Me tentaste.

—Ja, hasta que al fin saliste del closet Claude, y con novio incluido—. Soltó el rubio con un evidente tono de burla.

— Ya quisieran tener oportunidad con éste bombón—. Bufo de vuelta Claude, apuntando a ambos varones en la habitación.

Ambos jóvenes de alta estatura se miraban desafiantes, mostrándose odio puro a través de los ojos. No era difícil adivinar que ambos tenían una rivalidad de años.

Pero eso a quien demonios le importaba si la rubia parecía sacar fuego por los oídos. O al menos así lo veía Nathaniel.

— ¡¿Qué demonios hacen ambos metidos en mi cuarto?! ¡Respondan ahora, antes de que llamé a mi papá y ambos queden hundidos en los calabozos para siempre!—. Gritó colérica Chloé, mientras tomaba con cada mano una oreja de cada chico y los tiraba con fuerza.— ¡Hablen y sean sinceros, o juro que los aviento desde el Penth House ahora mismo!.

Ambos dieron un fuerte chillido de dolor ante las "caricias" de su amada rubia, mientras Félix resistía sus enormes ganas de reír.

— ¡S-solo estábamos paseando y n-nos equivocamos de lugar!—. Tartamudeo nervioso el menor de los hombres y el castaño rodó los ojos. Era la excusa más estúpida que había escuchado en su vida.

—Ambos... Paseando... Por el hotel.. Y accidentalmente entrando a mi cuarto... ¡¿Que clase de idiota crees que soy Nathaniel?! ¡Pidele a Lila que te de unas buenas clases de mentiras, las necesitas!—. Rodó los ojos y tiró más fuerte del oído del pelirrojo.

— ¡Estábamos buscándote, pero como tú estabas saliendo de la ducha, nos escondimos para no verte nada!—. Gritó Claude adolorido y Chloé entrecerro los ojos, soltando a ambos chicos.

— ¿Es cierto eso, Nathaniel?—. El pelirrojo asintió con la cabeza frenéticamente y la rubia sonrió con malicia. Paralizando la sangre de los tres.

Algo tenía en mente esa mujer y enojada... Era el mismo demonio.

— Bien... Como tengo bastante claro que algo tienen que haber visto... Creo que les hace falta una refrescadita, ¿Tú qué crees Félix?—. El rubio se limitó a asentir con la cabeza, mientras entraba al baño de la habitación.

30 minutos después, estaban los dos jóvenes bajó el agua completamente fría y sin camisa, mientras la rubia los veía con una amplia sonrisa.

—¡¿Van a volver a intrusear en mi cuarto y mirarme dónde no deben?!~—. Canturreaba con burla mientras le daba más potencia al agua congelada, evitando lo más que podía mirar el torso de ambos jóvenes, sobre todo el de mirada grisácea. Maldito fuera por ser tan atractivo a la vista.

— ¡Si, si, ya entendimos! ¡Ya basta mujer que nos dará hipotermia!—. Chillaba Claude, agitando sus manos.

— ¡Él castaño tiene razón! ¡Por favor Chloé, ten piedad!—. La rubia concentró su mirada en el pelirrojo, recordando cada palabra que había salido de sus labios hace unos días.

Empuñó las manos con fuerza y luego sonrió con una malicia única en ella misma, ya tenía como terminar su venganza. Se acercó hasta el rubio y susurró algo en su oído, a lo que el asintió con la cabeza. Sonrió y se dio media vuelta mirando a sus dos "amigos", tras ella.

- Bien... Esto terminó chicos, salgan de aquí y no les quiero ver la cara en 5 años más—.

Ambos se miraron confundidos, sin entender muy bien las cosas, pero salieron de inmediato del cuarto de baño, encontrándose con una particular imagen.

Sus ropas no estaban, Chloé sonreía triunfante en la puerta del baño, y Félix tenía una expresión de burla en su rostro, junto con los calcetines del pelirrojo, que fueron lanzados al instante por la ventana del lugar. Oh, esa mujer era un atractivo, inteligente, y cruel demonio.

Claude corrió hasta la ventana y al ver todas sus pertenecías tiradas en el piso, comenzó a gritarle una gran cantidad de improperios al rubio, mientras Nathaniel caminaba hasta la fémina y reía nervioso.

— ¿Y ahora como saldremos de aquí, Chloé?.— Rascó su nuca y la rubia sonrió de lado, con una malicia única en ella.

— Bueno... ¿No pensaras que te dejaré salir así, cierto?, no soy tan mala—.

•••••

"A ti, hermosa villana...

Hoy descubrí algo bastante particular. No tienes piedad alguna por quienes te molestan.

Pase 30 minutos en una ducha fría junto a ese imbécil, solo en ropa interior, perdí mis pertenecías, y tuve que usar tu ropa desde el hotel, hasta mi casa, aguantando de todo... Hasta los gritos y silbidos de un hombre. La cosa más humillante que me ha pasado en la vida.

Pero no importa, te amo con todo mi corazón y se que me lo merecía. Aunque si alguna vez lees ésta carta, quisiera que sepas que ninguna de los dos fuimos capaces de verte sin nada, nos cubrimos los ojos. Pero no te negaré que me vi bastante tentado.

Jamás en mi vida había pensado mal, ni había sentido ese tipo de sentimiento hacia cualquier persona, pero me sentí terriblemente mal hoy, porque acabo de desarrollar esa parte de mi, y me avergüenza.

No quiero que pienses que te estoy acosando, o que soy un pervertido, pero simplemente acabo de notar que aparte de temperamental y hermosa, eres muy atractiva.

¿Te das cuenta que produces miles de emociones diferentes en mi?, cada día descubro y despiertas cosas que nunca antes había sentido.

Tu mirada intensa y maliciosa, en conjunto con sonrisa ladina, casi me hacen derretirme vivo. Pero ya se que estás terriblemente enfadada conmigo y que no quieres mi verme la cara, así que no pude decir prácticamente nada.

Espero me perdones algún día y me escuches, sin embargo no creo que sea gracias a ésta carta, ya que no se si entregartela o no.

Atentamente,
tu avergonzado pelirrojo.

Nathaniel Kurtzberg


Postdata: ¿Quién era ese tal "Félix"?, no me gustó para nada como te miraba.
Ya tengo suficiente con Claude, no más rivales altos, por favor."

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