57. Es un placer, Phoebe, pero no

Semanas después...

En el ambiente del internado se sentía la proximidad del fin de curso. Los alumnos empiezan a prepararse para el baile escolar invitando a sus posibles parejas o fichando a otros para una posible invitación.

Me gusta ese ambiente, es algo como festivo. Creo que internamente todos estamos felices de largarnos finalmente de aquí.

Los pasillos empiezan a ser decorados por los chicos que son parte del comité de preparación. Del techo cuelgan guirnaldas de papel de colores, serpentinas he incluso están armando flores de globos para ponerlas en las puertas de los salones.

Sí, es un aire festivo agradable.

En la cafetería, como de costumbre, encontré a mis amigos en una mesa hacia el final. Nuestra mesa de siempre. Sonreí acercándome.

—Hola, chicos —saludé ocupando mi lugar reservado junto a Percy—, y hola, listillo —dejé un rápido beso en su mejilla oyendo las bromas de nuestros amigos de fondo.

—¿Quién lo diría? Perceval Adams con novia. Vaya sorpresa —Nyl se apoya de la mesa con sus brazos, mirándonos.

—¿Quién diría que la chica guapa de último año se fijaría en ti? —contraatacó Percy.

Nyl puso cara de indignación, los demás mientras tanto, incluida Aba, nos echamos a reír.

—¡Oye! Yo tengo con lo que defenderme.

Percy arqueó una ceja.

—Ajá.

—¡Claro que sí! ¿Verdad, Aba?

Ella parecía entretenida con la situación.

—Sí, por supuesto.

—¡¿Ves?! —le espetó a Percy a punto de carcajearse—. Que gran mejor amigo eres, idiota.

—Es mi responsabilidad como mejor amigo molestarte.

—Sí, pero tampoco tienes que... —Nyl de la nada se quedó callado, dejando a todos en la mesa expectantes—. Espera, ¿Qué has dicho?

—¿Eh?

—Repite lo que dijiste.

—¿Eh?

—¡Eso no, lo otro!

Percy parecía tan confundido como los demás.

—¿Que es mi responsabilidad como mejor amigo molestarte? —dijo inseguro, pero debió ser eso porque Nyl sonrió.

Y no de esas sonrisas burlescas o entretenidas, sino una de auténtica felicidad.

—Me llamaste mejor amigo —repitió, a mí lado Percy murmuró «Oh...»—, me consideras tu mejor amigo.

—Sí, bueno —se pasó la mano por la nuca—, ya qué.

—Aaww, eso es tierno —comentó Phoebe—, en otra ocasión lo habría negado, esto es un enorme avance.

El pelinegro pasea la mirada por todos lados siendo incapaz de mirar a Nyl que aún parece muy contento con el título de ser el mejor amigo de Percy. Comprendo su emoción, meses atrás él negaba tal cosa, que ahora lo afirme y considere es suficiente motivo para estar feliz.

—En fin —zanjó, haciendo reír al resto—, cambiemos de tema.

En la mesa diagonal a nosotros hubo un revoloteo, los seis integrantes que la conformaban empezaron a aplaudir hacia dos chicos que se estaban abrazando. Fue fácil descubrir el motivo de la celebración: habían aceptado la invitación al baile.

—El baile —dijo Phoebe, mirándolos—, ¿Quién está emocionado?

Inevitablemente alcé la mano.

—Estoy consiguiendo un vestido, el que tengo en la mira es muy bonito, ¡Es verde pastel!

—Mis papás están haciéndome el favor de conseguir un traje. Nunca he ido a un baile, esas cosas no pasan en Venezuela, quiero lucirme.

—Seguro que sí lo harás —le dijo Aba—, mi mamá vendrá este fin de semana he iremos a Central Holbrook a comprar algo.

—¿Puedo ir contigo? —le preguntó Letty masticando medio bocado—, mamá estará ocupada y mi tío no tiene la paciencia para buscar en tienda tras otra conmigo.

—Claro, eres más que bienvenida.

—¿Y tú, Phoes?

