Tengo miedo.

"A ti, hermosa villana...

Ayer me tocó ver una escena que oprimió mi corazón.

Es complicado ver como una persona que habla del corazón, es rechazada por otra de manera dura, sin siquiera notar como sus ojos reflejaban arrepentimiento puro.

Ayer en la tarde, Marinette rechazó los sentimientos de Adrien, diciendo que ya era tarde y que su corazón había sido ocupado por otra persona.

Agreste me es totalmente insoportable, pero en ese momento sentí pena por él. Verlo salir rápidamente del salón con un "perdón" susurrado en aliento de dolor, ver como Marinette suspiraba y se dejaba caer en su silla, ver como todos lo miraban con pena... Simplemente fue algo triste.

Pero como me lo esperaba, Faure y fueron corriendo detrás de él. Tratando de consolarlo y darle fuerzas, y es que un rechazo, cuando se está realmente enamorado, ha de doler mucho.

Y allí lo entendí. Cuando Marinette me rechazó, después de mi akumatización a los 13 años, creí que era feo, pero realmente no estaba enamorado. Porque si hubiera estado enamorado de verdad, las lágrimas hubieran brotado de mis ojos, mi corazón se habría roto, y reponerme seria casi imposible. Pero no, yo a la semana ya estaba más calmado y me concentre mas en lo que lo que tu me hiciste, que en mi rechazo. De hecho tengo la loca teoría de que desde ese entonces, ya me movias el piso.

Pero ahí está mi miedo, porque esta vez estoy realmente enamorado, ésta vez mis sentimientos son puros, verdaderos y duraderos.

Temo que si me declaro, me rechaces y mi vida se vaya al demonio. Temo perderte, porque no se si sobreviviré a eso.

Dicen que los amores de adolescencia nunca duran, que son pasajeros y se quedan solo en el recuerdo. Pero yo se que mi caso no es así, yo te amo tanto que me quema la garganta, te amo tanto que la sola idea de no verte en días nubla mi inspiración.

Quizá lo mio sea un amor enfermizo y tóxico... Pero si es así, yo feliz muero intoxicado de ti.

Con amor y algo de temor.
eterno cobarde.

Nathaniel Kurtzberg ".




Suspiró profundo y guardó la carta en el bolsillo interno de su chaqueta, dispuesto a hablar con la que alguna vez fue amor platónico.

- ¡Hey, Marinette! ¡Esperame!-. Tomó su brazo rápidamente y sonrió de manera nerviosa. No le gustaba meterse en problemas ajenos.

- ¿Uh?, Dime Nathaniel... ¿Que ocurre?-. Ella lo miró con una pequeña sonrisa de amabilidad y algo dentro dentro de él se aclaró. Odiaba la excesiva amabilidad. Ellos ni siquiera se hablaban mucho, no le gustaba para nada la cordialidad.

Genial, otra cosa que Chloé había revolucionado en él.

- No es nada, sólo... ¿No crees que fuiste un poco dura con él?. Está bien, entiendo que tú ya no lo amas, que hay alguien más en tú corazón y todas esas cosas, pero... ¿No crees que deberías tener un poco más de tacto para rechazar a tus pretendientes?-. La azabache fruncio ligeramente el ceño y suspiró.

- Traté de ser lo más sincera posible Nath, pero es que todos estos años de "solo es una amiga" me colapsaron. Tú sabes que yo a él lo amaba, y él jamás me pudo notar, es injusto que ahora que ya lo olvidé, se fije en mi-. Tomó aire y se cruzó de brazos.- Y si lo dices por ti, lo siento Nath, pero en ese entonces era una niña y no sabía muy bien lo que hacia. Actualmente, lo siento pero aún no puedo...-. Sus palabras se vieron interrumpidas por una pequeña risita del pelirrojo, lo cual la descolocó. - ¿De qué te ríes?-.

Nathaniel trató de controlar sus impulsos de carcajearse y respondió.

- Te tengo una pregunta... ¿Alguna vez hiciste algo para cambiar tú imagen ante él?. No Marinette, solo te quedabas quieta, tartamudeando y dándotelas de psicópata, y si te puedo decir algo, es que así no se conquista una persona. Yo creo que tú no tienes derecho a criticarlo por no enamorarse de ti, porque jamás hiciste algo para enamorarlo y en el corazón no se manda, lo se más que nadie-. Sonrió para si mismo, tocando en su pecho el lugar dónde se ubicaba su carta. - Y no te preocupes, yo te superé hace tiempo, poco después de tú rechazo... Mi corazón te pertenece a otra mujer, a la cual amo de verdad e intento cada día que me corresponda-.

Marinette se quedó helada, nunca nadie le había dicho todas esas cosas en su cara, y aunque tenía ganas de defenderse, no tenía con que. Por más que le costara asumir, Nathaniel tenía razón.

- Vaya, la oxigenada te ha cambiado bastante eh... -. Él sonrojo inmediato en el rostro el pelirrojo y su expresión de pánico, solo afirmaron su teoría, haciéndola sonreír de lado.

- ¿C-Cómo te diste cuenta? ¡Ay no! ¡¿Y si ella también se dio cuenta que me derrito por ella?!-. Comenzó a gritar de manera alterada y la azabache no tuvo de otra que darle una cachetada para calmarlo.

- ¡Callate de una vez que te vez muy evidente!.

- Mira quien habla...-. Hizo un puchero, acariciando su mejilla a adolorida y su contraria rió nerviosa.

- Lo siento, y ya... Si algo aprendí en estos años, es que los rubios son ciegos-. Ambos rieron y el pelirrojo suspiró soñador.

- Y ella es la ciega más perfecta de éste mundo... Nos vemos Nette, mi padre me espera-. Y con un gesto se despidió, marchándose a su hogar, tenía muchas cosas que pensar y una idea en la mente.

"Si no haces nada por conquistar a quien amas, no puedes quejarte ante su rechazo".

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