Me diste un rival.

"A ti, hermosa villana...

Quisiera saber que es lo que aflige tus pensamientos. Desde hace días noto como has estado mucho mas pensativa, como si analizaras cada cosa que ocurre a tu alrededor.

Villana de mis constantes pensamientos, ¿algún día abrirás tu corazón para curar tus heridas?. Yo no quiero lastimarte.
Al contrario, solo quiero demostrarte cuanto te amollenar tu corazón de sentimientos positivos y hacerte sonreír constantemente.

Quizá no lo sepas, pero Agreste me pidió que me alejara de ti, dice que jamás corresponderas mis sentimientos, que pierdo el tiempo y tu ya no quieres amar.

¿A que se refiere con lo último?, ¿Acaso has amado ya a alguien?.

Quien sea, tiene mi envidia. Pero si te ha roto el corazón, me gustaría que supieras que yo no soy igual. Mi amor por ti es sincero, y preferiría morir antes de lastimar tan delicada flor.

Por que tu eres la más hermosa y delicada flor que hay. Eres como una rosa. Contienes espinas que protegen su interior, pero los pocos que logran pasar por ellas, quedan maravillados con la hermosura de tu ser. Porque eres preciosa tanto por fuera como por dentro, con aquella actitud tan interesante, atrayente y llamativa. Un enigma digno de ser explorado.

Ay Ricitos de oro... Se que algún día podre decirte todo esto a la cara, o por lo menos entregarte estas cartas, sinceramente en ese momento espero ya haber ablandando tu corazón.

Con mucho amor,
Tu estúpido artista.

Nathaniel Kurtzberg "






El joven pelirrojo, guardó su nuevo escrito en la mochila, pues la clase estaba por comenzar y escuchaba como todo su salón murmuraba cosas que era él incapaz de entender, así que se acercó a la menuda rubia, para preguntar.

— ¿Que sucede?, ¿Por qué todos están tan extraños? —. Miró confundido a la joven, quien a su vez le sonrió amablemente

— Lo que pasa, es que se rumorea que hoy entra un nuevo alumno, es de intercambio, así que todos están desesperados por saber quien es —. Soltó entre risas Rose, mientras el pelirrojo solo fruncía el ceño, no entendía tanto alboroto por un simple alumno nuevo.

No pasó mucho para que Nathaniel cambiara de opinión.

Al salón ingresó la señorita Bustier, seguida de un joven bastante apuesto, sinceramente no tenía nada que envidiarle al Agreste.

Aquel castaño de orbes azul grisáceo, se recargó en la puerta con una sonrisa, esperando la presentación de su nueva maestra

Inmediatamente Nathaniel analizó el rostro de sus compañeros de salón.

La gran mayoría miraba al joven con curiosidad, celos o con corazones saliendo de los ojos.

A excepción de algunos chicos.

Adrien parecía querer saltar sobre el chico, con una expresión de alegría máxima. Marinette miraba al rubio como siempre, solo que ahora tenía una pequeña mueca de diversión. Lila parecía querer comerse con la mirada al nuevo , pero ella ya tenía a su amor.

Pero claramente la atención del Oji turquesa se concentró en una rubia que perdió todo color en el rostro apenas el castaño hizo aparición.

¿Que tenía aquel chico?, ni que estuviera tan guapo... Bueno, eso según lo que el pensaba.

Pero toda su discusión mental fue interrumpida por la mujer pelinaranja.

—Buenos días chicos, bueno antes de empezar la clase, creo que ya todos se dieron cuenta que hay un nuevo compañero de salón... Adelante chico—. La maestra sonrió, haciéndose a un lado para que el joven pudiera presentarse.

—Muchas gracias señorita... Bueno, mi nombre es Claude Faure- Dumont, soy parisino, pero me fui a Venecia hace unos años... Aunque ahora estoy devuelta y para quedarme—. El joven río un poco, mientras a la mitad de las féminas del salón se les escapaba un suspiro. Su voz era demasiado genial para ser de un simple estudiante. —Tengo dieciocho años, soy el mejor amigo de Adrien y... Digamos que soy un amigo cercano de Chloe, gusto en conocerlos... Espero llevarme bien con todos—. Sonrió nuevamente, para tomar asiento junto a la rubia.

Genial, ahora si había logrado irritar al pelirrojo. No era estúpido y había notado el gesto de picardía del tal Claude, al hablar de la hija del alcalde.

Oh no, ahí si que no... Nadie se metía con su rubia.

Nathaniel estaba tan perdido en sus pensamientos que fue incapaz de notar cuando la castaña, se había ubicado a si lado y reía a gran volumen.

—¿Y a ti que te pasa? ¿De que te ríes?—. Bufó enojado mientras la la italiana reía aún más fuerte.

—Nada... Solo que me da risa el hecho de que esas muy celoso, y ni siquiera te has dado cuenta que llevas quince minutos fulminando al nuevo—. Nathaniel despertó de su burbuja, sonrojándose por la pena, mientras Lila se secaba algunas lágrimas de risa.

—No es gracioso... Es obvio que está interesado en Chloe—. Bufó, y luego miró a la Oji verde que sonreía de lado.

—Te llegó rival Kurtzberg, ahora no se que vas a hacer, porque ese chico parece sacado de una revista.

—Lo sé, pero no por eso me rendiré... Esto recién comienza Lila, y Chloe me amará a a mi—. Nathaniel sonrió seguro, mirando como la chica de sus sueños platicaba con su nuevo rival.

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