Capítulo 13

con fuerza se sostuvo del pecho del varón y logró reincorporarse, desvió la mirada avergonzada evitando verle.

—Perdón por eso, creo que yo también bebí más de la cuenta.—explicó Shizune apenada por su torpeza, aún debiendo sostenerse de este hombre por el mareo repentino que comenzó a atormentarla.

—No es nada.—él contestó y a pasos lentos reanudaron su trayecto, aún extrañado por la sensación que significó estar tan cerca de una mujer.

 Por un momento no supo qué decir y como actuar, ambos de hecho, pues lo que vino después fue un silencio profundo que reflejó sus inseguridades.

En toda su vida recorrida, ninguno de los dos recuerda haber compartido alguna relación, menos en estos tiempos donde los terrenos para cultivar aquellos sentimientos son infértiles y estériles, allá afuera, en ese mundo que espera a cada ninja, solo hay penas, aún así, en esta noche no había mal augurio que les impidiese no sonreír, y de ahí esa pequeña risita nació.

—¿Sucede algo? — se mostró curiosa ante el inesperado gesto y decidió preguntar.

—No es nada, recordé la noche en que nos conocimos.—respondió con esa sonrisa sincera, la dama miró hacia el pasado y concordó con el pensamiento del chico, finalmente compartió la expresión.

—Tienes razón, aunque ya no contamos con la compañía de Lady Tsunade y de ninjas delincuentes.—comentó y ambos rieron por la situación de ese entonces.

Continuaron y continuaron, hasta que finalmente detuvieron sus pasos, pues el destino de la chica hubo concluido cuando llegaron a un pequeño complejo. —Muchas gracias por acompañarme.

—No te preocupes, gracias por acompañarnos.—él respondió .—Hoy fue divertido ¿no lo crees?—le cuestionó y ella esbozó un amable gesto en su rostro. Olvidando el incidente de hace poco, debía admitir que también la pasó bien. —¿sabes algo? es la primera vez que salgo con amigos.—confesó, una pequeña revelación que se ganó la atención de la chica.—Tal vez podamos volver a repetirlo.—propuso, un gesto que llegó a ser tierno, transmitió una sinceridad que Shizune nunca antes había podido sentir en alguien.

—Si, seguramente será así.

una brisa golpeó su rostro, su cabello negro se meció con la débil corriente de aire y ofreció una perspectiva distinta a los ojos del joven, fue como en ese entones, unos luceros profundos y su piel clara resaltaban con el brillo plateado derramándose sobre ella, y en esa forma; una dulce sonrisa se le fue entregada, si en un instante pensó que ella era linda, hoy no supo qué decir. —Nos veremos mañana Gokú.—pronunció finalmente y se giró para entrar a su hogar, aún siendo contemplada por ese joven hombre que le seguía con la vista.

—Si, nos vemos mañana señorita Shizune. 


Anko saltó ágilmente sobre las ramas de los árboles y escondió su figura con cautela evitando ser vista. Sus pasos eran cuidadosos e incluso su respiración era calmada y suave, sigilosa como cualquier otro jounin que intenta interceptar las adversidades, o al menos eso intentaba.

—¡Oye Anko! ¡¿ya lograste encontrarlo?! —el descuidado tono de voz gritó tal pregunta, causa por la cual la kunoichi se volvió eufórica hacia su incompetente compañero.

—¡Idiota, se supone que debemos ser silenciosos! —le reclamó y lanzando una piedra le golpeó fuertemente en la cabeza. 

—Pero aún no me explicas lo que buscamos.—excusó ingenuamente mientras sobaba su frente y caía al suelo sin tener idea alguna de lo que acontecía a sus alrededores, solo seguía a su compañera.

—¡Estamos buscando un animal salvaje! —le explicó. —No sé cuántas veces tendré que repetírtelo.—se quejó frustrada.

—Pero ¿por qué tenemos que complicarnos tanto? —Preguntó aún confuso por la determinación y cautela con la cual Anko actuaba. —He capturado muchos animales salvajes y no es tan complicado.—continuó con un tono despreocupado que solo provocaba más y más a Anko.

