7-El Secreto de Tigris.
La voz serena, fría, de ultratumba casi, nos erizó el pelo de la nuca.
Tigris, temblando como nunca, se aferraba a mis ropas, con lágrimas en los ojos.
Él, no sólo sin temernos, ignorándonos por completo, dirigió sus pasos frente a nosotros. Los ojos del representante Hyuuga se hincharon, y activó la técnica heredada de su familia. Analizó con cuidado al sujeto, que dirigía su mirada de mayor desprecio a Tigris.
-Te eencontreee....
Murmuró, lento y suave. Ella, llorando, le repitió por última vez que se alejase, en un tono de voz más imaginable que audible.
Él la ignoró, y se preparó para saltar. Decidido que era un enemigo, y no sólo de ella, concentré chakra en el suelo, e hice aparacere una mano de arena que le destruyó los pies. Los hizo partículas dispersas por el aire, de la presión que apliqué sobre ellos.
Saltó con sus muñones, como si no sintiese el menor dolor, y se paró frente a ella. Tuve que parpadear reiteradas veces al ver ahí los pies que acababa de pulverizar. No entendía nada. ¿Un Cambiazo? ¿En ese tiempo? ¿Y con algún animal? Porque la sangre aún estaba.
El Hyuuga se puso frente a nosotros, e intentó golpeando uno de sus puntos, cercanos al cuello, pero él lo lanzó contra el tronco de un árbol, incrustándolo en él. Lo miraba con ojos desorbitados, sorprendido. Entendí que ese tipo había co.prendido mejor que yo lo que enfrentábamos y me calmé, analizando mejor la situacion.
Pero fue muy tarde. Él se lanzó a Tigris, con lo que parecían garras de metal en el brazo, y.....
No puedo describir lo siguiente que pasó. Una luz blanca, un fogonazo de luz y un chakra cálido y gélido a la vez inundó el bosque.
Instintivamente y gracias al entrenamiento que tuve, supe que esa luz venía de Tigris. Escuché lo metálico chocar contra arena que me había defendido, y un fuerte golpe contra el suelo.
Todo eso en menos de un segundo. Pasada la luz, la oscuridad de la noche inundaba el bosque, del hombre ni rastros, y Tigeis jadeaba y lloraba a mi lado, cubierta de sangre.
Intenté tratarla, pero ella me hizo un gesto de que esperase y, aunque algo tambaleante, primero se fijó que estuvidse bien yo, y luego curó a Neji Hyuuga de las heridas de los golpes recibidos. Por último, me rogó que nos fuésemos lo más lejos posible de la zona. Cosa que yo no quería complacerle. Quería atender sus heridas.
Ella le dio la espalda a Neji y se levantó la remera frente a mí. No puedo negar que fue una incómoda primera vez para verla desnuda de la cintura para arriba. Miré sus heridas, lo más que pude, porque eso era lo que ella quería mostrarme. Tenía arañazos profundos que iban de su hombro izquierdo, hasta el brazo derecho, por debajo de su hombro, el más profundo de los que le ví, que era mortal en cualquier otro caso, que le nacía justo por debajo del primero y le atravezaba el pecho, de lado a lado (y de la forma que sangraba posiblemente hubiese perforado algunas costillas), y el último, que era apenas una línea fina y profunda que atravezaba su cuerpo desde debajo del pecho izquierdo hasta por debajo de las costillas del lado derecho. Por debajo de la cintura y en las piernas se podía apreciar sangre tambien, a raudales.
Yo no entendía cómo podía haberle hecho tanto daño en tan poco, justo a mi lado y yo sin notarlo. Sentía que mi confianza en ser kazelage se diluía. Incluso si llegaba, si dejaba que esto pasara..... No merecía el puesto.
Entonces, frente a mis ojos, las heridas comenzaron a cerrar. La primera, fue la herida superior. Tuve que acercarme a ver, de hecho. Pensé que era una ilusión óptica, pero no.
Fueron desapareciendo en pocos segundos hasta que unas finas cicatrices de un tono apenas más oscuro que su piel las reemplazaron.
Yo, boquiabierto. Había escuchado de la capacidad de recuperación del chakra del Kyuubi, pero eso estaba a un nivel netamente superior.
-Por favor....-murmuró ella, con tono de súplica que me dio lástima- Por favor vámonos lejos de aquí.
Tomé al Hyuuga y seguimos camino. Miré a Tigris un rato en silencio. Ella me contó entonces.
-Lamento no haberles dicho nada. La verdad, mi Clan posee una técnica de sangre que se manifiesta en las mujeres. Potencia la habilidad de curación de nuestro cuerpo. Es.... No estoy muy segura qué es. Pero.... Si te apuñalan al corazón y te curas en menos de media hora sin siquiera marcas..... Sabes cómo te llama la gente-Si. Lo sabía: "Monstruo"- Y sabes lo que pasa si tienes una buena habilidad en un país bélicamente débil. Tratan de explotarte. En nuestro caso, trataron de usarnos para generar soldados invencibles en batalla. El País del Demonio siempre vio como potenciales enemigos a las Cinco Naciones Ninja. Y querían preparar una armada lo suficientemente fuerte para prepararse para un ataque de ellos. Eso, fue con María Eva, mi abuela. Ella escapó, y construyó el Clan. Las mujeres tenemos ahí una fortaleza que nos protege de pasar lo mismo que ella.... Pero.... Demon, Draco, yo, y niños de todo el país fuimos secuestrados para testear uno de los experimentos para lograr esta armada. Abril.... El que nos atacó recién, fue uno de esos niños. Cuando lo conocimos, era un niño que parecía amable y dulce. Se nos acercó y nos ayudó un montón. Draco y Demon estaban aterradas y algo deprimidas durante ese tiempo. Estaban seguras de que moriríamos. Y Abril me ayudó a animarlas y a protegerlas. A ellas y a los demás niños. Funcionamos como equipo hasta que él descubrió que nuestra línea de sangre fue la que generó esos experimentos. Entonces, se alió con los científicos para hallar formas de matarnos. Un ataque físico como ese no debería.... dejarme marcas.
Yo escuchaba en silencio sus palabras. Por lo que veía, sabía que eso acabaría en que Abril la había perseguido hasta este día.
Ella se cubrió nuevamente el cuerpo al rato, y suspiró.
-Él era la persona en la que más confiaba. Mi único aliado. ¿Entiendes lo que es ser traicionado por alguien así?
Era una pregunta. No me lo preguntaba porque me lo echara en cara. Me lo preguntaba porque quería saber si era su aliado en eso. Yo asentí.
-Si. Si lo sé.
Le respondí, recordando a Yashamaru. Me dolió saber que ella también había pasado por eso. Noté que una pequeña marca por debajo de la manga de su remera era el final de la cicatriz, y me pregunté cuánto tiempo ella cargaba con eso.
Por fin, parte de su pasado me había sido revelado. Sentí que éramos más cercanos.
Lo sentí, por lo menos, hasta que escuché las palabras con las que me despidió el Hyuuga, que creo que fue lo que más hizo que me enojase con él.
-Yo que tú no me apego mucho a ella. No sabemos cuando podría desaparecerse.
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