1. ¡Bienvenidos! ¿Alguien sabe dónde está el salón de química avanzada?
Polet Seavey
Primer día para muchas cosas:
Amigos nuevos.
Un cuarto nuevo.
Vivir en un lugar nuevo.
Clases nuevas.
Un primer día para muchas cosas nuevas.
¿Estaba preparada? Oh, ¡Claro que no! ¡Pero estaba emocionada! Solo hay unas pocas muchas diferencias, pero ¡Ya estamos aquí! Así que, ¡Vamos!
-Cuídate.
-No te metas en problemas.
-Te estaremos escribiendo.
-Nada de locuras.
-Y, ¡Te queremos!
Solo una de las cuantas millones de cosas que me dijeron mis padres antes de dejarme en la entrada del internado Leigthon en el sur de Holbrook.
¿Por qué estaba en un internado? ¿Soy una chica rebelde? ¿Una chica con problemas? Una chica... ¿Rebelde con problemas?
Oh, no, no, para nada soy algo de eso. Es solo que mi mamá es un... poquito exigente con el tema que respecta a mis estudios, mi papá también pero no tanto como mamá, él es más llevadero. Pero, hey, ella es una buena madre, a veces pone un poco de presión sobre mí pero no es nada que no pueda soportar.
Así era mamá y así la quería, claro que a veces me gustaría que se relajase un poco...
En fin, volviendo a lo que estaba, el internado era un lugar lindo, con un edificio principal rodeado de montones de chicos desde los trece hasta los dieciocho años; a sus lados se extendía un edificio más bajo, daba la impresión de que fuera un túnel que iba de lado izquierdo y derecho, también le daba la pinta de que fuera una «U» con un centro alto.
Por lo que tenía entendido, el edificio alto es la residencia dónde se alojan los estudiantes y el que parece un túnel es donde están los salones de clases.
Bien, no estaba nada mal.
El jardín principal tenía un sendero ancho de gravilla que te llevaba a la entrada, y justo ahí estaba yo de pie, observando el lugar. Aún no me creía que estaba aquí, este internado es uno de los mejores de todo Holbrook, me estaba costando asimilar el hecho de que yo estaba ahí parada en la verja de entrada.
Observo también que el jardín tiene unos cuantos árboles frondosos que dan sombra a los alumnos que estaban sobre sus mantas de picnic hablando, los demás estaban jugando un improvisado juego de fútbol y otros viendo las nubes como hippies. Incluso creo que a mi nariz llegó el olor dulce del incienso.
Giro sobre mis pies, soltando un suspiro. Veo las dos maletas de ropa más las cuatro cajas de cartón medianas.
-Gracias por ayudarme, papás -murmuro entre dientes, forzando una sonrisa a la nada.
¿Cómo llevaría todo esto hasta la habitación que me habían designado? No tenía idea.
Resoplo poniendo mis manos sobre mi cintura. Tenía que pensar, tener una idea, así sea una absurda. Nada llegaba a mi cerebro.
Hasta que a una distancia no muy lejana pude ver a tres alumnos venir, dos de ellos eran chicos.
Quizá si...
-¡Eh! -grito en su dirección, los tres giraron sus cabezas al mismo tiempo, incluso fruncieron el ceño con sincronía-. ¡Oigan, no me conocen de nada, pero...! ¡¿P-podrían ayudarme, por favor?!
La chica que los acompaña les dio una mirada, pasaron un par de segundos antes de que encogiera los hombros y viniera a mi rescate.
-Claro, no hay problema -asegura, llegando junto a mí. Toma una de las cajas de cartón que estaba en el suelo-. Dios, ¿Pero qué llevas aquí? -su pregunta la hace casi sin aire.
Se me escapa una risita nerviosa, rasco mi cabello, quizá un poco avergonzada.
-Puede unos pocos libros.
-¿«pocos»? -repite sin aire, sus mejillas se habían sonrojado del esfuerzo.
-Mejor deja esa, la llevaré yo. Esta no pesa tanto -le ayudo a bajar la caja con mis libros y le paso otra de las que tenía, no era tan pesada.
La chica de un pelo crespo castaño con mechas californianas de un tono más claro se da la vuelta a ver a sus dos amigos, ellos seguían en el mismo lugar en el que se habían detenido. Uno de ellos con una de su cejas arqueadas y el otro con una expresión poco convencida.
-¡Sean un poco serviciales, chicos!
Pude ver cómo compartieron un par de miradas, uno de ellos se encogió de hombros y vino junto a su amigo para ayudarnos.
Cuando se acercaron lo suficiente, pude detallarlos más. Uh, no, eso no suena muy bien.