—Este no es cualquier animal, es uno salvaje que taca las granjas, llevo días sin poder atraparlo.—explicó y continuó avanzando mirando fijamente los lugares. —Puse varios sensores en el bosque, esta mañana muchos se activaron por esta zona.—informó y dibujó una sonrisa desafiante. —Veamos cuánto más puedes esconderte pequeña rata.—murmuró y continuó con su sigiloso paso, sin embargo, pronto volvió a desconcentrarse cuando un sonido molesto sofoco sus oíos. —¡¿Y ahora qué es lo que te pasa?! —reclamó y se volvió hacia su compañero que abría una bolsa de papel de la cual extrajo un par de bolas de arroz.

—Es que ya es medio día y tengo mucha hambre.—Explico y despreocupadamente se sentó sobre la suave hierva del lugar.

—¡Idiota! ¡¿qué no entiendes que estamos en una misión?! —Dijo totalmente molesta por lo incompetente que Gokú estaba siendo.

—Vamos, no te enojes, mejor ven y siéntate, traje uno para ti.—Contestó y extendiendo uno de los pasteles de arroz buscó convencerla.

Anko miró con algo de duda el gesto.

—Bueno, creo que tienes razón, descansemos un rato.—finalmente concluyó y tomando a comida se sentó junto a su compañero. —Te ves muy apetecible pequeño pastelito, ven con mamá... —Murmuró la kunoichi y aproximó la bola de arroz a su boca, sin embargo, su almuerzo se vio desaparecer en medio de un blanco destello. —¡¿qué ocurrió?! —exclamó y perpleja miró a los alrededores sin entender lo ocurrido, y gokú no es que se mostrase diferente, pues de la misma manera su almuerzo se le había sido arrebatado.

—¡Mira, allí Anko! —exclamó y señaló con su dedo a una rama alta, los ojos oscuros de la kunoichi le siguieron y entonces encontró una silueta recorrer las sombras dejando tras de sí el camino de arroz que devoraba. —Es el animal salvaje!

—¡Finalmente lo encontré, ven aquí lagartija! —exclamó la kunoichi y de sus brazos grandes serpientes emergieron y se extendieron hacia las copas de los árboles buscando atrapar a la criatura, pero la velocidad de la misma parecía ser muy superior, pues consiguió evadir a la mujer con eficacia y continuó corriendo por los alrededores.

—¡Es muy rápido! —Gokú exclamó asombrado y siguió a Anko que fue tras el animal salvaje.

—Regresa aquí! —vociferó y lanzó muchas cuchillas que fueron eludidas de la misma forma, en este punto Gokú no supo si quería atraparlo o cazarlo.

—Tengo una idea, intenta llevarlo hacia la derecha! —Gokú indicó y cambió su dirección, Anko no entendió lo que pretendía hacer, aún así hizo lo que pidió y lanzando un kunai obligó al animal a tomar la trayectoria, y finamente, esta vez fue Gokú quien le acorraló logrando captarle.

—¡Lo tengo! —

—¡Déjame ver a ese maldito animal! —exigió la mujer y con mucha cólera se acercó, mas la respuesta a su duda la dejó completamente incrédula.

"Miau" 

Para su sorpresa escucharon un maullido y en los brazos de Gokú un pequeño gato era acariciado.

—Mira, está suavecito.—comentó Gokú sonriendo y una incrédula Anko cayó de espaldas por tal revelación.

—Un momento, ese es el gato de la familia nishiri.—exclamó perpleja. —lo reportaron como extraviado hace algunas semanas, pero nadie pudo encontrarlo.—relató mientras detallaba al felino reconociéndolo.

—¿Crees que sea la criatura de la que hablabas?—Gokú preguntó.

—No puede ser él, bueno, eso es lo que se supone, un gato de esa clase no causaría tanto alboroto.—

—vamos Anko, no parece tan malo.—Dijo el chico. —solo parece tener hambre, debe ser por eso que ataca las casas cercanas, además es muy rápido.—concluyó mientras continuó acariciando al felino. —Tengo mucha hambre, regresemos a la aldea.—Concluyó y se dispuso a avanzar, sin embargo, su estancia en dicho bosque estaba lejos de terminar.

 antes de que diese un paso más se detuvo en seco, y en consecuencia Anko se estrelló contra su espalda.

