombre. —resaltó frotando su cabello, recordando que ese era un dato el cual nunca buscó saber, claro, ahora que era su alumno no podía ignorarlo.
—Mi nombre es Sasuke Uchiha.—respondió el chico cruzándose de brazos.
—Bien, nos veremos Mañana Sasuke.—finalizó y se dio media vuelta tomando un rumbo totalmente distinto.
Mentiras - Capítulo 14.
—Me pregunto si hay algo interesante para cenar... —murmuraba mientras observaba las calles de la villa. Aún le costaba trabajo guiarse y tampoco es que se haya empeñado en recordar cada sitio que ha transitado, de todas maneras no pudo continuar vagando en el asunto, pues un par de manos le sorprendieron y le cubrieron sus ojos.
—¿Quién Soy? —le preguntó entre risas y Gokú compartió el gesto.
—Ya sé que eres tú Anko.—Gokú habló y la mujer finalmente le liberó. —¿Qué haces por aquí? ¿también estás buscando algo para cenar? —con una actitud curiosa se aventuró a preguntar.
—No en realidad, me asignaron una misión de vigilancia, al parecer hay unos Ninjas vándalos en algunos pueblos vecinos.—respondió. —Con lo último que ocurrió no puedo darme el lujo de que los subordinados de Orochimaru vuelvan.—explicó con más cautela y ambos comenzaron a caminar juntos.
—Vaya, eso es genial.—Resaltó Gokú y luego se acercó un poco más a la chica. —Oye Anko ¿crees que puedas llevarme contigo? —preguntó bastante curioso y sorprendió a la mujer por su inesperada petición. —la ultima vez fue divertido, esos tipos eran muy fuertes y tenían jutsus y técnicas extrañas, quisiera poder combatir a más de gente.—expresó con algo de emoción que no hizo más que sembrar dudas en la Mitarashi.
—¿Dices que quieres pelear otra vez contra ellos? —le interrogó y él contestó positivamente con su cabeza. —Sí que eres extraño. No lo sé, puede que me meta en un problema, aún es pronto —respondió con dudas, sin embargo, sonrió despreocupadamente como si todo le diera igual. —Pero qué más da, eres fuerte y me vendrías bien.—concluyó y le tomó de su brazo.
—¡¿Hablas en serio Anko?! —con emoción preguntó.
—Así es, Ven vamos a patear traseros chico fuerte.—exclamó con ánimo y Gokú finalmente creyó que podría dejar atrás los aburridos trabajos de lado, finalmente podría ser un ninja como su abuelo.
La oscuridad aún se posaba sobre el cielo y las estrellas comenzaban a morir en el este, por la luz que se avecinaba en esa dirección.
—Bien, es hora de trabajar! —Gokú exclamó con emoción y empezó a estirar su cuerpo. y Sasuke frotó sus somnolientos ojos ante lo que tenía frente a sus ojos intentando entender la situación en la que estaba.
—¡¿Trabajar?! —exclamó perplejo. —¿Me despertó a esta hora para trabajar? ¡El sol ni siquiera sale!—Se quejó molesto por esta que parecía ser una broma de mal gusto, pero nada más lejano a la realidad que debería afrontar.
—Así es, esta será una buena manera de ejercitarnos.—Respondió, y señaló unos grandes troncos de madera que reposaban en el suelo. —Cortaremos la madera y entregaremos los leños a sus respectivos destinos.—informó.
—¿Y cómo se supone que lograremos todo esto? No veo por aquí ninguna hacha—le preguntó absorto y confuso por el escenario que le recibía, pues esto parecía ser de todo menos un entrenamiento, sin embargo, la respuesta se fue entregada cuando observó a Gokú tomar sin alguna clase de esfuerzo uno de los gigantescos troncos.
Completamente perplejo presenció ese acto que hasta hace poco cualquiera creería imposible, y todo fue más allá de sus expectativas en el instante que Gokú lanzó por las alturas el enorme leño antes de ir detrás del objeto. Lo siguiente que pudo ver fue las pilas de madera descender de las alturas y apilarse ordenadamente sobre el suelo, casi como si un truco de magia estuviese ocurriendo frente a sus ojos.
