8. "Creando un espacio."

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Claudia.

Insomnia es un club de mucha clase, con grandes decoraciones, muebles modernos y una barra inmensa que se extiende alrededor de todo el primer piso.

Muy sofisticado como el idiota de su dueño.

Aunque esta lleno, hay suficiente espacio para moverse sin rozar a nadie, lo que me parece maravilloso, a todos los clubs que he ido siempre termino aplastada entre la gente.

Gin grita en mi oído, —¡Esto es genial! ¡Es el club mas exclusivo de la ciudad! No puedo creerlo.

Su alegría es contagiosa, así que le sonrío mientras caminamos a la barra, al mostrarle la entrada al bartender, Gin ordena dos bebidas para nosotras.

Esta bien, Claudia, él no esta aquí.

Artemis ha tenido este lugar desde hace tiempo, fue su regalo cuando cumplió 21 años, se que lo dejó a la administración de alguien de confianza mientras el terminaba la carrera y luego trabajaba en la empresa, eso fue lo que me dijo Apolo. Así que, no creo que Artemis venga a este lugar en absoluto.

Cuando recibimos nuestras bebidas, Gin me hace brindar con ella antes de probarla, es algo frutal, con el sabor alcohol fuerte pero tolerable, —¿Qué es esto?

—Se llama Orgasmo.

—Me estas jodiendo.

—Nope.— dice Gin, sus ojos se enfocan en algo detrás de mí, —Oh por Dios.

Ay, no, por favor, que diga que es Artemis.

—¡Es él!

Me giro para ver a que se refiere y veo a un hombre alto, rubio, de cara infantil y un par de ojos verdes, es lindo pero no es mi tipo, su rostro no es para nada mi tipo. El rubio camina un poco más y noto que viene otro hombre detrás de él, oh, es aún más alto que el rubio, de cabello negro y unos ojos negros que pueden intimidar a cualquiera fácilmente, tiene un rostro fuerte y varonil, su cabello desordenado de forma sexy, él si es mi tipo.

—Gin,— tengo que aclarar, —¿Cuál es el que te gusta?

Que sea el rubio, que sea el rubio.

Gin se muerde el labio, —El rubio, él fue el que me dio las entradas.

Que alivio.

El rubio parece reconocer a Gin y se acerca a nosotras, saludando con la mano. Gin me lo presenta, —Claudia, este es Victor, Victor, esta es Claudia.

Sacudo su mano, —Mucho gusto.

Gin y Victor comienzan a hablar, mis ojos siguen al hombre de cabello negro cuando nos pasa por un lado para adentrarse en el club, ni siquiera nota mi presencia. No se que esperaba, se ve como un modelo, en estas fachas no creo que me note.

De la conversación con Victor, supe que él es el administrador encargado que Artemis dejo para este lugar así que él nos lleva a la zona VIP que se encuentra escaleras arribas, es más privado y aunque aún se escucha la música, no tienes que gritar para comunicarte, los tragos los traen a la mesa y todo. Victor esta tratando de impresionar a Gin y por lo sonrojada que se ve mi amiga, esta funcionando.

Con la excusa de que voy al baño, me levanto para darles un poco de privacidad y paso a través de las mesas VIP, llegando a lo que se ve una puerta solo cubierta con cortinas, ¿Qué es esto?

Curiosa, entro y al pasar por cada cubiculo me doy cuenta de que este es lugar donde la gente viene a hacer quien sabe que a las luz de las velas. Juro que escucho gemidos, así que me doy la vuelta para regresar por donde vine pero frente a mi esta él: Ojos negros.

—¿Perdida?

De cerca se ve aún más atractivo, —No.

Sus ojos me escanean de arriba a abajo descaradamente antes de terminar en mi cara, —Tienes un don.

Arrugo mis cejas, —¿Disculpa?

—¿Cómo es que puedes lucir tan bien en ropa tan simple?

¿Pero que mierda...? ¿Eso es un cumplido o no?

—¿Gracias?

—Disculpa, no quise insultar tu ropa solo... quería decir que eres muy bonita.

Tu eres más que bonito, estas como quieres.

Por eso no me gusta beber, el alcohol... saca a relucir mi lado hormonal-sexual-desinhibido y eso que solo he tomado tres tragos.

Ojos negros me da una sonrisa torcida que apuesto le ha conseguido muchas chicas, es sexy, —¿Te puedo brindar un trago?

Odio que el rostro de Artemis venga a mi mente en este momento. Él no me importa, y estoy segura de que yo tampoco le importo, además tiene novia. Él debe estar disfrutando su tiempo con su chica así que, ¿Por qué debo permitirle afectar mi vida personal? Solo tenemos una relación profesional, sus palabras, no las mías.