—¿Qué sucede? —preguntó la fémina desconcertada por el repentino cambio de actitud del joven.

—No estamos solos.—murmuró y entrecerró su mirada con cautela.—Nos están rodeando... —Informó y extendió su vista por entre los bosques y siguiendo a su sentido que le advertía sobre el peligro desenvainó uno de sus Kunai en señal de amenaza.

—Mierda... —masculló la mujer y espalda contra espalda analizó el lugar. —¿Estás seguro? Ninguno de los sensores se ha activado.—Explicó.

—Son cuatro personas. —respondió. —¡Sé que están allí, muestren sus caras! —Anunció y aún a través de los obstáculos, les señaló fijamente con su fría mirada, sabía perfectamente donde estaban.

Cinco siluetas se precipitaron desde las alturas, y junto con ellas una gran cantidad de cuchillas que buscaron acribillarles, y que la pareja se vio obligada a esquivar. Muy pronto las personas se revelaron frente a ellos, cuatro ninjas jóvenes y niños en su mayoría les miraron con un semblante burlón.

—Pensábamos pasar desapercibidos, pero que mala suerte que hubiese aquí un ninja sensor, para ustedes claro.—Uno de ellos se bufó.

—¿Quiénes son ustedes? —Gokú demandó saber, pero las personas no le respondieron, pero sí que había alguien que parecía saber de quien se trataba.

—¡Son subordinados de Orochimaru! ¡Ustedes participaron en la muerte del tercer Hokage! —exclamó Anko, reconociendo a cada uno de ellos perfectamente, sus dientes se apretaron y el disgusto se expresó en cada rasgo de su cuerpo, Supo de inmediato que aún deberían esperar para concluir con esta misión.



—Esto es malo... —murmuró Tsunade cuando observaba a los sometidos Ninjas del sonido yacer frente a ella, las cosas no mejoraban si se tenía en cuenta que aún siendo unos jóvenes participaron en la muerte de su maestro.

—Aunque eran unos mocosos, debo admitir que eran fuertes.—Anko informó con seriedad. —Su manejo sobre el sello maldito era bastante avanzado, en conjunto habrían sido una amenaza incluso para un jounin, no cabe duda que Orochimaru aún hace de las suyas y Por lo que sabemos, tenían planeado infiltrarse en Konoha otra vez, aún no sé la razón.—concluyó.

—Interrogaremos a estas personas, lo que sea que buscan lo sabremos... —Dijo la rubia. Este era un asunto de vital importancia, no podía permitir que otro ataque por parte de Orochimaru recayese sobre su aldea, aún así, cuando estuvo completamente al tanto, dejó de pensar en eso y observó al joven que más allá se encontraba, entregando al felino que rescataron hace poco.

—¿Qué hay de él? ¿tuvo problemas para desenvolverse? —preguntó y fue fácil saber de quien hablaba, pues su vista se mantuvo fija en Gokú.

—No en realidad, fue bastante eficiente, aún sin jutsus logró someterlos a todos y cada uno.—Informó la kunoichi. —Su sentido sensor es muy avanzado, su fuerza es descomunal y su velocidad sorprendente, no puedo creer que encontrara a alguien como él, su kekkei genkai es único .—resaltó con emoción, aún incrédula por lo que sus ojos presenciaron hace poco, pero en Tsunade, solo podía encontrarse preocupación.

—Lo suponía.—Concluyó y luego miró fijamente a Anko. —si ves algo extraño en él infórmame solo a mi, si esparces la voz lo consideraré traición.—Le indicó y la chica de las serpientes se sorprendió por esa orden, y aún perpleja no tuvo más opción que aceptar.

Resultaba un poco inquietante cuestionarse por qué bastante atención de la quinta residía en Gokú, si era así solo concluyó que aún había bastante más de ese chico que aún desconoce.


