- Te lo explicaré más tarde- fue lo que dijo William a la pregunta de su hija.

La verdad es que no sabía que responder a esa dura pregunta y mucho menos se encontraba de humor para buscar las mejores palabras para explicarle a su pequeño tesoro, lo que esa palabra significaba y por qué llegaba a molestarlo tanto.

Entre ellos y Lancelot conversaron un poco más hasta que esté último se ofreció en escoltarlos hasta el reino para asegurar su llegada y ambos aceptaron con gusto.

Aldara y Merlina regresaron al carruaje para seguir el camino, mientras a William se le prestó uno de los caballos, para que los acompañará en la caravana con los demás caballeros. El viaje volvió a reanudarse y la pequeña regreso su atención a la ventanilla del carruaje para seguir observando el paisaje, pero esa extraña palabras que había escuchado de su padre le seguía dando vueltas en la cabeza, pero ella intentaba ignorarla.

A pesar de su corta edad, Merlina de Ambrosía siempre había sentido la curiosidad por el conocimiento y siempre buscaba aprender cosas nuevas que estaban fuera del alcance de otros niños contemporáneos con ella por su edad.

Con ayuda de Arquímedes un hermoso búho de plumaje café y ojos amarillos, el cual era el familiar de su familia, la pequeña ya sabía hacer sumas sencillas, leía con bastante facilidad párrafos cortos formados con palabras básicas y hasta comenzaba sus primeros pasos con la escritura.

A pesar de todo este entrenamiento que ella recibía, aún había muchas palabras que ella desconocía y cada vez que ella escuchaba una nueva despertaba su curiosidad por saber su significado. Ese día esa curiosidad no fue diferente y por más que intento mantenerla a raya, confiando en la promesa de su padre, decidió mejor preguntar a su madre.

- Mamá- le llamo mientras apartaba su vista de la ventana y la miraba con sus ojitos curiosos.

- Si cariño.

- ¿Que es un esposo? ¿Y pog qué papá no quiegue que tenga uno.

Aldara no pudo evitar reír un poco al escuchar esa simple pero muy importante pregunta por parte de su hija así que le extendió los brazos y la animo a acercarse, cuando la pequeña castaña lo hizo, su madre la alzó y la sento en sus piernas

- Pues...

Comenzó su oración Aldara - Un esposo es aquel hombre con que la mujer se casa y vive el resto de su vida con él, juntos tienen hijos y forman una famila-

Aldara intento lo más que pudo simplificar el concepto de la palabra y al ver la carita pensativa de su hija pensó que no había entendido.

- ¿Lograste entenderlo?- dijo mientras la miraba con dulzura -Oh ¿aún tienes algunas dudas?.

- ¿Papá es tu esposo mamá?- fue lo que respondió la pequeña a su madre y está sonrió.

- Si cariño, tu padre es mi esposo. Me alegra de que entendieras la situación.

- Pero ustedes son felices juntos- protesto la pequeña al poder entender el significado de la palabra, ya en su análisis realizado a su corta edad, el disgusto de su padre no cuadraba mucho con lo que ella veía en la relación de sus padres - Y tú amas mucho a mi papá y el te ama mucho a ti.

- Exactamente- le indico su madre con alegría - Amo con todo mi corazón a tu padre y nunca sería capaz de dañarlo, más bien lo cuido y lo ayudo cuando me necesita al igual que él
hace lo mismo conmigo.

Al escuchar esas palabras la niña frunció el seño ya que en su pequeña cabecita algo había hecho click y se comenzó a dar cuenta que su padre era un egoísta, si la realidad era esa y ser esposo significaba una persona que apoyaba, que te amará incondicionalmente y que te cuidara como su padre hacia con su madre, entonces prohibirle que tuviera esposo era negarle todo eso para su futuro.

- Eso no es justo- volvió a protestar la pequeña e inflo sus cachetes regordetes en señal de reclamo, para luego cruzar sus pequeños bracitos muy disgustada - Si teneg un esposo, es recibir todo eso. Papá es un hombe malo pog negaglo.

Aldara termino por ver a su hija cometiendo la protesta mas tierna que había presenciado hasta ahora y no pudo evitar reírse por su actuar.