—Claro.— le digo, siguiendo fuera del salon lleno de gente haciendo de las suyas.

Cuando volvemos a la mesa, Gin esta demasiado ocupada para notarlo, básicamente, porque tiene la lengua de Victor en su garganta.

Ojos negros me da una mirada divertida y yo solo me encojo de hombros. Él me ofrece su mano, —Vamos, estaremos bien en otra mesa por ahora.

Los tragos vienen y vienen uno tras otro y a pesar de que ojos negros me dice que me calme y tome más despacio, no lo escucho porque el alcohol se siente tan bien en mi sistema después de tanto tiempo. Mientras más bebo, más pienso en el idiota dueño de este club.

¿A qué esta jugando?

¿Un día casi me besa y al otro me dice que quiere algo estrictamente profesional?

¿Quién se cree? ¿Quién le dijo que yo que quería algo más que una relación profesional? Que engreído.

Basta, Claudia. Tienes a un tipo que parece un modelo frente a tí, deja de pensar en ese Iceberg.

Pero es que es... tan... ¡Arg!

Estoy a punto de tomar otro trago de Tequila pero ojos negros detiene mi mano en el aire, —Eh, espera, espera, calma.

Bajo el trago, —Estoy bien.

—No lo creo, te ves muy molesta. No tengo nada en contra de beber rabiosamente pero creo que debes ir más despacio.

—¿Beber rabiosamente?

—Si ya sabes, beber con rabia, un amigo lo hace todo el tiempo.

—Quisiera conocer a tu amigo, tendríamos muchas cosas en común.

—No creo que quieras conocerlo, no tiene buen temperamento.— él toma mi mano gentilmente, acercándose a mí en el sofá en forma de L que estamos sentados, —Si quieres distraer tu mente, hay otros métodos.

Él logra capturar toda mi atención, muerdo mi labio inferior y sonrío, —¿Cómo cuales?

Su mano libre acaricia mi mejilla, su rostro tan cerca del mío que puedo sentir su respiración sobre mis labios, él es tan lindo, —Creo que tu sabes cuales.

Estoy a punto de besarlo cuando escucho la voz de Gin, —¡Claudia!

Ojos negros y yo giramos nuestros rostros para verla a un lado de nosotros, sus manos en la cintura, —¿Puedo hablarte un segundo?

Ojos negros me obliga a mirarlo de nuevo, —¿Te llamas Claudia?

Gin bufa, —Ni siquiera se han preguntado sus nombres, Claudia es el Alex, Alex ella es Claudia.

Alex me mira horrorizado, soltándome como si yo fuera algo intocable, —Mierda...

—¿Qué pasa?

Alex se agarra la cabeza, —No me digas que trabajas en la casa de Los Hidalgos, ¿Esa Claudia?

Arrugo mis cejas, —¿Nos conocemos?

—¡Mierda!— se levanta, —Necesito el baño, ya vuelvo.

Se va sin explicarme nada. Gin aprovecha para sentarse a mi lado, —No quería interrumpir pero Victor quiere que llevarme a su apartamento y pues, no voy a dejarte botada, podemos pasar a dejarte en tu casa o dejar dinero para el taxi.

—Estaré bien, puedes irte tranquila.— le aseguro, yo sabia que esta era una posibilidad al venir aquí después de todo.

Gin envuelve el dinero en mi mano y la aprieta, —No bebas más y avísame cuando llegues a casa.— me besa un lado de mi cabeza y se va.

Me quedo sola en el sofá con la mesita frente a mi sobre la cual yacen una variedad de tragos y una botella de tequila por la mitad. Estoy sola... como siempre.

¿Eso no es lo que siempre he querido?

He luchando tanto para mantener esta soledad, este aislamiento de los demás, es mucho mas seguro, ser vulnerable es algo que nunca he podido manejar, tal vez por todo lo que pasé de pequeña o porque simplemente no quiero, no voy a ser de esas personas que le echan la culpa completamente a sus padres por como son, si, la infancia afecta mucho en la construcción de la personalidad de alguien pero finalmente, somos seres humanos que podemos decidir que hacer al respecto. Tal vez simplemente soy así, sin ninguna razón.

Admiro a las personas que son tan abiertas con sus emociones, tan dispuestas a arriesgarlo todo, que exponen su vulnerabilidad sin pensarlo dos veces. Mi mente viaja a Raquel, nuestra vecina, la chica que tiene algo con Ares, la forma en la que las emociones se reflejan fácilmente sobre su rostro, sus acciones.