Ambos, al igual que la chica a mi lado, debían de tener mi edad. El que estaba de lado izquierdo, el mismo que se encogió de hombros instantes atrás, era bastante blanco, como si muy pocas veces saliera a tomar sol, nada más que en las ocasiones necesarias. Sus ojos eran una cosa bastante bonita y llamativa, eran del color del oro de catorce quilates, creo que incluso se volvían más claros de lo que son cuando la luz del sol se reflejaba en ellos. Su cabello era un castaño entre claro y oscuro, como si fueran reflejos, también tenía pecas en sus pómulos al igual que su amiga aún a mi costado.
Conforme se acercaban, tuve que alzar la mirada para mantenerla en sus rostros. Los dos me sacaban una cabeza de altura, aunque el de ojos dorados se ve que es unos centímetros más alto que su acompañante.
Dejo de verlo para fijarme en su amigo.
No compartían ningún parecido, así que descarté mi opción de que podían ser hermanos. Se le nota a plena vista que él sí toma más sol, dejándole la piel de un tono trigueño más claro de lo normal, llevaba el pelo negro en ondas naturales que le caen sobre la frente y a cada lado de la cara, al chico parece no importarle en lo absoluto, como si estuviera acostumbrado a que sus ondas de pelo estuvieran como quisieran.
Sus ojos fueron los que más llamaron mi atención.
Parecían cambiar de color como un caleidoscopio: marrones, azules y verdes.
-Disculpa nuestra duda, es que... no te conocemos -admite el chico, haciendo otro encogimiento de hombros. En su voz puedo diferenciar una extraña acentuación. Igual que la chica, solo que el de ella es un poco más relajado, perezoso sería el término correcto.
-Entiendo, igual gracias por ayudarme -sonrío de labios cerrados.
El chico de ojos claros toma dos de las cajas de cartón sin problema, físicamente es un flacucho, pero al parecer uno que tiene fuerza. El otro, en cambio, fue por la que tenía mis libros.
-¡No! -él se congela a mitad de su acción, con los ojos abiertos, asustado por mi repentina exclamación-. Yo llevo esa, eh... ¿Podrías ayudarme con las maletas?
Arrugó un poco el entrecejo y alzó una ceja, viéndome serio por unos segundos que parecieron eternos para mí. Tenía una cara de piedra, debo decir.
Finalmente, se encoge de hombros y agarra las dos manillas de las maletas.
-Gracias, en serio -les dije cuando ya íbamos de camino al edificio principal.
La chica de cabello rizado me sonríe mostrando unos blancos dientes.
-No hay de qué, linda -asegura-. Y entonces, ¿Eres nueva?
-Sí, este es mi primer día aquí.
La chica de pelo crespo y su amigo de ojos dorados que lleva mis cajas comenzaron a hablar por todo el camino sobre el internado, de las clases que impartían, anécdotas de los profesores y una que otra advertencia, también de las zonas estratégicas de los salones para comer sin que te pillen en el acto, algo que me hizo reír un poco. En todo el trayecto el chico pelinegro no dijo absolutamente nada.
-¿Y cuál es la habitación donde te vas a quedar? -me pregunta el chico de los ojos claros.
-Eh... -dejo la caja con mis libros en el suelo, (que me estaba esforzando mucho por llevar) y saco mi móvil del bolsillo trasero de mis tejanos, revisando la información que me reenvió mamá-. En el segundo piso, habitación 2-A.
-¿Qué? ¡No inventes! -exclama la chica, sonreía emocionada-. ¡Esa es mi habitación!
-Oh... bueno...
-Oye, nos la pasaremos en grande.
Y dicho eso, juntos entramos en el edificio principal. La fachada de afuera estaba pintada de un marrón bastante claro, como la madera interna de los troncos, dentro era otra cosa. Las paredes estaban pintadas de un color crema y decoradas con carteleras informativas y pósters. A cada uno de mis costados se extendían largos pasillos llenos de estudiantes que iban a sus clases. Frente teníamos unas escaleras que van en zigzag hacia arriba y también hacia abajo, supuse que debía de ir al sótano. Se estaba bastante fresco ahí dentro, algo que me hizo suspirar con alivio. Llevar esa pesada caja con mis libros me estaba suponiendo un esfuerzo sobre humano.
De subida en las escaleras casi caigo por perder el equilibrio gracias al peso de mis libros. ¿A esto se refiere eso de «el peso de la inteligencia»? Porque yo no me quería caer de culo. Ya en el pasillo nos detuvimos en una de las puertas principales, era de madera de roble y tenía unos pocos decorados, nada tan extravagante. Todos dejamos mis cosas en el suelo.