—I-imposible...—Musitó anonadado por tal capacidad que ese chico mostraba, y de alguna forma comprendió todo, entendió por qué alguien como él sería el único capaz de mostrarle el camino para matar a quien fue su hermano, pero también consideró que alcanzar una fuerza de tal magnitud era imposible.
—¿Sabes algo? a veces no necesitas jutsus impresionantes, solo un buen golpe.—Gokú comentó sacudiendo sus manos y desde ese punto, Sasuke dejó de verlo con dudas, desde entonces algo dentro de él le impulsó a seguirle.
Ese era uno de tantos días en que su rutina se repetía, al menos desde que optó por tomar este duro oficio, inesperadamente firmar papeles por horas llegaba a agotarle mucho más que cualquier trabajo físico, pero de vez en cuando tenía una de esas inesperadas distracciones, hoy era una de esas ocasiones.
—Hola Tsunade ¿Cómo has estado? —Esa voz interrumpió su trabajo, y mirando hacia la ventana logró encontrar la figura de su amigo.
—Así que por fin has vuelto.—Respondió y finalizando con un suspiro continuó trabajando. —Supongo que debo preguntar; ¿Cómo te fue? —indagó algo desinteresada como siempre. Parecía estar más frustrada por su labor.
—Fue un viaje muy interesante, pude hacer mis "investigaciones" y posiblemente logre publicar muy pronto mi siguiente libro.—Relató, algo que solo causó un rostro de molestia en Tsunade, ya debía saber que su compañero habría estado espiando quien sabe cuantos baños termales.
—Cómo está Naruto ¿finalmente logró dominar el rasengan? —preguntó buscando cambiar el tema por algo más relevante.
—Aún tiene algunos fallos, pero supongo que es algo que incluso alguien como él lograría arreglar.—informó y sonrió. —¿Quieres que nos veamos hoy? podemos ir a beber algo. —Propuso en un tono más pícaro que como siempre, no fue correspondido.
—Tengo mucho trabajo. —excusó la senju, pero esa no era una opción a aceptar.
—créeme, miré muchas cosas, estoy seguro que querrás saber más sobre mi viaje.—le sugirió y su sonrisa se apagó anunciando que detrás había algo de suma importancia, saber de quién se trataba no fue difícil.
Una botella de saque fue puesta sobre la mesa, y Tsunade fue la primera en servir el liquido sobre las vacías copas.
—Perdón por esto, uno nunca sabe quien puede estar escuchando.—argumentó jiraiya con sus mejillas enrojecidas.
—Si te molestaste en esto, supongo que es algo importante, así que ve al grano.—contestó la rubia mujer que con su habitual gana de beber tomó el alcohol con mucho gusto.
—Vamos Tsunade, al menos podrías preguntarme cómo estoy.—contestó el sanin entre risas y luego suspiró antes de dar un sorbo al alcohol que tanto le agradaba y luego, un silencio alimentó el suspenso que nació. —Puede que tu chico sea más importante de lo que crees... —finalmente confesó y los ojos miel de Tsunade mostraron impacto por la información.
—Explícate.—Solicitó.
—Fui al monte Myoboku, busqué información y consulté sobre la condición de ese joven, nadie pudo darme una respuesta. pero hubo alguien que escuchó de algo similar. —relató y su tono se tornó profundo. —los relatos se remontan a la época donde Rikudo Sennin caminaba entre los hombres, hay escrituras que hablan sobre un poder que va más allá de chakra, individuos que gozan de una energía muy distinta a la nuestra, brota de ellos y destruyen todo a su paso. —En ese instante, los ojos del varón miraron fijamente a Tsunade, expresando una preocupación que hace mucho no tenía, y luego miró hacia los lados antes de extraer de su bolso un par de pergaminos que extendió sobre la mesa.
—¿Qué es esto? —intrigada buscó entender lo que Jiraiya quería decir.
—Está escrito en la lengua del monte Myoboku, Hay un pasaje antiguo y relaciona a quien es conocida como Kaguya, la Diosa conejo.—prosiguió y Tsunade prestó bastante atención. —Es un cuento, pero en esta versión dice que descendió a la tierra buscando detener una amenaza, seres que utilizan un término ambiguo y describe su poder.—explicó y señaló la línea que estaba citando, un símbolo que solo podía entenderse si se sabría desglosar ese idioma, incluso eso no bastaba.