Los golpes y movimientos se desataban sobre el campo de entrenamiento, una vez más.

La tarde hubo teñido de su habitual tono la arboleda aledaña y Gokú esquivaba los constantes ataques que buscaban alcanzarle, hasta que finalmente el chico uchiha dejó caer su Kunai y agobiado miró al suelo con impotencia.

—Incluso los movimientos que logro ver son imposibles de seguir, ni llevando mi cuerpo al límite puedo alcanzarlo... —Murmuró jadeante, mirando con incredulidad al hombre frente a sus ojos.

—Ya te lo dije, eres muy directo, además si te basas siempre en mis movimientos es mucho más fácil saber lo que harás.—Gokú resaltó y se preocupó un poco al notar el estado del Uchiha. —No te desanimes, eres muy bueno con las armas, y tienes una gran variedad de jutsus, solo debes mejorar.—elogió buscando que la expresión del joven cambiase, pero fue todo lo contrario.

—No necesito su lástima, si va a decirme que soy un novato dígalo y ya.—Exclamó muy fastidiado y Gokú no tuvo opción más que pensar un poco más la situación.

—Eres lento y careces de una técnica precisa, si solo te quejas no vas a conseguir nada, puedes mejorar mucho si te lo propones, este no es tu límite así que no te frustres.— le animó y le extendió la mano para ayudar a ponerse de pie. —Incluso puede que seas más fuerte que yo a tu edad.—con pequeñas palmadas en su espalda concluyó y ahora sí que la expresión del niño cambió totalmente.

—¿De verdad era así? —murmuró esa pregunta para sí mismo y levantó sus ojos rojos para detallar de mejor manera al hombre. —Si alguien que carece de chakra puede hacerse tan fuerte, significa que él podría hacerlo de la misma forma?.

Era cuestionable y saber la respuesta comenzó a carcomerle, de por sí todos los obstáculos que ha enfrentado no se le comparan a la meta que suponía alcanzar a esta persona, si dos Akatsuki y Orochimaru tampoco pudieron ¿Qué caso tenía seguirse comparando?

—Bien, creo que entrenaré un poco, deberías descansar, gastaste mucha energía hoy.—Gokú le indicó amablemente, porque para él todo esto resultaba divertido, en los pocos días que tuvo la compañía del niño se la pasó bastante bien, pero todo esto estaría muy lejos de terminar, demasiado lejos...

—Enséñeme por favor —le suplicó sorpresivamente.

—¿Eh? —Musitó apenas pudiendo entender lo que el chico dijo.

 —Sus movimientos, necesito anticiparme al sharingan de la misma forma que usted lo hace.—exclamó y apretó sus puños con determinación. —Quiero vencer a Itachi Uchiha a como de lugar y usted me mostrará la forma.—exigió y señaló con su dedo al hombre que perplejo miró hacia atrás buscando a otra persona.

—¿Hablas de Mi? Oye, no puedo enseñarte, no sabría como...—Gokú explicó negando con sus manos.

—¿de qué está hablando? tuvo que hacerse así de fuerte de alguna manera, ni mi maestro pudo hacerle frente a Akatsuki.—Argumentó.

—No es así, mi abuelo me enseñó algunas cosas, pero simplemente se trata de entrenar y perfeccionar tu técnica.—Intentó explicar, pero estaba mas que claro que el chico Uchiha no estaría conforme con eso.

—Entonces enséñeme como, yo cumpliré, no hay problema. —exclamó completamente determinado y no parecía cambiaría de opinión, realmente expresaba su afán de ser fuerte con cada una de sus frases.

—Es que nunca he entrenado a alguien... —Afirmó suspirando y se sentó en la hierba antes de cerrar sus ojos y meditar la situación. —Creo que tengo una idea, Está bien, lo haré —finalmente contestó y una sonrisa victoriosa se dibujó en el uchiha. —Pero debes hacer lo que yo diga sin cuestionar nada ¿Entendiste? —cuestionó y el pelinegro afirmó con un gesto desafiante

—Si, lo tengo claro.—exclamó, sin embargo, pronto entendería por qué Gokú puso esa condición.