La chica, que ni ella ni los otros se habían presentado, me sonrió.
-Espero te sientas como en casa.
Miro el pasillo rápidamente, era poco largo, habían más puertas frente a frente, dando un total de doce. Hacia el final noté la barandilla de una escalera, debía de ser para subir al siguiente piso.
-Ehm, oigan, ¿Cuáles son sus nombres? -los veo a cada uno.
Ella se ríe.
-Oh, ¿No te los dijimos? -niego con la cabeza-. Bueno, yo soy Phoebe, estos dos son Nyl y Percy.
-Lindos nombres -comento, ladeando una sonrisa.
-¿Tú eres? -me pregunta Nyl.
-Soy Polet.
-¿Cómo el helado?
En cuestión de segundos, siento mi rostro enrojecerse.
-¡Nyl! -le regaña Phoebe, mirándolo mal. Nyl alza las manos en son de paz-. No le hagas caso, Polet, es un idiota. Y de hecho, tu nombre es muy tierno -admite ella con una voz infantil-. Es como nombre de abejita.
Debía de estar más roja que un tomate, te lo puedo asegurar.
-Bueno... -rasco mi cabello sin saber qué hacer.
-Tranquila, en serio, es muy lindo tu nombre.
-Gracias... -murmuro, aún apenada.
-Mejor te acomodamos, ¿No crees?
Asentí, haciendo de lado mi momento de sonrojo tonto.
-Claro.
Phoebe cambia la mirada a Nyl y Percy, el segundo seguía sin emitir sonido alguno, sus manos las tenía dentro de la sudadera que carga puesta.
-¿Nos vemos en clases?
-Claro -le asegura Nyl, luego me mira a mí con una sonrisa contagiosa-. Bienvenida al internado Leighton, Polet.
Percy en cambio hizo un asentimiento con la cabeza, manteniendo esa cara de piedra, se fue junto a Nyl a tres puertas lejos de la de nosotras.
Frunzo el ceño, viendo la habitación a la que acaban de entrar, una idea cruzó mi mente.
-¿Percy es... el novio de Nyl? -pregunto a Phoebe, viéndola..
Ella se me quedó mirando unos cuantos segundos con sus ojos verdes reflejando confusión, hasta que una fuerte carcajada sale de su garganta, como si lo que acabo de decir resulta estúpido.
-¿Percy y Nyl? -repite soltando cortas risas-. Oh, no, linda. Solo son compañeros de cuarto. Percy en su gran mayoría no soporta a Nyl.
-Oh... -mi cara se puso roja otra vez. No estaba dando precisamente una buena primera impresión.
Phoebe aún parecía divertida de la estupidez que dije segundos atrás.
-Ven, mejor entremos.
Saca por debajo de su camisa un collar como el que yo llevo siempre, solo que el de ella no es un mugina augud en forma de lechuza, es solo una pequeña llave que, tras sacarse el collar, introdujo en la cerradura para destrabarla.
-Bienvenida a la habitación 2-A.
Cuando mis padres me dijeron que compartiría habitación con alguien más aquí pensé que sería como la habitación que tengo en la casa de mi papá o la de mi mamá.
Resultó ser todo lo contrario.
No era un departamento enorme, pero era un poco más amplio que un simple cuarto compartido. El lado izquierdo de la habitación estaba decorado con pósters de bandas, pegatinas y fotografías, había también una que otra envoltura de dulce tirada en el suelo, hasta pisé una patata frita que crujió bajo la suela de mi zapato.
-Upsi -Phoebe sonrió culpable.
En el lado derecho, que tenía una ventana de guillotina con la cortina color crema corrida dejaba una vista preciosa al jardín de entrada ahora vacío, la cama se encontraban perfectamente tendida, como si nadie nunca hubiera dormida ahí.
-Me alegra tener por fin una compañera -comenta Phoebe en cuanto terminamos de pasar mis cosas-, desde que inició el año no he tenido ninguna.
-¿Por qué?
Se encogió de hombros.
-No lo sé. Al principio era cool, pero después... -despide un suspiro-, era un poco triste ser la única de último año sin una compañera de habitación. En las clases compartidas tu compañera de cuarto es tu compañera en los trabajos, y desde que inició el semestre he trabajado sola.
-Debió ser duro -digo, haciendo una mueca.
-Lo fue, ¡Pero ahora tú estás aquí! Te prometo que nos la pasaremos genial.