El recuerdo de hace unos días cuando Ares me pidió que la sacara de su habitación después de que ella pasará la noche con él aún me atormenta. Cuando subí las escaleras, ella estaba ahí de pie al final de las mismas, las lagrimas rodando por sus mejillas. Ni siquiera tuve que decirle nada, ella solo asintió, como si hubiera escuchado todo lo que Ares dijo, el dolor en sus ojos hizo que mi estomago se apretara en ese momento.

¿Cómo podía ser herida y levantarse cada vez?

En mis ojos, ella es mucho más valiente que yo. Ella no se esconde detrás de paredes de protección, ella vive cada emoción a flor de piel. Pero resulta herida...

Salir herido es parte de la vida, ¿No? Esta vida que llevo, en la que estoy a salvo, siento que le falta algo, ¿A caso quiero ser herida? ¿O es que solo quiero algo diferente? Tal vez me este cansado de la monotonía de mi día a día, de lo vacío de mis interacciones amorosas, las cuales son meramente relaciones físicas.

Me sirvo otro trago de tequila y me lo bebo en de un solo golpe, poniendo el pequeño vaso sobre la mesa frente a mi, ¿A dónde se fue Alex? Creo que necesito una dosis de interacción sin sentimientos, sin compromisos, sin promesas de futuro o cursilerías, solo química entre dos personas que se gustan fisicamente. Guao, sueno tan vacía, a veces mis pensamientos me sorprenden hasta a mí.

Ya voy por el tercer trago cuando comienzo a preguntarme si Alex volverá en lo absoluto. Pensé que estábamos llevándonos bien, ¿Qué pasó? ¿Cómo supo que yo trabajaba en la casa de los Hidalgos?

Echo mi cabeza hacia atrás para tomar otro trago, el alcohol quemando mi garganta y mi estomago. Cuando bajo mi cara, apenas veo la sombra de alguien sentándose en el sofá frente al mío. Con la cabeza baja, pongo el vaso sobre la mesa, lista para enfrentar a Alex.

Sin embargo, cuando levanto la mirada no es Alex quien esta frente a mi, es Artemis Hidalgo, casi me ahogo con mi propia saliva.

Artemis esta sentado cómodamente con ambos brazos extendidos sobre el respaldo del sofa, lo cual hace que su traje negro se abra, mostrando la camisa azul oscura que lleva debajo y su corbata negra. Su cabello luce negro bajo esta iluminación a pesar de que es castaño al igual que sus ojos. Ese rostro hecho por lo Dioses no tiene ninguna expresión como de costumbre, su ligera barba quedándole tan sexy que es injusto.

¿Qué estas haciendo aquí?

Quiero preguntar pero no quiero sonar estúpida, este club es suyo, él puede estar aquí cuando quiera.

Un mesero se acerca, —Señor, ya hemos vaciado el lugar, ¿Qué le gustaría tomar?

La voz de Artemis es ronca y hace que mi corazón se acelere,—Lo usual y otra de esas.— señala la botella de tequila frente a mí que ya esta vacía. 

—En seguida. 

¿Vaciar el lugar? En ese momento me digno a revisar mis alrededores, no hay nadie, la música sigue sonando, el DJ en su lugar pero el club esta vacío, ¿En qué momento...? He estado demasiado enfocada en beber rabiosamente como diría Alex.

Artemis me mira directamente sin ningún escrúpulo, sus ojos son tan bonitos, siempre me han parecido dulces a pesar de sus expresiones faciales frías.

El mesero vuelve, le da un Whiskey a Artemis y la botella, —Nadie sube aquí a menos que yo los llame.— ordena y yo trago grueso.

—Si, señor.— el mesero desaparece tan rápido como puede.

Artemis se inclina para poner la botella frente a mi, —Aquí tienes, sigue bebiendo.

—¿Qué estas haciendo?

Artemis toma un sorbo de su whiskey antes de volver a estirar sus manos sobre el respaldo del sofa, —Creando un espacio.

Eso me hace dejar de respirar. Mi mente viajando a esos recuerdos.

—¡Dejáme tranquila!— grité, sacudiendo la mano de Artemis mientras me sigue a través de los pasillos de la preparatoria.

Artemis me jala dentro de un salón vacío, cerrando la puerta detrás de él. Me giro furiosa hacia el, —Te dije que me— Artemis me abraza, callando mis reclamos contra su pecho.

—Esta bien.— me susurra, acariciando la parte de atrás de mi cabeza, —No le prestes atención a esos idiotas, no se merecen tu rabia.

Se separa de mi, y jala dos sillas, poniéndolas frente a frente, sentándose en una y ofreciendóme la otra, —Vamos, siéntate.

—Ya no somos unos niños, Artemis.— mi rabia aún habla por mi, —Esto...