—¿Qué significa? —interrogó ante el silencio que procedió.
—Podría denominarse como "fuerza vital"—Respondió.
—¿Fuerza vital? —repitió intentando tener una explicación más clara.
—Es el término más literal que pude encontrar para la lengua antigua de los Sapos, sus archivos son muy anticuados y quien sea que lo escribió tiene la letra muy fea.—aclaró y suspiró con pesadez. —lo cierto es que habla de un poder que ya existía mucho antes de que el sabio de los seis caminos esparciera el ninjutsu por el mundo, es posible que una energía diferente prevaleciera antes del chakra.—concluyó.
—Un momento, ¿Estás consciente que estás tomando como referencia un cuento? —Tsunade habló poco convencida, porque no importaba cuan meticulosa fuera la investigación de Jiraiya, todo se basaba en una especulación.
—No diría que son solo cuentos, el sabio vegete me confirmó que la información vino del mismísimo Rikudo sennin.—confesó y eso bastó para que el rostro de la mujer cambiase totalmente su expresión, poco sabía de los acontecimientos que giran en torno al monte myoboku, pero lo que sí era seguro; es que el más antiguo de los sapos también era el más sabio entre ellos. —Eso no es todo.—Aclaró Jiraiya y extendió un pequeño pergamino. —me ha entregado una profecía, pero no es para mi.—Anunció y con un gesto incitó a la mujer a tomar el objeto, no era difícil saber para quién era dirigido.
El aura de misterio envolvió a Tsunade y Jiraiya mantuvo fija su mirada en la mujer y detalló cada expresión que la acompañó en el momento que reveló para ella el contenido del objeto, solo encontró sorpresa y angustia, inmediatamente buscó refugio en el varón, porque seguramente en esa lámina de papel no había nada bueno.
—Un dolor está pronto a sembrarse en su corazón, aquellos que añoran el poder le envidarán y codiciarán su fuerza, su hambre traerá dolor y sufrimiento, y será la nieta del primero quien evite un daño irreparable.—Su voz pareció desvanecerse en esa última parte y atónita
—No me mires de esa forma, tampoco debes sacar conclusiones precipitadas.— exclamó y continuó bebiendo como si nada hubiese pasado. —sus predicciones tienen como un setenta por ciento de probabilidad a la hora de cumplirse, así que no te tomes todo a la ligera.—aclaró el sanin, pero a estas alturas, la duda no abandonaría a Tsunade, se le notaba en sus ojos.
—es posible que haya un poder destructivo en Konoha, pero aunque él sea fuerte, no ha hecho nada muy relevante para llamar la atención.—argumentó. —mientras todo continúe así nada cambiará.—concluyó y negó con su cabeza buscando evitar dudar de sus acciones.
—Pero ¿si estás consciente de lo que puede esperarle?.— Interrumpió Jiraiya.—querrán preservar su sangre, y el resto de las aldeas verán la desventaja militar, las acciones y represalias que van a tomar no serán muy favorables para él.—con un amargo tono habló y Tsunade entrecerró sus ojos, en el fondo parecía darle la relación a su ex compañero de equipo.
—Es posible que su abuelo no lo haya estado marginando, sabía algo que nosotros no, algo que seguramente deba permanecer oculto.
El par de varones caminaban tranquilamente por el espeso bosque que rodea la villa de la hoja, Gokú cargaba un canasto sobre su espalda siendo seguido por el Uchiha, más adelante en un pequeño claro se detuvieron.
—Bien, hoy tenemos tiempo libre, así que haremos otro tipo de entrenamiento. —Anunció Gokú. y las expresiones de Sasuke se fruncieron con victoria.
—¿Finalmente me enseñará a combatir? —preguntó con impaciencia. Parecía que por fin dejaría el anterior y aburrido entrenamiento atrás para aprender los movimientos y técnicas que ese hombre posee, pero para su infortunio debería esperar aún más.
—Claro que no, aún hay mucho en lo que debes trabajar. —respondió y buscando entre sus cosas sacó una bola de arroz que terminó entregando al joven.
—¿Qué es esto? —siseó confuso.