Le sonrío tanto agradecida como contagiada de su emoción. Es lindo que alguien sea tan amable. La mayoría de las veces cuando eres la chica nueva, (sobretodo si la «chica nueva» es como yo) siempre te tratan como basura. Me alegra que Phoebe no sea así.
-¿Y no separan a los chicos de las chicas? -cuestiono, sentándome en la orilla de lo que sería mi cama.
-Se supone -dijo ella, echándose de un alto en la suya, cayendo de espaldas sobre el colchón-. No sé cómo es todo ese rollo, pero nunca a habido problemas con que los chicos y chicas convivan en el mismo piso. Supongo que si los separan es cuando pasan las cosas. Confían en que los alumnos no harán cosas estúpidas.
Hum, buen punto.
Me fijé en el lado de la habitación de Phoebe. Reconocí varios de los pósters que tenía pegados: Pink Floyd, 5 Seconds Of Summer, Queen, AC/DC, Led Zeppelin he Imagine Dragons, también de cantantes como Bruno Mars, Selena Gómez y Taylor Swift entre otras bandas que no reconocí.
Su lado también estaba decorado con fotos, tanto en la pared como en la mesita de noche junto a su cama. Todas eran de ella junto con lo que supuse son sus padres y un par de hermanos menores, un niño y una niña idénticos a ella. Los fondos de cada fotografía eran distintos al otro, había uno que era una casa playera, otro en una cabaña en las montañas y unas cuantas en un jardín lleno de árboles y flores coloridas. Las que estaban de frente a mí eran con un extenso mar azul detrás, una playa. Entrecierro los ojos un segundo, ese lugar sí lo conocía, era Midshall Bay, la bahía de Holbrook.
Phoebe notó que veía sus fotografías, se sentó a la orilla de su cama, observando lo mismo que yo.
-Son mi familia -señala a los dos pequeños niños de una de los fotos que estaba colgada sobre la cabecera de su cama. Era de ella con ambos pequeños-. Mis hermanitos, Mellie y Tyler. Tyler es el menor de los tres.
-Son idénticos a ti -comento, observando las demás fotografías dónde estaban los tres juntos.
-Sí, todos me dicen eso -dijo ella con una sonrisita, desviando por un instante la mirada a la nada.
Apunto la foto con el fondo de la playa.
-¿Fue aquí?
Ella también le pone atención.
-No, no. Fue en... eh, Australia -aclara, interrumpiéndose en medio de la frase como si recordara algo.
-Se parece a la bahía.
Phoebe se ríe.
-Sí, fuimos en las vacaciones de verano, nos recordaba a casa.
-¿Eres de Australia?
Asiente, afirmando mi pregunta.
-De Queensland, Brisbane.
Eso explica bastante ese peculiar acento suyo y el por qué se detuvo al decirme en qué país había sido tomada la fotografia.
-Es un lindo lugar, ¿Verdad?
-Sí... -contesta entre un suspiro-. En fin, ¿Quieres que te ayude con algo más?
-Oh, no, no. Tranquila. Fuiste de gran ayuda con Nyl y Percy. Yo me encargo de instalarme.
Se levanta de la cama de un salto. El estilo de ropa de Phoebe es bastante veraniego y fresco. Llevaba unos shorts de jean azules con un top blanco y una camiseta mangas largas amarilla remangada hasta los codos, bien su estilo hace juego con su loco cabello y color de ojos. Cuando estuvo de pie, me di cuenta de que ella es unos cinco o seis centímetros más alta que yo.
-Bueno, Polet, espero disfrutes de tu estancia aquí.
-Yo también lo espero.
-Si me necesitas, estaré en el salón de química avanzada. Sabes dónde es, ¿Verdad?
-Bueno...
-¡Genial! -me interrumpe, sonriente-. Solo ve allá abajo por si me necesitas, ¡Nos vemos!
Sacude la mano a modo de despedida, saliendo entre brinquitos al pasillo.
-Increíble -murmuro para mí-. Mejor acomoda tus cosas, Polet.
Me dije antes de entrar manos a la obra.
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Nota de la autora:
¡El primer capítulo! Algo tranqui, conociendo un poco el terreno de lo que será A Través De Mis Ojos.
¿Qué tal les pareció? ¿Qué tal la narración de nuestra protagonista? ¿Y de los chicos? Ya tenemos un poco de lo que son Percy, Phoebe y Nyl. Estos dos últimos bien conversadores, ¿El otro? Un poquito callado a mi parecer.
Con esta novela se llevarán una sorpresita, solo esperenla y disfrutenla.
Nos leemos pronto <3
Besos y abrazos con primeros capítulos, pósters de bandas y poco conocimiento de dónde está el salón de química avanzada.
MJ.
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