Él solo me sonríe y se ve tan dulce que solo puedo sentarme frente a él, —Estoy creando un espacio,— lo sabia no era la primera vez que lo hacia, cuando estaba pasando un mal momento él hacia esto, se sentaba frente a mí y me escuchaba despotricar, quejarme, maldecir de lo que me diera la gana, —Soy todo oídos, este es tu espacio.

Miro al hombre frente a mí, y aunque esa sonrisa dulce ya no esta, puedo ver la disposición a escuchar en sus ojos.

—Pensé que querías una relación estrictamente profesional.— le recuerdo, sirviendo otro trago.

—Quiero muchas cosas pero no siempre podemos tener lo que queremos.— sus ojos no abandonan los míos ni un segundo.

No digo nada, acabando con otro trago, —No necesito un espacio, ya no somos adolescentes.

Eso lo hace sonreír ligeramente, —Ambos sabemos que siempre es bueno tener un espacio para desahogarse.

—¿Y por qué estarías tu en mi espacio?— lo cuestiono, —Tú, que cambias de parecer de un día para otro.

—Un reclamo muy justo.— admite, —pero se que lo necesitas, el club esta vacío, tienes todo el alcohol que quieras a tu disposición, ¿Qué más necesitas? Imagina que solo soy un extraño que acabas de conocer y él que no recordará mañana lo que digas esta noche.

Como si pudiera hacer eso.

Artemis parece leer mi silencio y levanta una ceja, —A menos que de lo que quieras desahogarte sea yo, entendería si no quieres decírmelo entonces.

Bingo.

—Para con esto.

Artemis baja sus brazos del respaldo del sofá, entrelazando sus manos entre sus piernas mientras sus codos descansan sobre sus rodillas, —¿Con qué?

—Esto...— hago un gesto entre el y yo, —No seas bueno conmigo.

—¿Por qué?— la intensidad de su mirada es demasiado, —¿Te da miedo que derrumbe esas paredes defensivas que has construido a tu alrededor? Ya las he tumbado antes, Claudia, y si me lo propongo puedo volver a hacerlo.

—Ya sabemos como terminó eso la última vez.— le recuerdo, pensando en aquel cuatro de Julio.

Artemis no parece molesto, —Ya no soy un adolescente inseguro que se rendirá al primer rechazo. Soy un hombre que sabe lo que quiere y que no descansará hasta conseguirlo.

¿Qué quiere decir con eso? 

Aprieto mis manos en mi regazo, —También eres un hombre con novia.— le recuerdo, sintiendo los latidos de mi corazón en mi garganta.

El ambiente entre nosotros es pesado con algo que no puedo descifrar: ¿Tensión sexual? Porque se ve magníficamente follable con ese traje abierto de esa forma. Meneo la cabeza, no puedo verlo de esa manera, es solo el alcohol.

Me pongo de pie, decidida a salir de aquí, no estoy en mi mejor momento para estar sola con él, no después de que me ha debilitado ese recuerdo sobre darme un espacio.

Me doy la vuelta para darle el primer paso cuando él habla, —¿El hecho de que tenga novia es lo único que evita que seas mía?

Thump... Thump... mi corazón amenaza con salirse mi pecho.

No me atrevo a mirarlo, puedo sentir el calor en toda mi cara, probablemente estoy roja, ¿Qué clase de pregunta es esa?

Me giro hacia él, quien sigue sentado con la tranquilidad del mundo después de preguntar eso, —No soy un objeto para ser tuya o de nadie.

Él se levanta, rodeando la mesita para estar frente a mi, —No quise ofenderte, déjame preguntarlo de otra forma,— hace una pausa y yo doy un paso atrás, —La razón por la que no me dejas acercarme a ti, por la que no me dejas,— estira su mano para acariciar mi rostro pero retrocedo, —tocarte o mostrarte lo bien que puedo follarte, es, ¿Que tengo novia?

Lo crudo de sus palabras es exasperante, —Tal vez simplemente no este interesada en ti de esa forma.

—Estas mintiendo.

No digo nada, y él me agarra de la cintura pegandóme a él, sus ojos sobre los míos, —Ya no tengo novia, Claudia.

xxx

Nota de la autora: ¡Esta tensión! -les echa aire a todas- Creo que todas podríamos tomarnos una bebida bien fría en este momento. Artemis y Claudia son una cosa seria, no es fácil lidiar con estos dos. Espero que les haya gustado el capítulo, fue más largo de lo usual en recompensa para ustedes, mis amores. A través de ti se acerca al millón de leídas. ¡GRACIAS TOTALES! Los adoro!

La canción de allá arriba es TAN Claudia xD

Muakatela,

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