—No lo sé, tengo que esperar por mis papás —jugó con su puré de papas—, igual tengo ropa bonita en mi armario, me las arreglaré. Ahora, otro asunto importante: ¡Citas! ¿A quién le apetece ir conmigo?

Letty frunció el ceño, acto seguido la señaló con su tenedor de plástico.

—¿No tienes pareja?

—Planeaba ir con mis más grandes he íntimas amigas —me hizo ojitos a mí—. ¿Qué dices, Polet? ¿Quieres ser mi cita para el baile?

—Es un placer, Phoebe, pero...

—Ya me adelanté —interrumpió Percy, nuestra amiga hizo un puchero triste—. Lo siento, Roberts. Mi novia, mi cita.

—Siguen siendo traidores —se concentra en Letty—, ¿Qué me dices, Letts? ¿Quieres ser mi cita?

—Es un placer ser tu segunda opción, pero también tengo cita.

—¿De verdad? —inquirió Phoebe tan sorprendida como los demás.

—¿Qué clase de psicópata aceptó ir contigo? —preguntó Nyl.

—Gracioso, Kane —le sonrió irónica—. Y sí, tengo cita. Es Penn.

—¡¿Penn?! —exclamamos.

—¿Penn? —repetí sin creermelo—, ¿Mi compañero de castigo, el cobrizo torpe de acento raro? ¿Ese Penn?

—Sí, Polet, ese Penn. ¿Cuál más?

—No lo sé, ¿Por qué? No sabía que se llevaban bien.

Letty encogió los hombros.

—Desde la fiesta de Alexa hemos estado hablando. Tenemos mucho en común, es divertido y me agrada. Así que, ¿Por qué no?

Todos nos quedamos procesando esa información unos cinco minutos en silencio.

—Guao —balbuceó Aba—, ¡Guao!

Letty se rió.

—Lo siento, Phoes, tendrás que buscar a alguien más.

Ella resopló como si de solo hacerse la idea la agotase.

—Bueno, tiempo de calidad conmigo misma ya qué mis amigos —les dio una mirada asesina a Percy y Nyl—, me quitaron a mis amigas.

—No exageres —señaló Percy—, ¿Por qué no invitas a Jared?

Ella se irguió en su asiento de tal manera que pareció haber recibido un golpe en la base de la espalda.

—No seas idiota, Percy, ni siquiera viene a este instituto.

—¿Y? Colarse en un baile escolar es fácil. Además, me dijo que no irá al suyo porque tampoco tiene cita.

—Si no quiere ir al suyo mucho menos vendrá al mío.

—Eh... —decimos los demás con un tono agudo.

No hay que ser un genio para tachar eso como una mentira. Estoy segura de que si Phoebe se va al fin del mundo y llama a Jared, el chico no dudaría en ir tras ella.

—Guardense su «Eh» —nos imitó exagerando el tono—, iré sola, ya está.

Dejamos el tema ahí ya que no queríamos molestar a Phoebe.

Pasamos el resto de nuestro almuerzo charlando de los exámenes y planeando sesiones de estudio juntos. Casi hacia el final se nos unieron Penn, Rascal y Josiah. Me alegra ver qué mis amigos del castigo se llevan tan bien con mis amigos fuera del castigo. Ellos son lo único bueno que me quedó de aquella injusticia. Hasta Josiah se integra bien pese a la comunicación complicada, Penn y Percy siempre están dispuestos a ser de traductores.

Mi estancia en Leighton no a sido la más bonita. Mis primeros meses fueron del asco llenos de burlas, minimización a mi persona y muchos problemas de inseguridad con los que aún lucho, pero estos chicos aquí fueron mi mejor regalo. Ese lugar soleado en medio de una tormenta horrible. No podría estar más agradecida de tenerlos en mi vida.

Más tarde ese día salimos con nuestras mochilas llenas de productos necesarios para pasar la noche fuera. Cepillo dental, muda de ropa, celulares y cargadores y, claro, snacks para no ir con las manos vacías.

Phoebe se había negado hasta decir basta, pero ella no podría perderse esto por mucho que quisiera.