—Bien, el siguiente paso que debes hacer es huir.—informó y de su canasta extrajo un gato gris que ronroneaba plácidamente.
—¿Qué es lo que planea ahora? ¡no entiendo! —demandó saber y la primera respuesta que tuvo de Gokú fue una sonrisa desafiante.
—Este es Mizifu, el gato de la señora Nishiri, me lo prestó para esta práctica.—respondió y los ojos del felino señalaron el bocadillo que Sasuke tenía entre sus manos. —Es un animal muy hábil y rápido, si logras llegar hasta el otro lado del bosque sin perder tu almuerzo, prometo que te enseñaré a pelear.—declaró y la sorpresa en el Uchiha no se hizo de esperar.
—¿Me está tomando del pelo? —cuestionó, pero Gokú negó. —De acuerdo, pero cuando vea que esto es inútil dejará de subestimarme.—Exclamó y se puso en posición, en su mente esto sería demasiado fácil para cualquiera, incluido Naruto.
—Yo no me confiaría, Mizifu es muy rápido.—Gokú contestó sonriendo burlonamente. Y sostuvo al felino que ya hubo fijado su mirada en el bocadillo. —En sus marcas, listos, ¡fuera! —anunció y los pasos del chico dieron inicio, pero bien ni pudo parpadear antes de sentir que sus manos estaban vacías, comprendió que este sería un largo camino.
—Con permiso... —Gokú murmuró y un poco extrañado se adentró a la oficina del hokage.
—Buenos días Gokú-san.—Shizune le saludó, junto a ella estaba Ton Ton y tras el escritorio Tsunade.
—¿Quería verme? —preguntó dirigiéndose a la quinta que suspiró.
—Así es, esta mañana Anko me habló de tu desempeño.—Confesó. —Me he enterado que has estado acompañando a Anko en misiones que no te corresponden. —Afirmó y para corroborar sus declaraciones, Gokú se exaltó. —Se me ha informado que te adaptas al ambiente y sigues las reglas, Anko no parece tener problemas.—prosiguió y a preocupación de Gokú pareció esfumarse en ese instante.
—¿Eso quiere decir que aumentará mi rango y me asignará misiones más importantes? —Preguntó con emoción, tanto que se deslizó por el escritorio en búsqueda de una respuesta, un movimiento que causó algo de gracia en Shizune, era muy evidente que Gokú quería avanzar en su nuevo camino como Shinobi, pero el querer no es sinónimo de lograr.
—No, aún es muy pronto.—Fue la respuesta de la rubia mujer que desconcertó a los dos jóvenes en el recinto.
—¡¿Qué?! —ambos pronunciaron por esa respuesta que cambió toda expresión del recinto.
—Debes ser paciente, incluso los jóvenes deben asistir por varios años a una academia Ninja, No te quejes.—reprendió con su dura actitud. —Tampoco tienes permitido embarcarte en misiones de un rango más alto, tú y Anko recibirán una falta la próxima vez que ocurra.—advirtió y Gokú solo se limitó a verle completamente incrédulo, buscando saber por qué todo continuaba de esta forma.
—¡Lady Tsunade eso no es muy justo! —Shizune discutió buscando entender el por qué de tal absurda decisión. —Está haciendo méritos para demostrar que puede avanzar, ¿por qué no considera su esfuerzo? —le cuestionó, pero lo único que Tsunade le dirigió fue su silencio, de hecho ignoró a los dos y se centró más en su trabajo.
—Es porque no tengo chakra ¿verdad? —Gokú preguntó con una voz apagada, sus puños se apretaron y descendió su mirada con decepción logrando ganarse la atención del Hokage una vez más.
—Ya te dije que eso no tiene nada que ver.—Respondió la Senju con su fría actitud, misma que cambió cuando él tomó la banda ninja que se ataba en uno de sus brazos y la dejó sobre su escritorio.
—Pero Anko dice que estoy listo, ¿no se supone que ese era el propósito? —él discutió. —Usted dijo que yo podría convertirme en un ninja, ¡si no puedo hacerlo no tiene que continuarme mintiendo!.—Finalmente concluyó y con ese disgusto decidió abandonar la sala, así como su sueño de poder seguir los pasos de su Abuelo.
Fin del capítulo 14.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top