El sol se escondió en las lejanas cordilleras, el alumbrado público se esparció poco a poco y los sitios nocturnos comenzaron a abrir.

—¿Tsunade? —Un poco curioso se adentró en la oficina del Hokage, y no pasó tiempo para encontrarse con esos ojos miel que de todo en ese recinto, destacaban más que cualquier otra cosa.

—¿Sucede algo? —

—Vaya, no sabía que trabajabas tan tarde... —Comentó, usualmente visitaba seguido el sitio, pero era la primera vez que lo hacía a esas horas donde la noche hubo prácticamente caído.

La mujer arqueó una ceja y un poco intrigada se apoyó sobre su brazo mirando fijamente al hombre.

—¿Por qué crees que no quería este trabajo? —cuestionó.

—Vaya, ¿quieres que te ayude con algo? —él continuó preguntando. —si solo se trata de llenar esos papeles con esos sellos creo que podríamos terminar pronto.—le sugirió, poco era lo que Tsunade podía intrigarle del joven respeto a su actitud, ya no era secreto que era muy amable y se preocupa por cosas que no le conciernen.

—Ayudarías más trayendo una botella de sake.—Respondió y suspiró centrando su atención en los documentos bajo ella.

—¿Por qué está preocupada? —él indagó y se sentó frente al escritorio de la mujer, era una duda que desconcertó a la misma sanin. —Cuando apareció su compañero tenía esa misma expresión ¿Es Orochimaru lo que le preocupa? —fue bastante certero.

—Eso entre otras cosas.—afirmó y le ignoró.

—Bueno, ciertamente no aceptó este puesto por gusto, pero yo le prometí que le ayudaría.—Gokú recordó y una vez más se ganó la atención de Tsunade, que aunque no se detuvo para escucharle, sí que lo hacía. —No sé hasta donde pueda llegar, pero enfrentaré a todas las personas que busquen hacerle daño a esta aldea.—finalizó y fue cuando la Senju paró y le dedicó una mirada.

—¿Por qué te preocupas tanto por mí? —le interrogó con su intimidante voz. 

—Bueno, ahora que soy un ninja es mi deber ¿no? —contestó inclinando su cabeza entregando la respuesta que creía obvia.

—Exacto, no me resaltes algo que debes cumplir.—afirmó con un tono duro que hizo exaltar a Gokú por lo directa que fue. —Si no tienes algo más que decir vete, estoy muy ocupada.—concluyó y reanudó su oficio.

—Bueno, quería pedirle un favor... —Respondió. —¿Podría conseguirme un empleo de segundo tiempo? me gustaría hacer las mismas actividades que hacía antes de venir aquí.—explicó, una respuesta desconcertante si se tomaba la anterior conversación.

—¿Por qué razón? ¿no te gusta ser un Ninja? —le interrogó algo fastidiada por la extraña actitud del chico, muy diferente a él, no podía saber lo que pensaba.

—No es eso, bueno, aún no termino de acostumbrarme, pero quiero hacerlo por otra razón.—respondió. 

—Especifica, recuerda que tienes deberes con Anko que debes cumplir.

—Lo sé, es por eso que agradecería si fuera en la madrugada.—Explicó levantando su dedo anteponiéndose a las interrogantes de la Hokage. —Respecto a las razones, creo que solo quiero buscar una respuesta a algo que quiero saber... No tiene que preocuparle.—concluyó y esperó paciente por la respuesta de la rubia que no supo una manera de cuestionarle sus respuestas.

—Buscaré opciones y mañana te entregaré una lista.—

—Muchas gracias.—Finalizó y se dio media vuelta, dejando a la mujer en su oficina meditando la situación.

En el fondo sabía que no todo era como lo expresaba, no podía evitar preocuparse por él, incluso mucho más de lo que ella misma podría esperar, y eso le angustió, porque todo lo que tiene impacto en ella, siempre se le es arrebatado, encariñarse con alguien no es algo que se le tenga permitido.

Fin del Capítulo 13

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top