—¿Es necesario? Ustedes se la pueden pasar bien sin mí.

—No, no podemos —respondió Letty, quien iba del brazo con ella para obligarla a caminar—. Vamos, Phoebe, no te comportes como una chiquilla malcriada.

—¡No lo estoy haciendo!

—Sí, lo haces —Aba tuvo que unirse a Letty para instarla a caminar. Desde que entramos a la calle donde vive Jared sus pies se negaban a dar más pasos.

Él nos había invitado a una velada en su casa y como ninguno tenía asuntos importantes pendientes aceptamos. Cuando le comenté a Phoebe de esto se negó al instante, no obstante, recibí ayuda de Nyl y Letty, los más tercos de todos para ayudarme a convencerla.

No voy a mentir, fue complicado y ella está aquí casi por obligación. Cabe recalcar el «casi»

Frente a la casa del cobrizo, Percy tocó el timbre. Aba y Letty tuvieron que retener a Phoebe para que no saliera corriendo.

—¡Phoebe! —le regañó Letty—, reste tranquille, bon sang!

Sabes que Letty está de verdad cabreada cuando empieza a hablar en francés. No lo hace con mucha frecuencia porque, según ella, no le gusta tanto hablar el idioma, solo lo hace en casos extremos de molestia, frustración o cuando está triste. Y muchas de esas cosas no pasan a menudo.

Phoebe se quedó quieta como un palo, aunque igual la veía sudar.

Jared nos abrió la puerta, sonriendo como siempre.

—¡Hola, chicos! —saludó—. Pasen, pasen, son bienvenidos.

Dentro olía a galletas recién horneadas y chocolate caliente. En los sofás de la sala encontré a Eda leyendo con su marido. Jace estaba en un sillón aparte jugando en una Nintendo Swich.

—Hola, Eda.

—Oh, hola, Polet —vino a darme un abrazo que recibí gustosa. También le dió uno a Percy—. ¿Qué tal están, chicos?

—Estamos bien, gracias por dejarnos pasar la noche aquí.

Restó importancia con un gesto.

—No te preocupes, me alegra cuando los amigos de Jared nos visitan.

—Hablando de amigos, mamá, ellos son Nyl.

—Hola, buenas tardes.

—Aba.

—Es un gusto, señora Mellark.

—Letty.

—¿Qué hay?

—Y... ya conoces a Phoebe.

Que estaba del color de un tomate, cabe mencionar.

Ella sacudió la mano tímidamente.

—Hola, señora Mellark.

Eda parecía sorprendida de verla aquí. Sus ojos se encontraban ligeramente abiertos, resaltando los irises azules iguales a los de Jared. Phoebe se mantiene encogida de hombros, como si quisiera encogerse para desaparecer de la vista de todos, especialmente de Eda.

Mi mente viajó al recuerdo de la tarde en que Phoebe me mencionó su situación con Jared por primera vez, ella había dicho que conoció a sus padres.

—Vaya... sorpresa tenerte aquí de nuevo, linda —habló Eda al fin, dejando de lado su actitud anterior para sonreírle a Phoebe—. Siempre serás bienvenida.

Mi amiga formó una sonrisa vacilante, aferrándose al brazo de Letty. A ella la ví hacer una queja silenciosa.

—Esto... —balbucea Jared—, chicos, él es mi papá.

El señor Mellark hace un saludo distraído con una mano. Parece que su libro le interesa más que presentarse. Jared emitió un gruñido frustrado y puso los ojos en blanco ante la actitud de su papá.

—Y él es Jace, otro inadaptado social.

Todos miramos al hermano pequeño de Jared, que también nos está ignorando por estar concentrado en su juego.

—¿Por qué mejor no dejan sus cosas aquí y vamos preparando todo? —sugiere Eda—. Percy, Jay me comentó que sabes encender una fogata, ¿Podrías ayudarme?

—Claro, no hay problema.

Dejamos nuestras mochilas en la sala y ayudamos a Eda y Jared a terminar lo que faltaba para nuestra velada. Sería una noche tranquila viendo películas en el patio. Los Mellark cuentan con un proyector y un patio amplio para hacer un pequeño cine. Es una experiencia que seguro será asombrosa.