- Ay mi pequeña- le dijo su madre mientras la abrazaba con ternura - Tu padre no es mala persona, es solo que pensar que su más grande tesoro lo abandone, lo enoja un poco y hace que diga tonterías.

- ¿Esgael también se enojo cuando mi papá se convirtió en tu esposo?- volvio a preguntar la niña mientras recibía el abrazo de su madre.

- Si se molestó- le respondió Aldara mientras se acordaba del lejano pasado que había vivido - Se molestó mucho de hecho, pero a la final tuvo que entender que yo merecía estar con quien quería y años después naciste tu- añadió mientras tocaba fugazmente la nariz de su hija - La niña más bonita de todos los tiempos y la más querida- termino diciendo para luego llenarla de besos y hacerla reír.

Pero una idea fugaz invadió la mente de Aldara y con eso supo que tenía que hablar seriamente con su hija otra vez, así que estuvo los besos y la bajo de sus piernas para colocarla en el asiento de enfrente.

- Escúchame atentamente Merlina- Aldara había cambiado su tono de voz a uno más serio - Ahora que mencionaste a Skrael, debo recordarte lo que hablamos la ultima vez- ella tomo un gran bocado de aire y luego lo soltó - Debes recordar que la orden Arcana no es muy bien recibida por todos los seres y mucho menos por tu padre, el rey Arturo y sobre todo por tu abuelo. ¿Comprendes?-

Le pequeña asintió, ya había tenido esa conversación muchas veces y sabía con claridad que debía ocultar a toda costa su relación con la orden a todos, incluído a su padre, solo con excepción de su hermano Eduard, y sus dos tíos Robert y Beatríz.

- Así que ya sabes, mientras estemos en Camelot debes seguir está regla y no mencionar los para nada, en ninguna circunstancia que no sea conmigo cuando estemos a solas o con tu abuela Aurora, que ella si conoce la verdad, pero eso si solo cuando esten a solas y estes muy segura de que nadie te pueda escuchar. ¿Me lo prometes?.

- Si mami lo prometo- le respondió con una dulce sonrisa.

El viaje por el carruaje siguió con suma tranquilidad hasta que la pequeña comenzó a cabecear por el cansancio que sentía y su madre termino por volverla a sentar a su lado y recortar su cabecita en su regazo para que tuviera algo en que recostarse.

Paso solo unos minutos y Aldara termino por dormirse también recostada de las paredes del carruaje, hasta que un gran grito termino por despertarlas a ambas.

- ¡ABRAN LAS REJAS!- el grito de Lancelot se escuchó por todas partes.

- ¿Ya llegamos?- exclamó Merlina aún medio dormida.

- Si mi amor ya llegamos. Bienvenida a Camelot- Aurora le respondió con una sonrisa.

Al escuchar eso Merlina termino por despertarse rápidamente y se asomo por la ventana para ver el lugar. Todo le fascinaba por ser algo nuevo para ella, las personas caminaban por todas partes sin necesidad de carruajes y las estructuras era muy diferente a las casas que ella estaba acostumbrada, al pasar cerca del mercado, logro visualizar lo ajetreado que estaba, algunos puestos y tiendas.

- ¡Mira mamá!- exclamó con asombro
- Desde aquí puedo ver el castillo, ¡Es muy grande!.

- Así es. Para allá es donde vamos.

- ¿Mamá estás seguga que no me pegdegé en un lugar tan enogme?- volvio hablar Merlina pero esta vez con la preocupación reflejada en su voz.

- Descuida pequeña, tu padre, tus abuelos y yo estaremos contigo para que no te pierdas, aunque te puedo asegurar que aprenderás rápido caminos que necesitas saber y así no te perderás.

La niña le sonrió más tranquila, si su madre le aseguraba que todo estaría bien es porque así lo sería.

El carruaje seguía su curso, acercándose al castillo, ocasionando que este se volviera cada vez más grande, al igual que la emoción de la más pequeña.

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Hola a todos, aquí les traje otro pedazo de La más pequeña de la familia, este relato es un poco largo por eso lo estoy haciendo en capitulos ligeramente pequeños para no saturarlos de información, pero les aseguro que esto aún no acaba aquí, nos falta ver más, ya que esta es la primera vez que Merlina llega a Camelot.

Sin más, espero que disfrutarán del capítulo, sin más nos leeremos pronto. 👋👋