Se quitó los audífonos en el momento que vio las puertas abrirse. El chico albino había entrado y de inmediato sonrió a la fémina al hallarla en su sitio de siempre y se acercó a ella para sentarse a su lado, y de su pequeña mochila sacó unas notas adhesivas y un bolígrafo para enseñarle a la oji(t/o).

(T/n) soltó una carcajada suave por su detalle tan atento y él empezó a escribir.

"— No nos dijimos el nombre, yo soy Inumaki Toge —"

La fémina leyó el mensaje y se dispuso a poner su nombre también.

"— (T/a) (T/n), llámame como gustes —"

El ojimorado sonrió.

"— Tu nombre es lindo, (T/n) —"

La mencionada se ruborizó y acomodó un mechón de pelo detrás de su oreja, tratando de disimular su reacción tímida.
De su bolso, cogió su libreta de dibujos y la levantó delante del chico, el cual pestañeó varias veces sin entender nada, pero en poco tiempo se dio cuenta de que era el Sketchbook y lo tomó con sumo cuidado.

Mientras que el joven pasaba las páginas y observaba con gran admiración, la peli(t/c) aprovechó a escribir en otra nota con rapidez y le dio en el momento que el albino se sorprendió al ver un retrato suyo.

"— Hace una semana y media que quise retratarte, no pedí tu permiso aunque no le enseñé a nadie más que a ti ahora mismo, espero que no te moleste —"

Toge en seguida negó con la cabeza y le respondió con otro mensaje.

"— ¡En lo absoluto! Es la primera vez que me dibujan y me alegro de que fuera alguien tan bueno como tú. Tienes un gran talento por el arte, estoy seguro de que practicaste mucho para conseguirlo —"

El sonrojo se intensificó en las mejillas de la más baja.

"— Quédatelo. Si es el primer retrato para ti, te lo regalo. No fui capaz de darles los dibujos a las otras personas y no me importa que seas el primero —"

Ahora fue él quien se le tiñó los mofletes, sin embargo, no se apreciaba por el cubrebocas, aunque no sé dio cuenta que era totalmente delatado por sus orejas algo rojas.

"— ¿Segura? —"

(T/n) asintió con una leve sonrisa y con cuidado arrancó la hoja del cuaderno para dárselo al joven quien lo cogió con delicadeza y volvió a analizar el retrato con interés mientras un destello de luz apareció en sus ojos morados.