Percy se fue con Eda atrás, seguido de Nyl y Aba, quienes se ofrecieron a terminar de ensamblar el soporte para el lienzo donde se proyectaría la película. Phoebe, Letty y yo nos quedamos con Jared en la cocina.

—Vaya, ¿Todo esto lo has cocinado tú? —cuestiona Letty, viendo las pizzas que descansan sobre la mesada. Olían de maravilla.

—Así es —respondió feliz—. También hice galletas, ¿Quieren?

Yo no me negué. Adoro las galletas de Jared, podrían convertirse en mis favoritas.

Phoebe dudó en tomar un par del tazón.

—Adelante —animó Jared—, son tus favoritas.

Tomó unas dos galletas y dió un bocado tímida. Al instante algo en su mirada cambió, hasta puedo decir que sus pupilas se dilataron después de ese mordisco.

Y eso a Jared le pareció gracioso porque no perdió la oportunidad en soltar una risita.

—Aún sigo teniendo el don —declaró.

Letty y yo compartimos una mirada. «Raro» dijo la suya. «Muy raro» afirmó la mía.

Por petición de Jared, Letty y yo sacamos a la mesa de afuera la comida que había preparado, dejándolos a ellos dos en la cocina. Phoebe no parecía incómoda con eso, contraproducente a su actitud de hace rato.

El patio de la casa Mellark estaba decorado muy bonito. Frente al lienzo donde se proyectaría la película hay diez sillas tipo puf que tienen a sus lados banquitos de madera para poner bebidas o bocadillos. Hay luces de arroz amarillas colgadas alrededor, música suave viene de un reproductor sobre la mesa.

—Jared sí que sabe armar una velada —comenta Letty.

Asentí volviendo a la cocina por lo demás.

Al parecer, como el organizador de todo esto, Jared también se encargó de preparar la comida. Tenía conocimiento de que él preparaba galletas deliciosas y buenos pays de limón, pero no que sabía preparar pizzas, pan relleno ni brownies.

—Aprendí del mejor —y señaló con un gesto de su cabeza a Percy que está hablando en la fogata con Eda.

¿Percy? ¿Percy saber de panadería? Él me a mencionado en algunas ocasiones que años atrás pasaba las tardes horneando pan con su madre, creí que era solo un compañero, así como el asistente de cocina de su madre, no que él realmente sepa de panadería.

Hice una nota mental de pedirle algún día que hornee algo para mí.

Para la hora de la cena ya todo estaba listo en el patio. Eda se encargó de servir las pizzas, Jared de las bebidas y su padre de poner a andar el proyector. Veríamos una película de nuevo estrenos que estoy segura Nyl sacó de un lugar de dudosa procedencia.

Cada uno ocupó su lugar con cena en mano. Los papás de Jared y su hermano se quedaron con los últimos asientos, en la fila siguiente estuvieron Aba, Nyl y Letty, mi amiga ya comiendo de su pizza alegando lo buena que está. En la fila principal quedamos Percy, Phoebe, Jared y yo. Cada uno en par. Tuve la ligera sospecha de que eso estuvo planeado.

—Ponle play, pa'.

El señor Mellark hizo caso, dando inicio a la película.

Según nos dijo Nyl, se trata de una comedia de acción, algo sobre espías si no le había escuchado mal. A medida que avanza la trata, mientras como de mi pizza y tomo de mi refresco, inevitablemente la comparé un poco con esa película de Barbie que también va de espías, (¿El equipo secreto? ¿El escuadrón?) tenía sus cuantas diferencias, claro, pero mi cerebro me llevó a pensar en esa película. Tal vez debería hacer maratón para recordar buenos tiempos con mamá.

De todas formas, seguí viendo a la pantalla disfrutando de la cena. Jared tiene una muy buena sazón, esta pizza sabe increíble, mucho mejor que algún restaurante de la ciudad. Y no es por exagerar, de verdad que tiene un sabor... diferente, auténtico. Sentía que estaba comiendo pizza con una salsa de tomate con bastante sabor y no un pedazo de maza horneada saborizada ligeramente.

Desvié la atención un momento para tomar de mi refresco, en esa acción no me habría tardado ni tres segundos, sin embargo hubo algo que llamó muchísimo mi atención y casi hizo que me ahogara.

Phoebe y Jared están sentados contiguos a mi lado izquierdo, no hay ni un metro de distancia entre nosotros, más la luz que viene del proyector, mis ojos no pasaron por alto la manera en mantiene agarradas sus manos. Un íntimo entrelazamiento de dedos y todo, nadie aquí presente parece darse cuenta de eso, o si lo hacían, deciden ignorarlo.

No entiendo lo que le sucede a Phoebe en torno a Jared. Hace rato se negaba a venir a la casa, insistió tanto en no asistir (igual la obligamos pero ese no es el punto) ¿Y ahora está así, de manitas con el chico del que decidió mantenerse alejada? ¡No te comprendo, Phoes!

Tuve que respirar hondo y volver mi atención a la película. Eventualmente les echaba miradas de soslayo, los dos parecían cómodos con eso, incluso con su atención completamente puesta en la película, Jared no dejaba de acariciarle los nudillos a mi amiga con el pulgar. Entonces tuve una nueva cuestión que no tardó en volverse una afirmación: Jared estaba igual que Phoebe, la seguía queriendo. Entre ellos hay una historia que no debió de terminar. Los dos se seguían queriendo y sintiendo algo por el otro.

Ahora las situaciones no les favorecen a ninguno.

Sentí un poco de pena por ellos. Debía estar del asco querer estar con alguien, o al menos volverlo a intentar y que la situación actual no te favorezca en nada.

La película avanzó, hubieron algunas pausas para recargar las bebidas, tener una segunda ronda de pizzas he ir al baño, también por chaquetas para el frío. Esa noche, el cielo del sur de Holbrook estaba precioso. Despejado de nubes y lleno de estrellas, la luna menguante en el norte brilla en luz blanca. Estoy segura de que si hubiera un tipo de apagón, las luces en el cielo serían las suficientes para iluminar la ciudad.

Cuando la película terminó nos quedamos jugando juegos de mesa. Percy nos derrotó a todos en Monopoly y Nyl, sorprendentemente, nos ganó con mayoría de puntos en las rondas de Uno que tuvimos. Nadie se lo esperaba. Incluso jugamos poker, no soy muy fan del juego, aún se me hace muy confuso, por eso no fue sorpresa cuando me eliminaron de primera en todas las rondas. El ganador final resultó ser el papá de Jared.

El señor Mellark no tuvo ni una pizca de vergüenza en restregarnos sus triunfos en la cara.

Para eso de las once treinta, Eda y su marido se retiraron para ir a dormir. Jace se quedó media hora más con nosotros, pero cuando empezó a cabecear y quedarse dormido en el hombro de su hermano y casi se le caen los lentes, este lo envío a dormir. El chico se fue arrastrando los pies y bostezando.

Ya era más de media noche, las luces de la casa están apagadas, la única iluminación viene de la fogata. Tratamos de mantener un tono de voz moderado para no molestar a los vecinos.

Hemos pasado las últimas tres horas aquí, charlando, cocinando malvaviscos y contando anécdotas. Hace diez minutos que Jared sacó su guitarra para proporcionar música suave, tuvimos que apagar el equipo de sonido por las quejas de un vecino a eso de la una.

Pese al frío que estaba haciendo, no la estábamos pasando tan mal.

—¿Pueden creerselo? —habla Letty asando un malvavisco. La luz de la lumbre hace que su pelo rubio parezca más brillante y amarillo—. En tan solo unas semanas será fin de curso, fin de la secundaria, fin de la adolescencia. Para ser honesta, ¿Quién está preparado para la universidad?

Todos nos quedamos en silencio, una respuesta suficiente.

Letty suspiró sacando el malvavisco del fuego. Hizo un sándwich con un par de galletas y después dió un mordisco.

—Extrañaré esto —habló a medio bocado.

—Sí, yo también —convino Aba—, ¿Como se imaginan que será la universidad? —recorrió los ojos verdes por todos nosotros.

Jared hizo una nota más fuerte de lo que debería. Formó una mueca encogiéndose de hombros.

—Agotadora, eso seguro. Recuerdo como el hijo de mi padrino dormía profundamente, ni siquiera los gritos de Jace lo despertaban.

—Como las películas seguro que no, tampoco —menciona Nyl, causando risas—. No me hago ideas, el sistema de aquí es raro.

—Nada más pido buenas experiencias —Letty da otro mordisco—, y graduarme.

—Todos esperamos lo mismo.

La pregunta de Aba es bastante buena, ¿Cómo nos imaginamos la universidad? Algo mucho más grande que la secundaria, como si fuera el hermano mayor de ella. Mi mente estaba igual a la de Nyl, no consigo hacerme ideas de cómo serán las experiencias del próximo semestre, solo deseo que no sean tan malas.

Jared sigue creando nuevas melodías. No creo que pertenezcan a alguna canción popular, han de venir de la creatividad de él. Percy junto a mí tararea al ritmo, nada en específico, solo un constante «nanana» que sigue a su amigo.

—Bueno, aún nos quedan unas semanas para disfrutar de la preparatoria —animó Jared dejando de tocar—. A ver, ¿Quién está emocionado por el partido de fútbol del jueves?

Lo miré alzando una ceja.

—¿Qué partido?

—¿No te dije? —negué a Percy—. Ah, disculpa, se me habrá pasado. El jueves hay un amistoso partido de fútbol en el internado.

—Leighton contra Harbor View —agrega Jared—, una compensación por la temporada deportiva muerta que tuvimos este semestre.

—Suena interesante —admití—. ¿Irás a verlo, Jared?

El sonrió.

—Por supuesto, no puedo abandonar a mi equipo, no es bien visto por parte del capitán.

—Hala, ¿Eres el capitán?

—Así es.

Volteé a ver a Percy.

—Un partido contra tu amigo.

—Sí... en el campo no somos amigos.

—¿Quién es ese sujeto? Ni lo conozco —bromeó Jared.

—Bueno, será un partido interesante de ver —comenta Aba—, ahí estaremos.

—Será raro a quien le daremos ánimos —admite Nyl.

—A mí, idiota —responde Percy—, a tu preparatoria.

—Por mí que Leighton pierda —Nyl encoge los hombros—, iría a darte ánimos nada más.

—Eso se escucha tan raro —son las primeras palabras de Phoebe después de un rato—, pero Nyl tiene razón, iríamos para apoyar a Percy.

—¡Oigan! —protestó Jared haciendo un puchero—, ¿Y yo?

—Puede que pensemos en unas porras para ti, Jared —prometió Letty y eso pareció dejarlo satisfecho.

Volvió a tocar la guitarra, la misma melodía tranquila. No pasa mucho rato hasta que algunos empiezan a cabecear por el sueño, debían de ser las tres de la mañana. Es muy raro que nos hayamos mantenido despiertos hasta tan tarde si hoy nos levantamos más temprano que antes.

El primero en irse quedando dormido fue Percy, usó mi hombro como apoyo y supe que tenía sueño cuando su respiración empezó a ser lenta y relajada. Inhala por la nariz y deja ir el aire en un soplo por la boca. La segunda en caer fue Aba, cerrando los ojos usando el regazo de Nyl como almohada, él parecía muy contento. Le acarició un buen rato el pelo a su novia. Phoebe frente a mí luchaba por mantenerse despierta.

—Deberían ir a dormir —sugerí—, ya es tarde.

—Sí —Jared miró la hora en su teléfono—. Será lo mejor.

Desperté con cuidado a Percy que se fue sin rechistar adentro con Jared, Phoebe bostezando, Aba frotándose los ojos. Más atrás le siguieron Nyl y Letty.

—¿Tú no vienen?

—En unos minutos —respondí a Percy.

Soltó un bostezo y volvió adentro.

Metí las manos dentro de los bolsillos de mi chaqueta, en uno de ellos atrapé un papel que había metido hace unas horas. Lo saqué, desdoblando la hoja, leyendo el título:

"Esto aún me duele"

Sentía que ya era hora de decirle adiós a esa lista, que las cosas que están anotadas ahí son heridas que ya están sanando. Considero que este es el momento adecuado que me mencionó Eda la vez que me pidió hacer esto.

Volví a doblar la hoja como antes. Alrededor suenan las cigarras y una que otra luciérnaga pasa volando sobre mí. El crepitar de la fogata es tranquilizador.

Alcé la mirada al cielo, encontrando un montón de estrellas.

—Hey —saludé sonriendo—. Espero que me escuches, mamá, no quiero parecer una rara hablando sola —juego con mis pulgares. Mis uñas no se veían tan mal como tiempo atrás—, no sé si sepas esto, pero conocí a Clay. Que sujeto tan agradable, ojalá me lo hubieras presentado antes. Nos llevamos bien, espero verle de nuevo.

Dejé ir un suspiro, el frío de la noche aumentó al punto de volverlo vaho.

—Para ponerte un poco al tanto a ti y al abuelo... pronto será mi graduación, no sabes lo que me habría encantado que estuvieran acompañandome, así y todo... se qué estarán ahí.

»También tengo novio —sonreí como una tonta sintiendo las mejillas calientes—. Lo conoces, es Percy, el hijo de tu compañera de trabajo. Sí, no estabas equivocada aquella vez, sí se trataba de él. El caso es que estamos saliendo, han sido unas semanas muy lindas a su lado. Al abuelo le habría encantado conocerlo.

»Yo estoy muy bien, tu ausencia aún se siente, aún pienso que me llamarás un viernes para decirme que vendrás el fin de semana por mí para hacer pijamada. Jamás dejaré de pensar en ti, mamá. Siempre serás mi mami, solo que ahora asimilo que querías irte para ya no sufrir. Nunca te voy a juzgar, no soy la más idónea para hacerlo.

Volví a mirar el firmamento nocturno, debía de ser una impresión mía, las estrellas parecían brillar más que hace un rato.

—Ya no estás aquí, pero siempre pienso en ti, en cualquier lugar, en cualquier momento, a cualquier hora. Donde sea que estés, ya sea en la Tierra de los Fantasmas o en el jardín de las estrellas, te extraño.

Sentía los dedos fríos sujetando la hoja.

—Optaré por derecho en la universidad —mencioné—, supongo que se me da bien ser entrometida —me reí de mi mal chiste—, espero estés orgullosa de mí. Espero lo estén los dos.

»Los extrañaré todo el tiempo, merecían estar más tiempo con nosotros, no merecían sufrir. Sin embargo... me alegra de que se encuentren bien. Esperaré el día para abrazarlos otra vez.

Arrojé el papel al fuego donde en cuestión de segundos se convirtió en cenizas.

Di un último suspiro y volví a mirar arriba. En definitiva, las estrellas se veían más brillantes.

—Los amo mucho y lo haré siempre —me pongo en pie, agarrando la taza donde a estado reposando agua para apagar el fuego.

La madera chilló por el agua fría, el patio quedó a media oscuras, ahora la única luz viene del cielo nocturno.

—Hasta luego, mamá. Hasta luego, abuelo —a unos metros de entrar a la casa me detuve—. Oye... si puedes, dale saludos a Patch de mi parte.

Con eso dicho, entré a la casa Mellark sintiendo un peso menos sobre mis hombros y la desaparición de un nudo que prevalecía en mi pecho.

———————————————

Nota de la autora:

Hola, hola, hola. Estamos hoy aquí con una nueva actualización, ¡Y es una actualización especial!

Seré breve porque no quiero alargar más el capítulo, esta actualización de hoy es especial porque son actualizaciones.

Sí, después de mucho tiempo decidí hacer una multi. Hoy habrán tres capítulos, los más largos que he escrito, así que prepárense para unas quince mil palabras de información.

Así que, siga para allá →→→
Y si no tiene Wattpad en paginación, diga para acá ↓↓↓

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top